Venganza de Gemelas contra el Alpha

Venganza de Gemelas contra el AlphaES

Fantasía
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Resumen
Índice

El gran salón estaba decorado con luces de hadas parpadeantes y hojas de otoño, un animado telón de fondo para lo que muchos creían ser la boda perfecta. Priscila observaba a su hermana gemela, Lucia, preparándose para caminar hacia el altar. La música encantadora llenaba el aire, y cuando sus miradas se cruzaron, Lucia le guiñó un ojo, su emoción era palpable. Poco sabían las gemelas que, acechando en las sombras, se encontraba Joseph, un hombre lobo muy apuesto pero carismático y peligroso, quien pronto sumiría sus vidas en el caos. Antes de que Lucia caminara hacia el altar la música se detuvo, ella le hizo un gesto su hermana que necesitaba hablar a solas y la llamó con la mano. Pero era demasiado tarde, su hermana la había dejado a solas con su futuro esposo. Joseph, un hombre galante y enamorado sin prestar atención a las tradiciones caminó hacia mi, vestida de novia, y me pidió conversar ambos a solas. Minutos después Joseph salió anunciando que la novia se encontraba indispuesta y había salido a tomar aire fresco pero la ceremonia se celebraría sin demoras antes de caer la medianoche. A medida que los votos intercambiados entre Priscila y Joseph flotaban en el aire, una abrumadora sensación de miedo descendió sobre Priscila, quien ahora fingía ser su hermana gemela, Lucía. Algo en la mirada de Joseph parecía depredadora, cuando él fijó sus ojos en ella. La noche de bodas se convirtió en horror cuando la luna ascendía en el cielo. A medida que Priscila, sin darse cuenta, ocupa el lugar de su hermana Lucía, lentamente descubre la siniestra verdad sobre Joseph, quien es un asesino en serie de gemelas. Ahora que Priscila es la nueva novia, ella se convierte en la próxima en su sangrienta lista de venganza.

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1- Ecos de felicidad
Disfruto hacer mi meditación matutina todas las mañanas, es un ritual que realizo estrictamente antes de continuar con mi rutina diaria. Cierro los ojos, respiro y recibo la luz, el amor, la tranquilidad y paz de los pájaros y la luz solar esa mañana y siento a mi gato Charlie ronronear contra mi cintura, su nariz mojada me hace sonreír. Lucía y yo vivimos en un aviario, he trabajado aquí como veterinaria de aves durante los últimos tres años. Recibimos turistas todos los días, y aunque no suelo acompañarlos en el recorrido por las instalaciones para conocer a todos los pájaros, disfruto hacerlo y compartir mi conocimiento acerca de aves. Estudiar la Licenciatura de Medicina Veterinaria me ha servido de mucho, me encanta ayudar. Trabajar con animales siempre me hace sentir conectada con la naturaleza, y los pájaros, en particular entonan una canción terapéutica para mi alma. Me dedico a sanar y cuidar a las aves y soy instructora de yoga del lugar.¿Está todo listo?- pregunta mi herm
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2- La marca de la bestia
-Buenos días, Lucy,- respondió Priscila, levantándose al escuchar a su hermana esa mañana.-Veo que ya buscaste tu vestido-Sí, por suerte no he engordado más de un kilo, me queda como un guante.” Priscila frotó sus ojos y miró al vestido de dama de honor color lila que resplandecía brillante colgado en un gancho en el perchero. -Es hoy, el día de mi boda, finalmente. ¡Es hoy!- anunció Lucia llena de alegría.Pero mientras el banquete de su risa resonaba en el aire por un momento, sentí como una sombra se cernía sobre su felicidad. La emoción de los preparativos de la boda, con su brillo y esplendor, también estaba teñida de una presión que no podía ignorar. En el fondo de mi mente resonaba el eco de una advertencia, un sentido de que el día ofrecería mucho más que solo amor y felicidad. Lucía parecía tan feliz, tan radiante, pero no podía dejar de preguntarme qué más sentía su hermana, qué más escondía en los rincones de su corazón. A veces, la conexión que compartimos es tan int
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3- "Acepto"
Y entonces, ocurrió. Una ráfaga de aire frío barrió el vestíbulo, cerrando las puertas de golpe con un estruendo ensordecedor. Sombras parpadeaban en la periferia de la visión de Priscila, y por un breve momento, podría haber jurado que vi una figura de pie en la parte trasera de la sala, un espectro drapeado en blanco, su propio rostro torcido de dolor y urgencia. Parpadeé, y la figura desapareció.El oficiante se volvió hacia mí, instándome a confirmar los votos, pero apenas vislumbré la fugaz sonrisa de Joseph—demasiado amplia, demasiado depredadora. El pánico recorrió mis venas, encendiendo una respuesta de lucha o huida. "Yo—" comencé, pero la palabra se me atascó en la garganta como si la misma esencia de Lucia me estuviera advirtiendo que huyera.Entonces, durante el caos, las luces parpadearon ominosamente, sumiendo la sala en la oscuridad y volviendo a la luz. Se escuchó el rumor de los invitados, sorprendidos ante el veloz apagón. Con el corazón acelerado, miré hacia atrás
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4- Secretos
La música y las risas del salón se desvanecieron lentamente detrás de nosotros a medida que Joseph cerraba la puerta de la biblioteca. El sonido del cerrojo resonó como un eco ominoso en el aire, y en un instante, me encontré atrapada en un espacio que parecía diseñado para guardar secretos.Joseph estaba cerca, muy cerca, su presencia era intensa y apremiante. Lo miré fijamente, sintiendo que mi corazón latía con fuerza en mi pecho. A pesar de los suaves destellos de felicidad que brotaban del banquete en el salón, una sensación de inquietud me envolvía, como un oscuro manto que no podía sacudirme.“Priscila,” comenzó, con esa voz que era música y veneno al mismo tiempo. “Sé quién eres. Sé que no eres Lucía.”Mi respiración se detuvo por un breve momento, mis palabras se atascaban en la garganta como espinas. “¿Qué… qué quieres decir?” me atreví a preguntar, aunque en el fondo sabía que Joseph no bromeaba. La revelación me helaba la sangre, un escalofrío recorrió mi cuerpo.Él dio un
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