|Capítulo treinta y tres|

El lunes amaneció gris y pesado, reflejando el estado de ánimo de Alejandro. Se levantó antes que Ariel, después de haber pasado la mayor parte de la noche en vela. Sabía que ese día no sería como cualquier otro. Lo que había sucedido el fin de semana seguía fresco en su mente, las palabras que no se habían dicho, el llanto de Ariel, y esa conversación que solo había dejado más incertidumbre entre ambos.

Después de vestirse en silencio, Alejandro comenzó a organizar lo necesario. Había contratado una persona para que se encargara de las tareas del hogar, algo que, en otros tiempos, Ariel nunca habría permitido. Pero en su estado actual, la prioridad era que guardara reposo, que el bebé estuviera bien. Se aseguró de que todo estuviera en orden: desde las comidas que debía preparar el servicio hasta las tareas de limpieza y los horarios.

Todo funcionaría con precisión, como cualquier asunto de negocios en su vida. Pero esta vez, no se trataba solo de una transacción o un acuerdo profesi
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo