Adrien no se atrevió a mirarla, solo la apretó con más fuerzas, cuando planeó todo, nunca se imaginó que se sentiría tan mal, ni por qué estaba sintiendo tanta compasión por lo que eso pudiera ocasionarle a Emily, en otro momento le habría dado igual, pero ahora todo se tornaba distinto, había escuchado la forma tan cruel en que Valeria se había dirigido a ella, y eso lo llenaba de más dudas, y lo obligaba a continuar con el plan para descubrir los verdaderos motivos de ese odio entre hermanas.
En ese momento se dio cuenta de que no lo estaba haciendo únicamente por saberlo, sino porque en verdad tenía un enorme deseo de ayudar a Emily, de verla bien y feliz ¿Pero por qué tenía ese deseo? Se suponía que solo era una promesa hecha a su padre.
— Te lo he dado por eficiente — dijo apartándose de ella al no soportar el nudo en la garganta que eso le provocó, y esa respuesta le dio más rabia a Emily, la estaba felicitando y abrazando por cumplir con algo que ella no quería hacer, pensó.
— Ha dicho que vendrá mañana, así que espero que todo salga bien, es decir que pueda aceptar, digo porque ella es algo complicada, y solo ofreciéndole un salario muy alto podrá aceptar, algo que supere a las otras agencias con las que trabaja — dijo sin lástima, quería hacerle entender que querer a Adrien que su hermana en la empresa era algo muy peligroso o quizá hasta difícil de conseguir, bajó la mirada para no perderse en esos ojos de Adrien, que también la estaban esquivando, él se cruzó de brazos y se recostó en su asiento.
— Lo entiendo bien, pero no hay nada que yo no pueda conseguir, Emily, y lo sabes — señaló arqueando las cejas, pero su jefe esta vez estaba preocupado, pese a toda la felicidad que quería demostrar ante Emely por su nuevo logro, no podía demostrar que la situación empezaba a frustrarlo, pues recostó su torso en la mesa, y se apretó las manos, una señal muy clara de que estaba nervioso.
Todo lo que estaba pasando le dolía, porque él sabía lo doloroso que era para Emily , tener a su hermana cerca, ella que había hecho de su vida un infierno, era con la persona que más diferencias tenía, y sabía lo antipática que era Valeria, pues a pesar de la fama de ambos, ella nunca se había acercado a él, aun sabiendo que sus padres habían sido amigos, así que entendió bien lo que Emily decía.
— Listo, ha dicho que vendrá mañana a primera hora — le afirmó, dándose la vuelta, escuchó que Adrien se movió de su sitio y antes de que pudiera abrir la puerta, la tomó del brazo con delicadeza, otra vez sus ojos pequeños y café, estaban frente a los suyos, igual de pequeños, pero con enormes pestañas que los adornaban, y esa pureza que solo ella podía descubrir, esa ternura que solo ante ella podía demostrar.
— Emily, muchas gracias por haber hecho esto, sé que no es nada fácil para ti, pero te prometo que mis razones son muy grandes como para querer tenerla aquí, te juro que no saldrás perjudicada con esto — aclaró deslizando su mano por el brazo de Emily, ella se contuvo de no soltar el nudo en la garganta, y lo miró con seguridad, sin hacer ningún gesto con sus finos y rosados labios.
— En asuntos de trabajo, los familiares se omiten, lo importante es que logré comunicarme con ella, y que ya todo se ha resuelto, yo he cumplido, he asegurado mi trabajo y tú, tú, ya tienes a tu modelo estrella por lo cual el Show será espectacular — musitó intentando demostrarle que estaba de acuerdo con su decisión aunque por dentro se estuviera quemando. Las manos de Adrien estaban sudorosas, y ella estaba temblando; la ponía demasiado nerviosa, y la tensión del suceso agravaba las evidencias.
— Emily, eres mi amiga, conoces muy bien mi vida, como yo conozco un poco la tuya, y solo deseo que esta situación no nos cambie, no conozco a tu hermana, pero sí sé algunas cosas sobre ella, y lo que tú me has dicho, pero yo solo necesito una modelo estrella, y ella es la indicada — dijo mintiendo para evitar que Emily se sintiera peor.
Valeria le había quitado todo en la vida, y no dudaba de que ahora que estaría cerca de Adrien, también le quitara su amistad, su bondad, sus ganas de hablar ella, de reírse con ella, de confiar en ella, de mostrarse tal cual era, lejos de ser un millonario, o un jefe arrogante, él que era el único hombre que le había mirado sin desprecios, y le había brindado una mano cuando nadie más había querido dársela, ese era su mayor miedo.
— Por mi parte no hay problema, pero ya veremos, solo quiero pedirte como último favor, que no nos vincules como hermanas aquí en la empresa, esa ha sido su condición, y no quiero darte problemas — respondió con dolor, cabizbaja, sin imaginarse que eso ya lo sabía Adrien.
— Te felicito por lo que has hecho, y de nuevo te agradezco que hayas dejado a un lado las asperezas que tienes con Valeria, solo por cumplir con tus obligaciones de asistente, y además por tu compromiso y entrega a la empresa — contestó con la voz entrecortada, mirando el suelo también.
— De nada, Adrien, siempre intentaré hacer lo mejor, para que todo salga bien, sé que estás presionado por el asunto del show, que vendrán personas importantes, que mostrarás los diseños exclusivos de las mejores marcas de ropa de París, y lo entiendo, sé que Valeria es la candidata perfecta — Aseguró con su voz dulce, y hasta ese momento Adrien se atrevió a mirarla a los ojos, la tomó de las manos, y ella se dejó llevar.
— Perdóname, pero sé que ahora no lo estás asimilando de la mejor manera, pero en algún momento lo entenderás — señaló él con ese aire de misterio con el que solía envolver sus problemas.
— Adrien, te he dicho que lo entiendo — afirmó apartando sus manos, pero él volvió a tomárselas, las acarició al compás de la mirada de Emily
— Gracias, Emily, de verdad, has salvado el Show de este año — dijo, dándole un beso en las manos! Maldición! Se dijo Adrien en la mente, por qué carajos estaba haciendo eso, solo estaba empeorando la situación ¿Y por qué lo hacía? No se lo explicaba
— Adrien, qué te pasa — Exclamó Emily extrañada por ese comportamiento, y llena de vergüenza, aunque por dentro sentía como las mariposas revoloteaban en su estómago, llena de felicidad, porque era algo que jamás le había pasado en la vida.
Adrien nervioso, se echó a reír, y ella le correspondió a la risa, una risa nerviosa en ambos, situaciones como esas solían ocurrir, pero esta vez Adrien se estaba comportando demasiado raro, al ocultarle lo que en verdad tramaba con contratar a Valeria.
— Bien como te decía, gracias por salvar el SHOW — dijo tras que las carcajadas en ambos se apagaron al encontrar sus miradas.
— ¡Yo no! Lo hará Valeria — exclamó interrumpiéndolo y mostrando una risa fingida, mientras él la miraba intentando parecer serio, como si hubiese sentido el dolor de esas palabras
— Emily, yo no pretendo hacerte daño, de verdad — señaló, pero en verdad Emily ya no sabía qué creer, solo intentaba meterse en la cabeza de que solo la estaba contratando para que fuera su modelo estrella porque ella era la mejor, pero no comprendía a qué se debía tanta súplica de perdones, Adrien no tenía por qué pedirle eso.
— Ya, Adrien, no tienes por qué justificarte conmigo, tú eres el jefe, el dueño y señor de todo esto y estás en todo el derecho de hacer lo que se te plazca — dijo tan fuerte que no se dio cuenta que gritó al finalizar cada palabra, pues empezaba a encolerizarse, no entendía por qué él intentaba que lo justificara siempre, que lo entendiera, que no se sintiera mal por lo que sucedía, a veces no entendía qué motivos tenía para hacer eso ¿Acaso su padre le había indicado al suyo, que la protegieran, y él solo se sentía comprometido con eso? Se preguntó mientras tocaban la puerta.
— ¿Tengo algún tipo de visitas hoy? — le preguntó asustado sin dejarla abrir la puerta, ambos se miraron con asombro, y los pensamientos de ambos se fueron lejos, porque nadie que no fuera Emily, tocaba esa puerta, y quien entraba solo pasaba si tenía el permiso de ella, luego de que entre los dos revisaban la agenda.
— Ninguna, Adrien — le contestó mientras apartaba su mano para abrir, los ojos de Emily se quedaron petrificados, y la cara de Adrien se volvió pálida...
Frente a ellos estaba la gran Valeria, que había decidido llegar ese mismo día, luego de pensar en que podía sacarle provecho a la situación, vestía un vestido rojo despampanante y un maquillaje tan perfecto, su piel era distinta a la de Emily, quien era blanca, mientras que Valeria era morena, muy morena, y eso era justamente lo que la hacía destacar en las grandes agencias de modelaje, ni siquiera físicamente se parecían. Emily la miró con la barbilla en alto, mientras ella ya coqueteaba a los ojos de Adrien. — Hola, querido, puedo pasar — preguntó con su voz sardónica y coqueta — Me retiro — Masculló Emily, sin dirigir su vista a la de Adrien, Valeria se apartó un poco de la puerta para que pudiera pasar y evitar que ese cuerpo tocara el suyo, fue triste estar cerca de alguien que se suponía que llevaba la misma sangre, y tener que verla como una completa desconocida, antes de que pudiera cruzar, la voz de Adrien la asaltó: — Emily — Dijo como si tuviera el valor de ignorar a su
— Llámame en unos minutos — contestó rápidamente sin dejar de mirar la espalda de Emily— Emily, espera — dijo Adrien, tras que cortó la llamada, Estéfano entendería y luego se comunicaría con él, después de lo sucedido Adrien estaba sintiendo un deseo enorme de estar cerca de ella, y no se explicaba por qué, era una sensación rara, como si tuviera miedo de que se fuera y se enterara de lo que tramaba, y además no iba a permitir que se fuera así, luego de lo que acababa de pasar. Conocía perfectamente sus intenciones y sabía que no estaba bien actuar así con ella ¿Pero desde cuándo le importaban los sentimientos de una mujer?— ¿Hoy es el día de detenerme o qué pasa? — interrogó ella luego de entrar, no quería que los demás empleados escucharan.— Es solo que la llamada puedo atenderla luego, es mejor que hablemos—¿Hablar qué? Ya te dije que no hay ningún problema, que no tienes por qué preocuparte, que comprendo bien, que es tu empresa — lo interrumpió ella demostrando un poco de se
Esa tarde Estéfano y Adrien dejaron en claro los puntos claves para salvar a Emily, pero a él le sorprendió el interés tan grande que Adrien estaba teniendo respecto a eso. — Oye, Adrien, pero creo que te estás involucrando demasiado — le dijo — Es mi asistente, es una buena chica, excelente trabajadora, es la hija del mejor amigo de mi padre ¿Acaso no puedo hacer algo por ella? — se defendió Adrien un tanto nervioso, él sabía que se estaba involucrando mucho, pero no había pensado a exactitud con qué motivo — Valeria, también es hija del mismo hombre, y ahora será tu trabajadora — — Eso de que sea la hija de Jean-Paul Durand, está en duda — lo interrumpió Adrien — A veces te comprendo y a veces no, Adrien, tienes casi un mes, desde que pensaste en hacer esto, que no me cuentas de ninguna aventura con tus amantes, y en verdad que Valeria es el tipo de mujer que has querido y has tenido siempre, y no entiendo por qué te preocupa exageradamente el bienestar de Emily, y siento que es
— Lo siento, Emely, no quise incomodarte — se disculpó Adrien odiándose por hacerlo— Ya no importa — contestó ella de prisa, y dio la vuelta—¿Te llevo a casa? — preguntó, pues él solía llevarla en ocasiones— No, gracias, tomaré el tren — afirmó con una mezcla de emociones que la estaban atemorizando, ese beso había sido lo mejor y lo peor de su vida— niña malcriada — musitó él con ironía— Mañana tendrás una peor — dijo ella en referencia a su hermana— Mañana, empezará esta guerra por ti — dijo Adrien sin valorar lo que acababa de mencionar. Emely odió su juego de palabras y el no comprender a qué se refería ni qué tramaba, y decidida a no prestarse a su juego, salió de la empresa. Adrien la observó a través de la enorme ventana del edificio.Emely tomó el tren, y eso le ayudó a pensar en las cosas que le estaban sucediendo, Adrien era demasiado especial para ella, pero conocía muy bien su forma de vida como para dejarse llevar por sus instintos de mujer, sabía que el beso había
— Me puedes explicar qué significa lo que han publicado en la prensa — le gritó tras cerrar la puerta— Está en el contrato que firmaste — Dijo él sin demostrar que estaba asustado— No, yo no sabía eso, no puedo renunciar a las otras agencias, pues eso significa una pérdida para mí — le gritó sin despegar sus manos del escritorio— Puedes revisar el contrato ahí está — confirmó él tomando los papeles y colocándolos enfrente— maldición, debiste avisarme. Yo ni siquiera renuncié mis contratos con las otras agencias, ahora cómo pretendes que siga con mi carrera, si me dejas en una encrucijada, no pensé que fueras así y que además lo publicaras en la prensa sin mi permiso — continuó gritando— Pensé que sería un gusto para ti, que fuera público tu inclusión en mi empresa— No, no es que no sea de mi agrado, es solo que ahora se me avecina un problema ¿Entiendes? — lo interrumpió— Mira, Valeria, yo te mostré un contrato, no es mi culpa que no hayas leído esa parte, pero es lo que yo des
Al caer la tarde, Emely fue a despedirse de su jefe, como de costumbre. La lluvia caía suavemente afuera, y el ambiente en la oficina era cálido y acogedor. Adrien estaba concentrado viendo a través de las ventanas, pensando en como este asunto entre Emely y Valeria le estaba consumiendo el tiempo, y no identificó si lo estaba haciendo por puro compromiso a su padre o porque en verdad le interesara demasiado.— Adrien, te entrego el informe de lo realizado hoy. También he contactado a Renata, la diseñadora que me solicitaste. Ha afirmado que vendrá — le dijo Emely, entregándole los documentos. Adrien sonrió, Renata era también su amiga y sabía que sería de gran ayuda para el proyecto.— Muchas gracias, Emely. Eres una pieza clave en este equipo, y tu trabajo es excepcional — elogió Adrien, sintiendo genuina gratitud por su dedicación y profesionalismo, e intentando hacerla sentir bien en medio de lo que él había provocado.Emely se sintió halagada por las palabras de su jefe. A pesar
Para Emely no fue la mejor noche, estaba sumida en sus pensamientos, tratando de ignorar la sensación incómoda que le causaba la cercanía de Adrien y Valeria, sin saber de que Adrien solo intentaba ayudarla.En el camino hacia el restaurante, la tensión en el auto era palpable. Adrien se esforzaba por mantener la conversación en los temas superficiales que Valeria comentaba, pues estaba muy preocupado por cómo manejar la situación con Valeria y obtener respuestas sobre su extraña relación con Emely, y así finalmente resolver ese enigma que su padre le había encomendado.Una vez en el interior del restaurante, Adrien y Valeria se sentaron en una mesa apartada. A pesar de sus intentos de mantener una conversación seria, Valeria seguía insinuando coqueteos y guiños, lo que comenzaba a irritar a Adrien. Finalmente, decidió aprovechar esa actitud para tratar de sacar información de ella.— Valeria, entiendo que quieras discutir sobre la publicación, pero noto que estás siendo bastante... am
Sabía bien que estaba atrapado, que se había metido en un lío por no planear mejor las cosas. Solo pudo dar un largo suspiro, entendía bien lo que significaba que Estéfano maldijera a la prensa.El sonido del teléfono zumbando en su mano le sobresaltó — Contéstame — gritó Estéfano, pero Adrien sintió un peso enorme en el cuerpo y en la conciencia, quiso bajarse ahí mismo, tumbarle la puerta a Valeria y gritarle que era una intrusa en la vida de Emely y que era eso lo que necesitaba investigar de ella, pero se contuvo.— Hablaremos en cuanto llegue a casa, voy a manejar y largarme de aquí antes que esto empeore — gritó ofuscado, acelerando el auto y cortando la llamada.Adrien se tocó la frente con la mano, intentando tranquilizarse. Cerró los ojos y recordó las cámaras en el restaurante, su conversación sobre Emely y la forma en que Valeria lo había acorralado en su apartamento.Se dirigió a su casa, su mente dando vueltas con cada pensamiento sobre cómo enfrentar la situación. Pero a