Esa tarde Estéfano y Adrien dejaron en claro los puntos claves para salvar a Emily, pero a él le sorprendió el interés tan grande que Adrien estaba teniendo respecto a eso.
— Oye, Adrien, pero creo que te estás involucrando demasiado — le dijo
— Es mi asistente, es una buena chica, excelente trabajadora, es la hija del mejor amigo de mi padre ¿Acaso no puedo hacer algo por ella? — se defendió Adrien un tanto nervioso, él sabía que se estaba involucrando mucho, pero no había pensado a exactitud con qué motivo
— Valeria, también es hija del mismo hombre, y ahora será tu trabajadora —
— Eso de que sea la hija de Jean-Paul Durand, está en duda — lo interrumpió Adrien
— A veces te comprendo y a veces no, Adrien, tienes casi un mes, desde que pensaste en hacer esto, que no me cuentas de ninguna aventura con tus amantes, y en verdad que Valeria es el tipo de mujer que has querido y has tenido siempre, y no entiendo por qué te preocupa exageradamente el bienestar de Emily, y siento que esto más que ser una investigación es algo personal — insinuó Estéfano
— Por mi padre, quiero decir la promesa que le hice a mi padre de protegerla, es todo — musitó Adrien un poco confuso, las palabras de Estéfano estaban poniendo en tela de duda sus sentimientos respecto a Emily
— Eso, o en verdad esa mujer te conmueve más allá de ser tu asistente y tu amiga — continuó insinuando Estéfano
— Te dejo, debo irme ya, si investigas algo más me avisas — contestó Adrien para evadir lo que su amigo estaba insinuando, no podía con eso, Estéfano lo conocía bien y si él notaba algo distinto en él, era porque en verdad estaba sucediendo, y no quería aceptarlo, no se atrevía a hacerlo
Se quedó en medio de su enorme oficina, pensando en que en verdad hacía aproximadamente un mes que no tenía sexo todo por estar pensando en cómo resolverle la vida a Emily, en cómo saber el motivo por el cual le habían hecho daño, y sobre todo cómo recuperar la herencia que su padre le había dejado.
Emily no se había atrevido a marcharse, continuaba en la oficina, con la idea de que Adrien le estaba ocultando algo, y algo muy serio, y que además todo estaba complicado con la llegada de Valeria.
— Joder, mi curiosidad me mata y de esta oficina no me voy sin que él me diga cuál es el misterio que se trae bajo la manga — pensó
La división entre oficinas era de vidrio, pero los ventanales transparentes eran cubiertos por una cortina de color oscuro, de modo que solo Adrien podía controlar cuando se abrían y cuando no. La desesperación en ambos era extrema. Él sentía culpa y ella sentía curiosidad.
Continuó ordenando unos papeles, para disimular el tiempo, total siempre se iba después de la hora asignada para su salida, así que mientras ordenaba pensarían en una forma para hacer hablar a su jefe.
Adrien abrió la cortina, y las ventanas quedaron al descubierto, Emily levantó la vista, y se levantó del suelo en donde ordenaba las carpetas, Adrien disimuló escribiendo en su computadora, mientras que ella se cruzó de brazos para observarlo.
Los vidrios impedían que ambos pudieran escucharse, así que corrió hasta su oficina y lo interceptó.
— ¿Por qué hiciste eso? Respeta mi privacidad — exclamó tras abrir la puerta
— Solo quería comprobar si ya te habías marchado, y no quise caminar hasta tu puerta — dijo él fingiendo indiferencia, sin despegar la vista del computador, en realidad él tampoco tenía nada que hacer, solo estaba creándose una actividad para no marcharse hasta que Emily decidiera hacerlo, y además porque había estado ignorando a todas sus amantes que para esa noche no tenía ninguna invitación.
Emily dio la vuelta y a lo inmediato él volvió a hablar — Me avisas a qué hora terminas para llevarte a tu casa, ella no le respondió nada, solo pensó que lo fastidiaría hasta que se hartara de su presencia y le contara lo que ocultaba y el porqué decía que eso de contratar a Valeria lo estaba haciendo por ella
Al salir se cercioró que todos en la empresa se hubieran marchado, que no quedara nadie que pudiera enterarse de lo que haría, y en efecto todos se habían ido ya, solo quedaban ellos dos en el enorme edificio y Adrien mismo había creado el escenario perfecto para la trampa.
Encendió la computadora, buscó una canción, la reprodujo, subió el volumen lo más alto posible empezó a tararearla y a bailar al ritmo de su canto mientras ordenaba los papeles, Adrien empezó a verla de reojo, movía la cabeza de un lado a otro en señal de negación, hasta que se le roncó la gana y con un solo movimiento cerró de golpe la computadora portátil y se levantó de su silla de ejecutivo, y golpeó el escritorio, Emily lo miró, y se rio, por haber logrado su cometido, sabía que llegaría hasta ella, y entonces podría sacarle la verdad.
— Adrien — dijo ella sin demostrar nerviosismo — estaba aburrida, debo ordenar todo esto, entonces estoy trabajando — explicó sonriendo, pero sin atreverse a mirarlo.
Él rodeó la mesa de escritorio y caminó en dirección a ella, ella se sintió satisfecha, estaba segura de que había logrado su objetivo, pensó que Adrien se quedaría ahí, para terminar de hablar, que le diera la respuesta que estaba a punto de darle cuando Estéfano llamó.
—Emily, me estás interrumpiendo, es mejor que te vayas ya, no creo poder llevarte a casa, y me estás fastidiando con lo que haces, sé que es a propósito — la regañó en tono serio y le indicó la puerta, mientras con la otra mano se tocaba la cabeza, desesperado, en verdad no es que le molestara es que cada movimiento que Emily estaba haciendo lo había provocado, y no quería redimirse a eso, quería hacerse entender que era su amiga, y nada más, que jamás se fijaría en ella, y creyó que como siempre Emily obedecería y se marcharía
—Oblígame a irme de aquí, tú y yo tenemos que hablar, dime por qué fue que contrataste a Valeria, y que supuestamente lo hiciste por mí, anda dímelo ya y me largo —Lo retó, acercando su pecho a él, Adrien sintió las dos bolas redondas y suaves pegando en su saco y eso lo provocó más.
—¿Segura que lo quieres de esa forma? —Preguntó en tono serio, como si tratara de intimidarla, jamás habían bromeado de esa manera, nunca antes, se habían retado así y Adrien supo que la situación se le estaba saliendo de control.
—Inténtalo, en este momento hagas lo que hagas no te tengo miedo, tus palabras o acciones no hacen efecto en mí, solo quiero saber los motivos reales para traer a esa arpía aquí, si tú sabes bien cuánto nos odiamos, y lo difícil que será trabajar con ella — dijo Emily con la voz temblorosa, pero en forma de broma, algo que Adrien no entendió, estaba muy excitado, y no entendía porqué, mientras que Emily se sentía confundida por ese bendito olor del perfume que la ponía loca. La voz la tenía seca, y él la rodeó con sus manos, sabía que no podía moverse, pero no se rendiría hasta saber la verdad.
—Bueno, tú lo pides a gritos. —Dijo Adrien quitando las manos de la cintura y colocándolas en su barbilla, él era más alto, así que hizo que el rostro de Emily se elevara un poco, y él bajó su cuello para estar más cerca de sus labios, fue un impulso, sabía que esa era la única forma de callar y calmar a cualquier mujer, y cuando menos lo esperó la besó, sus labios chocaron mientras ella se quedó paralizada al sentirlo, nunca había besado a nadie, nadie antes se había atrevido a estar así tan cerca de ella, no supo cómo corresponder al beso, ni siquiera abrió la boca, solo miró los ojos de Adrien fijos en su cara.
Se movió un poco y le susurró en el oído con voz cansada — No quiero seguir, sé que si sigo no voy a detenerme ¡Tú decides!
Todo eso hizo que los vellos de la piel se erizaran a tal grado que se le notaba muy bien su maldito nerviosismo. Sin decir una sola palabra, tomó el bolso, y su botella de agua, salió corriendo de esa oficina, se metió en uno de los baños, y se vio en el espejo, estaba totalmente roja como un tomate, solo había logrado que Adrien perdiera los estribos, y se comportara de esa forma extraña.
Adrien la vio marcharse, y también se sintió avergonzado, estaba acostumbrado a hacer eso con todas, pero jamás se imaginó que con Emily se sentiría distinto, sí lo era, porque a ella le tenía cariño, estima, la quería esa era la razón, sabía bien que eso le haría daño. Se tocó los labios y corrió a buscarla.
— Lo siento, Emely, no quise incomodarte — se disculpó Adrien odiándose por hacerlo— Ya no importa — contestó ella de prisa, y dio la vuelta—¿Te llevo a casa? — preguntó, pues él solía llevarla en ocasiones— No, gracias, tomaré el tren — afirmó con una mezcla de emociones que la estaban atemorizando, ese beso había sido lo mejor y lo peor de su vida— niña malcriada — musitó él con ironía— Mañana tendrás una peor — dijo ella en referencia a su hermana— Mañana, empezará esta guerra por ti — dijo Adrien sin valorar lo que acababa de mencionar. Emely odió su juego de palabras y el no comprender a qué se refería ni qué tramaba, y decidida a no prestarse a su juego, salió de la empresa. Adrien la observó a través de la enorme ventana del edificio.Emely tomó el tren, y eso le ayudó a pensar en las cosas que le estaban sucediendo, Adrien era demasiado especial para ella, pero conocía muy bien su forma de vida como para dejarse llevar por sus instintos de mujer, sabía que el beso había
— Me puedes explicar qué significa lo que han publicado en la prensa — le gritó tras cerrar la puerta— Está en el contrato que firmaste — Dijo él sin demostrar que estaba asustado— No, yo no sabía eso, no puedo renunciar a las otras agencias, pues eso significa una pérdida para mí — le gritó sin despegar sus manos del escritorio— Puedes revisar el contrato ahí está — confirmó él tomando los papeles y colocándolos enfrente— maldición, debiste avisarme. Yo ni siquiera renuncié mis contratos con las otras agencias, ahora cómo pretendes que siga con mi carrera, si me dejas en una encrucijada, no pensé que fueras así y que además lo publicaras en la prensa sin mi permiso — continuó gritando— Pensé que sería un gusto para ti, que fuera público tu inclusión en mi empresa— No, no es que no sea de mi agrado, es solo que ahora se me avecina un problema ¿Entiendes? — lo interrumpió— Mira, Valeria, yo te mostré un contrato, no es mi culpa que no hayas leído esa parte, pero es lo que yo des
Al caer la tarde, Emely fue a despedirse de su jefe, como de costumbre. La lluvia caía suavemente afuera, y el ambiente en la oficina era cálido y acogedor. Adrien estaba concentrado viendo a través de las ventanas, pensando en como este asunto entre Emely y Valeria le estaba consumiendo el tiempo, y no identificó si lo estaba haciendo por puro compromiso a su padre o porque en verdad le interesara demasiado.— Adrien, te entrego el informe de lo realizado hoy. También he contactado a Renata, la diseñadora que me solicitaste. Ha afirmado que vendrá — le dijo Emely, entregándole los documentos. Adrien sonrió, Renata era también su amiga y sabía que sería de gran ayuda para el proyecto.— Muchas gracias, Emely. Eres una pieza clave en este equipo, y tu trabajo es excepcional — elogió Adrien, sintiendo genuina gratitud por su dedicación y profesionalismo, e intentando hacerla sentir bien en medio de lo que él había provocado.Emely se sintió halagada por las palabras de su jefe. A pesar
Para Emely no fue la mejor noche, estaba sumida en sus pensamientos, tratando de ignorar la sensación incómoda que le causaba la cercanía de Adrien y Valeria, sin saber de que Adrien solo intentaba ayudarla.En el camino hacia el restaurante, la tensión en el auto era palpable. Adrien se esforzaba por mantener la conversación en los temas superficiales que Valeria comentaba, pues estaba muy preocupado por cómo manejar la situación con Valeria y obtener respuestas sobre su extraña relación con Emely, y así finalmente resolver ese enigma que su padre le había encomendado.Una vez en el interior del restaurante, Adrien y Valeria se sentaron en una mesa apartada. A pesar de sus intentos de mantener una conversación seria, Valeria seguía insinuando coqueteos y guiños, lo que comenzaba a irritar a Adrien. Finalmente, decidió aprovechar esa actitud para tratar de sacar información de ella.— Valeria, entiendo que quieras discutir sobre la publicación, pero noto que estás siendo bastante... am
Sabía bien que estaba atrapado, que se había metido en un lío por no planear mejor las cosas. Solo pudo dar un largo suspiro, entendía bien lo que significaba que Estéfano maldijera a la prensa.El sonido del teléfono zumbando en su mano le sobresaltó — Contéstame — gritó Estéfano, pero Adrien sintió un peso enorme en el cuerpo y en la conciencia, quiso bajarse ahí mismo, tumbarle la puerta a Valeria y gritarle que era una intrusa en la vida de Emely y que era eso lo que necesitaba investigar de ella, pero se contuvo.— Hablaremos en cuanto llegue a casa, voy a manejar y largarme de aquí antes que esto empeore — gritó ofuscado, acelerando el auto y cortando la llamada.Adrien se tocó la frente con la mano, intentando tranquilizarse. Cerró los ojos y recordó las cámaras en el restaurante, su conversación sobre Emely y la forma en que Valeria lo había acorralado en su apartamento.Se dirigió a su casa, su mente dando vueltas con cada pensamiento sobre cómo enfrentar la situación. Pero a
— Esto es un desastre, Emely. Estoy atrapado en una pesadilla que no veo cómo resolver —Emely mantuvo la mirada fija en él durante unos segundos antes de suspirar y hablar con voz firme.— Adrien, tienes que enfrentar esto rápido. No puedes dejarte vencer por las manipulaciones de la prensa, si no tienes nada que ocultar, entonces lucha por tu reputación y la de la empresa — le dijo con los ojos aguados — Yo confío en ti, pero no en mi hermana, te dije que era de cuidado y la verdad no me extrañaría pensar que ella fue quien contrató a la prensa para crear este alborotoLa expresión de Adrien se suavizó mientras miraba a Emely, ella tenía razón, pero no tenía la fuerza para contarle el porqué había accedido a salir con Valeria y tomar tantos riesgos, sin embargo decidió cambiar el tema, pues lo de dar una declaración pública lo hizo recordar en la advertencia de su madre.— ¿Cómo has logrado mantener a las modelos y a los inversionistas a la espera? — Dijo preocupado sentándose en el
— Adrien, no, no hagas eso, Valeria es mala, te lo aseguro, no quisiera decirlo, pero lo es — Logró decir Emely entre lágrimas mirándolo como una niñita triste que suplica un deseo— Algún día entenderás que valió la pena el esfuerzo — dijo él sin atreverse a mirarla— Maldición, Adrien, como vas a decirme eso, no más rodeos, sé sincero ¿Te gusta verdad? Todos caen a sus pies, lo sabía desde el principio que la querías en la empresa — gritó dejando ver lo celosa que estaba — Ella siempre ha sido la preferida de todos, ella no tuvo la misma mala suerte que yo, pues vamos anda, si eso es lo que deseas pues hazlo, yo solo quise salvarte de ese demonio — continuó gritando sin demostrar nada de respeto, su dolor era más grande que todo— No deberías siquiera compararte con ella — reprochó Adrien alzando la vista— Ya sé que no tenemos comparación, ella es linda, yo tengo una horrible cicatriz en mi cara — dijo con voz de resignación mientras los gestos de su boca parecían que temblaba— No
Ágata daría su vida por saber qué era lo que en realidad sucedía en la familia de su amiga, era algo que desde hace mucho tiempo quería hacer, y si se había tardado era por la misma bondad de Emely quien se negaba rotundamente a mover un dedo en contra de su madre y hermana, sin embargo los últimos acontecimientos finalmente la habían hecho despertar.Emely continuó recibiendo mensajes y llamadas de los inversionistas, modelos y diseñadores quejándose una y otra vez por lo sucedido, se sintió fastidiada y aturdida, pero la decisión de pedirle a su amiga que al fin investigara sobre su caso familiar, era algo que ya no podía ni quería cambiar.Adrien en cambio, se sintió mal por lo que había provocado, y le dolía aun más, no poder decirle la verdad a Emely. Su madre lo llamó de nuevo— Espero que ya hayas encontrado una solución a este lío, ya que tu excelente asistente ha sido quien ha dado la cara por la empresa, esa mujer es la que merecería ser dueña de la agencia no tú, irresponsa