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Capítulo 6 - Plan fallido

Esa tarde Estéfano y Adrien dejaron en claro los puntos claves para salvar a Emily, pero a él le sorprendió el interés tan grande que Adrien estaba teniendo respecto a eso.

— Oye, Adrien, pero creo que te estás involucrando demasiado — le dijo

— Es mi asistente, es una buena chica, excelente trabajadora, es la hija del mejor amigo de mi padre ¿Acaso no puedo hacer algo por ella? — se defendió Adrien un tanto nervioso, él sabía que se estaba involucrando mucho, pero no había pensado a exactitud con qué motivo

— Valeria, también es hija del mismo hombre, y ahora será tu trabajadora —

— Eso de que sea la hija de Jean-Paul Durand, está en duda — lo interrumpió Adrien

— A veces te comprendo y a veces no, Adrien, tienes casi un mes, desde que pensaste en hacer esto, que no me cuentas de ninguna aventura con tus amantes, y en verdad que Valeria es el tipo de mujer que has querido y has tenido siempre, y no entiendo por qué te preocupa exageradamente el bienestar de Emily, y siento que esto más que ser una investigación es algo personal — insinuó Estéfano

— Por mi padre, quiero decir la promesa que le hice a mi padre de protegerla, es todo — musitó Adrien un poco confuso, las palabras de Estéfano estaban poniendo en tela de duda sus sentimientos respecto a Emily

— Eso, o en verdad esa mujer te conmueve más allá de ser tu asistente y tu amiga — continuó insinuando Estéfano

— Te dejo, debo irme ya, si investigas algo más me avisas — contestó Adrien para evadir lo que su amigo estaba insinuando, no podía con eso, Estéfano lo conocía bien y si él notaba algo distinto en él, era porque en verdad estaba sucediendo, y no quería aceptarlo, no se atrevía a hacerlo

Se quedó en medio de su enorme oficina, pensando en que en verdad hacía aproximadamente un mes que no tenía sexo todo por estar pensando en cómo resolverle la vida a Emily, en cómo saber el motivo por el cual le habían hecho daño, y sobre todo cómo recuperar la herencia que su padre le había dejado.

Emily no se había atrevido a marcharse, continuaba en la oficina, con la idea de que Adrien le estaba ocultando algo, y algo muy serio, y que además todo estaba complicado con la llegada de Valeria.

— Joder, mi curiosidad me mata y de esta oficina no me voy sin que él me diga cuál es el misterio que se trae bajo la manga — pensó

La división entre oficinas era de vidrio, pero los ventanales transparentes eran cubiertos por una cortina de color oscuro, de modo que solo Adrien podía controlar cuando se abrían y cuando no. La desesperación en ambos era extrema. Él sentía culpa y ella sentía curiosidad.

Continuó ordenando unos papeles, para disimular el tiempo, total siempre se iba después de la hora asignada para su salida, así que mientras ordenaba pensarían en una forma para hacer hablar a su jefe.

Adrien abrió la cortina, y las ventanas quedaron al descubierto, Emily levantó la vista, y se levantó del suelo en donde ordenaba las carpetas, Adrien disimuló escribiendo en su computadora, mientras que ella se cruzó de brazos para observarlo.

Los vidrios impedían que ambos pudieran escucharse, así que corrió hasta su oficina y lo interceptó.

— ¿Por qué hiciste eso? Respeta mi privacidad — exclamó tras abrir la puerta

— Solo quería comprobar si ya te habías marchado, y no quise caminar hasta tu puerta — dijo él fingiendo indiferencia, sin despegar la vista del computador, en realidad él tampoco tenía nada que hacer, solo estaba creándose una actividad para no marcharse hasta que Emily decidiera hacerlo, y además porque había estado ignorando a todas sus amantes que para esa noche no tenía ninguna invitación.

Emily dio la vuelta y a lo inmediato él volvió a hablar — Me avisas a qué hora terminas para llevarte a tu casa, ella no le respondió nada, solo pensó que lo fastidiaría hasta que se hartara de su presencia y le contara lo que ocultaba y el porqué decía que eso de contratar a Valeria lo estaba haciendo por ella

Al salir se cercioró que todos en la empresa se hubieran marchado, que no quedara nadie que pudiera enterarse de lo que haría, y en efecto todos se habían ido ya, solo quedaban ellos dos en el enorme edificio y Adrien mismo había creado el escenario perfecto para la trampa.

Encendió la computadora, buscó una canción, la reprodujo, subió el volumen lo más alto posible empezó a tararearla y a bailar al ritmo de su canto mientras ordenaba los papeles, Adrien empezó a verla de reojo, movía la cabeza de un lado a otro en señal de negación, hasta que se le roncó la gana y con un solo movimiento cerró de golpe la computadora portátil y se levantó de su silla de ejecutivo, y golpeó el escritorio, Emily lo miró, y se rio, por haber logrado su cometido, sabía que llegaría hasta ella, y entonces podría sacarle la verdad.

— Adrien — dijo ella sin demostrar nerviosismo — estaba aburrida, debo ordenar todo esto, entonces estoy trabajando — explicó sonriendo, pero sin atreverse a mirarlo.

Él rodeó la mesa de escritorio y caminó en dirección a ella, ella se sintió satisfecha, estaba segura de que había logrado su objetivo, pensó que Adrien se quedaría ahí, para terminar de hablar, que le diera la respuesta que estaba a punto de darle cuando Estéfano llamó.

—Emily, me estás interrumpiendo, es mejor que te vayas ya, no creo poder llevarte a casa, y me estás fastidiando con lo que haces, sé que es a propósito — la regañó en tono serio y le indicó la puerta, mientras con la otra mano se tocaba la cabeza, desesperado, en verdad no es que le molestara es que cada movimiento que Emily estaba haciendo lo había provocado, y no quería redimirse a eso, quería hacerse entender que era su amiga, y nada más, que jamás se fijaría en ella, y creyó que como siempre Emily obedecería y se marcharía

—Oblígame a irme de aquí, tú y yo tenemos que hablar, dime por qué fue que contrataste a Valeria, y que supuestamente lo hiciste por mí, anda dímelo ya y me largo —Lo retó, acercando su pecho a él, Adrien sintió las dos bolas redondas y suaves pegando en su saco y eso lo provocó más.

—¿Segura que lo quieres de esa forma? —Preguntó en tono serio, como si tratara de intimidarla, jamás habían bromeado de esa manera, nunca antes, se habían retado así y Adrien supo que la situación se le estaba saliendo de control.

—Inténtalo, en este momento hagas lo que hagas no te tengo miedo, tus palabras o acciones no hacen efecto en mí, solo quiero saber los motivos reales para traer a esa arpía aquí, si tú sabes bien cuánto nos odiamos, y lo difícil que será trabajar con ella — dijo Emily con la voz temblorosa, pero en forma de broma, algo que Adrien no entendió, estaba muy excitado, y no entendía porqué, mientras que Emily se sentía confundida por ese bendito olor del perfume que la ponía loca. La voz la tenía seca, y él la rodeó con sus manos, sabía que no podía moverse, pero no se rendiría hasta saber la verdad.

—Bueno, tú lo pides a gritos. —Dijo Adrien quitando las manos de la cintura y colocándolas en su barbilla, él era más alto, así que hizo que el rostro de Emily se elevara un poco, y él bajó su cuello para estar más cerca de sus labios, fue un impulso, sabía que esa era la única forma de callar y calmar a cualquier mujer, y cuando menos lo esperó la besó, sus labios chocaron mientras ella se quedó paralizada al sentirlo, nunca había besado a nadie, nadie antes se había atrevido a estar así tan cerca de ella, no supo cómo corresponder al beso, ni siquiera abrió la boca, solo miró los ojos de Adrien fijos en su cara.

Se movió un poco y le susurró en el oído con voz cansada — No quiero seguir, sé que si sigo no voy a detenerme ¡Tú decides!

Todo eso hizo que los vellos de la piel se erizaran a tal grado que se le notaba muy bien su maldito nerviosismo. Sin decir una sola palabra, tomó el bolso, y su botella de agua, salió corriendo de esa oficina, se metió en uno de los baños, y se vio en el espejo, estaba totalmente roja como un tomate, solo había logrado que Adrien perdiera los estribos, y se comportara de esa forma extraña.

Adrien la vio marcharse, y también se sintió avergonzado, estaba acostumbrado a hacer eso con todas, pero jamás se imaginó que con Emily se sentiría distinto, sí lo era, porque a ella le tenía cariño, estima, la quería esa era la razón, sabía bien que eso le haría daño. Se tocó los labios y corrió a buscarla.

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