Inicio / Romántica / Un pacto por amor / Capítulo 10 ¿Quién tiene el mejor plan?
Capítulo 10 ¿Quién tiene el mejor plan?

Para Emely no fue la mejor noche, estaba sumida en sus pensamientos, tratando de ignorar la sensación incómoda que le causaba la cercanía de Adrien y Valeria, sin saber de que Adrien solo intentaba ayudarla.

En el camino hacia el restaurante, la tensión en el auto era palpable. Adrien se esforzaba por mantener la conversación en los temas superficiales que Valeria comentaba, pues estaba muy preocupado por cómo manejar la situación con Valeria y obtener respuestas sobre su extraña relación con Emely, y así finalmente resolver ese enigma que su padre le había encomendado.

Una vez en el interior del restaurante, Adrien y Valeria se sentaron en una mesa apartada. A pesar de sus intentos de mantener una conversación seria, Valeria seguía insinuando coqueteos y guiños, lo que comenzaba a irritar a Adrien. Finalmente, decidió aprovechar esa actitud para tratar de sacar información de ella.

— Valeria, entiendo que quieras discutir sobre la publicación, pero noto que estás siendo bastante... amigable esta noche. ¿Hay alguna razón especial? — preguntó Adrien con una sonrisa insinuante.

Valeria se rió suavemente, inclinando la cabeza hacia un lado con una mirada juguetona mientras jugaba con el vino en su mano.

— ¿Estás insinuando algo, Adrien? Tal vez solo estoy tratando de que esta cena sea un poco más interesante — respondió, acompañando sus palabras con una risita coqueta y acercando sus pechos a la mesa de modo que él no pudo evitar mirarlos, pero decidió seguir adelante con su juego, buscando obtener información de manera indirecta.

— Bueno, supongo que no tengo problemas en jugar un poco — dijo, esperando captar su atención, en ambas miradas se escondía algo, y ninguno fue capaz hasta ese momento de descubrirlo.

Valeria esperaba esa respuesta con ansias, cada vez se sentía más cerca de lograr su cometido

— En cuanto a lo del contrato, sé que fue mi culpa, aunque debo decir que no esperaba que me hicieras eso, ahora no queda más que aceptarlo, ya veré de qué forma me las arreglo con las otras agencias — dijo simulando resignación, pero Adrien captó a lo inmediato su hipocresía, y por un momento dudó de que se mostrara tan tranquila ante la situación.

Se sentía en una encrucijada, al tener que redimirse ante el grado de responsabilidad que él mismo se había dado sobre su misión principal: Conocer la historia de ella y el motivo por el cual no le entregó la herencia a Emely.

 La mesera les sirvió primeramente el vino, que era el favorito de Valeria, según las investigaciones realizadas sobre sus gustos, y junto a ello, una deliciosa pasta, pues sabía que esa era una pequeña parte de las cosas que podía hacer para tenerla en sus garras y dejarla sin salida ni ganas de escapar.

 — Brindemos por nuestro primer encuentro y nuestro infalible contrato — le dijo alzando la copa y llevándola cerca de la suya

— ¡Salud, preciosa! ¡Por lo que hoy empieza! Por todos los triunfos que le darás a mi empresa – contestó él al compás del sonido de las copas de vidrio fino, posterior a ello, Adrien tomó su mano, que llevaba un guante hasta el antebrazo, lo quitó y le dio un beso, un gesto que para Valeria fue demasiado agradable, y que le impidió darse cuenta de que eso era solo un anzuelo para atraparla en la siguiente persuasión

— Muero por conocerte, por saber de ti, por ver más allá de tus ojos claros — Ante eso, justamente los ojos se le abrieron más,  era astuta, pero si algo odiaba era hablar de ella.

 — El tiempo nos dará la oportunidad de conocernos, querido, estoy en tu empresa, en la mejor de todas, es lo que importa ahora, no crees, tú me llevarás al éxito, yo te llevaré más allá del éxito — respondió con la voz sardónica y vibrante, Adrien sonrió de lado

— Pero hablando de hermanas, y ya que estás en mi empresa,  no te llevas bien con Emely  ¿Quieres compartir un poco sobre eso? Si estás dispuesta a hablar de ello, por supuesto — dijo Adrien sin calcular la trascendencia de esas palabras, para Valeria escuchar ese nombre era la muerte, pero él no estaba dispuesto a tolerar más y seguir fingiendo; necesitaba información

Colocó la copa en la mesa, y la miró fijamente con rabia. 

— No es algo que me guste hablar, pero supongo que si estás interesado... Emely y yo siempre hemos tenido una relación complicada — explicó Valeria 

— Te pregunto porque quieras o no deberás trabajar con ella, es mi asistente y organizadora del evento para el cual te necesito — dijo él intentando disimular — y sé que dijiste que no las involucre y también ella lo pidió, es solo que me cuesta entender el motivo, sobre todo porque ahora solo trabajarás para mí

Valeria  tomó un sorbo de su bebida antes de volver a responder — Sí, pero eso no importa, estoy segura que podremos trabajar como dos desconocidas, además creo que es hora de centrarme en una sola agencia y hacerlo bien, agradezco la oportunidad que me has dado, tardaste mucho en buscarme, eh — afirmó, con una mirada decidida en sus ojos, pero se notaba demasiado nerviosa, nunca se imaginó que le tocaría ese tema, ella pensó que sería como el resto que caería a sus pies, enamorado.

Adrien asintió nuevamente, decidió no presionar más en ese momento y continuar con la cena de manera amigable, pero estaba tan inmerso pensando en Emely que no logró sacar una palabra más sobre otro tema.

Ante la indiferencia Valeria apartó su mano y se acomodó en la silla con arrogancia, el gesto de su cara se cambió, estaba acostumbrada a otras cosas, no a las conversaciones aburridas, le interesaba únicamente que la halagaran, o que le hablaran de dinero y de su fama, pero lo que más odiaba en la vida era hablar de su familia, pese a todo no era tonta y estaba segura que había cosas que no podía contárselas a nadie, ni siquiera a ese hombre que le estaba haciendo perder la cordura.

 — Por favor, Adrien, no vine hasta aquí para estar hablando de mi familia  — contestó comportándose de nuevo como una niña malcriada

— Lo lamento, bueno, lo importante es que estés de acuerdo con tu situación laboral en la empresa, y tu disposición para trabajar con Emely — Dijo él después de un suspiro, acomodándose en la silla con fastidio, miró hacia al rededor y entonces se dio cuenta de las cámaras, eso hizo que la mente se le aturdiera más. Sacó su teléfono y miró que tenía muchas llamadas perdidas de Estéfano.

— Lamento no quedarme más tiempo, pero al parecer tengo un problema, pues mi abogado me ha estado llamado — disimuló, pero su cara estaba pálida, por un momento se sintió acorralado.

Valeria se sintió ofendida ante su actitud, pero estaba segura de que había obtenido lo que quería — Podrías llevarme a mi apartamento, he dejado mi auto en casa de mi madre por venirme contigo — repuso molesta pero demostrando gestos de alegría en su rostro.

— Sí — respondió a secas y levantándose. Ella a lo inmediato se colocó a su lado. Ya había cancelado la cuenta desde la solicitud, así que podían irse rápido.

Se subieron al auto, y aunque los reporteros intentaron disimular, Adrien se dio cuenta que los estaban grabando y que ahora sí estaba en un serio problema, manejó lo más rápido que pudo, mientras Valeria continuaba hablando de su carrera, él solo asentía.

Cuando llegaron, ella no perdió la oportunidad de coquetear más — Vamos, Adrien, pasa, quiero darte algunos documentos que me hizo falta llevar para completar mi curriculum

Él que estaba más que nervioso, observó bien a todos lados pero no encontró reflectores ni nada sospechoso, y decidido a crear un vínculo cercano con ella para su beneficio, se animó a entrar, ella lo tomó de la mano con coquetería, a modo de juego guiando sus pasos, cuando lo tuvo dentro cerró la puerta rápidamente y lo llevó hasta la pared, lo acorraló y lo besó apasionadamente.

Adrien no supo en qué momento esa mujer lo había atrapado, y él que estaba acostumbrado a ese tipo de situaciones y a llevarse a la cama a cualquier mujer, por primera vez no sintió nada, y de la forma más indiferente que pudo la apartó.

— Más profesionalismo, por favor — dijo irónico — Dijiste que ibas a darme los papeles, solo eso — agregó con voz de mando

Ella que solía ser así de golfa naturalmente, solo sonrió nerviosa, y tomó del buró una carpeta y se la dio, Adrien la tomó y la miró con seriedad, abrió la puerta y sin despedirse salió rápido y se subió al auto lleno de rabia.

Estéfano marcó cuando él arrancó —¿Qué pasó? — gritó con rabia

— La m*****a prensa — le dijo Estéfano con un tono de voz elevado también

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo