Para Emely no fue la mejor noche, estaba sumida en sus pensamientos, tratando de ignorar la sensación incómoda que le causaba la cercanía de Adrien y Valeria, sin saber de que Adrien solo intentaba ayudarla.
En el camino hacia el restaurante, la tensión en el auto era palpable. Adrien se esforzaba por mantener la conversación en los temas superficiales que Valeria comentaba, pues estaba muy preocupado por cómo manejar la situación con Valeria y obtener respuestas sobre su extraña relación con Emely, y así finalmente resolver ese enigma que su padre le había encomendado.
Una vez en el interior del restaurante, Adrien y Valeria se sentaron en una mesa apartada. A pesar de sus intentos de mantener una conversación seria, Valeria seguía insinuando coqueteos y guiños, lo que comenzaba a irritar a Adrien. Finalmente, decidió aprovechar esa actitud para tratar de sacar información de ella.
— Valeria, entiendo que quieras discutir sobre la publicación, pero noto que estás siendo bastante... amigable esta noche. ¿Hay alguna razón especial? — preguntó Adrien con una sonrisa insinuante.
Valeria se rió suavemente, inclinando la cabeza hacia un lado con una mirada juguetona mientras jugaba con el vino en su mano.
— ¿Estás insinuando algo, Adrien? Tal vez solo estoy tratando de que esta cena sea un poco más interesante — respondió, acompañando sus palabras con una risita coqueta y acercando sus pechos a la mesa de modo que él no pudo evitar mirarlos, pero decidió seguir adelante con su juego, buscando obtener información de manera indirecta.
— Bueno, supongo que no tengo problemas en jugar un poco — dijo, esperando captar su atención, en ambas miradas se escondía algo, y ninguno fue capaz hasta ese momento de descubrirlo.
Valeria esperaba esa respuesta con ansias, cada vez se sentía más cerca de lograr su cometido
— En cuanto a lo del contrato, sé que fue mi culpa, aunque debo decir que no esperaba que me hicieras eso, ahora no queda más que aceptarlo, ya veré de qué forma me las arreglo con las otras agencias — dijo simulando resignación, pero Adrien captó a lo inmediato su hipocresía, y por un momento dudó de que se mostrara tan tranquila ante la situación.
Se sentía en una encrucijada, al tener que redimirse ante el grado de responsabilidad que él mismo se había dado sobre su misión principal: Conocer la historia de ella y el motivo por el cual no le entregó la herencia a Emely.
La mesera les sirvió primeramente el vino, que era el favorito de Valeria, según las investigaciones realizadas sobre sus gustos, y junto a ello, una deliciosa pasta, pues sabía que esa era una pequeña parte de las cosas que podía hacer para tenerla en sus garras y dejarla sin salida ni ganas de escapar.
— Brindemos por nuestro primer encuentro y nuestro infalible contrato — le dijo alzando la copa y llevándola cerca de la suya
— ¡Salud, preciosa! ¡Por lo que hoy empieza! Por todos los triunfos que le darás a mi empresa – contestó él al compás del sonido de las copas de vidrio fino, posterior a ello, Adrien tomó su mano, que llevaba un guante hasta el antebrazo, lo quitó y le dio un beso, un gesto que para Valeria fue demasiado agradable, y que le impidió darse cuenta de que eso era solo un anzuelo para atraparla en la siguiente persuasión
— Muero por conocerte, por saber de ti, por ver más allá de tus ojos claros — Ante eso, justamente los ojos se le abrieron más, era astuta, pero si algo odiaba era hablar de ella.
— El tiempo nos dará la oportunidad de conocernos, querido, estoy en tu empresa, en la mejor de todas, es lo que importa ahora, no crees, tú me llevarás al éxito, yo te llevaré más allá del éxito — respondió con la voz sardónica y vibrante, Adrien sonrió de lado
— Pero hablando de hermanas, y ya que estás en mi empresa, no te llevas bien con Emely ¿Quieres compartir un poco sobre eso? Si estás dispuesta a hablar de ello, por supuesto — dijo Adrien sin calcular la trascendencia de esas palabras, para Valeria escuchar ese nombre era la muerte, pero él no estaba dispuesto a tolerar más y seguir fingiendo; necesitaba información
Colocó la copa en la mesa, y la miró fijamente con rabia.
— No es algo que me guste hablar, pero supongo que si estás interesado... Emely y yo siempre hemos tenido una relación complicada — explicó Valeria
— Te pregunto porque quieras o no deberás trabajar con ella, es mi asistente y organizadora del evento para el cual te necesito — dijo él intentando disimular — y sé que dijiste que no las involucre y también ella lo pidió, es solo que me cuesta entender el motivo, sobre todo porque ahora solo trabajarás para mí
Valeria tomó un sorbo de su bebida antes de volver a responder — Sí, pero eso no importa, estoy segura que podremos trabajar como dos desconocidas, además creo que es hora de centrarme en una sola agencia y hacerlo bien, agradezco la oportunidad que me has dado, tardaste mucho en buscarme, eh — afirmó, con una mirada decidida en sus ojos, pero se notaba demasiado nerviosa, nunca se imaginó que le tocaría ese tema, ella pensó que sería como el resto que caería a sus pies, enamorado.
Adrien asintió nuevamente, decidió no presionar más en ese momento y continuar con la cena de manera amigable, pero estaba tan inmerso pensando en Emely que no logró sacar una palabra más sobre otro tema.
Ante la indiferencia Valeria apartó su mano y se acomodó en la silla con arrogancia, el gesto de su cara se cambió, estaba acostumbrada a otras cosas, no a las conversaciones aburridas, le interesaba únicamente que la halagaran, o que le hablaran de dinero y de su fama, pero lo que más odiaba en la vida era hablar de su familia, pese a todo no era tonta y estaba segura que había cosas que no podía contárselas a nadie, ni siquiera a ese hombre que le estaba haciendo perder la cordura.
— Por favor, Adrien, no vine hasta aquí para estar hablando de mi familia — contestó comportándose de nuevo como una niña malcriada
— Lo lamento, bueno, lo importante es que estés de acuerdo con tu situación laboral en la empresa, y tu disposición para trabajar con Emely — Dijo él después de un suspiro, acomodándose en la silla con fastidio, miró hacia al rededor y entonces se dio cuenta de las cámaras, eso hizo que la mente se le aturdiera más. Sacó su teléfono y miró que tenía muchas llamadas perdidas de Estéfano.
— Lamento no quedarme más tiempo, pero al parecer tengo un problema, pues mi abogado me ha estado llamado — disimuló, pero su cara estaba pálida, por un momento se sintió acorralado.
Valeria se sintió ofendida ante su actitud, pero estaba segura de que había obtenido lo que quería — Podrías llevarme a mi apartamento, he dejado mi auto en casa de mi madre por venirme contigo — repuso molesta pero demostrando gestos de alegría en su rostro.
— Sí — respondió a secas y levantándose. Ella a lo inmediato se colocó a su lado. Ya había cancelado la cuenta desde la solicitud, así que podían irse rápido.
Se subieron al auto, y aunque los reporteros intentaron disimular, Adrien se dio cuenta que los estaban grabando y que ahora sí estaba en un serio problema, manejó lo más rápido que pudo, mientras Valeria continuaba hablando de su carrera, él solo asentía.
Cuando llegaron, ella no perdió la oportunidad de coquetear más — Vamos, Adrien, pasa, quiero darte algunos documentos que me hizo falta llevar para completar mi curriculum
Él que estaba más que nervioso, observó bien a todos lados pero no encontró reflectores ni nada sospechoso, y decidido a crear un vínculo cercano con ella para su beneficio, se animó a entrar, ella lo tomó de la mano con coquetería, a modo de juego guiando sus pasos, cuando lo tuvo dentro cerró la puerta rápidamente y lo llevó hasta la pared, lo acorraló y lo besó apasionadamente.
Adrien no supo en qué momento esa mujer lo había atrapado, y él que estaba acostumbrado a ese tipo de situaciones y a llevarse a la cama a cualquier mujer, por primera vez no sintió nada, y de la forma más indiferente que pudo la apartó.
— Más profesionalismo, por favor — dijo irónico — Dijiste que ibas a darme los papeles, solo eso — agregó con voz de mando
Ella que solía ser así de golfa naturalmente, solo sonrió nerviosa, y tomó del buró una carpeta y se la dio, Adrien la tomó y la miró con seriedad, abrió la puerta y sin despedirse salió rápido y se subió al auto lleno de rabia.
Estéfano marcó cuando él arrancó —¿Qué pasó? — gritó con rabia
— La m*****a prensa — le dijo Estéfano con un tono de voz elevado también
Sabía bien que estaba atrapado, que se había metido en un lío por no planear mejor las cosas. Solo pudo dar un largo suspiro, entendía bien lo que significaba que Estéfano maldijera a la prensa.El sonido del teléfono zumbando en su mano le sobresaltó — Contéstame — gritó Estéfano, pero Adrien sintió un peso enorme en el cuerpo y en la conciencia, quiso bajarse ahí mismo, tumbarle la puerta a Valeria y gritarle que era una intrusa en la vida de Emely y que era eso lo que necesitaba investigar de ella, pero se contuvo.— Hablaremos en cuanto llegue a casa, voy a manejar y largarme de aquí antes que esto empeore — gritó ofuscado, acelerando el auto y cortando la llamada.Adrien se tocó la frente con la mano, intentando tranquilizarse. Cerró los ojos y recordó las cámaras en el restaurante, su conversación sobre Emely y la forma en que Valeria lo había acorralado en su apartamento.Se dirigió a su casa, su mente dando vueltas con cada pensamiento sobre cómo enfrentar la situación. Pero a
— Esto es un desastre, Emely. Estoy atrapado en una pesadilla que no veo cómo resolver —Emely mantuvo la mirada fija en él durante unos segundos antes de suspirar y hablar con voz firme.— Adrien, tienes que enfrentar esto rápido. No puedes dejarte vencer por las manipulaciones de la prensa, si no tienes nada que ocultar, entonces lucha por tu reputación y la de la empresa — le dijo con los ojos aguados — Yo confío en ti, pero no en mi hermana, te dije que era de cuidado y la verdad no me extrañaría pensar que ella fue quien contrató a la prensa para crear este alborotoLa expresión de Adrien se suavizó mientras miraba a Emely, ella tenía razón, pero no tenía la fuerza para contarle el porqué había accedido a salir con Valeria y tomar tantos riesgos, sin embargo decidió cambiar el tema, pues lo de dar una declaración pública lo hizo recordar en la advertencia de su madre.— ¿Cómo has logrado mantener a las modelos y a los inversionistas a la espera? — Dijo preocupado sentándose en el
— Adrien, no, no hagas eso, Valeria es mala, te lo aseguro, no quisiera decirlo, pero lo es — Logró decir Emely entre lágrimas mirándolo como una niñita triste que suplica un deseo— Algún día entenderás que valió la pena el esfuerzo — dijo él sin atreverse a mirarla— Maldición, Adrien, como vas a decirme eso, no más rodeos, sé sincero ¿Te gusta verdad? Todos caen a sus pies, lo sabía desde el principio que la querías en la empresa — gritó dejando ver lo celosa que estaba — Ella siempre ha sido la preferida de todos, ella no tuvo la misma mala suerte que yo, pues vamos anda, si eso es lo que deseas pues hazlo, yo solo quise salvarte de ese demonio — continuó gritando sin demostrar nada de respeto, su dolor era más grande que todo— No deberías siquiera compararte con ella — reprochó Adrien alzando la vista— Ya sé que no tenemos comparación, ella es linda, yo tengo una horrible cicatriz en mi cara — dijo con voz de resignación mientras los gestos de su boca parecían que temblaba— No
Ágata daría su vida por saber qué era lo que en realidad sucedía en la familia de su amiga, era algo que desde hace mucho tiempo quería hacer, y si se había tardado era por la misma bondad de Emely quien se negaba rotundamente a mover un dedo en contra de su madre y hermana, sin embargo los últimos acontecimientos finalmente la habían hecho despertar.Emely continuó recibiendo mensajes y llamadas de los inversionistas, modelos y diseñadores quejándose una y otra vez por lo sucedido, se sintió fastidiada y aturdida, pero la decisión de pedirle a su amiga que al fin investigara sobre su caso familiar, era algo que ya no podía ni quería cambiar.Adrien en cambio, se sintió mal por lo que había provocado, y le dolía aun más, no poder decirle la verdad a Emely. Su madre lo llamó de nuevo— Espero que ya hayas encontrado una solución a este lío, ya que tu excelente asistente ha sido quien ha dado la cara por la empresa, esa mujer es la que merecería ser dueña de la agencia no tú, irresponsa
Emely se quedó inmóvil, solo sintiendo los brazos de Adrien estrechando su fino cuerpo, no podía comprender de qué se trataba todo aquello, solo sentía un dolor inmenso en el alma, lo que había escuchado no era nada fácil.— ¿Por qué, Adrien, quién eres tú realmente, qué es lo que pretendes? — preguntó entre gritos, y él solo pudo apretarla con más fuerza, sintió tanta pena por ella, al punto que no era compasión sino que parecía un amor sincero, como si le importara demasiado su sufrimiento, algo que él había intentado evitar a toda costa. — ¿Qué pasa? – interrogó intentando disimular, solo sentía una conmoción grande por mirarla en ese estado, se compadeció de ella, y se culpó por no haber sido más cuidadoso y evitar hablar de ese tema en un lugar donde ella siempre estaba — No finjas, lo escuché todo —- dijo después de soltar un suspiro ahogado en medio de su llanto, Emely estaba completamente consternada, llena de rabia y confusiones, como si de un momento a otro Adrien se hubi
— Cállate – le gritó más molesta. — Vamos, siéntate – siguió suplicando. — Habla ya – dijo apretando los dientes con rabia. — Mi padre antes de morir intentó explicarme tu situación para que te buscara y te ayudara, pero no logró contarme todo a detalle. Con la única intención de cumplir su voluntad, abrí una investigación desde el primer día que pisaste esta empresa y me entregaste todos tus datos personales. Los comparé con los de tu hermana. Mi mente empezó a divagar en las abismales diferencias que existen en la vida de cada una de ustedes. Eso hizo que mi mente no dejara de pensar en qué pasaba y por qué mi padre quería protegerte. Dijo que tu padre era su amigo, que había muerto en un accidente cuando tú eras una bebé, pero que no pertenecías a esa familia en la que creciste. Que te habían hecho demasiado daño desde niña y que tú eras dueña de muchas cosas que hasta hoy no se te han entregado. Por eso me ordenó que te ayudara brindándote un espacio en la empresa, que eras muy
— ¿ Sí ?— musitó ella nerviosa— Es que yo nunca había sentido algo así por nadie, en verdad apenas y estoy descubriendo estos sentimientos, es como si desde el momento que mi padre te mencionara, te hubieses anidado aquí en mi corazón, en ese espacio donde antes no cabía nadie, y ahora que nos hemos besado, que te he tenido más cerca, que he conocido tu vida, es como si la sangre me llamara a quererte, a protegerte, a dedicarte mi vida — confesó en voz baja cerca de su oído, sus palabras solo fluyeron con sinceridad— No bromees con eso, Adrien, de verdad, cómo vas a fijarte en mí — lo espetó ella sin apartarse solo sintiendo su respiración cerca del cuello— ¿por qué no podría hacerlo? ¿Qué puede impedírmelo? Nunca antes conocí mujer como tú — interrogó él besando ahora su cuello, Emely descubrió en ella una sensación nueva, un escalofrío, quiso pensar que lo que escuchaba era un sueño— He sentido lo mismo durante mucho tiempo, pero estaba demasiado asustada para admitirlo. Siempre
Al terminar, él se tumbó a su lado, y le tomó la mano con cariño. Solo el sonido de su respiración se escuchaba en el ambiente.Emely se sintió acorralada en sus propios deseos y emociones. El alboroto de sus pensamientos y sentimientos la tenía abrumada, pero a la vez, su conexión con Adrien se había hecho más fuerte que nunca. Finalmente, Adrien se apartó suavemente de ella, retirando sus manos con cuidado de su cuerpo.— Quédate ahí, te ves hermosa — dijo sin poder dejar de mirarla, fue hasta el lugar donde estaba la ropa de ambos, buscó un pañuelo y limpió la sangre que salía de su sexo, luego la vistió cuidadosamente. Emely estaba inmóvil, no sentía sus piernas, y no sabía cómo actuar ante la situación.Ambos quedaron en silencio por un momento, respirando agitadamente mientras sus ojos se encontraban, tratando de comprender la profundidad de lo que acababan de compartir. Adrien la miró con delicadeza y ternura, acariciando su mejilla con el dorso de sus dedos.— Emely, eso fue..