Inicio / Romántica / Un pacto por amor / Capítulo 4 - Un contrato firmado
Capítulo 4 - Un contrato firmado

Frente a ellos estaba la gran Valeria, que había decidido llegar ese mismo día, luego de pensar en que podía sacarle provecho a la situación, vestía  un vestido rojo despampanante y un maquillaje tan perfecto, su piel era distinta a la de Emily, quien era blanca, mientras que Valeria era morena, muy morena, y eso era justamente lo que la hacía destacar en las grandes agencias de modelaje, ni siquiera físicamente se parecían. Emily la miró con la barbilla en alto, mientras ella ya coqueteaba a los ojos de Adrien.

— Hola, querido, puedo pasar — preguntó con su voz sardónica y coqueta

— Me retiro — Masculló Emily, sin dirigir su vista a la de Adrien, Valeria se apartó un poco de la puerta para que pudiera pasar y evitar que ese cuerpo tocara el suyo, fue triste estar cerca de alguien que se suponía que llevaba la misma sangre, y tener que verla como una completa desconocida, antes de que pudiera cruzar, la voz de Adrien la asaltó:

— Emily — Dijo como si tuviera el valor de ignorar a su hermana, a la que nadie se atrevía a dejar pasar sin un halago, pues hasta ese momento ni siquiera le había respondido al saludo

— ¿Sí, jefe? — preguntó ella sin denotar la amistad y confianza que tenían, no quería que Valeria se enterara de que él era todo lo bueno que tenía en la vida, porque sabía que eso provocaría en ella el deseo de arrebatárselo más rápido.

— Necesito que te quedes, para que estés al tanto de este nuevo contrato, y la inclusión de Valeria en nuestra agencia — dijo, tal cual se lo pidió, sin demostrar ningún vínculo entre ellas, disimuló tan bien, y eso le hizo retomar fuerzas, para quedarse en la oficina

— Lo siento, Señor — dijo regresándose rápido — con permiso, Señorita — fingió al pasar al lado de Valeria, pero alcanzó identificar que estaba llena de rabia, porque Adrien le había pedido estar presente en la oficina.

 ¿Cómo era posible que existiera alguien en el mundo que tomara en cuenta al patito feo, al ser que ella despreciaba? Pero sí, existía, y era el más perfecto de los hombres: Adrien Leroy.

— Por favor, pasa adelante, Valeria — dijo él luego con amabilidad, después que Emily pasó, y entonces se sintió más aliviada que nunca, era como si por primera vez alguien le diera un lugar, le ayudara a demostrarle a esa arpía que no estaba sola, y eso solo logró que sus sentimientos por Adrien acrecentaran, pero se detuvo a pensar en las palabras que había dicho “En algún momento lo entenderás” y la ansiedad se la estaba comiendo ¿Qué era lo que su adorado jefe pretendía con llevar a su peor enemiga al trabajo? ¿Por qué no la había contratado desde antes, desde que la buscó para darle el trabajo a ella? ¿Realmente estaba haciendo eso solo por el bienestar del show o por fastidiarla? ¿Qué razones tenía para haberla contratado a ella antes, y no a Valeria que era una modelo, el concepto principal de la empresa? Se preguntaba mientras el cuerpo le sudaba, Adrien colocó una silla a su lado, para que se sentara y estuviera cerca de él, situados frente a Valeria. Hacía mucho tiempo que no se miraban cara a cara.

Ambas sintieron como si estuvieran en un juego, en una ruleta rusa, mirándose una a la otra, peleando por un puesto, como dos criaturas peleando por un sueño, en silencio, pero esta vez Emily quería llevar las de ganar, esta vez no se mostraría débil ante ella.

— Buenas tardes, Valeria, es un gran placer que estés en mi empresa, y que hayas aceptado ser parte de ella, te presento a mi asistente: Emily, ella es la persona encargada de llevar a cabo de la mejor manera nuestro próximo Show: Tendencia de Marcas, en el que se pretende modelar atuendos exclusivos de las más prestigiosas marcas del país, y es para ello que también te necesito y le he pedido que se comunique contigo — señaló Adrien, con una voz que solo demostraba ironía o sarcasmo, cualquier cosa que no era sinceridad, lo conocía bien como para darse cuenta de que solo estaba intentando envolver a su hermana.

— Mucho gusto — dijo Emily saludando con su mano, sin atreverse a dársela porque sabía que la despreciaría.

— Igualmente, Emily— sonrió ella forzosamente, sin despegar sus ojos del cuerpo de Adrien, con la intención de devorarlo por completo.

— ¿Te gustaría trabajar con nosotros y ser la modelo estrella de nuestro Show? — le preguntó Adrien a lo inmediato, ella se cruzó de piernas y dejó ver toda su piel, por la enorme abertura que tenía el vestido rojo que llevaba, se recostó en el escritorio, mostrando a través de su escote la unión de sus pechos, Emily sintió repulsión y lástima por ella ¿Realmente su hermana firmaba contratos, mostrando su cuerpo? Se preguntó

Adrien inmediatamente le citó todos los puntos, y Emily le explicó cuánto dinero iba a ganar, eso que para ella era lo que más importaba.

— Me parece bien — balbuceó una vez que Emily terminó de leer los acuerdos salariales, Adrien la miró agradecido y ella sonrió, pero se seguía preguntando ¿Qué pretendía su jefe?

— Listo, entonces podemos firmar el contrato — aseguró Adrien, arqueando su ceja, mientras Valeria lo miraba con deseo, se le notaba la lujuria en sus ojos, y las ganas de comérselo ahí mismo. Le pasaron el contrato, ella lo tomó, y sin detenerse a leer lo firmó, ambos abrieron los ojos ante esa acción, y de cierto modo Emily se sintió satisfecha, por saber que en verdad su hermana a pesar de todo, era bruta.

Adrien sonrió cuando vio colocar el lapicero en su escritorio, y ver la firma exacta de la gran Valeria Durand, no pudo evitar cuánta alegría le daba eso, Emily no entendió por qué, jamás había demostrado tanta felicidad cuando contrataba a alguien, pero esta vez era distinto.

— ¡Feliz de que seas parte de mi empresa! — Exclamó Adrien estrechando su mano

— ¡Bienvenida! — exclamó Emily fingiendo la mayor de las alegría

Valeria se miraba también contenta, o agradecida, para ella también era importante trabajar para la mejor agencia de modelaje del país. Sumándole la suerte de que su jefe era un hombre muy guapo.

— Listo, te espero el lunes a las ocho — afirmó Adrien como todo un jefe serio

— Aquí estaré — dijo ella, guiñando un ojo, mientras daba la vuelta, caminó con tanta galantería que pareció gracioso, movía sus glúteos y sus piernas, con mucha facilidad.

Cuando se quedaon a solas, todo volvió a la normalidad — Lo ves, mi pequeña Emily, hoy hemos triunfado — dijo colocando su brazo en el hombro de ella y mirando la puerta que acababa de cerrarse

— Te has vuelto loco, has triunfado tú, no yo — gritó Emily apartando su mano en un arrebato de ira

— Revisa el contrato — le dijo tomando las hojas y pasándoselas, Adrien se sentó en el escritorio para mirarla más de cerca, mientras las manos de Emily temblaban al sostener aquel cúmulo de palabras.

¿Era real lo que tenía frente a ella? ¿En verdad Adrien quería a su hermana solo para él, o mejor dicho, solo para la empresa? Ahora todo parecía volverse más confuso y lleno de misterio.

— Te volviste loco — exclamó dejando caer los papeles en el escritorio, completamente absorta por lo que allí se declaraba.

— No, estoy completamente cuerdo, y eso pronto saldrá en todas las portadas de los periódicos de este país, ya lo verás — dijo complacido

— Adrien, no comprendo — balbuceó completamente abrumada

— Pronto lo sabrás, mi querida Emily, es momento de hacer justicia — alegó, y la palabra justicia resonó tan fuerte que la hizo temblar, eso era lo que ella había querido alcanzar siempre, pero qué tenía que ver su jefe con ello.

— Pero… ¿Hacer justicia por mí? ¿Por lo que me ha hecho? ¿Trayéndola aquí? ¿Teniéndola como tu modelo sin que trabaje para otras empresas? No comprendo — interrogó acercando su cara a la de él, quien se movió solo para abrazarla, y otra vez sintió ese revoloteo en el estómago, esa sensación de alegría y de temor ¿Por qué Adrien quería ayudarla a descubrir lo que su familia ocultaba? ¿Acaso él podría quererla como ella a él, o solo lo estaba haciendo por compromiso, por la amistad que sus padres habían tenido

— Calla — le dijo colocando sus dedos en los labios de ella, pero en ese momento un sonido los interrumpió, se apartó para tomar el móvil, era Estéfano, el abogado y espía, encargado de vigilar a Valeria.

Emily se sintió abrumada por ser interrumpida en cada pequeño momento cercano que lograban tener, miró el reloj, ya eran las cinco, su hora de salida, y Adrien parecía nervioso, ella salió sin decir nada, debía marcharse por respeto y hasta que cerró la puerta tomó la llamada.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo