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Capítulo 2 - Su alegría, mi desgracia

Se recostó en la mesa pensando en esa situación que sucedía diario, ese tenerlo cerca y a la vez lejos, como si solo la insultara con esas mínimas caricias, aunque ella estaba clara de su posición ante él, eran amigos y era su jefe, no había más.

No existía otra forma para solucionarlo, el show era tan solo en unas semanas, y una modelo inexperta no podría hacer bien ese trabajo, pero en cambio Valeria, su hermana, ella sí podría, y a pesar de sus diferencias,  debía aceptar que era la más indicada para el puesto.

El problema ahora, se complicaba más, pues no sabía siquiera cómo hablarle, hacía mucho tiempo que no se comunicaban. Cogió el teléfono de la empresa, y marcó, conocía su número,  sin embargo, desconocía en su totalidad el amor de hermanas. Dio un largo suspiro, mientras escuchaba el sonido de espera, cerró los ojos, y al no obtener respuesta inmediata, colgó.

— No, no puedo llamarla, debo buscar una opción, alguien que se parezca a ella, no quiero rendirme tan fácil — se dijo en voz alta, pero el teléfono sonó inmediatamente ¡ Y no era otro número que al que había llamado! Y esa era la viva señal de que no le quedaba otro camino más que hacer justo lo que acababa de decir que no haría: RENDIRSE.

— ¿Quién es? — Preguntó con la misma arrogancia de siempre, conocía bien su carácter, y si no le había dicho cosas peores es porque ella ni se imaginaba que era Emily quien la llamaba — ¡Colgaré si no dices nada! ¡No tengo tiempo para jugar al escondite contigo! — gruñó enfadada, y tuvo que hablar

— Soy yo, Emily— dijo finalmente con la voz seca de miedo, Adrien se había quedado en la puerta de la oficina para escuchar todo y Emily por estar pensando en él, ni siquiera se había dado cuenta de que no estaba totalmente cerrada, así que Adrien podía saber perfectamente todo lo que estaba sucediendo.

— Ash, tenías que ser tú ¿Por qué no hablas rápido entonces? ¿Qué quieres, hablar sobre mi madre? ¡Te digo que estás hablando con la persona equivocada! ¡No estoy a cargo de ella! ¡Ahora mismo estoy muy ocupada! Y tengo que hacer muchas cosas mejores, antes que hablar contigo — dijo irritada

— ¡Sí! Sí, Valeria, pero no es de eso que quiero hablarte no cuelgues todavía, tengo, puedo tener uno aquí — titubeó, sin darle sentido a lo que decía — quiero decir que te estoy ofreciendo una oportunidad de trabajo, en la agencia NEW MADISON. — Sin embargo, tras que terminó de hablar solo escuchó el Bip... Bip... Bip... Valeria ya había colgado el teléfono. Adrien supo eso, y comprendió lo terrible que era la modelito, y lo difícil que estaban siendo las cosas para Emily, pero no le quedaba otro camino, sabía que Valeria aceptaría sin pensarlo, esa mujer era una oportunista.

— No quiso hablar conmigo ni un minuto... ¿Soy un fracaso como hermana? Ni siquiera pude decirle de qué se trataba el trabajo, y ahora Adrien… — Dijo en voz alta mientras se agarraba el cabello, preocupada, temerosa de no poder resolver lo que tanto le urgía a su adorado jefe. Se cubrió la cara con sus manos y se recostó en el escritorio

A lo inmediato Adrien volvió a entrar, no toleró escucharla y no ser capaz de consolarla — ¿Te sucede algo? — Preguntó para disimular y no revelar que estaba del otro lado escuchando.

— Adrien, conoces muy bien la situación que tengo con mi hermana, y no sé si esta vez pueda cumplir — le dijo sin mostrar su cara, Adrien se acercó a ella, y le apartó las manos, vio su cara cubierta de lágrimas

— Pero, pequeña, tú eres fuerte e inteligente, no llores por eso, sabes que es solo porque la fama que tiene le daría prestigio a la empresa — mintió para no revelar la verdad atrás de todo

— UFF, lo sé y por eso lo intento — Dijo pero en verdad tenía ganas de gritarle porqué le estaba haciendo eso si se suponía que eran amigos, por qué se mostraba diferente con ella, porqué demostraba interés y preocupación por lo que sintiera y luego no le importara obligarla a hablar con su peor enemiga, pero justamente cuando se animó a hablar el teléfono sonó de nuevo.

— Bien, cálmate y atiende la llamada, yo me retiro — dijo dándole unas palmadas en la espalda, ella asintió, se quedó detenida mirando el teléfono, indispuesta a contestar, sabía que era ella, y que esta vez atacaría fuerte.

En ocasiones el universo solía poner todo en su contra, y no era de esperarse de que el asunto con su jefe, pondría de cabeza la poquita estabilidad que tenía. Llamar a su hermana había sido quizá la peor decisión de su vida, aunque después de todo la necesitara para conservar el trabajo con el que pagaba el medicamento de su madre, que padecía de lupus, algo que a Valeria parecía no importarle, pero lo que Emily sabía es que sí ansiaba era el dinero, y sabía que en la empresa de Adrien las cosas podrían ser mejor, sobre todo porque el tipo era guapo y millonario, tal cual como le apetecían, igual que los que eran dueños de las otras agencias para las que trabajaba, y que esa era la única razón para regresar la llamada.

Tomó el teléfono mientras se agarraba la cabeza, pensando qué decirle, lo único que la alentaba era lo que Adrien había dicho: Ella era fuerte, podría con eso, y era para el bienestar de la empresa.

— Emily, soy Valeria, tuve que colgarte porque me llamó mi jefe — dijo, pero esa dulzura fingida, era solo una revelación de sus reflexiones, luego de haber escuchado la propuesta de su hermana, pensó en que de esa manera le haría la vida imposible, y sobre todo, enamoraría a Adrien para tenerlo comiendo de su mano y aprovechar de su fortuna.

— Sí, te decía que Adrien, el dueño de la empresa para la que trabajo: New Madison…

— Sí, sí,ya sé perfectamente quién es Adrien Leroy, el hijo del mejor amigo de nuestro padre — la interrumpió haciendo énfasis en la pronunciación del nombre de Adrien

— Listo, entonces quiere que trabajes para la empresa, debido a que próximamente tenemos nuestro Show de moda principal, por eso te he llamado — Le dijo Emily rápidamente porque no quería seguir hablando con ella.

— Dile que llegaré mañana a primera hora, pero una cosa quiero que quede clara, no te me acerques, no me hables como si fuéramos familia, que yo no quiero ningún vínculo contigo — contestó Valeria y sin decir más, colgó. Emily se quedó con el teléfono en la mano, temblando de miedo, saber que la miraría le llenaba de espanto, pero finalmente le había cumplido a Adrien, si él la quería como modelo estrella de su show, era porque en realidad eso era lo mejor para la empresa y debía respetar esa decisión, lo difícil sería tener que convivir con ella si se odiaban a muerte.

Aunque no deseara admitirlo, Emily conocía muy bien a Valeria, así que creó un currículum sobre ella, y tomó de la web una de tantas fotos con las que relucía en las mejores pasarelas de París.

Adrien que estaba escuchando todo, al presentir que ella saldría, corrió hasta su oficina, y tras que se sentó, Emily que tenía acceso a entrar en cualquier momento, llegó hasta él, con el papel en mano

— Adrien, lo he logrado — le dijo dándole el curriculum, estaba nerviosa y a la vez contenta, la intriga le estaba carcomiendo el alma, y la ansiedad por saber lo que pasaría después de que Valeria entrara a trabajar con ellos, la tenía muy mal, un cúmulo de emociones la embargaban, y sabía que no podía disimularlo por más seriedad laboral que deseara tener.

— Júrame que traes una buena propuesta — Dijo él, fingiendo que no sabía nada, sonrió mientras cerraba su laptop para poder mirarla de nuevo con esos ojos avellana que la ponían nerviosa la mayor parte del tiempo

— Sí, he conseguido que Valeria acepte la propuesta — Afirmó, él abrió tanto sus ojos, como si aquello fuera el mayor de los logros hecho en su vida.

— ¡Bingo! — exclamó colocando su mano en la barbilla y dando una media vuelta con su silla que lo caracteriza como el más alto ejecutivo

—¿Bingo? Le llamas bingo a eso, por favor Adrien, créeme que lo que te estás ganando es un problema — le dijo mostrando el enojo que sentía, él se levantó de su sitio, y la abrazó ¿Pero cómo es posible? Pensó Emily sintiendo sus manos en la cintura, ese tipo la estaba confundiendo demasiado

— ¿Por qué me abrazas? —  preguntó  a lo inmediato y sin corresponder el abrazo, indiferente

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