Román y Julia fueron vecinos en la infancia, hasta que los padres de Julia se separaron y ella se fue a vivir con su madre. Las vueltas del destino reúne a los padres de Julia y al volver al vecindario lo que antes fue una inocente amistad con Román, podría convertirse en una historia de amor que los marcaría de por vida.
Leer másJulia se despertó con los primeros rayos de sol que se colaron por su ventana, instintivamente estiró su brazo buscando en el otro lado de la cama a Román, como cada día en los últimos años, pero su lado de la cama estaba vacío, él ya había despertado, al levantarse vio tal como hace tanto tiempo sus botas junto a su cama, se levantó buscándolo por todo el apartamento que ambos compartían, pero no parecía estar por ningún lado, durante su búsqueda pasó frente al ventanal de su balcón, cuyas persianas estaban abierta y la vista robó su atención, la ciudad entera podía ser apreciada desde aquí, solo la gran montaña que la rodeaba se interponía entre la luz del sol y las partes más bajas de la capital, solo las personas que estaban en los edificios más altos habían ya disfrutado de su primera dosis de vitamina D del día. Oyó como la puerta principal se abría así que se dirigió a su entrada, y lo vio, alto y guapo, con el pequeño perro Pug que habían adoptado, Estrella. - Bu
Los padres de Julia se fueron a la capital el 4 de agosto a las 17:00hs, ella y Román habían decidido no encontrarse en los días anteriores con el objetivo de no ser descubiertos y que los señores Santos decidieran hacer a su hija acompañarlos, así que no fue hasta que se habían ido que Román estacionó su auto a unas casas de la de Julia para recogerla sin que los vecinos se dieran cuenta. El gobierno había pautado un toque de queda a partir de las 20:00hs y ellos se dirigían a la bahía, por lo tanto debía ser un viaje a ver el atardecer bastante preciso, durarían una hora yendo y una hora de venida. Durante el viaje ninguno podía quitar los ojos de encima del otro, hacían bromas y se burlaban, en el camino pararon por algodón de azúcar y cantaron a todo pulmón las canciones que en la radio sonaban, todo era especial, una cita en todo su esplendor, y n
Hacia meses que Julia terminó su relación con Paul, pero aún no sentía que hubiera superado sus sentimientos, no era como que quisiera que el volviera, pero a veces se encontraba pensando en él, en como avanzó tan rápido, la chica con la que la había engañado era su nueva novia, prácticamente fue como si hubiera estado esperando que Julia lo descubriera para hacerlo oficial, aparte del espectáculo de novio afligido que dio el día del rompimiento no hubo otro tipo de intento de su parte de volver, y a las semanas ya subía fotos celebrando su amor por esta chica. El estaba perfectamente bien, con sus mentiras que seguro repetía, ¨ nunca me iré ¨, ¨ hasta el ultimo día trataré ¨, ¨ toda la vida he esperado por alguien como tu ¨, ese que siempre decía lo correcto en el momento indicado, ese mismo que nunca tuvo que responsabilizarse por el
Los meses siguientes pasaron sin que Román o Julia tuvieran noticias el uno del otro. Julia mantenía una relación con Paul, lo que no fue fácil para ella a la hora de equilibrar sus clases, las tutorías y el tiempo que le dedicaba a la relación y a sus amigos. Era la tarde del 10 de marzo y había cancelado una sesión de tutorías que tenía planeada para ese día pues sin darse cuenta quedó para ir a cenar con su novio, ya se le hacía tarde y debía llegar a su casa para arreglarse, y trató de hacerlo lo más rápido posible pero a pesar de su esfuerzo estuvo lista 20 minutos después de que Paul llegó por ella. Ella se sintió mal por hacerlo esperar, y el se sentía cansando, pues no era la primera vez que pasaba. Normalmente Julia trataba de no tener citas en día donde el tiempo estaba medido, pero cada vez era menos el tiempo libre que
La madrugada del primero de enero no salió como Román había planeado, después de su encontronazo con Julia volvió a casa de los Smith, donde al cabo de una hora casi todas las personas de su edad se habían ido a otras fiestas, el no había hecho planes pensando que estaría con Julia, su optimismo no tuvo el mejor de los resultados, solo quedaban adultos y un chico de su edad, al que conocía de vista pues vivía a unas calles pero nunca los habían presentado. Este chico lo observaba demasiado, como si quisiera acercarse a la mesa en la que Román estaba sentado solo mientras consideraba irse a su casa ya a dormir, aunque sería deprimente desperdiciar la noche estaba ya listo para levantarse e irse cuando él se le acercó y lo saludó.- ¿Qué tal? ¿También pensaste que esta sería una gran fiesta? – preguntó mientras
Will llegó por Julia poco más de diez minutos luego de que terminara la discusión entre ella y Román, poco después de que el fuera de vuelta a la fiesta de los Smith, pero las lagrimas en los ojos de Julia no habían cesado así que antes de levantarse de las silla donde esperaba se limpió un poco las lagrimas y al subir al auto ambos se desearon un feliz año nuevo mutuamente, en el camino bajó la ventanilla y con una seña le preguntó si estaba bien que fumara dentro del auto y el asintió así que ella encendió un cigarrillo, al verse en el espejo retrovisor mientras expulsaba una bocanada de humo pudo darse cuenta de sus ojos hinchados y rímel corrido, era obvio que su amigo se había dado cuenta también y sintió como el ambiente realmente había estado tenso desde que salieron de su casa, ella noto que Will tenía intenciones de preguntar qu&
Román iba a su casa como quien no quería la cosa, cuando pensó que quizás Julia ya estaba por entrar de vuelta a su casa cuando instintivamente vio hacia atrás, buscando tener otro vistazo antes de irse del rostro de la chica que hacia su corazón latir extremadamente rápido y sus palabras entorpecerse, al verla se dio cuenta de que ella también lo veía a el, ella había volteado al mismo tiempo, su reacción fue totalmente natural cuando le sonrió y alzó la mano despidiéndose una vez más, esta noche había sido fantástica, todavía no podía creer que la había besado, una cosa era besar una chica medio ebrio en una fiesta, pero esta vez tuvo el valor de hacerlo sobrio, el no podía imaginarse que una chica como ella se fijara en el, claro mucha gente decía e incluso Román sabía que físicament
Julia había tenido un par de meses ocupados, la universidad y las tutorías, e incluyendo los exámenes finales que habían tenido lugar las últimas semanas de noviembre realmente no había dejado que su mente extrañara a Román López, y efectivamente había funcionado, incluso ella estaba usando la distracción cuando inevitablemente olas de pensamientos sobre el tema la invadían, simplemente si él llegaba a su mente ella se ocuparía de tal forma que no tuviera tiempo de dejar que esas olas disturbaran la paz que sentía. Paz… aunque ella tratase de engañarse a si misma sabía que esta así llamada paz no era más que ella ignorando sus verdaderos sentimientos, y eso había estado con sus amigos y consigo misma, desde aquella llamada con Diana no hubo mucha mención del tema o del chico por parte de ninguna de las dos, de hecho al Diana tratar de conversar con su amiga del tema la reacción de esta era fingir que no era importante aunque en el fondo sentía su corazón sufrir con el distanciamient
Al Julia recostarse en su cama aún sentía el efecto del alcohol sobre ella y se preguntó si podría adjudicarle a ello el hecho de que todo esto con Román haya sido tan surreal, incluso se cuestionaba qué la había hecho ignorar la molestia que sentía porque Román la había plantado sin siquiera dar una explicación muy clara, le molestaba pensar que no le envió un mensaje, y en el fondo aunque no lo quisiera admitir le molestaba que no hubiera considerado invitarla. Si, ella sabía que al final del día no tenían compromiso el uno con el otro de invitarse a todos lados, pero si quería pasar el día con ella realmente… sabía que a sus padres le agradaba Julia y no sería extraño verla allí para su despedida, pero solo con tenerlo frente a ella y después de unas pocas palabras de excusas y disculpas lo había dejado de lado, y