PARTE III: JULIO

Cualquier ápice de ebriedad o mareo que Julia pudiera sentir desapareció con la sorpresa, había descartado completamente la posibilidad de que viniera Román y de todas maneras no lo esperaba en su puerta delantera antes de un aviso, pero no le molestaba en lo absoluto.

- Estás hermosísima, increíble lo que has hecho con tu cabello, aunque la verdad estabas hermosa ya.- comentó Román con sus ojos brillosos, y tomó la mano de Julia para saludarla, le dio un beso en la mejilla y abrazó, ella devolvió el abrazo y se embriagó con el olor del perfume del chico, que mientras la abrazaba dijo- Es un placer verte después de tanto tiempo.

- Hueles muy bien, y también es un placer verte.- Respondió Julia, Román rió y asintió mientras ella se separaba y le indicaba que pasara.- No te esperaba tan tarde.- La risa de Román cesó.

- Me siento tan apenado Julia, en serio. Disculpa la tardanza, en serio no quería perderme esto pero no me desocupé hasta hace un rato.- Dijo mientras se mostraba cabizbajo – espero no causarte molestia.

- En serio no quería sonar ruda, solo pensé que llamarías primero. Ven, sígueme atrás donde están los demás, está diana y otros amigos que te presentaré.- Ya Julia se sentía más tranquila aunque igual un poco nerviosa, estaba encantada con el saludo de este chico.

     Al llegar al patio trasero todos lucen sorprendidos de que haya llegado alguien más y antes de que Julia pueda escucharlos susurran preguntándose quien podría ser y si ella quizás tenía un novio secreto o algo, todos susurraban menos Diana que sabía exactamente quién era, y no pudo evitar saludarlo apenas estuvieron lo suficientemente cerca, y con una gran sonrisa en su rostro dijo.

- Hola Román, llegas un poco tarde.

- Lo sé, estaba un poco atareado pero no iba a perdérmelo. Hola, Diana.- Se acercó a ella para darle la mano. Julia se dirigió al grupo.

- Muchachos, este es Román y es mi vecino, Román estos son Katie, Will y Lou, mis amigos.

Hubo un momento de saludos y presentaciones, y Julia se aseguró de sentarse en una silla que le diera la oportunidad al recién llegado de sentarse junto a ella, y efectivamente al verla con un puesto libre al lado no dudó en tomarlo.

- Propongo que para que nos conozcas, y podamos conocerte juguemos una partida de Yo Nunca ¿Qué opinas?- Dijo Lou de manera animada dirigiéndose a Román.

- ¿Yo nunca?, pues tendrán que explicármelo. Nunca lo he jugado.- Respondió interesado.

- Pues es un juego bastante sencillo, nos turnaremos para decir cosas que no hayamos hecho empezando la frase con ¨ Yo nunca he ¨ y cualquiera que si lo haya hecho alguna vez tienen que tomar un shot. - Se frotó las palmas y pasó las manos por el cabello – ¿Lo ves? Pan comido.

- Pues está bien, solo empiecen ustedes así le tomaré el ritmo.

- Muy bien, Juls, haznos los honores. – Le dijo Lou a Julia.

Comenzaron a jugar y a pasar un buen rato todos, mientras jugaban y tomaban shots, se entretenían interrumpiendo el juego para contar historias y chistes, tanto Julia como Román se encontraban mirando de reojo el uno al otro más de lo que se esperaban a veces cruzando sus ojos, poco a poco el juego fue perdiendo el ritmo y la noche fue pasando, los amigos de Julia notaron esto, trataron de darles la privacidad para hablar al notar la química evidente entre ambos y a las 02:00hs el grupo estaba básicamente separado en dos subgrupos, uno de ellos incluyendo solo a su amiga y su acompañante, dejándolos a ambos libres de hablar a solas.

- El cielo siempre se ve tan hermoso aquí, desde la capital no se aprecian las estrellas de esta forma.- Dijo Román mientras contemplaba el cielo de una manera que Julia encontró muy tierna.

- No sabría decirte, pero te tomaré la palabra.- Respondió ella mientras levantaba la mirada hacia las estrellas

- ¿Nunca has ido a la capital?- Respondió sorprendido mientras redirigía su mirada a los ojos de Julia

- Pues no, nunca he salido de este pueblo al que nosotros llamamos ciudad.

- Tienes que conocer la capital, cuando quieras puedes ir y quedarte conmigo, estoy seguro que a tus padres no les molestaría si saben que estaré yo.

- Creo que estás sobrevalorando la confianza que mis padres puedan tenerte, mi madre igual que yo ha pasado años sin verte. – Respondió Julia

- Bueno, puede ser. Supongo que tendré que ganarme esa confianza si quiero la oportunidad de enseñarte el lado bueno de la capital, ¿sabes? Aunque no cambiaria este cielo estrellado por nada

- Entiendo lo que dices, o puedo imaginármelo, creo. Y con respecto a conocer la confianza supongo que tendrás que ganarla.

- Suena bien.- Dijo Román mientras se levantaba.

- ¿Pasa algo? – Preguntó Julia extrañada.

- No, es que esa canción me encanta, ¿quieres bailarla? – Estiró su mano y la puso frente a Julia  mientras sonreía, ella sorprendida la tomó y prestó atención a la canción que sonaba en el fondo y oyó como sonaba en el fondo Wouldn’t It Be Nice de The Beach Boys. Tomó la mano de Román y el tomó la mano que le quedaba libre y empezó a bailar al ritmo de la canción de una manera inocente y divertida, mientras reía y esto causó gracia a Julia y siguió bailando y riendo junto a el, tomados de las manos empezaron a dar vueltas hasta que al terminar la canción se lanzaron en el pasto y aún tomados de a mano se quedaron acostados en el húmedo césped mientras sonaba September de Earth, Wind & Fire cuando empezaron a sentir unas pequeñas gotas de llovizna en sus rostros, y en ese momento aunque ninguno de los dos sabía que el otro lo sentía ambos estaban teniendo uno de los momentos más románticos que podrían soñar, ambos se levantaron rápido y corrieron hacia la parte del patio trasero que estaba cubierta por un techo que sobresalía de la casa, de nuevo se reunieron con los amigos de Julia y por algún motivo después de llegar con ellos ni ella ni Román se atrevían a volver a tomar al otro de la mano, todos al ver que la llovizna había cesado al pasar poco menos de dos horas y después de haber pasado todo ese tiempo hablando de los mejores momentos para apreciar el cielo, conversación nacida de el interés de Román en el cielo del pueblo, decidieron subir a la terraza a ver el amanecer, los seis con una cerveza en la mano esperando que el sol se asomara mientras que todos estaban sentados en el borde de la terraza Julia y Román estaban un poco separados detrás de ellos, en ese momento justo que el primer rayo de sol se asomaba en el cielo de nuevo despejado Román decidió actuar con valentía y tomo la mano de Julia, entonces haló un poco de ella, al ella voltear se acercó lentamente a ella mientras la miraba a los ojos, y ella lo entendió y cuando el sol empezaba a iluminar las calles del vecindario sus labios se tocaron y por un momento más nada importaba para ninguno de los dos, ni siquiera el hermoso amanecer que pronto los bañaría con su luz.

Al separarse se tomaron de las manos con fuerza y Julia se recostó en el brazo de Román, dándose cuenta de que en realidad él era más bajo que ella, pero en este momento no podía importarle menos la estatura. Al ver el amanecer Will anuncia que debe volver a casa y todos deciden pedir un taxi para todos, y bajan de la terraza cuando llega, Diana siendo la única que se iba a quedar en casa de Julia solo la acompañó hasta la puerta cuando fue a abrir y despedir a sus invitados, y al pasar por la sala de estar pudo captar su reflejo en un espejo y ver que su cabello estaba empezando a rizarse de nuevo gracias a la llovizna y a la humedad, al despedirse de sus amigos voltea para despedirse de Román y su amiga Diana solo comenta que la esperará en su habitación.

- Una noche un poco larga, ¿no crees? – dijo Julia

- No se me hizo larga, creo que pudiera haber durado 100 años y no habría sido suficiente. – dijo él y mientras capturaba a Julia con sus ojos verdes agregó – aun cuando se arruinó tu alisado luces como salida de la portada de una revista de modas, ¿sabes?

- ¿Solo estás hecho para decir cosas tan lindas?- Respondió a forma de chiste

Mientras Román se acercó para darle un beso en la mejilla en forma de despedida dijo.

- Podría repetir esto cuando sea, espero verte pronto. Disfruté mucho tu compañía.

- Pues eso nos hace dos.- Aseguró Julia.

- Te propongo esto, tu y yo mañana, o bien podría decir más tarde… te recojo y te enseñaré el sitio para ver el mejor atardecer, para devolverte el favor por enseñarme tan hermoso amanecer.

- Suena como una cita – Dijo Julia bastante satisfecha.

- Justo como eso suena.

     Julia cerró la puerta y al darse la vuelta para entrar a su casa no pudo evitar mirar atrás para ver a Román antes de que se fuera, y se dio cuenta que el también estaba viendo hacía atrás, en su dirección mientras seguía caminando y la despidió una vez más con un movimiento de su mano y una sonrisa deslumbrante, sonrió de vuelta y se fue a su casa, con una sensación extraña dentro de si, distinta pero que le gustaba, la hacia sentir bien. Entrando a su casa sabía que antes de poder recostarse Diana querría llevar a cabo una interrogación profunda, y por más cansada que estuviese, quería responder sus preguntas y saber qué pensaba ella de la interacción de ambos esta noche.

     Entró con una gran sonrisa a su cuarto donde la esperaba en la cama su amiga que parecía haber estado esperando ansiosa.

- Woah, eso tomó menos tiempo del que pensé que tomaría.- Dijo mientras se sentaba en la cama.

- ¿Y esperas despierta porque?..- Preguntó Julia aunque sabía muy bien las intenciones de Diana.

- Porque asumo que querrías hablar de esta noche.

- Estuvo bien, me sentí muy bien con su compañía. – Dijo Julia sin querer revelar mucho

- Y…- Insistió su amiga

- Pues asumo que él también, dijo que quería que nos volviéramos a ver. Me dijo que hoy me llevaría a ver el atardecer.- Al oír a Julia decir esto los ojos de Diana se iluminaron.

- Suena romántico. Sabes que el no te quitó los ojos de encima en toda la noche ¿no?, lo veía pendiente de cada palabra que salía de tu boca, se sentía una tensión entre ustedes que podría haber cortado con un cuchillo. Casi me cuesta creer que sean dos personas que no están involucradas la una con la otra. – Explicó a Julia

- Creo que estás exagerando – respondió mientras se sonrojaba- aunque no sé si te diste cuenta pero mientras veíamos el amanecer el me beso.

- ¿Qué? – Exclamó Diana

- Si, también me sorprendió, no mentiré al decirte que mi sorpresa fue que se tardara tanto en hacerlo, normalmente los chicos son mucho más apresurados en ese aspecto, bueno otra sorpresa fue lo bueno que es besando. –Diana veía a Julia con la boca abierta mientras esta le decía todo esto.

- En serio estoy sorprendida, quizás haya potencial en él a ver si por fin tienes una relación. – respondió Diana

- No es como que 18 años sean una eternidad. – Reprochó Julia

- No es una eternidad, pero igual no te cierres a nada. – Bostezó – Buenas noches, o más bien, buenos días – vio la hora en su teléfono y concluyó – ya son las 07:11hs, estoy súper cansada.

- Buenas noches Diana.

Ese día más tarde las chicas durmieron hasta eso de las 15:00hs, Julia fue la primera en despertar y antes de siquiera levantarse de la cama lo primero que hizo fue revisar si Román le había escrito, pero no, todavía no se había comunicado con ella, no le dio mucha importancia y se dirigió al baño para ducharse, y al entrar se vio en el espejo mientras se desvestía, contemplo su cuerpo por un rato antes de entrar a la ducha, veía sus grandes caderas que tenían estrías que pintaban más clara su piel morena y la hacían sentir insegura, como cicatrices que mostraban como su cuerpo quizás no podría cumplir lo estándares de belleza con los que a veces incluso ella concordaba, no tenía una piel clara, limpia ni mucho menos perfecta, hizo correr la ducha hasta que el agua empezó a salir a una temperatura suficientemente calida y dejó que la mojara empezando por la cabeza, y estremeciéndose un poco al sentir el agua caliente tener el primer contacto co su piel que seguía fría por el aire acondicionado de su cuarto, mientras se duchaba recordaba momentos de la noche anterior que la hacían sonreír involuntariamente, era nuevo y extraño para ella.

     Salió de su ducha con una toalla cubriéndola, dudó si ponerse algo que pudiera servirle para salir luego o esperar que fuera más tarde, así que solo se puso ropa de estar en casa, salió a la cocina a comer algo y mientras comía respondió algunos mensajes, seguía esperando que un mensaje de Román apareciera en su pantalla y excuso la falta de el mensaje pensando que a lo mejor solo hacía tiempo que se acercara la hora para recordarle a Julia que hoy tendrían su cita, al terminar de comer fue de vuelta a su cuarto para encontrar a Diana recién salida de la ducha y con una toalla alrededor de su cabello, quién al verla con ropa de estar en casa preguntó sin mucho animo.

-¿No te ha dejado un mensaje aún?

- No, seguro está ocupado, ya escribirá. – respondió Julia

Ambas conversaron un poco un rato mientras Diana secaba su cabello con la secadora de mano de Julia y esta chequeaba su teléfono con frecuencia, cosa que hizo a su amiga sentir un poco mal por ella, pero no iba a permitir que una persona tan insignificante en su vida la hiciera sentir mal, llegadas las 18:00hs le dijo.

- Julia, no sigas esperando por él, no es importante.

- Que cambio de tema tan radical… - dijo un poco ofendida

- Sabes que tienes desde que despertaste esperando por un mensaje de ese chico, no me parece justo que estés desilusionada por él.

- Tienes razón, es estúpido. – Aseguró Julia decidida.

- Así que vamos a ir, ambas a ver el atardecer en el acantilado. –Dijo con calidez en su mirada mientras tomaba a su amiga de la mano.

- Vamos.

Ambas chicas se pusieron algo más adecuado para ir al acantilado, un punto bastante concurrido pues cerca del borde habían miradores que daban al mar que estaba a 20 metros del borde, así que usaron ropa cómoda, el sol no estaba aún muy bajo cuando salieron de  casa de Julia, ventajas del verano. Al arrancar Julia decide conducir frente a casa de Román indicándole a su amiga que solo será un segundo, y al pasar lo ve, junto a un grupo relativamente grande de personas reunidas en el porche delantero de su casa, da la media vuelta en el siguiente retorno y se dirige al acantilado con su amiga.

     Al llegar al sitio bajan unas cervezas que habían traído y se ubican en uno de los miradores, encienden un cigarrillo mientras en silencio ambas ven la hermosa puesta de sol, las chicas pasan un rato conversando y tomándose las cervezas, comentando sobre qué podrían hacer esta noche, mientras oscurece y deciden irse a comer algo.

-Hoy podríamos ir a al club- Dice Julia mientras apaga su cigarrillo con el banco del mirador y se levanta.

- Suena como una buena idea, ¿crees que los demás se nos sumen?- responde Diana mientras sigue a su amiga

- No lo sé, averigüémoslo.

Julia detiene su andar y levanta su teléfono, al abrir w******p ve un mensaje de Román, no había sido enviado hace mucho, solo hace tres minutos, era un poco largo pero ya lo había abierto y lo leyó.

Román López: Hola Julia, disculpa por no aparecer antes. Mis padres decidieron hacer esta fiesta de despedida a último momento porque tendré que irme mañana a la capital de nuevo, adelantaron el inicio del curso y sé que debí haberte dicho algo, sólo me sentí muy avergonzado como para cancelarte, pensé que quizás lo habrías olvidado o no te importara, realmente ni siquiera sé si te importa pero quiero que sepas que a mi si y lo lamento. Espero verte cuando vuelva, quisiera que fuera hoy pero debo descansar ya que saldré a carretera en la madrugada y tampoco sé si tu querrías,, aunque probablemente sea para las vacaciones navideñas, no desaparezcas por favor.

 Al leer este mensaje Julia no pudo evitar resoplar e ignorarlo, no quería meterse en esta conversación en este momento, envió un mensaje a su grupo de amigos y se fue con Diana a comer algo mientras esperaban respuesta de sus amigos, no sin ocultar, incluso a ella misma cuanta decepción sentía, quizás le contestaría a Román solo que no ahora. Esa noche Julia, Diana y sus tres amigos fueron al club y en el camino bombardearon a Julia con preguntas acerca del chico con el que había estado la noche anterior y al ver su actitud acerca de las preguntas notaron la incomodidad y no continuaron, al entrar se sentía cegada por las luces y no muy interesada en estar ahí, pero tampoco interesada en estar en casa sola con sus pensamientos, después del primer trago bailaron, disfrutaron y tuvieron una gran noche, cada canción se apoderaba de ella y no pudo sentirse mejor, podía sentir como en todos lados se respiraba y sudaba el verano, supo que nada podría realmente arruinar estas vacaciones. A eso de las 03:00hs todos salieron a tomar un taxi e irse a casa, Julia vivía más cerca del club así que la primera parada fue en su casa, sus amigos se despidieron y esperaron para asegurarse de verla entrar, ella antes de entrar a su casa decidió fumarse un cigarrillo, y se sentó en una de las sillas de su porche delantero encendió su cigarrillo y luego de tomar unas tres bocanadas decide chequear su teléfono y vio otro mensaje de Román López , esta vez preguntando si estaba despierta y si podía despedirse de ella en persona, cosa que intrigó a Julia, y no tenía sueño realmente, sin pensar mucho en el asunto respondió su mensaje con una foto de su cigarrillo y su porche delantero como fondo al cigarrillo con la descripción ¨ tienes hasta que me lo termine para llegar ¨.

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