PARTE II: JULIO

     La mudanza, y adaptación a la nueva vida de la reunida familia Santos había sido muy orgánica, debido a la naturaleza de las vidas de todos, entre los estudios de Julia, sus tutorías, los empleos de sus padres pudieron disfrutar de manera muy buena vivir juntos sin problemas de convivencia, mientras que poco a poco Julia y su madre Norman fueron dejando de lado la casa de la familia de Norma y empezaban a tratar esta casa como su hogar de nuevo, el cuarto de Julia era el que por el descuido había necesitado más reparaciones así que ella dormía en el cuarto de huéspedes mientras en sus días libres junto a su padre arreglaban esta habitación que parecía un museo de su infancia, donde su padre poco movía las cosas que ella durante sus visitas dejaba en el cuarto, hacía tantos años que no dormía en este cuarto, pero ya habían pasado dos meses arreglándolo con los días libres cuando por fin estuvo listo, y coincidentemente Julia tuvo vacaciones de verano de la universidad y decidieron organizar una fiesta para oficialmente inaugurar su nuevo hogar.

     Julia había invitado a sus amigos a pasar el rato y tomar unos tragos después de la parrillada con la que estaban inaugurando su casa, pero antes de la parrillada ella había agendado una cita para cortarse el cabello a la que su mejor amiga Diana iba con ella, era en un salón de belleza muy cerca de su nueva casa, poco antes de las 11:00hs recogió a su amiga y mientras iba manejando, ya más relajada al haber pasado los últimos dos meses perfeccionando su control sobre conducir de manera manual, mientras oían música a todo volumen y cantaban a la vez, emocionadas por las vacaciones de verano que aunque cortas, significarían mucho para estas señoritas.

Al llegar al llegar al salón de belleza se sientan a esperar su turno mientras se hace la hora de su cita, Julia toma una foto de ella y Diana y la sube a su story de i*******m con la etiqueta de preguntas con la leyenda ¨ Hagan menos tortuosa nuestra espera ¨ así se entretienen mientras esperan. Diana se ríe y dice.

-Veo que buscamos algo de atención.- Ambas ríen

-Solo quiero que el mar sepa que este pez está libre de responsabilidades, ya sabes, aprovechando este tiempo libre que no durará mucho y que mis padres están más interesados el uno en el otro que en mí. – Dice sin darle tanta seriedad al comentario, pero antes de que Diana le diga algo ven como empiezan a llegar preguntas y se entretienen respondiendo, preguntas tontas como ¨ ¿saldrían conmigo?¨, ¨ si fueran a tener una última cena ¿que comerías?¨, ¨ ¿Estás soltera?¨, luego de un rato, más preguntas llegaban y ya habían perdido el interés en seguir contestando, y entre risas Julia se da cuenta que Román López había reaccionado a varias de sus respuestas, y aunque ignora sus reacciones le pregunta a su amiga.

- Di, ¿recuerdas a Román López?- A lo que Diana reacciona con una expresión pícara

- ¿Me hablas de tu vecino que solía ser un ratito y ahora esta hecho un bombón? – Julia no sabía por qué esa respuesta especifica la hizo sentir extraña, pensó que incluso quizás sus mejillas pudieran haberse sonrojado, pero intentó fingir que nada pasaba y responde.

-Buena, ha estado enviando corazones en mis historias en el insta desde hace unas semanas, incluso me dijo que estaba guapa.

- ¿Te está coqueteando? ¿Y que le has dicho? Increíble, si cuando tus padres nos hacían llevarlo con nosotros de chicas ni siquiera se soportaban – dijo con bastante gracia. Julia responde un poco extrañada por como esta conversación la hacia sentir

- Pues no coqueteando, todavía no me ha tratado de sacar conversación realmente.- Dijo seria, pero agregó a manera de chiste - Quizás solo es un Don Juan tratando de liarse a la vecina ardiente – ambas rieron y se levantaron ya que era su turno con la estilista, mientras estaba en su bolsillo la pantalla se iluminó mientras mostraba una notificación emergente con el nombre de Román López, con un mensaje que decía:

- Juls, oí que estás de vuelta en el vecindario, justo volví por el verano y quería ofrecerte salir a tomarnos algo así nos ponemos al día.

     Julia se veía al espejo con su cabello el que había alisado con un nuevo tono chocolate semejante al color de sus ojos – se ve mucho más largo así – pensó, se veía al espejo y no parecía la chica cansada que había estado los últimos 3 meses dividiendo su tiempo entre todo menos el sueño, se sentía hermosa y Diana no paraba de decirselo, tomó su teléfono para capturar su nuevo peinado en una foto cuando se fijó en un mensaje en su pantalla que llamó su atención, el chico del que hace unas horas hablaba con Diana, y antes de tomarse la foto dijo.

-Diana no vas a creer quién acaba de escribirme.-

- No me digas que tu vecinito- Julia la vio con una mirada satisfecha y asintió mientras decía.

-Quizás yo también lo vea como un vecino ardiente ahora.- Ambas rieron estridentemente mientras Diana respondía.

- Deberías totalmente invitarlo hoy.

- ¿Tu crees?, creo que el me estaba invitando a salir en plan cita, ya sabes, solos los dos.

- Yo creo que si, estaremos tus amigos en caso que el sea un rarito aún.

- Tienes razón, es una buena idea, aunque probablemente mis padres hayan invitado a su familia y por eso sea que está tratando de hablarme, buscando una invitación para salir.-Dijo con un poco de desilusión

-No seas boba, tú eres la atracción principal de esa fiesta.- Animando a Julia.

- Si, lo soy. Realmente estoy un poco interesada, al llegar a casa le enviaré un mensaje – Dijo riendo

Julia condujo hasta su casa con Diana donde se arreglarían para la parrillada con la que inaugurarían su casa más tarde y la posterior tertulia que había organizado para pasar un buen rato con sus otros amigos. El grupo de amigos cercanos estaba conformado por pocas personas, de hecho solo eran un pequeño grupo de cinco integrantes, y aunque todos se habían graduado de la secundaria el mismo año ninguno había estudiado en la misma escuela, pero eran el tipo de amigos que se juntaban varias veces a la semana, el tipo de amigos que no dejaban pasar tiempo sin compartir a pesar de cuan ocupados pudieran estar, y hoy estarían los cinco, lo único que preocupaba a Julia con sus amigos es que normalmente las indiscreciones podían suceder, y quizás era un lugar un poco arriesgado para conocer a alguien, ella sabía que sus amigos no arruinarían nada apropósito pero también sabía cuando común podía ser un mal comentario, otra inseguridad para Julia era pensar que quizás Román podría terminar fijándose en Diana o en la otra chica del grupo Katie, seguro que Julia sabía que era hermosa pero sus amigas también lo eran, y ellas eran mucho más experimentadas en el campo de salir con chicos y el grupo, pero detuvo sus pensamientos inseguros y los cubrió con el hecho más importante de todos, y es que al final no era para tanto y no le importaba lo suficiente como para estar dándole tantas vueltas al asunto, solo era ver a un chico que tenía años sin tratar, nada más. Diana estaba arreglándose las uñas con la Sra. Norma mientras Julia estaba en su cuarto oyendo música, tomó su teléfono y abrió el mensaje de Román.

@romangla:

* Juls, oí que estás de vuelta en el vecindario, justo volví por el verano y quería ofrecerte salir a tomarnos algo así nos ponemos al día.

@Juliasantos_:

* Hey, si, estoy de vuelta al vecindario. Me gusta tu oferta, ¿qué estarás haciendo más tarde?

Julia envió el mensaje y le leyó al menos tres veces antes de enviarlo y lo estructuró de una manera en la que no sonará demasiado interesado o demasiado desinteresado, pensó mucho acerca de la puntuación y antes de enviarlo contempló ir hasta donde estaba Diana y preguntarle si el mensaje estaba bien o no, pero al enviarlo notó que no pasaron ni 30 segundos antes de que pasara de enviado ha visto y rápido salió del chat y se dio cuenta que ahora salía escribiendo, bloqueó su teléfono y lo dejó sobre la mesa de noche junto a su cama antes de ir a buscarse un vaso de agua, Julia sabía que ni siquiera estaba sedienta, solo no sabía que podría ser la respuesta, ella normalmente coqueteaba sin darle importancia porque normalmente no le importa, pero es algo acerca de Román que la hace verlo diferente, como si aunque no lo ha tratado en absoluto en mucho tiempo le importara la posibilidad de estar con él, quizás era solo la idea de que él era una persona interesante, con sus viajes, estudiaba en la capital y venía de una familia bien posicionada, tenía aparentemente su vida bien planeada, tal como Julia se sentía también, o tal vez era su apariencia, ojos verdes, espalda ancha y atlético, pero más aún que era, según Julia podía recordar y suponer por sus fotos, más alto que ella, Julia medía 1.79cm haciéndola más alta que el hombre promedio, y eso aunque personalmente no le molestaba en absoluto, los otros chicos solían pasar de ella por su altura. Abrió el refrigerador, tomó un vaso y fue hasta el dispensador, lo llenó hasta arriba y se dirigió de vuelta a su habitación, y al entrar ya tenía la mirada puesta en el teléfono que la esperaba en la mesita de noche, dejó el vaso al lado de este sin haberle dado un sorbo y tomó su teléfono y abrió i*******m y tenía cuatro mensajes de Román.

@romangla:

* Estaba re curioso de saber si estabas de vuelta, mis padres me comentaron antes de volver de la universidad  pero no había oído nada más.

* Créeme que incluso he conducido frente a tu casa a ver si te veía por ahí, y nada.

* Bueno, me alegra saber que estamos tan cerca.

* Hoy no tengo planes, ¿qué tienes en mente?

@Juliasantos_:

* Tendrás que hacer algo más que conducir frente a mi casa para encontrarme jajaja.

* Hoy  mis padres tendrán una parrillada para inaugurar las casa e invitaron a algunos vecinos y amigos, seguro ya oíste de eso.

@romangla:

* Efectivamente, oí de eso.

* ¿Me estás invitando?

@Juliasantos_:

* Podría ser.

* Ya sabes donde es.

* Unos amigos míos vendrán pasadas las 21:00hs, considérate invitado.

@romangla:

* Oh, suena bien. Haré lo posible para ir.

* Déjame tu número y te dejaré saber si podré ir.

* Ya debo irme, podemos seguir hablando luego.

Julia envió su número a Román y bloqueó su teléfono mientras se acostaba en su cama viendo el techo, se corazón estaba acelerado y sentía que su interés por este chico venía sin un fundamento claro, ella no podía encontrar las palabras pero su problema venía desde el subconsciente, Julia había pasado su vida entera creyendo que el amor no era algo accesible para ella, insegura de que su personalidad no fuera de agrado, de que su forma de ser no fuera lo suficientemente buena para las personas y pensando que no era suficiente para nadie, aunque muchas veces se había visto envuelta en relaciones casuales en las que realmente no involucraba sus sentimientos ni se permitía ni siquiera dejar entrar a las personas a su corazón, claro que ella siendo una persona tan desconfiada en ese aspecto tenía una actitud más dada con sus amistades, ya que había sido muy crítica para escogerlas y mantenerlas, pero algo cambió en ella cuando vio el amor de sus padres renacido cuando empezaron a vivir todos juntos, fue algo que la lleno de esperanza y aunque hasta el día de hoy no lo había descifrado, Julia se estaba dando una oportunidad con este chico, aunque precipitadamente entraba en una conversación con él sabiendo que no tendría los muros alrededor de su corazón y mente levantados. Julia se levantó de su cama y se fue a arreglar para la parrillada.

     Diana y Julia se veían en el espejo contemplando lo bien que se veían y salieron al patio trasero de los padres de Julia a disfrutar de la música, el clima del verano y de la  compañía de algunos vecinos y amigos de la familia Santos. Julia tenía su mente en su teléfono esperando que en cualquier momento Román apareciese, o le escribiese, pero la tarde pasó, con un ritmo lento para ella, mientras revisaba su teléfono seguido, Diana se dio cuenta de esto y dijo al oído de Julia.

- Veo que estamos esperando a tu vecino.- Julia se sonrojó y se mostró un poco desilusionada mientras respondía.

- No lo sé, no me dio una respuesta clara. – Diana negó con la cabeza con una expresión de desacuerdo.

- Típico de los chicos, muestran interés hasta que tú muestras también.

- Solo no quiero darle mucha importancia, igual no sabemos cuales son sus intenciones.

- Cierto, pero algo me dice que si sabes muy bien las tuyas al invitarlo.- Diana dijo aligerando la conversación de manera chistosa.

- No me juzgues – dice Julia entre risas – vayamos a servirnos un trago, estoy demasiado sobria.

- Pensé que nunca lo dirías. – se levantó y tomo de la mano a su amiga y fueron a la cocina donde estaban las bebidas, Julia había hecho un curso de bartender y sabía hacer varios tragos, aunque terminaron tomando unos tequila Sunrise, ya eran las 20:30hs y sus amigos seguro llegarían en un rato. Las chicas tomaron unos tragos y charlaron acerca de sus clases y metas para el verano, Julia quería hacer un viaje por carretera a la ciudad Metro por un fin de semana y conocer las discotecas más populares, mientras que Diana quería concentrarse en reparar un auto viejo que su padre le había comprado, ya que ella se apasionaba mucho con la mecánica. Sabían que sus tres amigos vendrían juntos y poco pasadas las 21:00hs escuchan el timbre y salen al patio delantero, al abrir la puerta una chica baja y pelirroja, un chico mestizo con cara de niño poco más alto que Julia y un chico un poco más bajo, caucásico y de ojos negros, Katie, Will y Lou respectivamente esperaban del otro lado de la reja de casa de Julia, al abrirles la puerta todos se sorprendieron ante el nuevo estilo que Julia y le hicieron cumplidos al respecto. Todos fueron al patio trasero donde los invitados de la parrillada ya se habían ido y no quedaba nada más que un gran patio con más sillas de las que podrían utilizar estos cinco chicos esta noche. Se sientan en circulo y encienden un cigarrillo aprovechando que ya no queda gente, aunque los padres de Julia sabían que ella y sus amigos fumaban no le permitían hacerlo frente a ellos.

- Así que dinos, ¿cómo estuvo la parrillada?- Dijo Will luego de darle una bocanada a su cigarrillo.

- Muy bien, la verdad vino menos gente de la que pensé y mis padres estuvieron muy alegres, me encanta verlos juntos y complementándose tan bien. – Respondió Julia mientras exhalaba el humo de sus pulmones y todos sonrieron mientras oían a su amiga.

- ¿Qué hacían ustedes?- preguntó Diana inclinándose hacia delante en su silla

- Yo estuve trabajando hasta hace un rato, fue un día larguísimo - precedió a responder Katie cruzada de brazos habiendo ya terminado su cigarrillo.

Se sirvieron unos  tragos y tomaron mientras hablaban de sus días. Katie contó como su jefa ha sido insoportable con los horarios de verano y como quiere hacerla trabajar extra en el puesto de comida en la costa, pero estaba contenta pues tuvo un día productivo y con bastantes propinas, Katie solía ser así, aunque fingía estar cansada de su trabajo siempre le veía el lado bueno. Will habló de que estuvo todo el día ayudando a su padre el cuarto de su hermanita que nacería en septiembre, a solo dos meses de este momento y como su padre se preocupaba por tener una hija ya cuando su hijo estaba tan cerca de irse de casa, ya que en octubre Will se iría a una universidad extranjera a estudiar idiomas. Lou se quejó acerca de haber pasado el primer viernes de julio en la universidad presentando los últimos de sus exámenes recuperativos y confiado que esta vez si los había aprobado, Diana y Julia solo hablaron del ajetreado día, en la mañana con los preparativos y su cita en el salón de belleza. La conversación fue interrumpida a las 23:00hs, cuando ya todos estaban bastante levemente afectos por los tragos, el timbre sonó y Julia decide ir sola a ver quien puede ser, no sin antes preguntar a sus amigos si habían invitado a alguien, extrañada de que alguien tocase su puerta a esta hora de la noche y un poco mareada se acerco hasta la entrada de su casa donde al abrir la puerta lo vio esperando en la reja y los nervios se apoderaban de ella, Román López en carne y hueso, mientras se acercaba el la miraba a la cara, al ella abrir la puerta y levantar la mirada, viendo de frente a sus profundos ojos verdes se paralizó el tiempo en esos segundos pudieron haber pasado miles de años y no volvió el flujo normal hasta que escuchó su voz sorprendentemente dulce decir

- Hola Julia, ¿es muy tarde para llegar?

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