El mismo asistente que me llevó la cerveza nos interrumpió para traerle una a Maël. Se dieron un choque de puños y se retiró.—Préstame atención. Deja de jugar. ¿Joao lo sabe sí o no?Le dio un trago a su cerveza.—Por supuesto que sí.Abrí mi boca.—¿Y no…?Maël plantó un beso en mis abiertísimos labios que sin tanta música, hubiesen sonado bastante extraño.—Relájate. Él es mi amigo, no dirá nada.—También es amigo de Fran.Maël cambió la expresión.—¿Y eso qué?—Por Dios de Cielo. ¡Él conoce a Nikko! Lo saludó en el teatro, se conocen…— Delu, Delu, Delu. ¡Hey! —Colocó la cerveza sobre la mesa baja y tomó mi cara entre sus manos—. Baby, estamos aquí para disfrutar, ¿ok? —Plantó otro beso en mi boca quedándose esta vez pegado allí durante unos segundos—. Gerald y su equipo están por subir al escenario y te traje para que los viéramos juntos. ¿Me prometes que te calmarás y que disfrutarás?—¿Me prometes que no pasará nada malo? —hice mi retórica enterrándome en sus retinas, quedándom
—Hola, Delu.Mis labios se secaron y me atraganté con el m@ldito humo del cigarro.—¡Hey, ¿estás bien?!El terror se apoderó de mí e inmediatamente miré para todos lados buscando a Maël.El recién llegado se echó a reír y no supe si fue por mi reacción, pero creí morir.«Nikko no pudo verme con él, es imposible, no, no, no…» Mi ex interrumpió mis pensamientos al lanzarse sobre mí para darme un abrazo que por supuesto no correspondíl.Estaba borracho. O eso parecía.—Nikko, ¿qué haces? ¿Cómo supiste que estaba aquí?—¡Dios, qué bella estás! —exhaló luego del abrazo fallido, dejando sus manos sobre mis hombros y observándome con aquella distorsionada mirada. Su cara estaba poseída por una extraña felicidad.—Es increíble que te haya encontrado aquí. —Siguió riendo. Quitó las manos, pero no se alejó—. Mamá me llamó para contarme que estabas en Viana y decidí buscarte.Arrugué todo mi rostro.Él continuó:—Sé que es una soberana estupidez buscarte sin saber a dónde. —Siguió riendo y ya m
Siempre he manejado el pensamiento o la idea de que lo mejor es lo que pasa. Y Nikko trajo consigo dichas señales: el esclarecimiento de que algo negativo se gestaría aquella noche. Sin embargo, así como él saltó a mi encuentro en el rave con su intensidad alcoholizada, de esa misma forma Maël había desaparecido. Sí. Luego del casi desastre de la fiesta, de regresarme a Braga con mi hermano y sus amigos y de meterme al cuarto para sopesar de nuevo todo lo que había ocurrido, Maël no dio más señales de vida.Me atreví a escribirle. Al principio las preguntas eran “¿Cómo va todo? ¿Estás en Braga?” Pasando por “¿Nos podemos ver para conversar?” Subiendo de nivel sin poderlo evitar: “¿Por qué no me respondes?” Durante una semana le dejé aquellos mensajes no solo en la bandeja de textos, sino que lo desbloqueé del Whatsaap para escribirle también por allí. Sin respuesta y viendo que estuvo varias veces en línea, me dirigí al correo y dejé los mismos mensajes, las mismas preguntas. Le llam
En tan solo segundos pude sentir como el suelo bajo mis pies se removió. No sé si Fran notó el cambio radical de mis expresiones pero creo que fueron evidentes.—Hola, Delu. ¿Cómo estás?Joao, el amigo de Maël era quien me saludaba.—Hola —pude decir—. Muy bien, ¿y tú?Curveó sus labios hacia abajo con una especie de mueca sonriente, y se encogió de hombros.Miré hacia la entrada, seria, esperando que no apareciera otra fatal sorpresa. Los demás inocentes de mi estupor, se sentaron y no tuve más remedio que seguirles. Me cambié de silla y ahora le daba mi perfil al portón principal. Fran a mi derecha, Sandra a mi izquierda más pegada a Galev, Gregorio padre a la derecha de Fran junto a su hijo por consiguiente, hasta rodear la mesa y ver a Joao sentarse frente a mí.Los recién llegados atendieron la petición del señor Gregorio en entregarles sus respectivas chaquetas y por ratos, pude detallar mejor a Joao.Era bastante sexy y joven, aunque no demostraba demasiada juventud en ese rost
La canción terminó y me levanté para aplaudir.—¡Esto es increíble! —Corrí para abrazar a Sandra—. Te has pasado, amiga. Fue una verdadera sorpresa pero, ¿por qué? ¿Por la obra?—Por la obra, ¡por tu éxito! No tuve oportunidad de decirte lo feliz que me puso el saber que estabas de nuevo al ruedo.—¿Desde cuándo lo organizaste?—¿Organizarlo yo? ¡No, nada de eso! Yo no fui. Fue ella quien quiso venir…—¡Hey, tú! —interrumpí a Sandra al ver que Galev se retiraba de la mesa. Lo señalé, le hice caminar hacia mí y lo abracé—. Cada vez me dejas más sorprendida, ruso. ¿Cómo conseguiste que Liesje viniera hasta acá? —Delu, ¡vamos, vamos! —interrumpió Sandrita—. Ya me tomé todas las fotos del mundo con ella, pero no las he publicado para que no vieras nada. Ahora te toca a ti.Me fui con ella hasta detrás del escenario.Y como si la noche no fuese un total torbellino de emociones, tener a Liesje en frente de mí, saludarla, abrazarla, conocerla un poco, conversar con ella, tomarme fotos que p
—¿Dónde está él ahora?—Delu, no sé exactamente qué sucede entre ustedes, pero sé que fuiste la novia de su primo y no me quiero meter en medio de ese rollo, ¿vale? —Hizo una pausa y negó con la cabeza—. Nos vamos a reunir más tarde, pero no me pidas que te de la dirección porque no sé si él tiene planeado invitarte, ¿ok? Disculpa que te lo diga así, no es nada personal.Sentí que me encogía por dentro. Sonó su teléfono celular.—Disculpa, debo contestar.Salvado por la campana, lo vi haciendo lo suyo pensando en cada una de sus palabras.Colgó, exhaló aire por la nariz sonriendo con los labios pegados como diciendo “así es la vida” y se giró para entrar.—No, espera un momento, por favor. ¿Qué te hace pensar que yo no me daría cuenta de que Maël estaba detrás de la organización de esta noche?Los labios entreabiertos del moreno me indicaron que le sorprendí.—Puedes negarlo mil veces, pero sé que él está detrás. No recuerdo cuándo carajo le mencioné sobre mi gusto por Hooverphonic, p
Me quedé como una estatua.—¿Eh?—Estoy estacionado frente a tu casa. Baja.«¡¿Qué?!»Me dirigí a la ventana de mi cuarto, la cual tenía de vista el frente de mi casa. Efectivamente en una esquina, un poco echado a la izquierda, vislumbré un carro de color oscuro y con las luces bajas encendidas.Me devolví a la cama y me senté, anonadada. —¿Se te zafó un tornillo?—Delu, necesito hablar contigo. Por favor, ¿podrías bajar? —Pero es que estás loco, Maël. Son más de las 2:00 de la mañana. ¿Qué quieres? ¿Y por qué apareces ahora?—Delu, no quiero que me vean. Por favor, vente para acá.—Ahh, tranquilo, si esa es tu preocupación, no gastes energía. No hay manera de que a mi familia le parezca extraño que el primo de mi ex prometido haya venido a visitarme en plena madrugada.—Deja las tonterías y la ironía, por favor, baj...—¿Qué coño estás haciendo al venir aquí a esta hora si sabes que es un completo error?—Si no fuera urgente, no habría venido.—Dímelo por teléfono.—¡M@ldición D
Silencio.—¿Cómo que el señor Carlos no es tu padre? ¿Qué me estás contando?—Carlos no es mi papá de sangre —bufó un poco antes de continuar—. La historia es la siguiente: Mi madre lo engañó, ¿ok? Eso.—¿Cómo que…? ¿Ya está?El mismo gesto de antes: la lengua toqueteándole las muelas.—Mamá lo engaña, queda embarazada de otro y él la perdona, por eso conservo el apellido de Carlos pero claro, por ser Saravia, y por nuestras leyes y costumbres…Mi boca abierta.—¿Y eso lo sabe tu familia? Es decir…—Sí, eso no es secreto para nadie. Nunca me ocultaron que yo no era hijo de Carlos. —Hizo una corta pausa apretando levemente su mandíbula—. Al menos fueron sinceros, ¿no?Quedé literalmente sin palabras. Y con las neuronas un poco desinfladas.—He tenido mil percances con él, Delu, miles. No compaginamos, a pesar de que hubo una época en la que demostró tenerme cariño. Pero siempre sentí su arrepentimiento por aceptarme como hijo suyo, ¿entiendes? Por darme el apellido, quiero decir. Quizá