CAPÍTULO 38

Mi expresión se congeló, pero luego sonreí por inercia. Nikko le contó algo de nuestro encuentro, eso estaba claro, ¿pero por qué Maël hablaba de mentiras?

—Me gustaría saber qué te dijo para que pienses que te miente.

La mirada de Maël cambió y me hizo sospechar que lo que Nikko le había dicho no me iba a gustar.

—Me contó que ustedes volvieron —explicó por fin y así lo corroboré, acertando: no me gustó nada la información. Seguí escuchándolo con un sabor amargo en la lengua—. No le creo, Delu. Sin embargo…

—Deseas que yo te lo confirme. O que lo desmienta, mejor dicho.

Su mandíbula se movió y asintió, sin sacar sus retinas de las mías.

—Mira, Maël. —Suspiré—. Por mi parte, Nikko y yo ni cerca estamos de volver.

—No le creo que volvieron, pero sí que se besaron. Hoy me contó que ayer te dejó en su casa. Apenas ayer.

Exhalé de nuevo. Su forma de hablar en ocasiones (muchas) me parecía tan altanera… Me removí, retirándome de nuestra pega corporal y crucé las piernas en flor. Lo que n
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