Un nefasto rey se sienta en el trono de marfil, y será misión de Sköll recuperar la paz en el reino de Lergos. El problema es que ese rey nefasto es nada más y nada menos que su hermano. Dos hombres lobos que lucharán por demostrar cuál de los dos es el verdadero rey alfa. Amor, pasión, e intriga en una historia completamente original.
Leer másEn el reino de las sombras. El rey oscuro se había asegurado que Askal fuera atendido con mucho cuidado y dedicación hasta que sanó por completo. Finalmente luego de tantos años se podía ver a un Askal nuevamente pleno y recuperado. Los seres de sombras eran trozos de carne putrefactas, que a pesar de tener forma humana, jamás fueron personas. Simplemente eran el resultado de todo el odio que existía en el mundo. Nacían del dolor que sentían los habitantes de los cinco grandes reinos, y ahora estaban listos para buscar algo más que un sombrío montón de rocas. Askal era vital en los planes del rey oscuro, por eso le había estado dedicando tanto tiempo. — Finalmente despertaste — dijo el rey oscuro mientras que Askal se levantaba de la cama con mucha energía. Era como si se tratara de otra persona muy diferente a la que llegó completamente moribunda. — ¿Qué hicieron conmigo? — preguntó Askal abriendo y cerrando sus manos muy impresionado con la mejoría en su cuerpo. — Es un secreto d
Un hombre sin piel en los pies, y completamente sucio, se movía con lentitud mientras caminaba a través de un largo camino de rocas. Casi no tenía fuerzas para continuar. Sus piernas de desmayaban, y su espalda no resistía más con el peso de su propio cuerpo. Había estado vagando el mundo durante trece años, hasta llegar al valle de las sombras. Un lugar al cuál nadie se atrevía a ir, porque estaba repleto de personajes oscuros, nacidos del odio y el sufrimiento de los demás habitantes del mundo. Y era precisamente éstos horrible seres putrefactos, quiénes aguardaban pacientemente la llegada de ese desafortunado caminante. Parados frente a él en el camino, vieron como éste se derrumbó sobre las rocas. Totalmente exhausto, y ya sin fuerzas. — Te habíamos estado esperando desde hace mucho tiempo..... ¡Askal! — gritó el rey de las sombras mientras lo ayudaban a ponerse de pie nuevamente. En el castillo de Lergos. El rey Kaslkal contaba la famosa historia de la guerra eterna, para que l
Los días pasaron rápidamente, y el día de la cena oficial de Sköll con sus pretendientes había llegado. Se trataba de otro antiguo ritual con siglos de tradición entre la familia real. El futuro rey se reunía con las aspirantes a reina para conocerlas mejor, y de esa manera tomar una decisión mucho más acertada de a quién querría para compartir el trono de marfil en el reino de Lergos. Decenas de chicas lobo con prestigiosos apellidos se dieron cita en las puertas del castillo para estar presente en esta importante velada. Incluso se peleaban entre ellas para conseguir un mejor puesto entre todas las demás. Todo un escándalo y alboroto se había desatado en las entretelas del palacio. Todas querían ser la esposa del hombre lobo más bello de todos. Las puertas del castillo se abrían lentamente mientras que todas esas chicas lobo no podía contener la emoción. Sköll se había convertido en toda una celebridad de esa época. — ¡Señoritas! — gritó el maestro del castillo una vez que las puer
Trece largos años habían pasado desde que Sköll consiguió la transformación perfecta en esas montañas congeladas. De Askal nunca más se supo absolutamente nada, y muchos en el reino asumían que había muerto. "Seguramente fue devorado por alguna bestia hambrienta, como le sucede a todos los desafortunados que se pierden en ese bosque.", Fueron las palabras del rey Kaslkal para tranquilizar a su reina, quién jamás dejó de llorar por su hijo en el silencio de las solitarias torres del castillo. Así fue hasta que un día murió por circunstancias naturales. Al rey Kaslkal le dolió mucho esa muerte, durante un día, porque al día siguiente se estaba casando con otra joven loba del reino, y así el legado de la madre de Sköll fue olvidado rápidamente. En todo este tiempo, Sköll había logrado alcanzar su máximo nivel de batalla. Era considerado como uno de los lobos más feroces y despiadados en toda la historia de la sangre de lobos en cuerpos humanos. Se había ganado el respeto de los más gran
— La bestia me va a comer... La bestia me va a comer — repetía el pequeño Askal mientras temblaba del frío sobre la nieve, y una tundra congelada. Había sido abandonado en el bosque junto a su hermano Sköll en pleno invierno como parte de un ritual sagrado que todos los integrantes de la familia real debían enfrentar tarde o temprano. Ambos niños de seis y siete años respectivamente, llevaban puesto solamente un pequeño trozo de tela en forma de pañal, sujetado por una cuerda. — No tengas miedo, Askal. Yo te voy a proteger — aseguró el valiente Sköll guardando bajo sus brazos a su tembloroso hermano menor. — ¿Porqué nos hacen esto? — preguntó Askal llorando. — Es parte de nuestro destino. Es lo que somos. Nacimos en una familia de hombres lobos que ostenta el trono de Lergos. Solo quieren llevarnos a nuestros límites para obligarnos a convertirnos en bestias. La metamorfosis perfecta. El híbrido entre hombre y lobo, como único requisito para poder ser reyes algún día — explicó Skö