—Queridos hermanos y hermanas, estamos aquí reunidos para honrar la memoria de nuestra querida Jacinta Olivares, que ha partido al encuentro con el señor.A Alfonso se le escapó una pequeña carcajada de incredulidad. Nadie lo oyó por la lluvia que caía a cántaros sobre el camposanto y por el abundante llanto de Unavi. Vestida completamente de negro y con un hermoso sombrero de ala ancha, se limpiaba las lágrimas con un blanco pañuelo.Se sintió atrapado en una comedia del absurdo. —¡La matamos, Al! ¡La matamos! —chillaba ella con horror. —No digas eso, nadie se muere por ver un pene. Debió tener alguna enfermedad de base, estaba bastante vieja. —¡Apenas tenía sesenta años! Mi abuela decía que los sesenta eran los nuevos cuarenta... ¡La matamos! ¡Qué Dios se apiade de nosotros por ser tan indecentes!... Pecadores...—Voy a solicitar su expediente médico para que veas que no fue nuestra culpa.—Ya nunca voy a poder verte desnudo sin recordar sus dedos tiesos, sus ojos resecos mirando
Martes. Alfonso había regresado de su viaje a media mañana y, entre reuniones y papeleo, Unavi no había tenido tiempo de saludarlo. Ni de besarlo. Era horario laboral, él estaba ocupado y no quería interrumpirlo. Tras darle vueltas varias veces al asunto se le ocurrió una idea. Cogió el teléfono de su escritorio y lo llamó.—¿Sí?—Señor Kamus, tiene una llamada de una mujer que dice ser su novia, ¿se la paso?Kamus frunció el ceño. Los viajes largos en avión lo cansaban, seguía afectándole un poco el jet lag y no tenía tiempo ni energías como para lidiar con locas. Él tenía una sola novia y estaba hablando justo con ella.—¿Y cómo se llama esa mujer? "¿Por qué no la pusiste en su lugar?", eso quería preguntarle. ¡Que se fuera preparando para una demanda! A veces ella era demasiado pasiva.—Dice que se llama Unavi. ¿Le digo que no lo moleste en horario laboral?Alfonso sonrió y los ojos le brillaron. Se relajó en su asiento, muy interesado en seguir la charla. El inocente jueguito que
Unavi lloraba sin consuelo, derrumbada en la entrada de su casa. La verdad había salido a la luz en el momento menos esperado y todo se había derrumbado sobre ella.Todo se había terminado.Unas horas antes.Kamus, frustrado por la deliciosa visita de Unavi que Parker había postergado (la esperanza de que se concretara durante el día seguía en pie) ahora debía oír sus estupideces.—¿Qué locura estás diciendo?—¿Recuerdas que dije que ella se me hacía familiar? Es porque la vi en una obra donde actuó. Es actriz, no asistente y no se llama Daniela.Absurdo. Todo era absurdo. En su empresa no contratarían a alguien con un nombre falso. Ingresó a la web interna de Deluxe y buscó su ficha.El nombre que apareció no acabó con sus esperanzas. Había varios Márquez trabajando en Deluxe, entre ellos una Úrsula Daniela Narváez Márquez.—Tal vez no le gusta su primer nombre. ¿Quién se llama Úrsula en estos tiempos?—Pero tú no lo sabías, ¿por qué ocultarlo? —Ella tampoco sabe mi segundo nombre,
Los rumores que surgieron por parte de quienes vieron a Daniela dejar la empresa hecha un mar de lágrimas se difundieron como una plaga. Y llegaron a oídos de Martín, que fue a la oficina de Alfonso a enterarse de lo que ocurría.—¿Y por qué Parker tiene que venir a armar enredos? —¿Te estás escuchando? ¿Preferirías que siguiera engañado?—¿Cuál engaño? Dani te dijo que nadie quería contratarla como actriz, ¿debía morirse de hambre? —¡Debía decirme la verdad! Yo fui honesto con ella desde el principio y sólo pedía lo mismo a cambio, pero prefirió mentir.—¡No te mintió, sólo te ocultó información! No valía su tiempo seguir discutiendo con Martín. Alfonso cogió su chaqueta y se fue. En el estacionamiento vio que el auto que le había regalado a Unavi seguía allí. Al menos algo de decencia tenía la mentirosa. 〜✿〜Alfonso preparó su propio café por la mañana y fue personalmente a amonestar a los de recursos humanos encargados de las contrataciones.
El teléfono Deluxe, las llaves del auto, de la casa, ella lo había dejado todo atrás. Que lo hubiera hecho a propósito era una oscura posibilidad que la cabeza paranoica de Kamus consideró. Dejar sus cosas para que él se las lleve y así aprovechar la oportunidad de volver a enredarlo en sus mentiras. Era una mujer vil y perversa.Como si él fuera la clase de estúpido que se dejaría embaucar dos veces. Casi le daban ganas de reír. Estacionó su auto en la esquina y se mantuvo espiando la casa de Unavi. No es que le importara que ella recuperara sus cosas. El auto y el teléfono no se los merecía y ya debía haber entrado a la casa sin necesidad de las llaves. Lo que lo había llevado hasta allí era la curiosidad, eso se decía él. Eso juraba él. Sólo estaba curioso, nada más. Unavi ya era parte de su pasado.Había un auto estacionado frente a la cochera y otro más se estacionó frente a la casa, de gama alta. Bajó un hombre en un traje que le quedaba como un guante y llamó a la puerta. Nad
—Este sensor inteligente puede captar movimiento hasta a una distancia de 10 metros y en un ángulo de 180°. Los que actualmente hay en el mercado no llegan a esos valores —explicó la rubia modelo, consciente de que los hombres que la escuchaban asentían, aparentemente muy interesados y luego le daban vistazos de reojo a su busto.—Qué interesante. ¿Nos tomamos una foto?Ella posó junto a él, a un costado del logo de "Sirius", marca para la que trabajaba como modelo y promotora. —Cuida esa foto. Cuando sea famosa valdrá mucho —le susurró.—La pondré en un marco, linda.Había una pequeña fila de hombres que querían una foto. Ya se sentía famosa. No era difícil para ella destacar en aquel lugar, lleno de hombres nerds, genios aburridos y unas cuantas mujeres que intentaban mimetizarse con sus rivales hombres para ser consideradas sus iguales. Sin mencionar que ahora era rubia. Nunca antes le pidieron tantas fotos como ahora que era rubia.—¿Cómo funcionan estos sensores para ventanas? —
—De acuerdo a nuestra investigación, un 35% del tráfico de internet está relacionado con gatos.Kamus había regresado en gloria y majestad a Deluxe, su imperio, luego de apariciones esporádicas y una ola de rumores sobre su condición mental. Sin embargo, el dios de la tecnología estaba más cuerdo que nunca. El jefe del departamento de investigación siguió leyendo los resultados del estudio que él les había encargado. Un estudio bastante peculiar por cierto, pero quién era él para cuestionar a Alfonso Kamus. Y si su jefe quería saber sobre gatos, buscaría toda la información para él.—Los videos sobre gatos pueden fácilmente llegar a los 20 o 30 millones de reproducciones en pocos días. El número de usuarios que los utiliza para aumentar su visibilidad y ganar seguidores va en ascenso. Alfonso se frotó el mentón, ya libre de vellos. La ausente barba volvía a dejar al descubierto al hombre distinguido que era, con su impecable corte de cabello. Había regresado a la sociedad y se sentí
El beso de Kamus fue una pequeña probada de todo lo que Unavi había perdido, de la intensa agitación que la recorría de pies a cabeza cuando estaba entre sus brazos y de la felicidad que se mantenía al final del camino, como una promesa. Pero ahora ninguno de ellos estaba en el camino.Alfonso se apartó y se llevó con él su aliento, la fuerza que la animaba a continuar con un futuro tan oscuro. Le sujetó el rostro con ambas manos en un agarre firme.—Unavi...—¿Sí, Al?—Creo... que me voy a morir...Se desplomó sobre ella, que acabó en el suelo también. 〜✿〜Unavi se secaba las lágrimas a la espera de saber sobre Kamus en la sala de urgencias. ¡Nunca más iba a prepararle el "tumba bueyes" a nadie! Era un peligro público, deberían encerrarla. El médico llegó luego de unas horas. Su seria expresión hizo que el corazón se le cayera hasta el suelo. Se preparó para lo peor.—¡¿Alfonso sobrevivirá?! Le rogó a su abuela milagrosa que así fuera. Ella n