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POV Julieta Así que, como dijo Michelle Hawks, pues simplemente me quedé y la vi alejarse para mezclarse con los invitados que de vez en cuando me lanzaban miradas furtivas preguntándose quien era yo. Así era yo, tenía poca fuerza de voluntad cuando de la familia Hawks se trataba. —¿Qué haces aquí todavía? —pregunta la señora Brigitte en cuanto me ve con desprecio. —Su hija me dijo que podía quedarme —le respondí sinceramente, sin verla a los ojos porque no le gustaba— así que eso hice. Ni siquiera tomé una copa de champán porque sabía que eso los enfurecería, la simple asistente no podía tomarse su costoso champán. —Ay, qué raro, Michelle haciendo caridad —dijo, mirándome como si fuera la cosa más asquerosa que había salido de la alcantarilla. Me tragué el cúmulo de emociones que tenía en la garganta y seguí parada en una esquina cuando la mamá de Max se fue al ver que no me inmutaba con sus palabras crueles. Solo unos minutos más y me voy, quiero cumplir e irme de este lugar que solo me da escalofríos, traté de ubicar a Maximiliano, pero no pude. No estaba en todo el lugar. Hasta que simplemente todos comenzaron a aplaudir al ver a Maximiliano Hawks bajando las escaleras con una hermosa dama de su brazo, Liliane Williams. Se veían tan bien juntos, él, todo rubio de ojos marrones, mandíbula cuadrada y labios besables, con un frac a la medida y su pajarita negra. Su cabello rubio oscuro peinado hacia atrás con una estoica mirada observando a todos sus súbditos alrededor, porque así miraba él, como si fuera el rey del lugar. Ella se veía sonriente y orgullosa, y hasta un poco tímida, con un vestido blanco virginal hermoso. Su cabello rubio platinado en un peinado agarrado solo de un lado y sus rizos cayendo en ondas rubias encima de su hombro derecho. Sus labios rosados y maquillaje suave y elegante. Todos a mi alrededor empezaron a gritar cosas como “¡Que vivan los novios!”, como si se estuvieran casando. Pero eso es imposible, él y yo nos íbamos a casar, ¿verdad? —Liliane Williams y yo hemos decidió casarnos —el anuncio de Max era tan inexpresivo como si estuviera en una junta, no había emoción en su voz, pero... las dudas se colaban en mi corazón. Perdí el color de mi rostro cuando Michelle se acercó a Maximiliano y le entregó la caja que yo misma fui a buscar hace unos minutos atrás. Mi mundo se vio destruido en menos de dos segundos, por los mismos labios que hoy adoraban mi cuerpo, ahora me mataba. Vi cómo todo lo que creí una vez colapsaba antes mí. Sentí que de repente puntos oscuros aparecían frente a mi visión y me sostuve de la pared para no caerme. Obviamente, él no me había visto y, ¿para qué? ¿Serviría de algo que viera el dolor que me causa? Yo siempre fui invisible cuando salíamos de esa habitación de hotel que visitábamos tres veces a la semana o algunos fines de semana. Eso era yo para él, un sucio secreto. Lágrimas nublaban la visión, mi corazón se veía arrancado de mi pecho. —Estoy tan feliz por ellos —escuché decir a mi alrededor. —Son la pareja perfecta —dijo una chica. —Ya era hora de que se casara —comenta un hombre gordo junto a mí como si yo no estuviera desangrándome. —Bueno, luego de cinco años de relación era lógico, tenían que casarse —comenta una anciana con una suave sonrisa. —No llevan 5 años, ella se fue a triunfar al exterior y lo dejó a él —cuenta a modo de chisme la mujer joven que le acompañaba. Yo solía podía escuchar con mis piernas bloqueadas, cuando en realidad quería correr —Pero se notan que se quieren si ahora van a casarse —mete otra una opinión que nadie le pidió. ¿Acaso todos estaban a mi alrededor solo para pisotear mi corazón? Sus palabras suenan crueles a mis oídos, mientras sentía que metafóricamente me desangraba a sus pies. Las palabras de los presentes a mi alrededor eran como dagas en la espalda. Cinco años. Me ha mentido siempre, no quería casarse conmigo porque la esperaba a ella. «Esto tiene que tener una explicación» me dije a mí misma tratando de controlar mi respiración. Sentí que debía salir de aquí, no podía respirar correctamente. Mis pulmones colapsaban. Salí a trompicones del lugar sintiendo que me asfixiaba. Cuando tropecé con un par de personas sin poder evitarlo sentí el familiar cosquilleo en mi nuca, sabía que la mirada de Max estaba en mí, pero me negué a verle a los ojos y que me siguiera viendo de manera impersonal. Desde que conocí a la familia Hawks, siento que la suerte no estaba conmigo. Siempre me pasaban cosas fuera de lugar, ellos siempre me humillaban incluyendo a Maximiliano Hawks, él era el primero en hundirme, solo su abuela era una buena persona y me trataba como lo que soy un ser humano. Sentía que necesitaba a alguien que me ayudara, que me rescatara del fondo del mar en donde había caído. Corrección, a donde me habían empujado y hundido hasta dejarme sin vida. Marqué un número de teléfono que hacía al menos dos años no marcaba. En menos de tres tonos, ya me había respondido. —La princesa se acordó de mí —dijo feliz al otro lado de la línea, él nunca me juzgaría. —Necesito de tu ayuda —fue mi respuesta atragantándome con un sollozo. «Aun no vas a llorar» me dije apretando las manos en puños, y poniendo la espalda más recta. —La tienes —dijo sin pensar el hombre que me contestaba la llamada—. ¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda médica? —Necesito volver con los míos. Necesito regresar —decidí sobre la marcha. —Pásame tu dirección, voy por ti —me dijo de repente muy serio, sin juzgar, sin rabia en su voz y las ganas de llorar se intensificaron. Escuché tacones a mi espalda, así que colgué mientras me quedaba como una estatua en todas las escaleras de la entrada de la mansión Hawks tratando de recuperar el control de mi cuerpo. —Te dije que me iba a deshacer de ti —habla la madre de Maximiliano— no perteneces a este lugar, Max será feliz con Lily y tendrán hijos hermosos.5 Narrador omnipresenteJulieta trata de ignorarla, pero el ruido de desaprobación de su garganta le hizo contestar.—Que tenga buenas noches, señora Brigitte —habla de manera temblorosa, las primeras lágrimas cayendo por mis mejillas, gracias a Dios le daba la espalda.—Espero que esto te haga razonar y que te largues de una vez por todas de la vida de mi hijo, a mí no me engañas, sé cómo lo vez. Conozco a las de tu clase —me recrimina con desdén—. No perteneces a este lugar. No perteneces a Hawks Holding como tú piensas que lo haces. No seas ilusa, niña. No le llegas ni siquiera al cemento por el que pisa mi hijo.No tiene ni jodida idea de quien soy en verdad, pero está aquí como siempre para pisotearme.—Se equivoca —levanté el mentón con valentía por primera vez en tres años, sin importar mi deplorable estado—. Es su hijo el que no me llega a mí ni a los tacones. Buenas noches, Brigitte Hawks —y con eso me fui.La escuché gritar obscenidades a lo lejos, pero no me importó. S
6. Omnipresente—Bueno, cari, lo primero es lo primero, y lo primero es que comas. Luego te des un baño con agua fría para bajar esa inflamación de los ojos. Y como sabía que la cosa podía ser grave, te traje tres vestidos espectaculares para que uses hoy.Normalmente Julieta no usaba vestidos, sino faldas de tubo o pantalones y camisas de seda con una chaqueta. Le parecía más profesional para cualquier evento. Julieta no quería llamar la atención de personas indeseadas ni mucho menos que pensaran que ella solo quería coquetear con los hombres de la oficina como hacían otras mujeres. Ella solo quería trabajar y estar cerca de Max.—No sé si un vestido me arregle mi ánimo —hizo una mueca dudosa.—Cari, eso es porque no has usado mis vestidos en cuatro años. Es demasiado tiempo, cariño —suspiró dramáticamente su mejor amigo —tienes que volver a casa regia y empoderada.No me sentía así, pero tal vez sea bueno fingirlo.—Si me llama, hablaré con él hoy y, si todo fue un malentendid
7Ella se gira rápidamente para verlo con el dolor reflejado en su rostro, en cierto modo era cierto. Ella se alejó de todo y de todos por él y él se lo pagaba casándose con otra mujer, pero eso solamente era su culpa, ella se provocó esto así misma al quererlo de esa manera tan entregada.—Solía tenerlos —dijo lentamente mirando de nuevo por la ventana— es un error que no volveré a cometer.—¿Qué quieres decir con eso? —Max pregunta un poco nervioso.Ella no es así… ¿Tanto le molestó el tonto compromiso?El silencio fue la única respuesta que recibió de parte de ella, solo se quedó viendo el paisaje, ya no iba a insistir en donde claramente no la aprecian. Un regalo no cambiará eso.Luego de varias horas de camino llegaron al pintoresco de Maryland, ella veía todo con ojos soñadores y sus hombros se relajaron al ver a las personas caminar tranquilamente por sus calles, era más tranquilo que la frenética ciudad de Nueva York.Por fin Max había visto un cambio positivo en ella y logró c
8—Tú la pasas bien —le recrimina ella con desdén— te dije que quería casarme, tener hijos. Me dijiste que sí, que te diera tiempo y lo hice; te di 3 años de mi tiempo. Ahora te casaras, pero no conmigo, Maximiliano Hawks, y eso está bien —se encogió de hombros. Por eso me voy.Él la mira sorprendido, nunca le había dicho su nombre completo de esa manera tan dura y desprovista de emociones.—No soy el único que se la pasa bien aquí, ahora no me salgas con que abuso de ti. Estabas muy de acuerdo con este trato cuando lo propuse —le reprende Maximiliano enojado.—Sí, con la condición de que nuestra relación fuera pública en algún momento —le discute ella sin quedarse callada esta vez— prefieres a otra para ser tu esposa, así que es tiempo de irme.«Ya no bajaría la cabeza ante él nunca más» piensa ella.—Bueno, los planes cambiaron. Debes esperar un poco más, en unos años me divorciaré de ella —le habla como si fuera una niña de cinco años y él el papá que la reprende— Liliane regr
9POV MaxSeguí enojado todo el viaje de regreso a la ciudad y solo porque Julieta estaba malcriada hoy. No era como esperaba pasar el día, cuando llegó a la casa y me encontré con Liliane sentada en la sala hecha una mar de lágrimas y su madre consolándola. Casi puse los ojos en blanco, casi.—Al fin llegas, Max —dijo mi madre con dramatismo incluido, lo que solo me ponía de peor humor.—Sí —me senté en el sofá viendo atentamente a Liliane llorar.¿Esta era la chica que conocí de niño?Debo admitir que hace unos ocho años que no la veo, ha cambiado mucho. Es hermosa, pero todas esas lágrimas solo lo dañan todo.—Debes hablar con ella y aclararle que tú no tienes nada con ninguna mujer —ordena mi madre— en especial con esa secretaria decrepita.—Ya le expliqué lo que pasó por teléfono —respondí sin inmutarme —déjanos a sola, mamá.No estoy acostumbrado a darle explicaciones a nadie y no iba a comenzar ahora. Le mentí y le dije que me había manchado de vino y solo quería darme una duch
10POV Max—¿Capitulaciones? —cuestiona uniendo sus cejas en confusión.—Sí, un acuerdo prenupcial, un contrato antes de casarnos —le explico, como si fuera lerda.—Sé lo que son —murmura y levanta la cabeza para poder mirarme a los ojos con mirada ofendida— no pensé que firmaríamos nada de eso, mi familia es tan acaudalada como la tuya en todo USA.Ella cree que no voy a cuidar el patrimonio de mis abuelos y mis padres… si de verdad pensó eso está loca.—Firmarás esas capitulaciones o no hay boda, Liliane —dije encogiéndose de hombros sin cambiar de decisión— quiero cumplir con mi palabra, ayúdame a hacerlo —suspiré tratando de ser más suave con ella, pero era realmente difícil.No me sale ser una persona sensible y con paciencia cuando claramente carezco de eso.No quería casarme, pero ahora que tengo que hacerlo cuidaré de mi empresa y mi dinero. Era por eso que tenía la misma amante durante tres años, es antihigiénico y molesto tener que buscar mujeres constantemente para s
11 Omnipresente A la mamá de Max le agradaba Liliane Williams para su hijo, era una mujer con dinero y clase, casi de la misma situación económica que ellos. Era perfecta para que le diera nietos, pero el terco de su hijo se lo ponía muy difícil y era estresante para ella.—Mejor me voy —dijo la dulce voz de Liliane levantándose de la mesa.A Liliane le costaba mantener la compostura y su cara afligida cuando solo quería gritar como una loca y despotricar sobre lo grosero que siempre es el presidente Hawks con ella y lo seco e impersonal que es Maximiliano, pero ella quería formar parte de esta familia. Lo necesitaba y no pensaba darse por vencida tan fácilmente.—Te acompaño a la puerta —contesta Brigitte, levantándose de la mesa y siguiendo a la chica que se veía temblorosa y algo pálida— deberías seguirlo y ver a donde va en verdad —aconseja la futura suegra mirándola a los ojos.—¿Qué cosa dice? —pregunta fingiendo estar asombrada— no creo que sea correcto, señora Brigitte.
12 Julieta desde que llegó al club no había dejado de bailar y beber cócteles juntos con su amigo.Cuando llegó Tomás le presentó a Benjamín Trunks, su socio. Alguien bastante respetuoso, pero mirada triste y tormentosa. Así que Julieta no se acercó demasiado a él, pero si se enfocó en bailar con su amigo.—Tu socio se ve melancólico —dijo ella cuando llevaba dos copas encima y entraba en confianza.—Esta pasando por un momento difícil en su matrimonio. Lo saqué a ver si se divertía —se encoge de hombros Tom.—Espero todo se solucioné —dijo con un puchero.Tomás admiraba eso de su amiga, a pesar de que su vida no era lo mejor ella siempre pensaba en los demás y se entristecía por ellos. La sacó a bailar nuevamente porque ella también tenía que olvidar sus problemas.—Mira cuantos hombres puedes tener a tus pies —dijo Tomás en su oído, como si le estuviera diciendo cosas calientes mientras se restregaba en su cuerpo al ritmo de la canción.Julieta recostó en el hombro de su me