holis. Feliz domingo como va su día? gracias por sus comentarios, me hacen feliz, vi algunas teorías y por fis no desesperen Julieta se irá cuando tenga que irse jeje
38 —¿Por qué llamas? —pregunta Julieta con asombro, cuando recupera el habla, luego de minutos se silencio a través del teléfono. Ella se había hecho la idea de que ya no hablaría con su padre, en cuanto lo escuchó su voz miles de recuerdos se abalanzan en su mente, desde hace tres años que no hablaba con nadie de su familia, pero desde hace cinco que no los veía y le alegraba que hablara con amor, pensó que la odiaba para este punto. Les extraña mucho... sobre todo a su madre, y sus hermanos, oír su felicidad pone una sonrisa en su rostro cuando pensó que, en este momento todos en su familia la odiaban a muerte por romper a su familia hace años cuando se negó a casarse con ese duque y dejar atrás todo. —Quería ver como estabas, una amiga de tu madre comentó que te había visto en Estados Unidos y quise llamar a Tomás a ver si te había visto también y tal parece que así es —habla con su marcado acento inglés... como extrañaba esas cosas y no se había dado cuenta— también quer
39 —Creo que puedo aceptar una cena —Julieta claudica— podemos pedir pizza o algo de comer. —No vas a llevar al conde de Cornwall a comer pizza, necesitas llevarlo a algo más formal —contesta Oswald, ofendido con los pensamientos de su hija, pero con una pequeña sonrisa, sabía que ella batallaria hasta el final Tomás solo se levantó y la siguió, sabía que había metido la pata al meterse en un tema que no era su problema, pero era la verdad. Es solo que ya no quería ver a amiga triste y en eso sí falló. Sabía que tenía una sonrisa en el rostro, pero era más falsa que un billete de 3. —Bien, nada de pizza —resopló, enojada con aceptar está cena— si el viejo no me gusta no me caso. —¡De eso nada, jovencita! —salta enseguida su padre— aún hay muchos pretendientes por aprobar. —¿Puedo elegir? —cuestiona incrédula. —No me diste oportunidad de decirte que puedes elegir, entre la lista que tu madre y yo tenemos para ti —le cuenta— te amamos, hija y solo queremos lo mejor para ti, y lo m
40 Se quedan en silencio, retandose con la mirada, al menos cinco segundos antes de que Max diga algo, Julieta lo agarró totalmente desprevenido lo que lo deja mudo por unos segundos. —¿Qué? —cuestiona Max, frente a ella un poco enojado. Max estaba sumido en sus pensamientos cuando salió del trabajo y cuando se dio cuenta ya estaba manejando hacia la casa de Julieta, no dio vuelta atrás. Solo apretó el acelerador para llegar más rápido, y ahora aquí estaba frente a ella. —¿Eh? pues claro que no —le rebate con furia en su voz— últimamente todo lo malo que me pasa es culpa tuya. —Julieta… —pero una vez más la diatriba de la chica lo interrumpe. —Seguro quieres que vuelva a contigo y este es otro de tus planes estúpidos. Como por ejemplo no dejarme renunciar, Maximiliano —su queja le duele a Max, pero sabe que se la tiene merecido. Suspira cansado y decide gritar a ver si así ella lo oye. Él no es un buen hombre, eso él lo tiene muy claro, pero ahora no puede alejarse d
41 Al cerrarle la puerta a Maximiliano se recostó de esta y comenzó a llorar hasta quedar sentada en el suelo sintiéndose como su corazón se rompía de nuevo. Todo su cuerpo, le pedía a grito que abriera la puerta y lo detuviera. No lo hizo. “¿En serio la extrañaba?” se preguntaba Julieta una y otra vez. Julieta tenía tantas ganas que tenía de gritarle que volviera, pero Tomás tenía razón y ya no podía volver a caer en sus redes de nuevo. Así que se abrazó sus piernas y siguió llorando más fuerte. —Se acabó, ya se acabó —se repetía Julieta una y otra vez. Ya entendió la verdad de su situación y era que Maximiliano no la quería, nunca lo hizo ella ya no se hacía ilusiones con eso, así que solo quedaba seguir adelante con su vida; luego del juicio se iría a Londres de donde nunca debió salir. Su padre tenía razón, era hora de crecer. Julieta no sabe en qué momento dejó de llorar, pero cuando lo hizo sentía que su cabeza le latía, se fue a acostar, arrastrando sus pies, sintien
42Isabel se veía neurótica, Maximiliano logró lo que ninguna otra persona en menos de 48 horas… —¡Espere una demanda mía! —le grita, con las venas abultadas en el cuello.Muchos filmaban lo que pasaba y Rachel sabía que esto terminaría en las redes si ella no lo manejaba bien y a tiempo.—No, no lo harás —dijo Max muy sereno.—No este tan seguro, señor Hawks —habla muy segura.—Si haces eso me veré en la penosa necesidad de contrademandarte por encerrar a una mujer en el ascensor por ordenes de mi madre… o mejor, tal vez te encierre allí la misma cantidad de tiempo y seria justo ¿No? —habla Max bajo y despacio acercándose a ella despacio, con voz que no admitía replicas.—No puede hacer eso —su voz se quebró al final.—Luego haré tu vida un puto infierno ¿esto? —señala la oficina, como si no la hubiera oído—. Serán como vacaciones, puedo hacer que te quiten la porquería de casa en donde vives, revelarle a tu esposo que lo engañas con Jess el de contabilidad y mucho después cu
43Julieta iba nerviosa en el carro, tenía ganas de comerse las uñas, pero su amigo se había esforzado en mimarla; era justo que ella aguantara un poco más.Solo esperaba que la cena no fuera un total fiasco, tal vez su padre tenía razón y casarse era la solución para sus problemas. Solo así se alejaría de Maximiliano de una vez por todos.—Ya llegamos, señorita Beaumont —le dice el chófer sacándola de sus pensamientos.Su rostro palidece al escucharlo, hacía mucho tiempo que nadie la llamada de esa manera.—G-gracias —se baja con una elegancia innata— su jefe... ¿ya llegó?—No tengo conocimiento de eso, mis disculpas —hace una corta reverencia— estaré esperando aquí afuera por usted a menos que me ordene lo contrario.—Gracias, espere por favor —le pide Julieta.Si las cosas salen mal solo debe irse con el chófer y decirle a su padre que lo intentó ¿no?El señor asiente y la guía hacia dentro, solo ahora se da cuenta del opulento donde estaba, era exquisito y bastante exclusi
44 —Felicidades a los novios —dijo Max, con un toque de rabia en su voz que intentaba desesperadamente ocultar. El dolor en su pecho era real y lo que veía frente a sus ojos también, el hombre obviamente adinerado y totalmente desconocido para él le entregaba a su Julieta una caja que presumiblemente contenga un anillo de compromiso y Maximiliano sentía que se asfixiaba. —Gracias —sonríe Callum, no entiende quien es el hombre. Pero por el rostro pálido de su ahora prometida le daba un indicio— Callum Rutland —le tiende la mano— ¿tú eres? Callum no entendía la llegada imprevista del rubio, pero no le importaba mucho que digamos. Estaba aquí por que desde que Juliette Beaumont nació fue prometida a él y pensaba honrar el deseo de su abuelo, y aunque ella era muy hermosa no la quería como tal. —Maximiliano Hawks —respondió a regañadientes, sin quitarle los ojos de encima a Julieta y aceptando la mano de su oponente— ¿Cómo has estado, Jules? —Bien —respondió con dientes a
45Julieta logró comer la mitad del plato sin devolver nada, gracias al cielo por eso y luego Callum se ofreció a llevarla a casa y ella aceptó, el peso del anillo se sentía extraño en su mano.“Debo acostumbrarme, está será mi vida ahora” se repetía una y otra vez.Callum no dijo nada el resto del camino, ella se veía pensativa y no quería agobiarla más de lo que ya se veía.—Ya llegamos —está vez fue Callum, quien la sacó de sus pensamientos.—Lo siento, me distraje —contesta Julieta avergonzada, por cómo se perdió en sus pensamientos de esa manera.—No pasa nada, yo también estoy cansado del viaje y la reunión con inversores que tuve luego, luego —explica Callum con una sonrisa sincera.—Gracias por entenderme, si hubiera sabido que estabas tan cansado hubiera aplazado la cita para mañana —comenta sintiendo empatía por él.—No, me alegra que no hicieras eso… ¿Vives aquí? —señala al edificio de piedra roja.Ella se ruboriza, sabe que un hombre como el duque de Cornwall debe estar ac