256El caos en la prisión aumentaba a cada segundo. Las explosiones parecían orquestadas, no un ataque al azar. Maximiliano lo sabía; esto era demasiado preciso. Mientras otros reclusos y oficiales corrían como ratas atrapadas, él se mantuvo firme, evaluando la situación. Kenny, que estaba a su lado, respiraba entrecortado, intentando no perder los estribos.—Max, ¿quién demonios haría algo como esto? —preguntó Kenny, con la voz temblorosa.—Alguien con mucho poder y un interés particular en esta prisión. —Maximiliano frunció el ceño, mirando hacia las puertas que ahora eran un amasijo de metal destrozado. El humo comenzaba a llenar el ambiente, dificultando la visión.Otro estallido resonó, esta vez más cerca, haciendo que parte del techo del taller de arte donde se escondían se desplomara. Maximiliano empujó a Kenny a un lado, justo a tiempo para evitar que los escombros lo alcanzaran.—¡Quédate detrás de mí! —ordenó Max, mientras avanzaba hacia una de las salidas traseras que conoc
257El sonido de las máquinas del hospital llenaba el ambiente mientras Julieta caminaba con una bandeja que sostenía un café y un par de sándwiches. Sus pensamientos estaban enfocados en encontrar una solución para los problemas de Hawks Holding y el bienestar de Tomás. Desde que asumió el mando, la presión había sido constante, y ahora, con Dimitri aún en libertad, su vida era una lucha constante contra el reloj. Primero la empresa, después Dimitri, se repetía como un mantra para no perder el foco.Cruzaba el pasillo principal cuando dos enfermeras pasaron conversando apresuradamente. Julieta no les prestó mucha atención al principio, pero unas palabras llamaron su atención de inmediato.—¿Supiste? —dijo una de ellas, mirando a su compañera con expresión alarmada—. La mujer que raptó a una niña hace poco se escapó antes de llegar al sanatorio. Dicen que todos murieron.Julieta se detuvo en seco. La bandeja tembló en sus manos.—No me digas… —respondió la otra enfermera, sorprend
258Faltaba poco para la rueda de prensa, y Julieta no podía evitar sentir un leve nudo en el estómago. Sentada en una pequeña sala de espera, su asistente, Mateo, revisaba algunos documentos mientras ella intentaba concentrarse en su respiración. Llevaba un vestido rosa palo elegante, sencillo pero sofisticado, que contrastaba con su expresión seria y pensativa.De repente, la puerta se abrió, y una mujer desconocida entró, mirando alrededor como si estuviera buscando algo. Sus ojos se iluminaron cuando vio a Julieta y, con una sonrisa satisfecha, se acercó con pasos firmes.—Oh, te encontré —dijo la mujer con entusiasmo, deteniéndose frente a Julieta.Julieta alzó la mirada, su postura se enderezó de inmediato, proyectando autoridad.—¿Qué quiere? —preguntó Julieta con voz calmada pero firme.—Me encantaría hablar con usted, señorita Persson.—Soy Beaumont. Julieta Beaumont —corrigió Julieta automáticamente, su ceño fruncido mientras evaluaba a la intrusa—. ¿Y usted es…?—Ver
259La tensión en la sala era palpable. Maximiliano Hawks y Alejandro Moretti estaban frente a frente, ambos con miradas desafiantes. La cárcel, un caos absoluto tras las explosiones, ahora era el escenario de un enfrentamiento que podría decidir mucho más que la supervivencia.Un silencio cargado dominaba el ambiente hasta que una risa, ligera y burlona, rompió la tensión.—Bueno, bueno, miren qué linda reunión familiar —dijo Sebastián Deveroux mientras entraba en la habitación con una elegancia que contrastaba completamente con el caos que los rodeaba. Vestía un impecable traje gris brillante y llevaba una sonrisa cínica que desarmaba a cualquiera.Maximiliano frunció el ceño al verlo.—¿Qué demonios haces aquí? —preguntó, su voz grave, mientras sus ojos evaluaban cada movimiento del recién llegado.Sebastián se encogió de hombros con una mueca teatral.—Todos quieren algo de ti, Max. Bueno, en mi caso, no es a ti a quien quiero, sino a Julieta.Maximiliano apretó los dientes
1 POV Julieta Mi respiración estaba atascada en mi garganta mientras él bombeaba sin descanso dentro de mí, una explosión se acumulaba en mi vientre bajo ya familiar para mí. Miré sus hermosos ojos de azules que me devolvían la mirada de manera cálida. Era el único momento que teníamos donde no era como el hombre de las nieves, frío y distante. Siempre era tan frío en el trabajo, que me siento privilegiada cuando la calidez entra en su mirada y solo es para mí, compaginando con su cuerpo caliente. Sus musculosos brazos sostenían todo su peso me besaba de manera ardorosa mordiendo mis labios casi con saña. Me entrego sin vergüenza al único hombre que he amado siempre. Llegamos a nuestro clímax casi al mismo tiempo y me siento en las nubes. Como cada vez. Aún mi sudor no se había secado cuando él ya estaba levantándose de la cama y metiéndose al baño. Suspiré un poco triste, pero ya acostumbrada porque nunca fue el tipo de hombre que se acurruca y se queda horas hablando o simpl
2POV JulietaLos murmullos en la oficina empezaron a crecer en toda la oficina, sus compañeros de trabajo eran bastantes chismosos y amaban regarlo en los demás pisos de la compañía.—Pensé que salía con Julieta, juraba que era su amante —dijo un hombre al que la misma Julieta había rechazado con educación en varias ocasiones.—Liliane es más bonita, mírala —dijo alguien más— toda la clase y la belleza que tiene la chica, no como ella que se cree la gran cosa.—Liliane siempre ha hecho gran pareja con el señor Maximiliano, no sé porque no se casaron hace cinco años —dijo una mujer cerca de Julieta.La madre de Max la favorecía frente a su hijo y de mí misma siempre que podía, para que él no se olvide de ella. No sé por qué Max no admite que tenemos una relación, así su madre lo dejaría en paz, sería lo más fácil.—Lamento tener que decepcionarlas —dijo Max Hawks sin pizca de arrepentimiento en su voz o su rostro—. Tengo una videoconferencia…—En cinco minutos con la gente de S
3POV JulietaMe tuve que quedar hoy viernes hasta tarde para hacer unos pendientes que se retrasaron por nuestra escapada al hotel y la videoconferencia de Shanghái, él se había ido hace mucho rato.Eran las nueve de la noche cuando salí de la oficina y estaba totalmente solitario y oscuro, los demás se habían ido y me fui caminando sola hasta llegar a la estación del metro, que quedaba al menos unas ocho cuadras de Hawks Holdings. Sin embargo, era mi rutina diaria y mi único ejercicio, no importaba qué tan tarde saliera me gustaba tomar transporte público me hacía sentir menos sola.Cuando llegué a mi casa sintiendo mi alma apesumbrada, sola, vi a mi alrededor. Solo tenía alumbrada la cocina; todo lo demás estaba a oscuras. Nadie me esperaba, nadie me abrazaba. Tenía al menos cinco años sin ver a mi familia simplemente porque no quería regresar.—Que sola me veo en el futuro —solo el eco era mi compañía. Ni siquiera me atrevía a tener una mascota porque a Max no le gustaba el p
4 POV Julieta Así que, como dijo Michelle Hawks, pues simplemente me quedé y la vi alejarse para mezclarse con los invitados que de vez en cuando me lanzaban miradas furtivas preguntándose quien era yo. Así era yo, tenía poca fuerza de voluntad cuando de la familia Hawks se trataba. —¿Qué haces aquí todavía? —pregunta la señora Brigitte en cuanto me ve con desprecio. —Su hija me dijo que podía quedarme —le respondí sinceramente, sin verla a los ojos porque no le gustaba— así que eso hice. Ni siquiera tomé una copa de champán porque sabía que eso los enfurecería, la simple asistente no podía tomarse su costoso champán. —Ay, qué raro, Michelle haciendo caridad —dijo, mirándome como si fuera la cosa más asquerosa que había salido de la alcantarilla. Me tragué el cúmulo de emociones que tenía en la garganta y seguí parada en una esquina cuando la mamá de Max se fue al ver que no me inmutaba con sus palabras crueles. Solo unos minutos más y me voy, quiero cumplir e irme de es