SEGUNDO LIBRO DE UN ESPOSO PARA ELIZABETH: —Este no es el camino a la casa paterna de mi esposo — le gritó asustada entrando en un ataque de pánico. —nunca te he dicho que iríamos a la casa de mi tío— le contestó con burla. —qué te traes, eh, dime. Qué piensas hacer con nosotras— hablo ella tan rápido que sus palabras salían por sí solas. —con la pequeña Gabriela nada, y contigo menos, ya te he dicho que no me gustas americana insípida— le insultó poniendo cara de asco— en realidad no sé qué te vio mi primo para casarse con una mujer sin chiste como tú, eres de esas que solo sirve para un revolcón— continuó con sus palabras hirientes. — me alegra mucho que para ti no sea más que una mujer sin chiste, ya que me daría mucho asco tener que tirarme arriba aún cerdo patético como tú— le expuso ella con enfado. Tras escucharla Adriano empezó a reírse con una gracia seca, y poco chistosa. Las camionetas se detuvieron delante de una extravagante mansión que a ella le pareció más ridícula que lujosa. — Bienvenida a nuestro hogar esposa mía — le dijo en un perfecto italiano y Ella lo entendió a la perfección. —tal parece que las sustancias que consumes te están enloqueciendo, yo nunca seré tu esposa, así que ni lo sueñes— le rectificó ella con dureza. La tiró al piso bruscamente — tengo elaborado un documento el cual firmarás para convertirte en mi esposa — —que te pasa idiota... Soy la esposa de tu primo — le reclamó con rabia e impotencia al no poder defenderse, ni poder ir en busca de su hija. —corrección americana; eres la viuda de mi primo— expuso con burla.
Leer másCinco Años habían pasado y la familia Bianchi estaba creciendo, pero sobre todo vivían en una paz armoniosa, todo fluía normal, se habían acabado las amenazas, Jeral incluso había hecho las paces con Gregory, ya tenían dos nietas traviesas que los unía como abuelos celosos y posesivo que peleaban por pasar más tiempo con sus pequeñas.Gabriela había dejado en pausa su carrera porque había salido embarazada y quería dedicarse a disfrutar de la maternidad, mientras su amado trabajaba para darle una buena vida.Ahora era un hombre honesto que no mataba, no hacía negocios turbios, sino que se dedicaba de lleno a ella y a su madre a la cual veía sin poder decirle abiertamente madre delante de los demás, ahora era su socia comercial y aunque para Gabriela era difícil mentirle aparte de su familia lo hacían por seguridad, solo Elizabeth, Gregory y Gabriel conocían la verdadera identidad de Emilio porque para el mundo ese hombre era Thiago Forbes, empresario que empezaba a forjar su éxito.Es
Un año más tarde.Gabriela se había adaptado a vivir justo como su madre se lo pidió, retomó su carrera de modelaje y aunque cada día añoraba ver a Emilio, se repetía que ese era su sacrificio por amor.«Será que él me olvidó» pensó con tristeza, cada día se hace la misma pregunta. «O tal vez nunca me amó» sentía inseguridades, porque ha soñado con que él fuera a verla así sea una sola vez.Veía a su hermano ser feliz con su esposa embarazada, todos habían avanzado menos ella. Estaba en el jardín junto a Carol.—Me ha pateado, esta es su primera patadita— dijo Carol maravillada, casi voceando.—Esa bebé de tía será una peleadora sagaz—le manifestó Gabriela sintiendo emoción, ansiaba ver a su sobrina, tocó el vientre de Carol y volvió a sentir otro movimiento de la bebé, y celebró echándose a reír.— Es momento de empezar a mirar hacia otros horizontes cuñada, ya tu esposo tiene un año que murió, deberías volver abrir tu corazón para que un nuevo amor sane tus heridas— le aconsejó Caro
Tras aterrizar en Miami, Gregory ya había llamado a Dante para sacar a Emilio de ese lugar desde la pista de aterrizaje sin tener que entrar directamente al aeropuerto con él en ese estado.Cuando llegaron a la clínica privada estaba vivo, pero débil, tan débil que su pulso era apenas perceptible, y había perdido mucha sangre, de inmediato el doctor lo metió a la sala de cirugías y Gregory fue llamado por los líderes de la mafia que trabajaban bajo su mando en Italia.—El líder de la mafia siciliana está pidiendo que se le haga entrega de su hombre, él dice que usted; dragón lo ha secuestrado y lo quiere de vuelta, si no iniciará una guerra entre mafia—le dijo el hombre al otro lado de la línea temiendo, no quería empezar esa pelea sin su líder para apoyarlo y todos estaban furiosos porque Gregory debía estar presente en el lugar y no en otro país viviendo una vida como una persona normal, pretendiendo ser un hombre honesto donde en realidad es el mayor mafioso de Italia.—Ese hombre
El sonido de varias sirenas, alertaron a los atacantes y se miraron entre sí, sabiendo con claridad que se trataba de la policía, que se estaba acercando al lugar y para no causarle problemas a su jefe cesaron con el ataque.Gregory también miró a Elizabeth, y sin decirle palabras, ella supo que no debían ser apresados estando en Italia porque sus rostros serían mostrados al mundo y pagarían una condena muy larga en prisión, y aunque ella alguna vez fue conocida por muchos, un rumor que se expandió, aseguraban que la reina de la mafia italiana había muerto en un atentado, por un ajuste de cuentas.De modo que se acercaron a Emilio quien estaba tendido en el suelo con Gabriela llorando sobre él, — debemos irnos antes de que llegue la policía, vamos hija déjame cargarlo porque si nos atrapan todos iremos a la cárcel incluido Emilio— le explicaba Gregory y ella que estaba renuente a alejarse lo miró con ojos llorosos y se apartó dejando que Gregory se echara a Emilio sobre el hombro aunq
Emilio se quedó frío, cuando pensó en lo que significa la presencia de Elizabeth y Gregory en ese lugar, no está dispuesto a dejar que lo aparten de Gabriela y que ahora ellos vengan junto a Corina, se supone que es con el plan de llevársela.«No me apartaré nunca de ella» se propuso a sí mismo.Manejado por el miedo de perderla, sacó de su pantalón el arma que siempre carga consigo y apuntó a Gregory causando que su propia madre emitiera un grito y eso captó la atención de Gabriela, que se acercó a la puerta quedándose en shock cuando vio que Emilio le estaba apuntando a su padre.— Hijo, baja eso, por favor mírame, estoy viva, Gregory no me hizo daño— decía Corina tambi&eac
Dante y los demás empleados del dragón esperaban la señal de Gabriel, para enfrentar a Jarel de ser necesario, aun sabiendo que eso les traerá feos problemas con Gregory y Elizabeth.Gabriel entró al centro médico y encontró a Carol caminando de un lado a otro con una tira adhesiva pegada al brazo, ya le habían sacado la cantidad de sangre necesaria para la prueba y lo que estaban esperando era los resultados que salían en minutos.—Te dije que no viniera—, ese fue el saludo de Carol en cuanto lo vio y con los ojos llenos de lágrimas quiso golpearlo por ser un tonto y no escucharla cuando le pidió quedarse tranquilo.—Te dije que no me esconderé y mucho menos te voy a dejar—, dijo Gabriel a la vez que le
Emilio durmió acunando a Gabriela entre sus brazos, nunca antes había dormido como lo hizo con su esposa pegada a su cuerpo sintiendo el calor y el dulce aroma que emana esa pequeña flor en sus manos; ahora se sentía completo, no quería dejar ir a esa pequeña que se estaba convirtiendo en parte de él en apenas días, pero sintió la necesidad de levantarse a media mañana, tenía unos encargos que hacer y eso le preocupaba.«Nunca te dejaré, Gabriela» prometió mientras besaba su frente.Tomó una ducha, y tratando de hacer el menor ruido posible para no despertar a su amada, se alistó, como siempre usando ropa negra, su color favorito.Al momento de agarrar su teléfono móvil vio v
Gabriela estaba dispuesta a servirle a Emilio, tal y como sus padres la habían vendido, sentía que le pertenecía como un objeto cuando es comprado por alguien, sin embargo, aunque se había rendido ante su esposo no podía evitar que por sus venas corriera el odio que siente hacia todos incluido hacia ella misma, por haberse enamorado de un hombre tan desgraciado como él.Claro que sentía la necesidad, por él y le correspondía el beso sin dejar de pensar que estaba obligada a cumplirle a su esposo, quien la quería doblegar y lo había logrado, la tenía a su antojo. Había logrado excitarla con las caricias dadas, y precisamente eso la había hecho sentir peor.Estaba totalmente apesadumbrada, dejando que la llenará de besos y peque&ntild
Gabriela había despertado, no podía creer todo lo que estaba sucediendo sintiendo su corazón arrugado, estaba recostada en una cama que no era de ella así que suponía que estaba en la habitación de Emilio. Se sentía traicionada, devastada y sin ganas de nada al pensar que ni en su familia podía confiar porque la habían entregado sin pudor a los brazos de uno de los enemigos, no solo eso, sino enterarse de que hacían parte de la gran mafia italiana ocasiona que se rompiera la burbuja de la familia perfecta que tenía, ya no sabía realmente en qué mundo estaba viviendo.— ¿Cómo sigues? — Preguntó Emilio con dolor, mirándola fijamente —, Se que me odias por mentirte, pero debes escucharme primero — Afirmó sentándose a su lado, Gabriela solo l