En el Londres de la segunda mitad del siglo XIX, un joven matrimonio se dispone a romper con los estereotipos impuestos por sus familias y por la sociedad. Para ellos, deciden dejarlo todo y aventurarse a las tierras de la naciente nación potencia: Estados Unidos, específicamente a Luisiana. Con los ahorros de su vida, llegan al que sera su nuevo hogar; allí se encuentran con una realidad abrumadora marcada por el esclavismo, el trafico de influencias, el racismo, el machismo, y mucha pero mucha violencia social. El panorama no pinta nada bien, sin embargo, lo que debía haberlos desanimado, se convierte en el combustible de su lucha por cambiar aquellas difíciles circunstancias; y, junto a un grupo de amigos que el destino se les va sumando, emprenden lo que sera la mayor aventura de sus vidas.
Leer másHa pasado bastante tiempo desde que Thomas fue y conversó en las tumbas desus seres queridos. A partir de ese entonces, las propiedades de los Richardsonhan tenido un auge y una prosperidad sin igual. Seguramente Jack se ganó lasimpatía de Dios y este ha derramado bendiciones sobre toda la familia y susallegados.Los niños Richardson, la hija de Curtis y el hijo del doctor han estrechado tantosus vínculos afectivos y de amistad que se han vuelto inseparables, a tal punto quecuando alguno se enferma, los otros tres no se separan de su cama hasta que suamigo se recupere. Hay veces en las que los cuatro se escapan de sus respectivascasas y se van a acampar en el santuario donde están enterrados los héroes dellugar. Allí recrean lo vivido por sus padres y mantienen más vivas que nunca lashazañas de Joe, Jack y Eva. Este grupo de pequeños vivir&aac
Con días de diferencia, los Richardson sufrieron dos pérdidas irreparables eirremplazables en sus vidas. Eso sí, no todo fue malo, las cosas también cambiaronpara bien en lo económico y lo social, pues su estatus y reconocimiento en la zonason enormes; ellos son admirados y respetados. Prácticamente, con la derrota deMr. Jones y sus secuaces, el pueblo ha quedado libre de la opresión y ladelincuencia. Solo se aprecian los eventos habituales relacionados con pequeñasdisputas y riñas de pueblerinos, pero nada de real envergadura. Respecto a losrestos del anciano, estos fueron recogidos y enterrados en una fosa sin nombre enel cementerio. Nada bueno dejó, sino muerte y desilusión, por lo tanto, su destinoha sido el olvido.Roth, por su parte, luego de cumplir con los honores a Joe, se marcha a Europa aconsumar varios compromisos artísticos
Ha llegado por fin el día más esperado por todos los habitantes de la región. Estáaquí la fecha de la gran pelea. Montones de personas se encuentran desde tempranohaciendo su respectiva cola para comprar las entradas al espectáculo. Muchos, quevienen de zonas alejadas, han acampado en los alrededores del coliseo con lafinalidad de no quedarse por fuera y así disfrutar de los combates más anhelados.Hay mucho movimiento en el pueblo, como nunca antes, y todo gracias a este eventosin precedentes.La gente aguarda con ansias la llegada de los contendientes. Ya las taquillas de laarena abrieron y se están vendiendo las entradas. Las personas están agolpadastratando de comprar el ticket para disfrutar del evento. Los que pudieron adquirirel billete, proceden a entrar a buscar su asiento para no quedarse de pie. Se sienteuna gran algarabía dentro del
Y así se ha llegado al último día de combates de la primera ronda de encuentros. Enlas afueras del coliseo improvisado se forma una trifulca, ya que todos los presentesquieren entrar a disfrutar del espectáculo pautado para el día de hoy. La cantidad depersonas que hay afuera duplica la capacidad permitida en el recinto, y esto pese aque se hizo una ampliación. Esa aglomeración es la causante de las numerosas riñas.El comisario y unos oficiales de seguridad se están encargando de poner orden en lasinmediaciones, ellos buscan garantizar que un número justo de espectadores puedanentrar y disfrutar del evento, pero sin sobrepasarse.Los protagonistas llegan una hora antes de las peleas pautadas y un comité debienvenida los recibe. Al bajar de la carreta son felicitados por un grupo de asistentesque estaban esperándolos. A Martha le entregan un g
Es el segundo día de combates. La jornada anterior fue gloriosa, Joe luchó contra tresfuertes rivales, y los venció a todos. Ya los Richardson y sus amigos se han preparadopara afrontar los retos de este nuevo amanecer. Una vez que desayunan, cuentan lacantidad de dinero que ganaron en las apuestas.—Si seguimos como ayer, mi querido amigo, podremos hacer tus sueños realidad —le dice Thomas a Joe.Curtis, curioso, pregunta de qué sueño se trata, a lo que Joe le comenta lo que haplanificado con Thomas.—¡Aaaaah!... Gracias por contármelo, campeón. Es difícil, pero no imposible. Yotambién quiero contribuir en la construcción de tus sueños —añade el carpintero. Elzulú asiente, con una notable alegría.Martha se acerca y anuncia que el almuerzo estará listo. Sin perder el tiempo, lo
Ya en la casa, Thomas se reúne con todos en la mesa y cuenta lo sucedido. Una vezque cada detalle es expuesto, Richardson vuelve su mirada a Bakari y le dice:—Aumentaremos más el entrenamiento, Joe, tenemos el tiempo en contra y debemospulirte lo más que podamos. Ahora regresemos a entrenar.Habiendo dicho esto, todos vuelven a sus puestos. Thomas va a su cuarto a cambiarsede ropas para seguir ayudando a Joe.Y así prosiguen día tras día. Combinan entrenamiento físico con pesas,entrenamientos con la pera fija, con la pera loca y con el saco. Este último, por cierto,está notablemente desgastado, lo que asombra al Sr. Richardson. A las semanas, a Joele toca combatir con Thomas para evaluar sus progresos. Para ello, se van en grupoal lugar especial. El día está claro, perfecto para la lucha. Mientras se ponen losguantes, el Sr. Richardson le
Una vez reunidos todos en la casa, y sentados en la mesa, Martha cuenta lo sucedidoen el pueblo. Thomas escucha atentamente, y Joe no termina de dar crédito a lo queestá escuchando. “Esta mujer, realmente, es impresionante”, piensa el zulú para sí.—Martha actuó en legítima defensa. Todos en el pueblo pueden dar fe de ello, inclusoel doctor, quien dio su buen testimonio para con el comisario. Por cierto, en estaúltima figura tenemos a un importante aliado en lo que a protección y materia legalse refiere, por si las cosas se ponen más oscuras de lo ya previsto. Si bien él no cuentacon el poderío que posee el viejo magnate, si tiene a la justicia de su lado, algo contralo que nadie acá puede enfrentarse de por vida, por más dinero que se tenga; además,el funcionario sabe que ustedes son gente buena. Ahora, estemos clar
Amanece, y los Richardson están despiertos desde temprano. Martha se encuentra enla cocina, mientras Thomas y Jack están preparando las herramientas para seguir conla construcción pospuesta. La Sra. Richardson se encarga de recibir a Eva, quientambién se levantó de madrugada a ayudar.—¿Qué haces aquí, Eva? Ve a cuidar a Joe. Y no te preocupes, yo me encargo de todo—dice la inglesa, de espaldas y entretanto acomoda unos víveres.—Joe está bien, señora Martha, él está fuera de peligro. Es un hombre fuerte, lo he vistoen peores situaciones, y ha estado bien sin mi ayuda. Yo aquí hago más falta. Venga yle auxilio en lo que pueda —responde Eva, en un español que da muestras de irmejorando rápidamente con el paso del tiempo.Martha, sorprendida por la mejora en el habla, se voltea, y, al ver
Después de terminado el desayuno, Jack, Thomas y Curtis preparan los caballos y lacarreta, mientras que Martha toma nota de las cosas que faltan en la casa. Una vezpreparado todo, se disponen a ir al pueblo. En el camino, Jack va contándole a Curtisla historia del Conde de Montecristo, al tiempo que los Richardson escuchanatentamente y ríen, pero sin interrumpir al niño. El carpintero atiendeminuciosamente aquello que le va contando el pequeño. El maestro de la maderanunca había escuchado un relato como ese, por lo que queda embelesado con latrama.—¡Tremenda historia, Jack! ¿Quién se iba a esperar ese final! ¡Cuéntame otra! — diceel carpintero, justo cuando el niño termina de hablar.—Te cuento otra de vuelta a casa, Curtis. Ya estamos llegando a nuestro destino —replica Jack en el momento en que la carreta cruza l