Corre el año 1852 en la Inglaterra Industrial, cuna de la modernidad y el desarrollo.Los antiguos paisajes medievales se abren paso a las grandes y modernas fábricascontaminantes, a esto se une la explotación e importación de materias primas con elfin de convertirlas en productos elaborados para el consumo interno y la exportación.Las viejas historias de caballeros, princesas, dragones y hechiceros comenzaron aquedar de lado, y en su lugar emergen relatos sobre nuevos descubrimientos,inventos, mejoras salariales, enfermedades y tratamientos, guerras e invasiones.Juntamente con los avances, el capital empieza a hacer lo suyo y los empresariosinescrupulosos se hacen más ricos explotando a la clase obrera, ya que, porun míserosueldo, numerosos grupos de hombres trabajan de catorce a dieciséis horas diarias.Allí, en este sombrío panorama, se halla un joven ma
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