Tras aterrizar en Miami, Gregory ya había llamado a Dante para sacar a Emilio de ese lugar desde la pista de aterrizaje sin tener que entrar directamente al aeropuerto con él en ese estado.Cuando llegaron a la clínica privada estaba vivo, pero débil, tan débil que su pulso era apenas perceptible, y había perdido mucha sangre, de inmediato el doctor lo metió a la sala de cirugías y Gregory fue llamado por los líderes de la mafia que trabajaban bajo su mando en Italia.—El líder de la mafia siciliana está pidiendo que se le haga entrega de su hombre, él dice que usted; dragón lo ha secuestrado y lo quiere de vuelta, si no iniciará una guerra entre mafia—le dijo el hombre al otro lado de la línea temiendo, no quería empezar esa pelea sin su líder para apoyarlo y todos estaban furiosos porque Gregory debía estar presente en el lugar y no en otro país viviendo una vida como una persona normal, pretendiendo ser un hombre honesto donde en realidad es el mayor mafioso de Italia.—Ese hombre
Un año más tarde.Gabriela se había adaptado a vivir justo como su madre se lo pidió, retomó su carrera de modelaje y aunque cada día añoraba ver a Emilio, se repetía que ese era su sacrificio por amor.«Será que él me olvidó» pensó con tristeza, cada día se hace la misma pregunta. «O tal vez nunca me amó» sentía inseguridades, porque ha soñado con que él fuera a verla así sea una sola vez.Veía a su hermano ser feliz con su esposa embarazada, todos habían avanzado menos ella. Estaba en el jardín junto a Carol.—Me ha pateado, esta es su primera patadita— dijo Carol maravillada, casi voceando.—Esa bebé de tía será una peleadora sagaz—le manifestó Gabriela sintiendo emoción, ansiaba ver a su sobrina, tocó el vientre de Carol y volvió a sentir otro movimiento de la bebé, y celebró echándose a reír.— Es momento de empezar a mirar hacia otros horizontes cuñada, ya tu esposo tiene un año que murió, deberías volver abrir tu corazón para que un nuevo amor sane tus heridas— le aconsejó Caro
Cinco Años habían pasado y la familia Bianchi estaba creciendo, pero sobre todo vivían en una paz armoniosa, todo fluía normal, se habían acabado las amenazas, Jeral incluso había hecho las paces con Gregory, ya tenían dos nietas traviesas que los unía como abuelos celosos y posesivo que peleaban por pasar más tiempo con sus pequeñas.Gabriela había dejado en pausa su carrera porque había salido embarazada y quería dedicarse a disfrutar de la maternidad, mientras su amado trabajaba para darle una buena vida.Ahora era un hombre honesto que no mataba, no hacía negocios turbios, sino que se dedicaba de lleno a ella y a su madre a la cual veía sin poder decirle abiertamente madre delante de los demás, ahora era su socia comercial y aunque para Gabriela era difícil mentirle aparte de su familia lo hacían por seguridad, solo Elizabeth, Gregory y Gabriel conocían la verdadera identidad de Emilio porque para el mundo ese hombre era Thiago Forbes, empresario que empezaba a forjar su éxito.Es
Después de haber dejado atrás la venganza en contra de quiénes le hicieron daño. Elizabeth decide elegir el amor por sobre todas las cosas a tal punto que elige perdonar aquellas personas que le arrebataron su video e inocencia. Pero su felicidad es fugaz, ya que su esposo Gregory el rey de la mafia tres años después de estar casado sufre un accidente aéreo en donde según todos incluyendo su familia lo creen muerto. Ella al principio niega haberlo perdido y en total abnegación se sume en la tristeza dejando que todo a su alrededor se desmorone. Totalmente destruida se descuida por unos días de lo más importante que tiene en su vida " su pequeña hija" el fruto de su amor por Gregory.Adriano es el primo avaricioso de Gregory quien desea quedarse con el poder que su primo poseía, decid
Hace dos años, tantos recuerdos han sucedido desde el momento que Elizabeth tomó la decisión de convertirse en la esposa de Gregory, el mafioso más reconocido del país con su carácter fuerte, soberbio, pero la única que sabía que era una máscara para sus enemigos era ella, porque definitivamente por dentro era una persona muy distinta de la cual se enamoró. Tuvieron que sobrepasar muchos obstáculos como las constantes amenazas del padre de Paulina después de su muerte dónde ocasionó que la mafia italiana se dividiera ocasionando que “el dragón” dejará de ser el mismo; pero sabía que había cambiado para bien siendo un gran líder.No solo eso, es un
Había pasado unas cuantas horas desde que Gregory se había ido de viaje, dejando a Elizabeth con un mal presentimiento, pero decidió dejarlo en el olvido asegurándose a sí misma que solo eran sus nervios haciéndole una mala jugada; ya que sabía que su gran líder sabría cuidarse en un país tan peligroso y volvería pronto con su amada familia. Bajo a desayunar con Gabriela como cada mañana, su rutina diaria.— Mamá quédate a ver tele conmigo, ¡por favor! — Pidió la pequeña como si se tratara de un ruego a Elizabeth.— Amor no puedo, que tal si más tarde hacemos una pijamada con la tía Melissa— propuso ella tratando de convencer a Gabriela para que cambie de opinión.&nb
Elizabeth sintió que el vuelo a Italia fue terrible, tal vez el cansancio la hacía sentir agotada, se miró en el pequeño espejo que siempre lleva en su bolsa de manos, notando que se le había corrido el delineador. Tomó unas toallitas húmedas limpiando el desastre que había debajo de sus ojos.— Eres muy hermosa de todos modos — le expresó Adriano con su mirada fija en ella como una bestia hambrienta—, Lástima que no eres mi tipo— al final agregó antes de notar la mirada dudosa de Elizabeth.— A todo esto, me podrías explicar por qué rayos has contratado una niñera — le preguntó ella molesta porque su hija no estaba a su lado, sino que, Adriano la puso al cuidado de una mujer con el
— Igualmente buscaremos alguna respuesta, no quiero que te quedes por obligación — Volvió a insistir Corina mientras alistaba la bolsa nueva para la basura.— Gracias por ser tan linda conmigo, te invito a cenar — propuso Gregory con una sonrisa, cautivándola cada vez más.— Claro que si Gerónimo, pero yo la cocinaré — Manifestó encogiendo los hombros, mientras veía como se estaba ocultando el sol.— ¡No! ¡No! ¿Cómo se te ocurre? Si te estoy invitando — Negó con su cabeza, metiendo las últimas latas a la bolsa de basura.— Por aquí casi no hay restaurantes, deja