Diez.2
O se trata de un tipo de fuerza sobrehumana o fueron dos. Y eso daría el total de tres. Como los Diener.

―Podemos bajar por acá.

Pavel se va al costado del edificio y se inclina sobre el borde y me da pánico porque siento que se puede caer en cualquier momento. Dalia deja de aporrear y gritar, se mira fijamente las manos, me acerco para echarle un vistazo y veo que no está muy bien. Los nudillos de la mano derecha están maltratados, su piel se nota diferente; la mano izquierda es la que se ve fea; tiene una herida que sangra un poco.

Nuestras miradas se encuentran y veo terror reflejado en la de ella, puedo jurar que se está aguantando las ganas de llorar. Esbozo una sonrisa tranquilizadora y le hago una seña para que vayamos hacia Pavel.

―La escalera está rota y no hay puntos de apoyo para bajar por la pared ―el chico voltea a vernos―. Pero la ventana de acá está abierta y apuesto a que por ahí podemos salir.

Tengo que apretar el abdomen para evitar vomitar cuando me asomo por el bord
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