En la penumbra...

Mauricio está frente a Reishel mirándola y enternecido con la expresión que le devolvió su mirada, cuando salió de sus labios que el quería que trabajara para el, y que podría ser una guardaespaldas; Reishel retira su mano con suavidad pero se mantiene incorporada y firme…

—¿Una guardaespaldas?

—¡Tu Reishel eres ideal!

Reishel bajo el efecto de la sorpresa y tratando de asimilar tal proposición…

—¡Pero yo soy médico veterinario!

—¡Y que!...para todo hay tiempo, eres muy inteligente y sabes organizarte, y me lo demostraste, tienes una agenda!

—¡No, no puedes estar hablando en serio!...¡ un momento!

—¡Y te pagaré muy bien!

Eres una maestra de las artes marciales, peleas como una fiera, ¡tienes unas piernas de acero! y me encantaría tener una modelo estilo agente 007, garantizando mi seguridad.

—¡Gracias por el halago!...Entonces es en serio!

—¡Lo dije como me nació, estoy siempre muy asediado, y si, te conocí hoy, pero no sé, ahora siento que te conozco de toda la vida!.

—¡Gracias honor que me haces!

—¡Si es cierto yo podría cuidarte y garantizar tu seguridad, pero una guardaespaldas requiere escuela, certificación, preparación, ¡y yo soy una practicante de artes marciales!

—¡Okey, okey… Entonces te contrato como mi asistente personal, y me podrás cuidar!

—¡Está muy bien pero, tengo que pensarlo, organizar mis asuntos!...¡Por cierto—Se queda pensativa y dice con preocupación—… ¡Disculpa, pero creo que ahora sí, me tengo que ir Mauricio!

—¡Está bien, pero no me has respondido, puedo buscarte para seguir conversando!

Eh...si, claro por supuesto, me encantará seguir compartiendo contigo.

Reishel vio cómo se llevaban a Billboard le dijo adiós y siguió adelante para despedirse de la casa, abordó el vehículo de Mauricio y él la llevó para su casa.

La señora Marcela se quedó conversando con Regina.

—¡Que linda la muchacha que trajo el señor Mauricio y es pelirroja, que bella!—le comenta Regina a la señora Marcela—¡Lastima que el niño se haya enredado con esa bruja, vieja y mala gente!

—¡Regina!—¡sonó atrevido!, al fin y al cabo es la esposa de Mauricio y hay que aceptarlo.—Marcela suspira—¡Pero me gustaría tanto tener nietos!, no se que pasa con mis hijos, Carolina no se quiere enamorar, cambia de pareja como de ropa interior, ya va a cumplir treinta y no sienta cabeza y Mauricio, su esposa por la edad, no está ya en tiempos de concebir hijos—¡Le lleva unos cuantos años!

Regina réplica…

—¡Y ya ha pasado tiempo!

—¡Si Regina, y gracias a ella mi hijo está donde está, no se puede tapar el sol con un dedo!

—¡Si, pero el señor Mauricio es muy talentoso, el tiene su mérito!— Regina lo defiende y sigue curiosa —¿Y qué pasó con Maríana?...¡Aquella noviecita de la universidad!

—¡Ay si, Marianita, muy dulce pero dejó a Mauricio, cuando llegó Úrsula, se obstinó de esa relación y que de trabajo... tengo entendido que se casó y ya tiene dos niños! ¡Me lo dijo Claudia Lamarque mi amiga que conoce a su familia y que ella es muy feliz!—Marcela suspira—¡Pero si note algo hoy, esa chica pelirroja lo ha impresionado de alguna manera, es una campeona de combate, y es muy hermosa!...¿No te parece Regina?

—¡Si, si, la señorita es bonita, estudiada, porque es médico veterinario, simpática y sobre todo dulce, se nota que es una muchacha de buen corazón!

—¡Ay si muy dulce!

….

En el camino Mauricio le iba diciendo a Reishel… —¡Causaste muy buena impresión en la casa!, sé que le agradaste a mi no madre, ¿a ti qué te pareció?

—¡Muy linda tu mamá!, me trató con mucho cariño, es recíproco, a mi todos me agradaron, me imagino, que todavía falta gente por conocer.

Mauricio Villacastin estaba realmente impresionado con esta chica, que era un combo de contrastes muy interesante, Reishel fue la persona que con solo pura patadas y sus manos, agresivamente lo salvó, de unos bandoleros, y la que está ahora a su lado, se ve tan tierna, serena y tan dulce que no termina de aceptar que es la misma persona. Todo lo tiene es bonita, educada, profesional y muy segura.

—¡Reishel te quiero hacer una pregunta muy personal, si no soy muy atrevido!

—¡Ah…ya sé, quieres saber, si tengo novio, pareja, marido…¿ o cualquier cosa parecida?

—¡Vaya!...a eso lo llamo yo sentido común.

—¡No!...He tenido mis parejas y la última ya no está conmigo, porque yo no perdono una mentira, y él me mintió…

—¡¿Pero no hay posibilidad que vuelvan de nuevo?!, dicen, nose, que dónde hubo fuego cenizas quedan!…

—¡Eso lo dirá el futuro, pero si te mienten una vez!...¿Quién dice que no vuelvan a hacerlo?

La confianza sea en el amor o en la amistad nunca la debes perder. Esa es mi manera de ser, quizás un poco estricta, pero yo soy muy clara, y muy diáfana con mis seres queridos, si me dices siempre la verdad tienen el cielo ganado conmigo, ¡sea lo que sea, la verdad siempre por delante! Y creo mi querido Mauricio que tú esperas lo mismo de las demás personas, ¿o no?

—¡Si es verdad, no puedo discutirlo, y si me duele que me mientan!

—¡Ves, que tengo razón!

Seguían conociéndose y conversando, Mauricio no tenía muchas ganas de desprenderse de ella, quería seguir con ella, escuchándola, viendo mover sus expresiones, estaba cada vez más embelesado, y no se estaba dando cuenta, de lo que podía estar comenzando…

—¡Dime...¿dónde te espero mañana?... para llevarte a la oficina para que firmes el contrato!

—¿Mañana?... Espera déjame pensar, no se…

Mauricio la interrumpe…

—¡Que te parece si te paso buscando y lo analizamos juntos y te ayudo a tomar la decisión!—Reishel tenía cautivado a Mauricio.

—¡Okey!

—Escríbeme, ¿anotaste mi número?—Reishel anota su número—Escríbeme que siempre bajo de ese cerro, como a las siete y media para hacer mis diligencias—ella lo fue reconduciendo— ¡exactamente en esta esquina me puedes encontrar esperando el transporte!

—¡Muy bien mañana te escribo a tu celular y te paso buscando!

Reishel se despide de Mauricio y él tomó rumbo para su apartamento y subió para su casa, y no faltó quien se diera cuenta cómo llegó y con quién. Un par de vagabundos, vagos de barrios, mal vestidos…

—¡Oyeee.. Kevin, tu objetivo, llegó muy bien acompañada!

—¡Si zorro, y que bonita está la condenada, voy a esperar a que vaya a dar sus clases, y allí le caigo!

El peligro siempre estaba esperando por ella.

Cuando Reishel llegó a su casa su mamá Amapola se alegró y la abrazó como si tuviera siglos que no la veía porque unas amigas del vecindario le decían todas las hazañas en las que se metía su hija.

—¡Hija del alma, ¿dónde estabas?....¿Es verdad que peleaste con los maleantes del tuerto?

—¡Ya ma', quédate tranquila!

—¡Mija te vinieron a buscar porque a las cuatro tenías que atender una mascota, no se, si es un gato, o un loro, pero…

—¡Si, es mi paciente Marruá, la gata persa de la señora Bianca que está preñada!...me voy para allá, espérame, yo vengo rápido, es un chequeo de rutina…

—¡Está bien hija, anda, anda!…

Reishel salió rauda y veloz a la casa de la señora Bianca.

….

Mauricio se fue muy feliz en el carro oyendo a sus artistas con su nueva producción musical, llegó al pent-house dónde vive con Úrsula, y por supuesto cuando llega, ella está en la sala, sentada, guardando por su reposo de un refrescamiento facial que se había hecho recientemente, tenía un aspecto realmente repulsivo, hinchada, y con hematomas, por lo cual se sentía un tanto deprimida…

Mauricio abrió la puerta y la ve, siente un estremecimiento leve en su estómago…

Las luces estaban apagadas y desde la penumbra una voz ronca y poco femenina lo interpela…

—¿Se puede saber dónde estabas?...

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