El Perrito.

Mientras Reishel esperaba la llegada de Mauricio; batía una brisa que refrescaba el ambiente en pleno; los árboles movían sus hojas al vuelo del viento; que circulaba barriendo las aceras por donde pasaban los transeúntes, muy dispuestos, a seguir con su empecinado compromiso de cumplir con alguna obligación.

Uno de ellos era Reishel, que esperaba sola en la acera con las manos metidas en los bolsillos de su chaqueta fucsia; sintió temprano el frío merodeando su amanecer, pero la mañana gris no podía detener todo lo que venía en secuencia en el hacer de su apretada agenda.

Ella si estaba muy emocionada, era una oportunidad fortuita haber conocido a Mauricio, un nuevo día con una nueva promesa, parecía una locura, pero ahora ella sería la nueva escolta de Mauricio Villacastin el CEO de las empresas TDK;

y ella lo espera con una emoción inexplicable; por supuesto uno de sus planes es ir para la oficina esta vez a firmar definitivamente.

La hora del encuentro estaba a punto de desvanecerse, y la estaba ya incomodando; hasta extrañando que Mauricio no fuera puntual, tampoco atendía sus mensajes ni le enviaba señal alguna, y sin embargo decidió esperar unos minutos más, porque si hay algo que a Reishel le molesta es que la dejen embarcada…

El ambiente y el cierre nublado de las nubes daban la impresión de que se avecinaba una lluvia en ese momento pensó…

<<¡Parece que va a llover, no seguiré esperando, me regresaré para la casa>>

La brisa danzando, los carros andando, la gente caminando, y todo parecía ser una invitación a deshacer los planes que tan entusiasmada la tenían, ella si quería ser la defensora de Mauricio y estaba dispuesta asumir el reto y practicar con más disciplina, pero es lo que más desea en estos momentos….

Lo que más le extrañaba; que ni siquiera, hiciera una llamada y hablaba mirando su celular…

—¡Mauricio ¿que te habrá pasado porque no me llamas o me mandas un mensaje?!...

No era una media hora de retraso, el paso del tiempo le indicaba que tenía que replantear otra idea, para no perder la mañana, ella que nunca espera a nadie por ningún motivo, hoy se quedó más de la cuenta…y ya se estaba decidiendo regresarse para su casa, entre la demora, la brisa y la lluvia que estaba por caer mejor era retirarse.

Entonces con un gran pesar giró, y volteó para tomar el camino; parar un Jeep que la subiera de nuevo, y pensó...

<<¡Bueno parecía muy bello para ser verdad, seguro se retractó y decidió olvidarlo!>> y…

Un vehículo llega se detiene y Mauricio abre la puerta, —¡Reishel sube…!

Cuando ella voltea empezó a lloviznar, se explayó una sonrisa que le iluminó toda la cara y casi corre para abordar el vehículo.

No sé queda atrás Mauricio; que no sospecha que el amor está tocando a su puerta cómo sucede una vez en la vida.

El cree en este momento que lo que le atrae de Reishel es la novedad, su forma de actuar y pensar, lo tiene entusiasmado y le ayuda a olvidar todo sus problemas, salio con un apuro después que dejó a Úrsula, porque por nada del mundo iba a dejar embarcada a Reishel, si tenía que subir el cerro lo iba a subir.…

—¡Hola!

Reishel aborda el vehículo con una sonrisa y la mirada brillante de regocijo, por ese detalle Mauricio tiene un alto grado de seguridad, en que su relación con ella está llena de algo más que de una simpatía, a ella en el fondo le encanta todo lo que están viviendo, y que importa lo que pueda suceder luego, se están conociendo, y es muy grato, se siente muy bien juntos, y no están analizando nada, todo va como se está presentado, y listo.

—¿Y entonces como amaneciste?..

—¡Excelente! ¡Más fuerte y con más coraje!..

—¡Si eso se nota!......

...Reishel tengo que decirte varias cositas!

Reishel se extraña y se inquieta un poco…

—¿Dime de qué se trata?

—¡Cómo siempre, vamos a buscar un sitio para conversar!

—Okey, me parece bien!

Siguieron la marcha para continuar la charla, la lluvia empezó aparecer con mayor intensidad…

Cómo se les hacía difícil bajarse por los momentos, comenzaron la conversación dentro del carro.

Peo no iban solos…a una distancia prudencial…iba el investigador de Úrsula siguiéndolos y de vez en cuando llamaba a Úrsula para decirle los detalles de los movimientos de su marido.

Mauricio sin tener idea de lo que estaba pasando continúa…

—Reishel estuve averiguando…nosotros hemos contratado algunos vigilantes tanto para la torre como para la empresa, y hemos tratado directamente con la compañía que nos hace las ofertas.

Pero para ser mi guardaespalda tienes que estudiar…

—¡Tienes que ir a la academia de escoltas!

—¡Ah viste yo te lo dije! y no era como yo me lo estaba imaginando, y cuánto tiempo tardarán en certificarme!

—¡Ciento ochenta horas Reishel!...¡Tampoco es tan largo!...Tienes que tener toda tu indumentaria, pero después que lo hagamos oficial y quería pedirte disculpas por lo tarde que llegué, se presentó una intersección de último minuto, Úrsula me acompañará casi que obligado a la salida, ella estaba de reposo por un estiramiento facial, ya no lo está....¡y me agarró desprevenido…!....¡Discúlpame por favor!

—¡Ah era eso…bueno…ahora…entiendo porque ni siquiera me escribías para avisarme, Guao, y ya puede salir!

—Si, ya ella está mejor, la dejé en la empresa en estos momentos debe estar saludando a todos sus "amigos" y revisando su territorio. Bueno pero vamos a lo que nos interesa…

Estamos de acuerdo; ¿vamos a inscribirte en la academia?

Reishel se quedó pensando...

—¡Dame tiempo para organizarme y disponer de las ciento ochenta horas!...

—¡Okey me avisas cuando estés preparada!...

La lluvia proseguía y nublaba la visibilidad; Mauricio conversando tomó camino a la carretera y sin rumbo fijo, conversando, solo sentía ganas de estar con ella, escucharla y conocerla más.

De repente Reishel que era muy perpleja y despierta nota algo que se mueve más adelante en el camino; era un perrito atropellado…

—¡Oye párate!...¡es un perrito! —Reishel asoma angustiada—¿No tienes algo, un cobertor?...¡Pobre está herido!

—¡En la parte de atrás Reishel debe haber una manta doblada que dejó mi hermana Carolina!

Enseguida se levantó y registro unos enseres y debajo la encontró se cubrió con ella.

—¡Me voy a proparar a orilla de la carretera!

Mauricio se mueve hacia una orilla y Reishel sale a buscar al perrito que jadeaba…y lo arropa; ella se mojaba, Mauricio estaba conmovido..

Reishel lo trae arropado y se sienta en la parte de atrás con el.

—¡Vamos tenemos que ayudarlo!

—¡Tu me dices!...¿Para donde te llevo?

—¡Pobre mi amor tiene la patita quebrada, yo traigo mi equipo para casos menores, lo voy a revisar...

Mauricio le dice...

—¡Allá arriba hay unas mesas de concreto y techo lo revisas allí y seguimos para otro lugar!

Efectivamente llegaron a la cumbre después de una curva de la carretera y cerca habían un caserío aledaño.

—¡Si allí esas mesas están acondicionadas!

Se paran y baja con el cachorro cubierto con la manta, a pesar de la lluvia, a pesar de todo!

Reishel saca de su morral una tabla plegable y la abre: sobre ella acuesta al cachorro que jadeaba resignado…luego ella lo examina con mucho cuidado aunque no puede realizar un RX le hace un vendaje provisorio, después que lo limpia y por el tacto nota que está aporreado pero está en una condición que la puede mejorar…

Lo vuelve a cubrir, Mauricio le abre la puerta y lo acuesta en el asiento trasero.

Ella se sienta adelante y con un brazo estirado hacia la criatura.

—¿Cómo lo encontraste?

—¡Pudo haber estado peor!

—¡Ahora nos vamos a mi casa, yo lo llevo cargado tengo un espacio para estos imprevistos!

—¡También está la clínica de pequeños animales puedo pagar todo!...¡He llevado un par de veces a Billboard!

—¡Bueno no te puedo decir que no!, lo que se pueda hacer rápido y a tiempo, me gratificará inmensamente!

—¡Entonces no se diga más!

Terminaron en la clínica, donde atendieron muy bien al pequeño, le hicieron todo los exámenes de rigor; y lo dejaron hasta el día siguiente.

Reishel se siente muy conmovida y sus ojos se humedecen, Mauricio estaba también enternecido….y cuando estaban en la salida….

Reishel le habla muy conmovida ...

—¡Muchísimas gracias!

El la mira con un pálpito especial, y le coloca los brazos sobre los hombros.

—¡Era lo menos que podía hacer, como no voy a entender que eres doctora de seres especiales!

Reishel se sonríe, ya el estrés pasó, y muy natural se dió un acercamiento entre ellos, Mauricio no pudo evitar acercarla; abrazarla contra el y ella se deslizó como una seda, quedando su mejilla sobre su pecho, oliendo su perfume y viendo una medallita de oro muy bonita que le llamo la atención...

Subió el rostro, sus ojos brillaron y se encontró con los de el, y así, Mauricio pudo ver mejor toda la expresión de su cara, y sintió un deseo que al instante lo reconoció y lo ahogó con palabras…

—¡Bueno…es hora de marchar!

Reishel se incorpora y se arregla la chaqueta y le responde…

—¡Si,si, claro, vamos!

Prosiguieron y acordaron sentarse en algún sitio porque tenían mucho que conversar.

El tiempo transcurre y se ponen de acuerdo y deciden no aparecer por la oficina hasta que ella no esté certificada, Mauricio se despide de ella esta vez y le dice....

—¡Espera mi llamada!

Y desde su centro de operaciones…una mujer sin escrúpulos recibe una llamada.

—¡El señor dejó un perrito en la clínica de pequeños animales…y estuvieron juntos un buen rato solo conversando, luego la llevó cerca de donde vive...!

Úrsula toma una bocanada de humo y la suelta…con una sonrisa sardónica…

<<¡Ese Mauricio si es ridículo cuando se enamora, ahora dejó el carro oliendo a peludo remojado y así va llegar a la casa, estúpido, ya van a llevarse su primera sorpresita!>>

—¡Vamos a ver…el teléfono de la clínica, mi amiguita Morgana debe saber algo de algún mediquito de estos, este es el número...! ¡como me voy a reír...!

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