Una bola de rojo fuego, rebotaba en la cubierta del gimnasio de la calle seis.Reishel Limver; hacía piruetas y daba giros retumbando,agraciadamente con su kimono rojo de seda raso brillante; amonestando el aire como un arrebol estelar rayando en la galaxia.Mil piernas se levantaban y giraban pero eran solo dos barras de acero templado; que ella ha trabajado por años, dirigidas con una fuerza inusual que no se subestimaban delante de cualquier arma que se respete como letal.Giraba y giraba alzando sus piernas haciendo cada vez lo mejor posible, con el espacio y con el tiempo; combinando contorsiones de columna formando arcos y puentes repetitivamente, con una estabilidad impresionante;regresaba a la posición de pie para reanudar la sesión de pateo repetitivo, que golpea el aire; brazos y pies, simulando una ametralladora corporal.Su fama con el paso del tiempo se había incrementado y siempre a la hora de las diez, los días domingos era cada vez más concurrido el lugar.Habia llegad
Úrsula elegante, con su traje ejecutivo, lista para salir por supuesto; pero antes tiene que conversar con la señora Neyla que es su ama de llave; quién le aguanta y le soporta todos sus desvaríos, sobre todo cuando Mauricio no está, ella no ve el momento de que aparezca una nueva opción para prestar sus servicios en otro sitio y que le paguen mejor.Úrsula está esperando a Mauricio que salga de la habitación, y de repente un aroma , una presencia sensacional masculina, vestido derrochando glamour, aparece con prisa y apurando el paso…—¡Bueno ya llegué vamos a desayunar!—¡Ya les sirvo su café señor!Úrsula apenas mueve la mandíbula, y suspira al verlo; se incorpora para preguntar algo que a Mauricio le parece retórico y desgastado…—¿No me has dicho nada?—¿Cómo?...¿A qué te refieres?—¡A mí nuevo look!...¿Te gusta o no te gusta?...—¡Si, te quedó bien, rejuveneciste de nuevo!—¡Anoche estuviste muy extraño, te siento ausente y cada día que pasa, es más marcada tu indiferencia;no m
Úrsula sale de su habitación, abre la puerta sigilosamente, mira para un lado y luego para el otro; Neyla que estaba despreocupada, no pudo evitar darse cuenta, asumiendo con diligencia su faena de siempre, limpiando y arreglando los cuartos vecinos; salía con unas fundas y unas sábanas en los brazos; se dirige a ella sin imaginar que Úrsula tenía una decisión final…—¡Señora Úrsula puede salir tranquila, el señor Mauricio ya se fué, y se llevó al perrito!—¡Tu no te me vas a escapar amiga!...¡Usted!...¿Porque no me dijo nada, y se quedó callada?!...—¿Nada sobre qué, señora?—¡Del perrito ese!...Entérate que si regresa le voy a preparar una deliciosa cena!—¿Quien usted, si usted no sabe nada de cocina?...—¡Si pero está receta es especial!...y me la sé de memoria…—¡Jesús!...—Neyla hace la señal de la cruz—¡Ampáranos Dios mío!—¡Tu sabías! y eso te va a costar caro, y ya me dí cuenta… eres su cómplice!—la cara de Úrsula toma una expresión guasona y la miraba con las pupilas verde
En un restaurante de lujo se encontraron dos amigas para compartir sus cuitas y algunos secretillos, en fin, se pusieron al día.—¡Pues sí querida Úrsula mi amado Leopoldo derrocha su dinero y no precisamente conmigo, y su sobrino me alivia el corazón!—toma un sorbo de su cóctel—¡Está tan bello mi sobrino! y no dejan de reírse.—¡Ay mi querida tú, con esa cara de yo no fui y rompes la vajilla completa!...¡Bueno bien por ti!...¡Yo lo único que quiero y sueño es reconquistar a mi marido porque lo tengo todo y a mi una mata perros no me lo va a quitar, que va!...Mientras ellas la pasan en una contemplación de sus descalabros amorosos, la ex empleada Neyla, no se quedó de brazos cruzados y llama a su señor Mauricio para contarle todo lo que había ocurrido…Mauricio iba directo a encontrarse con Reishel pero el celular de Mauricio suena mientras va manejando…y ve la pantalla… —¡Es Neyla!…¿Dime Neyla como está todo?...—¡Señor Mauricio!...—Neyla quiere hablar pero también quiere llorar—¡
Úrsula llegó y todos derechitos como si un General en jefe, llegara a pasar revista, Aline es la primera en salir al paso para saludarla y ella le entrega todo lo que lleva en la mano. —¡Buenos días señora Úrsula! —¡Buenos días! Román como siempre el más adulante de todos... —¡Que hermosa estás querida, valió la pena el esfuerzo, estás más jóven y más radiante, cada día que pasa te ves mejor, y muy guapa! —¡Gracias Román y tu papá!... ¿dónde está?... —¡Por aquí!—Gritó desde su despacho, estaba acompañado por Nemesio Lanz. Úrsula se dirige hacia ellos, abre la puerta y pasa adelante; saluda a Rubén con un beso en la mejilla. —¡Te queda bien el negro! —¡Gracias!... ¡Mauricio va a llegar tarde!... —¡Es posible, y lo estoy esperando para tomar las decisiones finales, y Nemesio Lanz me está hablando de lo que aspira ganar en regalías; ¡ya ha sonado en suficientes emisoras! —¡Eso no se puede determinar todavía,lo mejor es un concierto, si tiene audiencia, firmamos con el, y tie
Katlyn se levanta y grita.. —¡Se desmayó!...—¿Pero qué le pasó?...¡Papá habla di algo!...¡Román! —¡Todo pasó tan rápido!—murmuraban. El asombro abrumó a todos menos a una, que se apartó fluida y fría, ante lo inesperado. Ya Reishel estaba abajo, inmediatamente tomó todas las previsiones conocidas… —¡¡Por favor déjenme hacer mi trabajo!—Reishel se lanza y se interpone. Úrsula todavía fumando; se mantiene retirada para ver todo desde cierta distancia, y observar; sobre todo a Reishel...cómo actúa, cómo se comporta… Mauricio baja hasta donde está Reishel a gachas… —¿Qué hacemos Reishel?... Román muy exaltado... —¡PAPA!...¡Reacciona viejo!...¡Llamen a una ambulancia, América! Reishel lo sigue examinando, le retira todo lo más rápido posible; trata de oír su corazón...y su diagnóstico es muy firme… —¡ES UN INFARTO!...¡Hay que llevárselo de inmediato! Empezó a realizar el RPI pero nada… —¡La ambulancia ya viene en camino!—dice América. Apenas llegó Reishel colaboró con los enf
—¡Papá!...¿Qué dices? La enfermera entra y le habla a Román con serenidad… —¡Llama a la pelirroja! Ella me dijo su nombre Reishel…pero el no se puede alterar, cuando la nombra ¡salta el cardiograma! —¡Papá cálmate,—Román no se contiene—¡Papito te amamos cálmate!... —¡Vamos!—la enfermera lo ayuda a retirarse. Una vez afuera, Román habla con Katlyn… —¡Vamos poco a poco, pero lo que me extraña y mucho, es que está llamando a Reishel! —¿Reishel la asistente de Mauricio? —¡Si! —¡Yo quiero entrar! —¡Pase señorita! Katlyn entra y se acerca, le toca la mano… —¡Papá!..¡Te queremos mucho, cálmate, tienes que tranquilizarte!... —¡Rei…. Shel! —¡Pero papá!, ¿qué estás diciendo?... ¡ella está con Mauricio…tranquilo!—... —Kathlyn se desconcertó aún más. La enfermera le indica que tiene que salir y afuera está esperando su turno Amanda, y Kathlyn sale… —¿Dime Kathlyn que le pasó a mi Pakito? —¡Le dió un infarto en la oficina!... —¡Ay no! ¿Y qué dicen los médicos? —¡Tiene que tranqu
No, no era posible esperar más…sus labios se desplegaron y se desborda la ternura.Vivir lo que estaban sintiendo, era para no querer despertar…Reishel correspondió como lo sentía, y alargó el momento, Mauricio la tenía abrazada con lazos de fuego, atrapada y sin salida, el corazón pujante; el recorrido de una corriente palpitante y el disfrute de sentirse ambos parecía no sólo Ineludible, indetenible, desbocado, no era para ser breve, y lo dejaron alargar…mirarse, sentir el pecho del otro, y suspirar hondo, el olor de su pelo, de su ropa, sentir la suya das de la piel, y estar así en el calor de un abrazo, era conocer la felicidad…El instante parecía un vuelo que hicieron los dos hacía otro lugar, se escaparon con besos y retoques de sus cuerpos,con la fuerza de sus corazones, se elevaron diciendo y contándose todos los secretos…pero cesaron y finalizaron tocando sus cabezas, mirándose a los ojos, y sonriendo…Mauricio le habla muy bajito…—¡No creo que debas subir!Ella le devue