PELIGROSA PROPUESTA - ENTRE LA ESPADA Y LA PARED Cuando parece que Henry Ross ha logrado alcanzar la paz, el amor y la plenitud al contraer matrimonio con la mujer de su vida, en su boda aparece James; el hermano gemelo de Cristopher Williams, quien desde hace tiempo le ha seguido los pasos con un único propósito, y cuyo medio es nada más y nada menos que una de las mujeres más importantes en la vida de Henry: su hermana pequeña, Emma. Muchos sentimientos contradictorios lo atormentarán, dejándolo entre la espada y la pared, hasta escoger entre el amor o la venganza.
Leer másSORPRESA—¿Ha iniciado la cacería? —dijo Brandon mientras nos servían café, en el mismo sitio de siempre, a unas calles del bufete.—Hoy fue nuestro primer encuentro. La llevé a mi piso y se dejó arrastrar sin protestas —respondí confundido y él enarcó una ceja.—¿Se te antoja demasiado fácil como para que sea real?—Exacto.—Eres atractivo y no es extraño que una mujer de su edad se deje arrastrar por la pasión del momento y que al día siguiente, ni siquiera lo recuerde —bromeó y negué. Esa muchacha nunca había visto un tipo desnudo a juzgar por su reacción.—¿Quieres decir que he perdido habilidades? —bromeé de todos modos y Brandon se encogió de hombros.—Desde el momento en que asumiste que Eleanor ser&ia
6 meses antes de la boda de Henry y Camile…EL PRIMER ENCUENTRONi bien regresamos de la luna de miel, me puse en campaña para iniciar mis planes. El piso quedó perfecto; parecía un lugar distinto y quedé bastante conforme. Prácticamente todo era en tono blanco y un poco de gris, que le daba un aire sobrio y masculino al sitio.Había madrugado ese día con la excusa de ir al bufete a revisar unos pendientes urgentes y estaba fuera del St. James's Park, recostado en la puerta de la todoterreno negra que conducía.Faltando treinta minutos para que llegara, comencé a caminar haciendo el mismo recorrido que aquella chiquilla, hasta llegar a la fuente donde siempre se detenía a quitarse la sudadera para anudársela a la cintura. Tomé asiento en el borde la misma, mirando el reloj deportivo que portaba en mi mu&ntild
UNA NUEVA VIDA EN TODOS LOS SENTIDOSFaltaba una semana para la boda y el departamento se encontraba completamente desmantelado.Necesitaba muebles nuevos, electrodomésticos y utensilios que hicieran parecer que vivía allí como un hombre soltero.Además, debía cambiar por completo el color de las paredes que sin duda tenían el toque femenino de Eleanor, quien estaba segura de que el departamento ya había sido vendido.Mientras ella se encontraba completamente sumida en los preparativos de la boda y la luna de miel, yo me encontraba abocado completamente en cumplir con lo que le juré a la memoria de mi hermano. Seguía siempre los pasos de aquella muchacha y al parecer, tenía todo fríamente calculado en relación a mi plan. Nada podía fallar.Luego de dejar a Eleanor para su última prueba de vestido, busqué por la zona comercial un
SIGUIENDO SUS PASOS—Ahora, ¿me dirás de una vez como lo harás? —preguntó impaciente—. Recuerda que tienes una vida… y con esto, estarás prácticamente creándote otra que será difícil de sobrellevar.—No venderé mi apartamento como le hice creer a Eleanor y será una gran ventaja para mí. Sin embargo —suspiré—, deberé esperar hasta después de la boda para dar marcha a mi plan y debo saber todos los movimientos de esa muchacha antes de dar el primer paso. Debo entrar en su mente, hacerle creer cosas en las que nunca ha creído… lograr que piense que conmigo, nada malo ocurrirá jamás. Enseñarle cosas nunca antes vistas, vividas y experimentadas… hasta que todo su mundo se gire en tono a mí y luego hacerla sufrir tanto, al punto de que conozca la locura…
REFUERZOSLuego el desayuno, acompañé a Eleanor a la universidad con el propósito de que me adentrara en todo lo referente a las clases que dictaba.Grande fue mi decepción al darme cuenta de que aquella niña no se encontraba en el listado de alumnos de Eleanor. Sin embargo, no me daría por vencido tan fácilmente.Presencié la última clase que dictó mi prometida en la cátedra que necesitaba la reemplazara, absolutamente frustrado por no coincidir con mi presa. Al final de todo, fui presentado como el reemplazo a partir de la siguiente clase.Al marcharnos, ya en el coche, hice algunas preguntas.—¿Esa es en la única clase que necesitas reemplazo, cielo? ¿Qué pasa con las demás?—Una compañera se ofreció hace tiempo, cuando mencioné la intención de buscar reemplazo, por lo que
MENTIRA PIADOSAAl día siguiente, antes de partir de regreso a Londres, fui al banco a resolver el asunto de la casa de mis padres.La deuda era millonaria, pero lo que me sobraba a esas alturas, era dinero y aunque detestaba a esas personas que me procrearon, no dejaban de ser mi sangre.Era un modo de pagarles el sustento que me dieron hasta que pude largarme.Desde temprana edad supe, que si quería salir de ese nido de víboras, debía trabajar duro para lograrlo. Me esforcé por años, siendo el mejor en todo con un único propósito: conseguir una beca para estudiar leyes en Oxford.Había ahorrado lo suficiente como para no pedirles nada a mis padres. Trabajaba medio tiempo luego de la escuela y los fines de semana, mientras mis amigos se iban de juerga. No había pasado un solo verano en el no laborara en cualquier sitio decente.Cuando lo conseguí,
IDEANDO UN PLAN—Tenga mucho cuidado, señor Williams; ese hombre es muy peligroso si se meten con él. Tiene vigilado minuciosamente a toda su familia.—Revisaré la información en mi hotel —tomé el folio con los informes y me puse de pie. Extraje de mi bolsillo el cheque con el doble de lo que habíamos acordado y se lo tendí—. Lo prometido.Lo tomó y revisó su contendido. Asintió con la cabeza y extendió su mano que tomé de inmediato.—Si necesita algo más, no dude en contactarme.—Por supuesto —respondí, soltando su agarre y saliendo del lugar.Contuve mis ganas de gritar al pisar la fría calle. Subí al coche que renté, respiré hondo y golpeé con violencia el volante.«¡Ahhh!»Grité en ese momento, sintiendo un eno
UNIENDO PIEZASComo había imaginado, el señor Storm me citó una semana después de haber pactado nuestro trato, en el mismo sitio que la primera vez.—¿Ha tenido una investigación productiva? —pregunté, luego de que la mesera nos sirviera café.El hombre sonrió con satisfacción y de un maletín que había dejado en el suelo, recostado a las patas de la silla que ocupaba, extrajo un grueso folio que tendió sobre la mesa, para mí.—Aquí encontrará todo lo que necesita saber.Tomé el folio y comencé a revisarlo, apartando la tapa de carpeta negra.En la primera hoja había una fotografía; la de un hombre moreno con semblante duro y ojos oscuros. La descripción decía: Henry Ritter.Levanté la mirada, frunciendo el ceño ante la no coincidencia
EL PRINCIPIO DE LA INVESTIGACIÓN—¿Nos conocemos? —entorné los ojos ante sus palabras.—Digamos que sí…—Yo no recuerdo haberlo visto en mi vida.—Conocí a Cristopher Williams; ¿su gemelo? —enarcó una ceja.—Supongo que por el crimen que le quitó la vida —dije suspirando y negó.—Tuvimos un negocio.—¿Qué tipo de negocio?—Pues, no sé si esté enterado, pero su hermano me pagó, junto con otro hombre que creo era el cerebro de todo, para que enviara a un tipo a prisión.—¡¿Qué?! —dije con incredulidad y el hombre sonrió—. ¿Recuerda el nombre del otro sujeto?—No; pero estoy seguro fue quien ideó todo aquel macabro plan.Suspiré, tragando con dific