En un futuro soberbio y prodigado por la genialidad de lo nuevo, se avecina una enfermedad extraña, la cual hará que hasta los más avariciosos se vean reducidos en la inopia. La agente especial de la policía, Zhúric, es asignada a descubrir qué generó o quién trajo esa enfermedad con anomalías insólitas. Con una capacidad inimaginable de ahondar en las memorias de otros, asumirá riesgos que le dejarán daños a largo y corto plazo. Acomplejada por el misterio que desencadenó este surgimiento extraño, tendrá que hacer lo posible por no dejarse llevar por la pesadumbre de las mentes de aquellos que toca. Sin embargo, mientras oprime el botón del ingenio, se percatará de que todo no es lo que parece y de que fue traicionada por quien menos esperaba. A partir de allí, el desencadenante de los males que ahora acechan al mundo jugará de su lado en el tablero de ajedrez.
Leer másElla gime intentando llevar oxígeno a sus pulmones. Caigo de rodillas frente suyo, impactado y moviéndome de adelante hacia atrás; las lágrimas se deslizan libres. En el momento que se desploma la agarro, aún tiembla y sigue sin entender bien lo que hice. La impotencia es reemplazada por la cruda furia, la abrazo contra mí, sollozando. Negando una y otra vez con la cabeza… soy un monstruo, uno de los peores.Su rostro se drena de color, abre la boca para sacar algunas palabras, pero lo único que expulsa es su sangre. Sus ojos turbios pierden el brillo con celeridad, me sigo moviendo, ignorando mis lamentos para poder enfocar mi mirada en la herida, es tarde… no podré llevarla a algún centro médico cercano, es grave, no cesa de sangrar. Mis hombros tiemblan más. ¿Qué hice?—Damián —tartamudea con las pocas fuerzas que reúne—, tranquilo
Todos tenemos un pasado que no deseamos mostrar con facilidad, pero yo se lo mostré en su totalidad a mi jefe y muy poco a mi compañera. Ya no la veo como tal, ni como a una amiga, la siento y veo como algo más allá de esos apodos… no la siento como mía, pues no es un objeto que puedo utilizarlo cuando se me venga en gana, la aprecio como mi complemento.Me levanto de la cama, no logro conciliar el sueño gracias a mi mente que divaga demasiado. Aparto las cortinas para observar el edificio de al frente, están en plena fiesta, pero respetan que los demás se encuentran roncando, pues el volumen de la música no es para nada alto.Me giro para salir y hacer algo de comer. Zhúric debe de estar en su oficina junto a Gastón; entre observadores se entienden. Trabaja hasta tarde, es demasiado enfocada en su labor, por ello no duerme lo suficiente, solo dormita.—Pero si estoy aqu&ia
Al regresar con la mente aún en lo sucedido con Ask, me encontré con Zhúric sentada en el borde del andén, esperándome. Esta vez si quiso tener ayuda de los sanadores que no tardaron en cicatrizar su frente y mas o menos su muslo que está con una venda. Me miró sin decir nada mientras me sentaba a su lado con un suspiro; ni se ha quejado de eso hasta ahora.—La mente de Rick estaba distorsionada, es como si hubiese sufrido una amnesia —susurra, con el mentón en la cima de sus rodillas—, la CCV comentó que investigará eso, y, por ende, decidieron llevárselo a su plantel. Gastón no lo negó, pues necesita saberlo al igual que yo.Al no obtener mi respuesta me ve interrogante. Cuánto me gustaría decirle que hay alguien más que se preocupa de ella y la protege a escondidas… no me gusta ocultárselo, pero toca. Reitero: nos conocemos
Me desplomo en la mi silla giratoria. Sobre mi mesa se encuentran las tablets holográficas con la información suficiente con el caso que nos asignaron. Después de la verdadera demostración de emociones por parte de Zhúric, Gastón nos interrumpió dándonos esto. Más tarde saldremos a revisar de nuevo la calle en donde se ubica aquella casa que contenía centenares de fotos de la rubia y de ciertos personajes. Aunque esperaré a mi compañera, puesto que decidió hacerse cargo de la cremación de Greta junto a su bebé… esparcirá las cenizas en una maseta con semillas de gardenia que cuidará con esmero.—Haré eso porque es como si restableciera todo. Como si sus vidas crecieran a través de una planta. Es mi redención.Comentó con una sonrisa de medio lado y con una nueva cicatriz a su colección, gracias a
—¿Qué hacía ella ahí? —Lo observo conducir. Su cara es indescifrable, típico de Gastón.—Estaba siguiendo nuestros pasos.—Pero ¿por qué?Me mira por unos segundos antes de volver la mirada al frente.—Quería respuestas. Quería sacarnos información a las malas del porqué su compañero salió siendo un canalla terrorista. Entonces se encontró con lo que no debía, así que nos informó sobre lo que presenció.—¿No estaba informada?Niega con su cabeza.—Cuando se destapó la verdadera fachada de Índigo ella no se encontraba en la ciudad. Es más, renunció porque está esperando a un hijo.Golpeo la parte trasera de mi cráneo contra el respaldar del asiento.—No me jodas…—Exacto, el n
A última hora de la mañana fui despertado por el superior, su voz me hizo tambalear y el mensaje fue mucho peor. Zhúric tuvo problemas con su habilidad, es decir, se puso como una cabra al no querer tocar a nadie. Y la entiendo, porque no se ha recuperado del todo, a lo seguro tener un viaje extracorpóreo de esa magnitud le hará tener más migrañas.—¿Dónde está? —inquiero a su sanador que se encuentra pálido y sudoroso.—Encerrada en su oficina —susurra, inquieto—. Quisimos que entrara en la mente de Jeorge Ask, pero se puso histérica, se rehusó a hacerlo.—No lo hará. ¿Acaso no has pensado en sus últimas migrañas? Ha utilizado mucha fuerza mental desde que se despertó y si ella hubiese entrado en esa mente, quizá quedaría atrapada en ella o moriría.—Ella es indispensa
Le doy una inclinación a mi compañera, dándole el visto bueno para que me deje solo. Hago que el brazalete muestre mi placa en mi pectoral izquierdo, entre tanto, me preparo para tocar el timbre. Al hacerlo, un señor de edad se asoma por la puerta semiabierta.—¿Qué desea? —indaga, con voz cansada—Soy de la PLC[1]. Necesito hacerle algunas preguntas —suelto de manera mecánica. Si no me presento de este modo, me cerrará la puerta en las narices.—Claro, muchacho. ¿Desea pasar?Las palabras de Zhúric rebotan en mi cabeza cuando hace tan sencilla pregunta. “Ten cuidado de la confianza que te den, pueden estar camuflando algo mucho peor que una atención tan serena como esa; no importa si es un niño o un anciano, de todos modos, te pueden apuñalar por la espalda”. —No, gracias. No tardaré demasiado
Es la primera vez que veo un cuerpo mutilado. He logrado que uno de los médicos de la CCV me prestara un tapabocas, pues el olor a putrefacción es demasiado fuerte. Me inclino para mirar mejor el rostro mientras le tomo unas fotos; calculo que no ha sobrepasado la mayoría de edad, quizá tiene entre dieciocho y veinte años porque su rostro no ha envejecido lo suficiente. Alguna vez fue una linda señorita, pero tomó malas decisiones. Levanto las sabanas grises que la cubren para poder verificar bien su cuerpo; fue una furcia por la ropa que tiene puesta, que no deja nada a la imaginación. Me grabo a fuego lento el pequeño tatuaje que tiene en su clavícula, son unas siglas: DCM.—¿Sabe usted qué significa DCM? —le pregunto al médico más cercano.—Decesul cu moartea —contesta, se aleja un poco para extraerse los guantes y su tapabocas—, s
Ciudad Silver—Damián, te harás cargo de vigilar al terrorista Fisher Índigo. —Mi cara pierde color—. Está en la habitación 12. Ten cuidado, es un psicótico.Zhúric no espera respuesta, con simpleza palmea mi hombro antes de retirarse. Su superior Gastón niega con su cabeza, me da un gesto con su barbilla que no logro entender.—Aún no está recuperada del todo. Es alguien difícil de manejar —explica—, hace un mes que salió del coma al igual que el terrorista, si la ves todo el tiempo malhumorada es porque le duele sus extremidades por falta de terapia.—Ella fue la responsable de descabezar la mayoría de delitos que cometió su anterior compañero y jefe, pero ¿cómo pudo ser capaz en tan solo un mes, si no se recuperó como es debido?El hombre sonrí