Observer
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Por: Annie Löwe
Prólogo

Ciudad Silver

Despierto agitada; la misma pesadilla regresó. El gélido sudor se desliza por mi frente, haciéndome recordar que no lograré salir de la culpa tan fácil… los recuerdos siguen ahí, sin querer soltarme. Me inclino con un suspiro para saber la hora, esta me saluda con letras rojas y con un bufido vuelvo a caer sobre las sábanas. Ya es de madrugada y afuera el bullicio de la ciudad no cesa. Vuelvo a levantarme, de ese modo dejo que las sábanas húmedas se deslicen hasta posarse en el suelo; no veo la hora de poder salir a la playa, pero el clima parece no querer dar el brazo a torcer. He anhelado el descanso desde que entré a mi oficina como una detective hecha y derecha. Ahora que la tengo, no he podido disfrutarla como es debido.

Trazo con los dedos aquella cicatriz que se extiende por mi hombro y muere en mi omoplato. “Marcas de guerra”, otra línea fea y rugosa en mi cuerpo, una más a la colección. Observo a través de las puertas del balcón el edificio de al frente, la imprudencia está pintada en sus paredes verde oliva, pues sus habitantes están más drogados que los vagabundos de la ciudad Ocre. Sus vehículos reposan cerca de las ventanas y el vapor que despiden inunda las habitaciones serenas… por algo odio los autos voladores, o por el nombre de ahora: los versags. Si estuviese ejerciendo justo ahora, sacaría mi pistola, me vestiría, tocaría la puerta con patadas y tocaría mi brazalete para mostrar el holograma que evidencia mi placa.

Y justo que pienso sobre el brazalete, este empieza a zumbar y casi con desgana, dejo que la llamada entre. Me alejo un poco del balcón para que el ruido no distraiga demasiado.

—Zhúric.

Deslizo los dedos de nuevo por mi hombro. Su acento hace que mi nombre se escuche estrellado y algo feroz.

—¿Qué pasa, jefe? —Paseo la mirada por las paredes… requieren una nueva pintada. Es un asco.

—Te necesitamos.

Dejo caer la cabeza con una fuerte exhalación, se supone que tendría un mes de vacaciones. Sin embargo, parece que fueron recortadas.

—¿Y mi compañero está de acuerdo con esta decisión? —En el otro lado alguien carraspea, y sé muy bien quién es—. Ya veo que sí.

Alcanzo mi maleta, pensativa, pues voy a empacar mis pocas ropas de una vez.

—Tenemos un asunto de suma prioridad, compañera.

Me detengo.

—¿Qué tipo de asunto?

El suspiro por parte de mi jefe y el silencio me ponen alerta. No poder ser eso… está neutralizado… no.

—Hubo un brote —comenta Colt, mi compañero, con voz ronca.

Mi jadeo se mezcla con el ruido de los parlantes desgastados del edificio contiguo. Me armo de toda la voluntad que guardaba y empiezo a tirar en la maleta cada prenda que encuentro.

—Allá estaré antes del lunes —suelto con determinación.

Cuelgo con esa presión particular en el pecho...

Retomaré mi caso más repudiado entonces.

❂❂❂

AVISO:

Este manuscrito lo escribí en 2018, de modo que habrá errores, los cuales corregiré cuando tenga tiempo.

Me disculpo por presentarles esta obra sin corregir.

Asimismo, aclaro que me basé muchísimo en el juego Observer, que comparte el mismo título, así que podrán hallar muchísimas similitudes. Sin embargo, el manuscrito es totalmente original.

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