Yo solía ser una campesina que residía en una vieja cabaña en Bristol, antes de que aquel hombre me llevara consigo para convertirme en su esposa. No entendía por qué me había elegido, una simple campesina sin conocimientos de lectura o escritura, pero me sentía afortunada, aunque mi mayor error fue confiar en él debido a mi ignorancia, incluso llegué a enamorarme de Benjamín Worsley, lo cual resultó ser mi sentencia de muerte, literalmente. Lo más extraño de todo fue que después de la boda, ese cariño que él me demostraba desapareció. El verdadero Benjamín mostró su lado más frío, ni siquiera me tocó en nuestra primera noche juntos, ni en las siguientes. Poco después, comenzó mi verdadero tormento. Benjamín trajo a una mujer al castillo Worsley, y supe por las sirvientas, que me odiaban, que era su ex prometida. Para empeorar las cosas, ella afirmaba estar embarazada de él, y Benjamín no lo negó. Viví bajo el mismo techo que su amante, pero a diferencia de ella, yo no tenía libertad. El castillo era como una prisión, y casarme con ese monstruo resultó ser un infierno. Cosas extrañas empezaron a suceder; mi esposo y su familia eran personas extrañas, y nunca debí haber descubierto el secreto que guardaba esa familia, ni por qué se casó conmigo en primer lugar. El propósito era espeluznante, al igual que él. Sobre todo: NUNCA DEBÍ CASARME CON EL MONSTRUO.
Leer más[...]POV: Joel Worsley El sudor resbala por mi frente mientras mis pies golpean la cinta de la caminadora, una y otra vez, en un ritmo que casi me hipnotiza. No sé cuánto tiempo llevo corriendo, pero no me importa. Este es mi escape, mi forma de dejar atrás todo lo que pesa sobre mis hombros. Siento mis músculos tensarse con cada paso, la camiseta empapada pegándose a mi piel, pero sigo adelante.Mi mente viaja entre recuerdos y planes, a veces me permito cerrar los ojos por un segundo, sentir que me alejo, aunque sea por un instante. Pero siempre regreso al zumbido constante de las máquinas a mi alrededor, a mi respiración controlada. Necesito esto, no solo es una rutina, es mi manera de mantener el control cuando todo parece estar en caos.Finalmente, bajo el ritmo y dejo que la caminadora me lleve a detenerme por completo. Me inclino hacia adelante, apoyando las manos en las rodillas, sintiendo el sudor caer desde mi cabello hasta el suelo. Me quito la sudadera y la lanzo al banc
[...]6 años después POV: Benjamin Worsley —¡No corras, Emma! —grita Nevaeh desde adentro, su voz llena de frustración.La veo por la ventana, entrecerrando los ojos mientras le amaga con una cuchara en la mano. Emma solo sonríe y sigue corriendo por el patio, haciendo volar una cometa. Ya se ha hecho varios raspones en un solo día, pero nunca escucha a su madre.—¡Emmett, mira! —le dice a su hermano, que está sentado bajo un árbol absorto en su tablet—. ¡Está muy alto!.—No me molestes —responde Emmett, de mal humor, sin apartar la vista de la pantalla.—Emmett —mi tono severo lo hace levantar la mirada. Suspira, deja la tablet a un lado y se levanta para jugar con Emma.Son completamente diferentes. Emma es juguetona, cariñosa, la niña más dulce que he visto, mientras que Emmett es reservado, frío y apático. A pesar de eso, adora a su hermana. No soporta verla llorar y no le gusta que se apegue a los niños de la escuela, pues cree que solo se acercan porque es linda o para llamarl
—Este lugar es precioso —me dice Vanessa con entusiasmo, mientras observa a su alrededor con ojos deslumbrados.El espacio está adornado con mesas llenas de bocadillos, refrigerios, centros de mesa y, sobre todo, globos azules y rosas. Es un pequeño festejo en familia, lleno de calidez y alegría.—Gracias —respondo con una sonrisa—. Queríamos algo sencillo pero bonito para celebrar con los más cercanos.Vanessa asiente, todavía maravillada por la decoración.—¿Cómo te has sentido después del parto? —pregunta, volviendo su atención a mí—. Debe ser agotador cuidar a dos bebés al mismo tiempo.—Sí, es bastante trabajo, pero Benjamin ha sido un gran apoyo. No podría hacerlo sin él.Vanessa sonríe y asiente.—Es genial tener a alguien en quien confiar. Enzo también ha sido un gran apoyo para mí en todo. Ya lo viste, es algo tímido. —Se nota que tienes mucha suerte con él —comento, observando cómo los dos rien a lo lejos mientras toman un refrigerio.Me distraigo un momento y observo a los
***POV: Nevaeh Winter —No te muevas, ya casi termino —le digo a Joel, que ya parece fastidiado por tanto arreglo.Acomodo su cabello hacia atrás, dejándole un peinado decente. Antes solo tenía el pelo desordenado y largo, así que lo corté un poco a mi gusto.Sonrío satisfecha al terminar mi obra de arte en él. Lleva un pantalón de vestir gris, una camisa blanca encajada, unos tirantes grises, una pajarita a juego y unos zapatitos negros brillantes. Parece un pequeño Richard maduro.—¿No es demasiado, mami? —me pregunta incómodo.—Claro que no. Estás perfecto, a mí me ha gustado —le digo, y beso su mejilla para animarlo. Se toca la zona con un sonrojo que le tiñe la cara.—Está bien. Si a ti te gusta, entonces me lo quedaré.—Ahora, ve con tu padre. Terminaré con los niños y bajo enseguida —le indico. Joel asiente y sale de la habitación corriendo.—Estos angelitos están casi listos, señora —me dice Calista, que ha estado luchando para vestir a los gemelos, quienes no han parado de h
***POV: Benjamin Worsley El llanto de los bebés se escucha desde fuera de la sala, interrumpiendo el beso que compartía con Nevaeh. Me aparto suavemente de sus labios, y ella, con el rostro ruborizado, se acomoda a mi lado, ambos ansiosos por la llegada de nuestros hijos tan esperados.La puerta se abre lentamente y dos enfermeras entran, cada una cargando a un bebé. Si antes mi corazón latía desbocado por el torbellino de emociones que trajo la recuperación de mis recuerdos, ahora siento que va a estallar de alegría al ver, por fin, a nuestros pequeños.Las enfermeras se acercan a nosotros con una sonrisa cálida, y con una delicadeza increíble, nos entregan un bebé a cada uno. Siento el peso ligero y frágil de nuestro hijo en mis brazos, y al instante, una oleada de amor incondicional me envuelve. Nevaeh, a mi lado, sostiene a nuestra hija. Está sonriendo ampliamente, emocionada. Cuando levanto la vista, veo que sus ojos se llenan de lágrimas de alegría. Su rostro está iluminado p
***POV: Nevaeh Winter Esto es algo increíble. Creí estar en la sala de un hospital, recién dando a luz a mis hijos, agitada, cansada, adolorida y feliz con Benjamin a mi lado. Pero de la nada, un dolor desconocido me invadió el corazón y el pecho. La última imagen que vi antes de cerrar los ojos fue a mi Benjamin agonizando también. Su último toque fue de su mano, que nunca soltó la mía.Ahora estoy en el último lugar que jamás imaginé. ¿Cuánto tiempo llevaba sin venir aquí? No lo sé. La última vez fue cuando vine con ese chófer y tuve una discusión con Benjamin. Entonces, ¿qué significa esto? ¿Qué locura estoy viviendo? Me encuentro frente a mi cabaña, sin saber cómo demonios pasé de estar en un hospital a estar aquí.Mis pies se mueven por sí solos. Entro a la cabaña y me detengo en el centro de la polvorienta sala. Todo sigue igual a como lo dejé, o eso pensé hasta hace un momento, porque ahora todo está limpio, iluminado, y siento una cálida presencia en el ambiente. Tan familia
***POV: Benjamin Worsley Estoy extremadamente aburrido. No suelo considerar que las conferencias importantes sobre el balance financiero de la empresa sean algo tedioso. Pero cuando tienes una esposa que siempre está a tu lado, haciéndote reír y convirtiendo tus días en los mejores de tu vida, las cosas cambian cuando llega un día en que no la tienes a tu lado. Hoy es uno de esos días.Mientras los directores exponen sus puntos de vista en la sala de juntas, jugueteo con un bolígrafo en mis manos. Quiero soltar un bostezo, pero eso sería de muy mala educación, especialmente considerando que soy el jefe aquí. Además, mi padre y mi tío están presentes en la reunión, y no quiero recibir un llamado de atención por incompetencia.Cuando casi cabeceo sobre mi asiento, mi teléfono vibra dentro de mi saco. El sonido capta la atención de todos. Me miran. No me importa. Quien sea que esté llamando es mi salvavidas en este momento.—Una disculpa.Me levanto de mi silla. Normalmente, ignoro las
***POV: Nevaeh Winter Estoy emocionada. Voy de camino a buscar a Joel a la escuela. ¿No es genial? Se siente como si estuviera yendo a buscar a mi propio hijo.—¿Ya casi llegamos? —le pregunto ansiosa a Hitler por tercera vez. Está al volante y es quien me acompaña porque Benjamin se ha ido a trabajar. Esta vez no le hice berrinche porque el pequeño Joel me pidió que, en lugar de su padre, lo fuera a buscar personalmente. De otra manera, me habría ido detrás de él pegada como una garrapata. Por suerte, la última vez que hicimos cosas indebidas en su oficina, nadie lo notó.«Esa experiencia la quiero volver a repetir».—Ya hemos llegado, señora —me avisa Hitler, diciendo las palabras que tanto quería escuchar luego de media hora en movimiento. Pude haber vomitado si pasaba un minuto más.Hitler se baja del auto, lo rodea y me abre la puerta. Sostengo su mano y le doy las gracias.Joel me ha hablado de su escuela, pero verla con mis propios ojos es impresionante. Estoy segura de que a
***POV: Benjamin Worsley —¿Sabes cómo usar una computadora? —ella niega, descansando su espalda contra mi pecho—. ¿Ni una vez lo has intentado?.—¿De dónde iba a sacar dinero para comprar una? —responde irritada—. Creo que te burlas de mí.Sonrío levemente y beso la parte trasera de su nuca.—¿No quieres aprender?.—No —su rotundidad me deja helado.—¿No?.—¿Para qué querría aprender? ¿Para trabajar? Ni hablar. He trabajado como mula durante años, y ya no lo volveré a hacer porque tengo un marido rico que me puede mantener. Es el sueño de toda mujer, ¿sabías? Tienes dinero suficiente para darme.—¿Tenías ese tipo de pensamiento? —cada vez me sorprende más esta tortuga panzona.—Para qué mentirte. En mis días más locos pensaba así, pero como ya te tengo a ti, pues me conformo.—Hablas de mí como si fuera tu única opción —frunzo el ceño, aunque no pueda verme estando de espaldas.—Hay más opciones aparte de ti, pero ya estaba casada cuando desperté, ¿recuerdas?.Le muerdo el hombro co