La lluvia comienza a caer, y la noche fría se cierne en el cielo como un pergamino. Estoy sentada junto al ventanal, observando desde esta altura si el auto de Benjamin se asoma en la distancia. Ha pasado todo el día y aún no ha llegado al castillo, ni siquiera para almorzar. ¿Me odia tanto? Es evidente que no desea verme. A pesar de eso, debo hablar con él. Ya lo hemos hecho, lo sé, pero después de conversar con su padre hoy, estoy segura de que hay algo que no me está diciendo.Por otro lado, ya no me importa lo que diga, porque planeo irme de aquí. Solo necesito encontrar la manera. No llevamos ni siquiera una semana de casados, y aunque me duela, es mejor dejarlo ir. Si sigo así, estoy segura de que no lo soportaré."Debes hacerlo, puedes irte, déjalo, huye lejos", me insta mi conciencia, y por primera vez, creo estar de acuerdo con ella. Las cosas no serán iguales después de soportar las humillaciones, el desprecio y el odio de Benjamin. No quiero. Lo amo, pero debo encontrar la
Leer más