Capítulo 59
Después de recobrar la capacidad de hablar, Iván Urriaga, con un escalofrío que le recorría desde la nuca hasta la espalda baja, le preguntó a Ariadna si necesitaba la asistencia de un médico.

―Estoy bien. Necesito… procesar todo ―respondió ella con un vacío tan grande en el pecho y los hombros encorvados―. Quiero irme a… a la casa de mis papás.

El señor Urriaga se ofreció a llevarla y, aunque la joven no quería, el hombre fue tan insistente que terminó por aceptar.

El trayecto fue silencioso, y eso era algo que ella apreciaba. Su mente ya era demasiado ruidosa; agregarle otros pesos externos la iba a terminar por colapsar.

En lo profundo de su ser, ella anhelaba que Nathan encontrara el camino. Esperaba que se arrepintiera de todos sus errores y lograra rehacer su vida. Las punzadas en su sien se intensificaban y, en busca de mitigar el dolor, cerró los ojos.

Justo antes de llegar a la calle principal, a unos minutos de la casa de los señores Acosta, Iván Urriaga le preguntó sin
Svaqq16

Ijole, no te juzgo, yo también me aferré alguna vez al nadaqueveriento. Gracias por leer ❤️ recuerden sus comentarios me ayudan mucho.

| 5
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo