Capítulo IX

Despierto de nuevo en la misma habitación de siempre, procuro taparme con las sábanas y cerrar mis ojos por escasos momentos, pero de la nada escucho golpes del otro lado de la puerta que me obligan a abrirlos de nuevo.

Me levanto cuidadosamente, y, con sigilo, voy directo a la puerta, en silencio giro la perilla, pero los golpes cesan repentinamente, a lo que yo retrocedo hasta chocar con el ventanal de la habitación. Salgo lentamente del shock y, vuelvo a acercarme para girar el picaporte y abrir completamente la puerta.

Asomo mi cabeza por el espacio entreabierto de la puerta, y no consigo ver nada por la oscuridad que predomina en el lugar, doy unos cuantos pasos, y al tratar de acostumbrar mis ojos consigo distinguir una pequeña lámpara. La tomo y compruebo si funciona, y al presionar un pequeño botón, enciende, mis ojos se cierran por la repentina luz, y, corro por el pasillo, hasta visualizar una línea de luz proveniente de la habitación que esta frente a mí, y sin hacer ruido —o al menos hacer el intento— avanzo hasta que estoy a unos centímetros de la puerta.

Escucho voces familiares, que se dejan de escuchar al percatarse tal vez de mi presencia. Me sobresalto ante esto, pero no consigo moverme, hasta que siento una mano en mi boca y un minuto después me encuentro a cuatro puertas de aquella habitación.

—No te asustes, soy Jest —dijo aquella persona en un susurro para después quitar su mano de mi boca.

Al quedar libre de su agarre me doy la vuelta, y sin necesidad de utilizar la lámpara –que está justo a un lado de la puerta donde me encontraba hace tan solo un momento– logro distinguir que en realidad si es Jest, pero antes de decir nada se escucha como abren la puerta del cuarto de en frente y sentir como entrecierran la del cuarto en el que actualmente me encuentro, y que silenciosamente me asome por la puerta.

—Creí... haber escuchado a alguien —dijo la voz de Julia, para luego ver como agacha su mirada a la lámpara que aún se encontraba encendida.

—Ha de haber sido esa perra, de seguro ya despertó y se encuentra vagando por el lugar —Menciono William con sorna, para luego fijar la mirada hacía una de las habitaciones, cómo si supiera que me estoy escondiendo en alguna de las cuatro que se encuentran en el pasillo —De todas maneras, aun no termino con ella —su voz sonó tan fría y sádica, que no fui la única que se estremeció, también Julia, porque se veía como su piel perdía color por unos momentos, y...

—¡No la lastimes! —explotó Julia en llanto mientras se ponía de rodillas frente a el

—Jajajaja... ¿En serio creíste que la dejaría tranquila? —la tomo por el cabello y la acerco hacía el —No me vengas con estupideces —y la lanzo con fuerza al otro lado de la habitación, dejándola inconsciente en el proceso.

Al ver esa escena, cierro con cuidado de no hacer ruido la puerta, y al hacer eso, se comienzan a escuchar estruendos, y la caída de algo en seco, me tapo la boca para no soltar un gemido de miedo, y Jest sin quitar su rostro serio, procede a taparme los oídos y en segundos quedo inconsciente sobre él.

Despierto en una habitación que no reconozco, observo a mi alrededor y solo veo la puerta de madera entreabierta, con mucho cuidado me levanto y corro de puntillas para asomarme a la pequeña abertura, y veo que aun sigo en aquel lugar, solo que, en diferente habitación, sin hacer ruido, salgo de la misma, y con los sentidos en alerta me dirijo hacía la mía.

Al llegar, empujo un poco la puerta, ya que anoche no la cerré. Al abrirla me sorprendo mucho de lo que veo, Julia está en el suelo con la cara y parte del cuerpo llena de moretones, y con la respiración entrecortada, me dirijo hacía ella, para después recostarla en la cama.

—Necesita atenciones... —Escuche una voz detrás de mí, y al voltear el rostro veo a Jest con un pequeño botiquín en mano y una pequeña botella de alcohol —Traje esto... Porque lo necesitara -me dedica una ligera sonrisa... Sonrisa que hace que me relaje un poco.

Dejo el paso para Jest, y él se acerca lentamente, y cuando está completamente a unos centímetros de la cama, se inca y comienza a darle atención, yo lo único que hago es ver su rostro, esto no pasa desapercibido, ya que Jest deja de hacer las curaciones, y voltea a verme.

—¿Sucede algo? —Pregunta con algo de curiosidad

Trago saliva antes de hablar:

—¿Porque me salvaste? ¿Y... ¿No es peligroso que estés aquí? —Pregunto sin dejar de mirarlo

—Te salve porque es mi deber, y no te preocupes por eso, aquel vampiro no está en la mansión. —Aquello me dejo sorprendida, William no saldría de la mansión a no ser que fuera realmente necesario, así que esta situación me deja un poco sin habla. —Ya casi termino aquí, Así que ¿Podrías traerme ese bote de allá? —Señaló el pequeño bote que estaba a un lado del ventanal, asiento y voy por el —muchas gracias —me dedica una sonrisa sincera y se dedica a tirar las gasas utilizadas y los instrumentos que uso, al parecer ya no lo volvería a ocupar.

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