Comencé a retorcerme del dolor que provocaban las criaturas de William. Cuando se esfumaron esas cosas, ese hombre me llevaba a rastras por todo el castillo hasta que llegamos a mi habitación, abrió la puerta y me aventó a la cama.
—Qué mujer tan miserable —cada vez se acercaba peligrosamente a mi cuerpo —Aunque me sorprende, otras mujeres ya se habrían suicidado, y el no hacerlo, tiende a que tu sangre sea muy tentadora para mí, tanto que fácilmente te asesinaría para obtenerla... —Era muy tarde, su rostro estaba a escasos centímetros del mío, y sabía que...de esta, no salía.
Pasó un cuarto de segundo cuando William empezó a lamer mi cuello, y de un momento a otro sentí una punzada en mi piel, el dolor no se comparaba con el que me provocaban sus criaturas, sentía que iba a desfallecer, algo que era un poco cierto.
La posición en la que estábamos le dio la oportunidad de ir más allá que solo esa mordida, sus manos empezaron a desgarrar mi vestido y, cuando quede totalmente vulnerable, aprovechó para volver a abusar de mí, quería apartarlo, pero si lo hago, era probable que no volvería a amanecer el día siguiente.
••
Me encuentro desnuda y manchada de mi propia sangre, al fin, después de un largo rato, me quedo sola en la habitación y escucho que tocaban la puerta de esta:
—A... Adelante... —Apenas y podía articular palabra, ya que todo lo ocurrido me dejo sin voz y destrozada. Sabía que del otro lado de la puerta estaba Julia, al fin y al cabo, ella y yo habíamos quedado para hablar.
—Elizabeth... ¿qué ocurrió? —tenía cierto tono de preocupación en su voz.
—William...me acaba de... —guarde un minuto muy largo de silencio, tenía el pánico en mis ojos —morder
—Oh...pensé que ocurriría, pero nunca pensé que tan...pronto... –puso una mueca de dolor al decir aquello —Te traje algo de comer —dijo sin tono alguno de voz, pues claro, ¿cómo tendría algún tono de voz alegre teniendo en cuenta que ella fue la primera en estar en mi lugar?, acercó una bandeja con un plato de sopa —anda come, bebió demasiada de tu sangre, estas muy débil, así que tienes que recuperar fuerzas.
—Lo intentare —dije tratando de levantarme de mi lecho, lo cual provoco un agudo dolor de cabeza.
Al terminarme la sopa, fui a darme un baño a quitarme la suciedad que había dejado William en mi cuerpo. Me tarde diez minutos en limpiarme, al salir del baño, Julia me esperaba en la orilla de la cama, cuando me vio salir de ahí fue a ayudarme a caminar, me dejo en la cama y hubo un minuto de silencio que para mí pareció eterno, hasta que decidí hablar.
— ¿Julia?, ¿sucede algo? —mi voz se escuchó en un susurro.
—Si... Bien... —no encontraba las palabras correctas de lo que me quería decir — esto va a ser difícil de digerir para ti... Pero tienes que saberlo... —su mirada se tornó seria antes de continuar —William antes era un buen hombre de familia.
— Espera... ¿Qué? —Mis ojos se abrieron como platos ante lo dicho por Julia —eso... No es posible...
—Sí, veras antes de ser el monstruo que es, tenía una vida normal, soló que... Se la arrebataron.
— ¿Como? — pregunte con curiosidad.
—Hace mucho tiempo, él tenía una familia que amaba, su esposa, una humana y sus tres hijos, todos mitad humanos mitad vampiros, ellos vivían en el campo, hasta que unos vampiros desconocidos los secuestraron y separaron... A la esposa la violaron y la preñaron, a los hijos los torturaron hasta que los asesinaron, a William le hicieron ver aquello, el quedo despedazado, porque sus hijos murieron en solo dos días.
“Tuvo que esperar los nueve meses para que el engendro que tenía su esposa naciera, y fue entonces que al nacer, aquellos vampiros hicieron pedazos a su mujer enfrente de el –Julia vio mi cara de sorpresa, no podía creerlo, ¿William era padre? –le hicieron saber que tener un amorío con una humana y procrear con esta misma era el mayor pecado según la sociedad de ellos, lo golpearon hasta que quedo casi muerto, el bebé que había nacido de su mujer seguía vivo, aquellos que lo golpearon le dejaron a aquella niña a un lado de él y desaparecieron”.
— Y nosotras que tenemos que ver —pregunte un poco confundida.
—Bueno nosotras somos mitad humanas mitad vampiros...
— ¿Que? Pero si ni siquiera hemos presentado nada de indicios de que lo seamos.
—Bueno pues el bebé nacido de una violación tiene que ver con todo esto —dijo en un hilo de voz.
Lo que escuche de parte de Julia me dejo con los ojos como platos, no lo podría creer.
—Sé que quieres saber más, pero todo con su debido tiempo.
— ¿Qué?
—Lo siento... —no dijo una sola palabra después de eso.
— ¿Quieres decir que no puedes decir más por lo que vaya a suceder?
—Sí, yo por ejemplo descubrí la historia de William por mi cuenta él… no lo sabe... O eso espero, de todas maneras, a mi madrastra no le importo.
— ¿Madrasta?
—Si, a mi verdadera madre la asesinaron y me dejaron a cargo de la que es ahora mi madre, pero eso no importa.
— ¿Cómo que no importa?
—Dejo de importarme desde hace mucho, supongo que es porque siempre me trataron así.
—Ah, lo siento.
—No te disculpes, vamos a tratar de salir de esta ¿ok?
—Está bien –dije un poco preocupada, Julia se levantó y camino hacia la puerta — ¿a dónde vas?
—Tu quédate aquí —y salió por la puerta de la habitación.
Ya ha pasado más de una hora y Julia no ha vuelto, salí de mi habitación en busca de ella, pero el lugar era tan inmenso que me perdí en una de sus habitaciones, nunca había salido de esa manera al pasillo. Al divagar un poco, empecé a escuchar pasos, lo primero que hice fue esconderme en la primera habitación que vi, los pasos pararon, en esa puerta de madera, y luego se fue.
Habían pasado dos días desde que tuve esa plática con Julia, y ella no apareció en la universidad, y eso en verdad me preocupaba. Tenía que averiguar en donde se encontraba. Al finalizar las clases, salí corriendo en dirección a mi casa, y antes de llegar me tropiezo con una piedra, al levantarme, veo que mi pierna está sangrando por el roce con el suelo. Al llegar a casa, voy directo al baño a desinfectar la herida, suerte para mí que no había nadie ahí, cuando salgo, voy directo a mi cama, pero un ruido me detiene. — ¿Qué es ese ruido? –le pregunto a la nada, cuando volteo hacia la puerta, veo una sombra muy extraña, pero a la vez muy familiar — ¿quién eres? —la sombra solo se queda de pie, y antes de desaparecer, avienta un cuerpo al parecer inerte, en frente de mí. Con el miedo en mis ojos voy hacia el cuerpo pensando en si la persona está viva o muerta, y tal es mi sorpresa ver a Julia ensangrentada e inconsciente, trato de cargarla lo mejor que puedo y la llevo a la cama, tr
Despierta Me levanto exaltada por aquella extraña voz, veo a mi alrededor dándome cuenta de que aún estoy sola, todavía no suena la campana que da fin a la hora del almuerzo, pero uno a uno mis compañeros de salón van entrando y acomodándose en sus pupitres, y veo como Syo se sienta a mi lado. —Lizzy, ¿estás bien? —Pregunta con cierto tono de preocupación en su voz. —Sí, estoy bien, ¿por qué preguntas? —Luces pálida.... —Dijo con un hilo de voz. —No te preocupes, solo es falta de sueño.... — ¿Estas segura? –Pregunta no muy convencida y con su típica mueca de "Aja si, y yo soy un unicornio". —Totalmente —Respondo fingiendo felicidad. ••Al acabar el último periodo, mi grupo sale como caballos desbocados, Syo se despide de mi diciendo que le llame por cualquier cosa, a lo que respondo con un "si" un tanto cansado. Al llegar a mi casa lo primero que veo es a Verónica hacer la cena, voltea a verme en el umbral de la cocina, se acerca a mí y me da un abrazo. —Qué bueno que llegas
Han pasado tres semanas desde que tuve ese escalofriante encuentro con William, y después de eso, ya no he tenido pesadillas, lo cual me alivia bastante, porque así puedo estudiar para mis exámenes. Lo que me tiene sin cuidado, es el que Julia no haya ido al colegio en todo este tiempo. Nadie me ha podido decir a donde habrá ido, y eso es lo que me preocupa. —Lizzy, ¿estás bien? —Syo me pregunta por décima vez en el día mientras se sienta a mi lado. —Si... Algo... —conteste en un susurro —No parece —Toma mi hombro para que voltee a verla —no has dormido bien, tiene que ver con Julia, ¿cierto? —Enarca una ceja Syo no sabe al respecto de las pesadillas, solo sabe de mis últimos encuentros con Julia, y su reciente cambio, y aunque de cierta manera sigue sin convencerle aquello, acepta que de vez en cuando, me vaya por corto tiempo a hablar con ella. —Sí, es por ella —respondo suspirando con pesadez. — ¿No has podido comunicarte con ella? —Pregunta con un deje de preocupación —No,
Despierto de nuevo en la misma habitación de siempre, procuro taparme con las sábanas y cerrar mis ojos por escasos momentos, pero de la nada escucho golpes del otro lado de la puerta que me obligan a abrirlos de nuevo. Me levanto cuidadosamente, y, con sigilo, voy directo a la puerta, en silencio giro la perilla, pero los golpes cesan repentinamente, a lo que yo retrocedo hasta chocar con el ventanal de la habitación. Salgo lentamente del shock y, vuelvo a acercarme para girar el picaporte y abrir completamente la puerta. Asomo mi cabeza por el espacio entreabierto de la puerta, y no consigo ver nada por la oscuridad que predomina en el lugar, doy unos cuantos pasos, y al tratar de acostumbrar mis ojos consigo distinguir una pequeña lámpara. La tomo y compruebo si funciona, y al presionar un pequeño botón, enciende, mis ojos se cierran por la repentina luz, y, corro por el pasillo, hasta visualizar una línea de luz proveniente de la habitación que esta frente a mí, y sin hacer ruid
Me quedo sentada en la orilla de la cama, observando como Jest guarda el resto de los materiales y cierra el botiquín para luego arropar a Julia con las sábanas. —Aún sigue inconsciente, dentro de una o dos horas debería de despertar — Jest rompe el silencio recién formado, y yo me sobresalto un poco por lo inesperado de su comentario. —Pero... ¿Va a estar bien? —pregunto preocupada y con un poco de miedo. —No te preocupes, sus heridas no están tan graves como las que tuvo de recién que llego a esta casa —conto de manera muy preocupada, pero al voltearme a ver, me dedicó una pequeña sonrisa que hizo que mi corazón diera un vuelco. No dijimos nada durante unos diez minutos, mismos que para mí duraron una eternidad, hasta que escuchamos balbucear a Julia, los dos volteamos hacía la chica que yacía herida en la cama, y observamos como de poco en poco, comenzaba a reaccionar. —¿D-donde... E-estoy...? —apenas y podía hablar, la habían asfixiado tan fuerte, que apenas salía su voz, se
Despierto de golpe en mi habitación real, sudada y asustada, me levanto a torpezones, y voy por todo el lugar en buscar del apagador, en cuanto prendo la luz, me tranquilizo un poco, y veo la hora de mi reloj. Las 3 de la mañana, salgo al pasillo en silencio en dirección al baño a tomarme una ducha, en cuanto entro, tomo una toalla y abro el grifo, mientras espero a que la bañera se llene, me desnudo en frente del espejo, horrorizandome en el proceso.Muchas cicatrices adornan mi abdomen, y un hilo de sangre baja de mi entrepierna, la reviso muy cuidadosamente y mi rostro se horroriza al ver varias mordidas, rasguños, y una que otra quemadura de cigarro en todo mi muslo. Dejo de ver esa parte del cuerpo y me enfoco en el reflejo, todo mi ser, todo, esta magullado, tengo ojeras muy grandes, estoy muy palida, y puedo identificar un ligero temblor por la falta de sangre, insomnio y alimento, y recorde que hace tres días no he estado comiendo del todo bien, por lo que de inmediato aparto l
Justo cuando empezaba a sentirme bien, otra oleada de dolor comenzaba de nuevo contra mi cuerpo, aquella criatura, cada vez que me lamia, sentía como mi pecho ardía, gritaba, pataleaba y trataba de alejarlo, este ni se inmuto y siguió con su trabajo hasta que aquella voz hablo: —Ya te puedes retirar —Dijo sin más y la criatura desapareció en un manto de humo negro. Aquel hombre, de voz grave y ronca me ha tenido encerrada desde hace cinco años y no ha dejado de torturarme. No he podido conciliar el sueño porque temo que en algún momento me mate. Ese ser, se encontraba sentado, concentrado en sus pensamientos, hasta que me dirigió la mirada por primera vez en ese día, con esos ojos rojos como la sangre, y un rostro penetrante. No me ha tocado un pelo, solo me ha gritado improperios, aún no ha llegado a lo físico todavía... —No te quedes ahí sentada como estúpida, levántate y regresa a tu habitación, aun no acabo contigo —Torció su boca a modo de sonrisa con una expresión espeluznan
Despierto toda sudorosa en la oscura habitación, entro en pánico preguntando que va a suceder, me levanto de la cama y voy tan rápido como puedo a encender la luz. Cuando el lugar se ilumina suelto un suspiro de alivio. —Solo era otra pesadilla —me dije en un simple murmullo —pero no dejó de tenerlos, esto me va a volver loca –lo primero que hago es salir de la habitación e ir por algo de comer, suerte la mía que mi hermana había dejado un poco de pastel, así que tome una rebanada y regrese a la cama a comérmelo. Este tipo de sueños ya no sucedían desde hace dos años y medio, ¿por qué ahora? Al día siguiente, me sentía fatal por la falta de sueño, no me podía concentrar en la clase de aritmética por más que quería. Cuando se acabó la clase tuve que ir al baño a lavarme la cara, sin darme cuenta de que alguien estaba ahí. —Oh, así que aquí estas…— Me saca de mis pensamientos la voz extrañamente preocupada de Julia, la chica más zorra del instituto, se les insinuaba a los hombres y m