De nuevo despierto con los ojos hinchados de tanto llorar por lo mismo, solo que esta vez, me consuela que Julia estuviera ahí conmigo.

Baje a desayunar Encontrándome con Verónica en la cocina.

—Buenos... —se detuvo al ver mi rostro hinchado y cansado — ¿qué te paso?

—Nada, solo no pude dormir anoche —contesté fingiendo que no me importaba.

—¿Otra vez la misma pesadilla? —¡rayos!, me acaba de pillar. 

Desde que tenía seis años, siempre le contaba a mi madre lo que soñaba, pero no fue hasta los trece que comencé esa extraña pesadilla, extrañamente, este tipo de sueño parecía que en verdad lo vivía. Podría decir que solo es un sueño de no ser por los hematomas que tengo al siguiente día, eso causó que me llevaran con el medico que tan solo me dijo que no era nada.

Solo puedo pensar en una sola cosa: William tiene algo en contra mía, lo que me deja sin cuidado. ¿Porque yo?  Yo no le hice nada que yo pudiera recordar, pero lo mejor que puedo hacer es preguntárselo a Julia.

Después de desayunar, me voy a la universidad, reflexionando sobre cómo podría comenzar esa conversación.

La primera clase es literatura, pero no puse nada de atención por estar perdida entre mis pensamientos. Cuando termina el primer periodo, salgo corriendo en busca de Julia, para mi suerte, la encontré en la terraza, estoy a un metro de ella cuando me fijo que tiene marcas de colmillos en su cuello.

— ¿Julia?

— ¿Eh?... Ah, Elizabeth... —Volteo a verme con el rostro algo pálido. 

—Necesito hablar contigo... — Dude un poco, pero me acerque un poco a ella.

—Dime…

—Bueno...—Trago saliva antes de continuar. —sé que esto sonara extraño... pero… ¿William te ha mordido?

—N-no —Su mirada cambio a una de alivio. —¿P-por qué lo… preguntas? —Asustada la miro a los ojos.

— B-bueno…—su rostro volteo a todos lados para ver si no había nadie escuchando.

—¿Sucede algo? —Asustada la tomo del hombro y ella me regresa la misma mirada de terror, misma que la hace paralizarse y no poder hablar, así que saca una hoja y un bolígrafo para escribir algo que no alcanzo a leer hasta que me lo da y salir corriendo a no sé dónde. 

“Aquí no es seguro hablar… espera hasta la noche y te lo explicare todo”.

Después de leer la hoja me fui a mi siguiente clase.

Después de clases regrese a mi casa, y lo primero que vi fue a mi madre en shock, no sabía que pasaba, cuando intente acercarme a ella, mi hermana me detuvo:

—Elizabeth, ven un momento... —dijo algo asustada, esto daba mala espina.

Cuando estuvimos en su habitación cerró la puerta y se aseguró que nadie nos escuchara.

— ¿Has tenido esos sueños de nuevo? — pregunto en un hilo de voz.

—S-si... ¿Por qué?

—Después te diré hoy no es un buen momento... No le digas nada a mamá ¿de acuerdo?

—De acuerdo.

Me quede extrañada por lo sucedido, pero decidí no darle tanta importancia, así que espere a que se volviera de noche. A las diez de la noche, decidí irme a tomarme una ducha y dormir, ya que por la mañana tendría examen de cálculo.