Capítulo III

Mis ojos se abren más como platos, y es que la verdad jamás pensé que tenía ese tipo de problemas, siempre creí que era una niña rica y mimada que solo le importaba ella por encima de las demás personas, aunque ahora que lo pienso… Esas dos semanas que no me había molestado, se veía como si estuviera fuera de sí. Ahora mi pregunta es: ¿de qué quiere hablar si no es de esto?

He tenido pesadillas recurrentes desde hace cuatro años. —Me mira sabiendo que yo también las sufro. —En estas pesadillas… te encuentras tú, no sé si tú también las sufres, pero quiero confirmar algo.

— ¿Q…qué quieres confirmar? —mi voz se vuelve un susurro por el miedo, pero también tengo una duda, ya que, en aquellas pesadillas, he logrado ver a otra chica… nunca la he visto a la cara puesto que siempre que la veo, la veo borrosa a causa de los golpes… pero tengo la sensación de su parecido con Julia…

Bien… —No sabe cómo formular la pregunta… así que yo rompo el silencio recién formado.

¿Tú eres la chica que alcanzo a ver después de que… aquel vampiro… termina de golpearme? —Julia al momento de escuchar la palabra “vampiro” se estremece, y luego asiente levemente —Con eso… ¿creo que terminaste por confirmarlo verdad?

Sí, pero antes estaba igual que tú, no sabía si realmente eras tú, pensaba que mi mente estaba jugando conmigo… por eso… la noche anterior que estabas en aquella habitación… decidí espiar… y solo sirvió para confirmar lo que había temido.

¿Temido? —Pregunte extrañada

Sí, aunque no lo parezca, cuando comencé a sospecharlo… me preocupe un poco 

¿Es por eso por lo que en estos días le has bajado a tu bravuconería conmigo? — Asintió levemente.

Hablamos un poco más, me conto que pensaba irse de su casa, y que se iría con su abuela, ya que era la única que en verdad la quería, después de eso, se tuvo que ir, puesto que si llegaba tarde su madre le daba una paliza y la llevaba a rastras al sótano toda la noche, así que tan pronto como se despidió, se fue corriendo. 

••

La criatura, que momentos antes me torturó, ahora solo estaba dormida, mientras ese hombre salía de mi habitación después de magullar mi cuerpo, pasaron dos horas, en las que estaba agudizando el odio por si el regresaba, y aunque escucho unos pasos, sé que no es el, puesto que suenan más ligeros, es entonces cuando suspiro de alivio, y escucho como tocan la puerta ligeramente:

Elizabeth... Soy Julia… ¿Puedo pasar?

C-claro...

…—Julia no dice nada, puesto que no hay nada que decir, tanto ella como yo, estamos destrozadas. Con rapidez se acerca a la cama y saca de debajo una caja que parece, pero al descubrir su apariencia, aquella caja toma la forma de un botiquín.

E-él... No podía hablar, tenía un nudo en la garganta. Trate de levantarme, pero ella me detuvo.

No deberías pararte, estas muy débil... Julia trató de que no se le quebrara la voz, sin éxito Necesitas reposo.

Hubo un silencio un poco incomodo, Julia se puso manos a la obra y comenzó a hacerme las curaciones debidas. Ninguna de las dos decía nada, ella estaba concentrada mientras yo estaba mirándola de reojo.

No pasaron ni cinco minutos cuando se escucharon los pasos de William fuera de la habitación acompañado de una peligrosa aura:

Julia... Su voz sonaba muy molesta.

S-si… Mi Lord...

Lárgate La anteriormente nombrada salió despavorida de donde se encontraba William, no sin antes llevarse con ella el botiquín, y posar su mirada en la mía durante un cuarto de segundos antes de cerrar la puerta.

Y tu... Levántate... Yo con el cuerpo adolorido solo pude obedecerle, el solo me miro con desprecio desde la esquina de la cama. Ponte esto Me lanzo un vestido con corsé color perla, y unas medias del mismo color. 

Tome la ropa del piso tan rápido como me fue posible para no hacerlo esperar.

… –Trague en seco antes de hablar, preguntándome si hacerlo era buena idea ¿para qué es… el vestido?

No preguntes solo hazlo niña Su voz hizo que me estremeciera.

Estaré abajo. Le diré a Julia que te arregle, si no bajas dentro de una hora... hizo una pausa para examinar mi rostro lleno de pánico, para luego sonreír de forma aterradora –haré que te arrepientas de haber nacido –y con eso se fue azotando la puerta tras de sí.

••

Habían pasado solo quince minutos desde que Julia comenzó a arreglarme, yo estaba totalmente en pánico, cada que escuchaba algún ruido, quería salir corriendo. Julia lo noto, así que trató de terminar lo más rápido posible. 

Listo, supongo… que ya terminé dijo soltando mi cabello rubio en un montón de rizos junto con una pequeña diadema para evitar que el mismo no se me fuera a la cara.

Gracias —Dije dudando un poco

Ahora ponte los zapatos me acerco una caja, dentro de ellas venía un calzado sin tacón con un color casi parecido al vestido, y tenía como adorno piedras pequeñas en forma de flor en la punta de este –ya debes irte.

Bien.

Baje las escaleras a tropezones. Cuando llegué a la planta baja, vi a William sentado en el sofá leyendo un libro. Cuando sintió mi presencia, sus ojos se posaron en los míos con tal odio que causó que volteara a otro lado.

Ya que estas listas, sal, y espera a que te diga que hacer.

S-si Mi Lord... salí casi corriendo.

Pasaron dos horas, y yo todavía estaba parada en la entrada principal de la mansión, hasta que pude escuchar los pasos de William entre las piedras del suelo.

Súbete al auto no tuve tiempo de responder, solo sentí un jaloneo por parte de él, me había subido a la fuerza, cuando se hubo sentado William a mi lado, el chofer arranco hacia no sé dónde...

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