Despierto toda sudorosa en la oscura habitación, entro en pánico preguntando que va a suceder, me levanto de la cama y voy tan rápido como puedo a encender la luz. Cuando el lugar se ilumina suelto un suspiro de alivio.
—Solo era otra pesadilla —me dije en un simple murmullo —pero no dejó de tenerlos, esto me va a volver loca –lo primero que hago es salir de la habitación e ir por algo de comer, suerte la mía que mi hermana había dejado un poco de pastel, así que tome una rebanada y regrese a la cama a comérmelo. Este tipo de sueños ya no sucedían desde hace dos años y medio, ¿por qué ahora?
Al día siguiente, me sentía fatal por la falta de sueño, no me podía concentrar en la clase de aritmética por más que quería. Cuando se acabó la clase tuve que ir al baño a lavarme la cara, sin darme cuenta de que alguien estaba ahí.
—Oh, así que aquí estas…— Me saca de mis pensamientos la voz extrañamente preocupada de Julia, la chica más zorra del instituto, se les insinuaba a los hombres y muchos creen que se acuesta con ellos, pero solo yo sé que eso no es verdad, solamente se hace la zorra para que nadie descubra quien es ella en realidad.
Aunque… últimamente… siento que ya no es ella misma. Desde hace dos semanas, dejo de joderme la vida, cosa que siempre hacía desde hace tres años, pero luego después de una clase de gimnasia, le note un gran cardenal en el muslo derecho, aunque por fuera se viera que realmente no importaba… en sus ojos se podía ver cierto miedo… mismo miedo que yo tengo cada que veo a William.
Como no sé cuál es su estado de ánimo, y aprovechando un poco para molestarla le contesto escupiéndole las palabras:
— ¿Qué, te molesta acaso? Solo estoy lavándome la cara —Le dije volteando los ojos — ¿O acaso estas tan idiota que tienes que preguntar si estoy o no? –Eso claramente la molesto, pero no dijo nada y solo se me quedo viendo con una extraña cara— ¿Tengo algo en la cara o qué?, o, ¿me vas a decir que ahora te gusto? —De manera muy rápida su rostro cambio de molesta a una de sorpresa.
— ¿De... ¿De qué estas... hablando? — Su rostro, aunque tenía el ceño fruncido, en su voz mostraba miedo y un poco de nerviosismo.
—¡Ay por favor!!! —Explote de ira — ¡se bien que gustas de mi hermana!
— ¿Eh? —Su rostro mostró pánico al momento en el que le escupí en la cara sus preferencias — ¿C-cómo lo sabes?
—¡¡Porque se cómo te comportas cuando esta ella!! —Retrocedió un poco al ver que me alteraba, no dijo nada, parecía perdida, como repasando lo que dije, y cuando vio que estaba un poco calmada decidió volver a hablar.
— ¿Cómo te...Enteraste? —Preguntó un poco nerviosa.
—Cuando Leslie te llevo por primera vez a nuestra casa...
—Por favor... No... Le cuentes a... Nadie...— Su voz estaba temblando.
—Como si fuera a hacerlo, tus preferencias sexuales me importan una m****a, tu vida es tu jodida vida —Salí de ahí en cólera, pero al llegar al aula, ya me había calmado un poco.
El día transcurrió igual que siempre, muy aburrido, cuando terminó la última clase, logré ver a Julia entrando al salón y acercándose a mi ¿acaso se va a desquitar por todo lo que escupí?
—Elizabeth —su voz sonaba nerviosa y asustada, yo solo suspire con fastidio he hice ademán de que me importaba poco —Eh...Necesito hablar contigo —eso me agarro desprevenida, nunca había querido hablar, siempre que cruzábamos miradas, hacía lo posible por graznar improperios, o golpearme… pero ¿hablar como una persona civilizada?
—D-de que quieres hablar —Aunque mi rostro mostraba sorpresa, no deje de hacer distancia… por si algo ocurría.
—No me sorprende —Hubo un ligero cambio en su voz —Que tomes distancia y actúes de manera fría hacía mí no me sorprende, después de todo, he estado jodiendote todo este tiempo—suspira —Porque mis problemas siempre los desquito con gente que no lo merece —Dijo en voz baja, pero no lo suficiente para que solo yo la escuchara.
— ¿Problemas? —Sin darme cuenta había avanzado hasta quedar a medio metro de ella.
—Eh... Bueno... —Dudo un poco tomo aire y continuo —Mi padrastro es un hijo de puta conmigo, cuando era pequeña, el abusaba de mí, aún lo hace —Hizo una ligera pausa, y luego siguió —A mi madre le importo una m****a, y cuando me voltea a ver solo es para regañarme o abofetearme, mi hermana solo está obligándome a hacer cosas que no quiero, en pocas palabras, me tratan como basura, pero eso no es a lo que quiero llegar.
Mis ojos se abren más como platos, y es que la verdad jamás pensé que tenía ese tipo de problemas, siempre creí que era una niña rica y mimada que solo le importaba ella por encima de las demás personas, aunque ahora que lo pienso… Esas dos semanas que no me había molestado, se veía como si estuviera fuera de sí. Ahora mi pregunta es: ¿de qué quiere hablar si no es de esto? —He tenido pesadillas recurrentes desde hace cuatro años. —Me mira sabiendo que yo también las sufro. —En estas pesadillas… te encuentras tú, no sé si tú también las sufres, pero quiero confirmar algo. — ¿Q…qué quieres confirmar? —mi voz se vuelve un susurro por el miedo, pero también tengo una duda, ya que, en aquellas pesadillas, he logrado ver a otra chica… nunca la he visto a la cara puesto que siempre que la veo, la veo borrosa a causa de los golpes… pero tengo la sensación de su parecido con Julia… Bien… —No sabe cómo formular la pregunta… así que yo rompo el silencio recién formado.¿Tú eres la chica que
De nuevo despierto con los ojos hinchados de tanto llorar por lo mismo, solo que esta vez, me consuela que Julia estuviera ahí conmigo. Baje a desayunar Encontrándome con Verónica en la cocina. —Buenos... —se detuvo al ver mi rostro hinchado y cansado — ¿qué te paso? —Nada, solo no pude dormir anoche —contesté fingiendo que no me importaba. —¿Otra vez la misma pesadilla? —¡rayos!, me acaba de pillar. —...Si... Desde que tenía seis años, siempre le contaba a mi madre lo que soñaba, pero no fue hasta los trece que comencé esa extraña pesadilla, extrañamente, este tipo de sueño parecía que en verdad lo vivía. Podría decir que solo es un sueño de no ser por los hematomas que tengo al siguiente día, eso causó que me llevaran con el medico que tan solo me dijo que no era nada. Solo puedo pensar en una sola cosa: William tiene algo en contra mía, lo que me deja sin cuidado. ¿Porque yo? Yo no le hice nada que yo pudiera recordar, pero lo mejor que puedo hacer es preguntárselo a Julia.
Comencé a retorcerme del dolor que provocaban las criaturas de William. Cuando se esfumaron esas cosas, ese hombre me llevaba a rastras por todo el castillo hasta que llegamos a mi habitación, abrió la puerta y me aventó a la cama. —Qué mujer tan miserable —cada vez se acercaba peligrosamente a mi cuerpo —Aunque me sorprende, otras mujeres ya se habrían suicidado, y el no hacerlo, tiende a que tu sangre sea muy tentadora para mí, tanto que fácilmente te asesinaría para obtenerla... —Era muy tarde, su rostro estaba a escasos centímetros del mío, y sabía que...de esta, no salía. Pasó un cuarto de segundo cuando William empezó a lamer mi cuello, y de un momento a otro sentí una punzada en mi piel, el dolor no se comparaba con el que me provocaban sus criaturas, sentía que iba a desfallecer, algo que era un poco cierto. La posición en la que estábamos le dio la oportunidad de ir más allá que solo esa mordida, sus manos empezaron a desgarrar mi vestido y, cuando quede totalmente vulnera
Habían pasado dos días desde que tuve esa plática con Julia, y ella no apareció en la universidad, y eso en verdad me preocupaba. Tenía que averiguar en donde se encontraba. Al finalizar las clases, salí corriendo en dirección a mi casa, y antes de llegar me tropiezo con una piedra, al levantarme, veo que mi pierna está sangrando por el roce con el suelo. Al llegar a casa, voy directo al baño a desinfectar la herida, suerte para mí que no había nadie ahí, cuando salgo, voy directo a mi cama, pero un ruido me detiene. — ¿Qué es ese ruido? –le pregunto a la nada, cuando volteo hacia la puerta, veo una sombra muy extraña, pero a la vez muy familiar — ¿quién eres? —la sombra solo se queda de pie, y antes de desaparecer, avienta un cuerpo al parecer inerte, en frente de mí. Con el miedo en mis ojos voy hacia el cuerpo pensando en si la persona está viva o muerta, y tal es mi sorpresa ver a Julia ensangrentada e inconsciente, trato de cargarla lo mejor que puedo y la llevo a la cama, tr
Despierta Me levanto exaltada por aquella extraña voz, veo a mi alrededor dándome cuenta de que aún estoy sola, todavía no suena la campana que da fin a la hora del almuerzo, pero uno a uno mis compañeros de salón van entrando y acomodándose en sus pupitres, y veo como Syo se sienta a mi lado. —Lizzy, ¿estás bien? —Pregunta con cierto tono de preocupación en su voz. —Sí, estoy bien, ¿por qué preguntas? —Luces pálida.... —Dijo con un hilo de voz. —No te preocupes, solo es falta de sueño.... — ¿Estas segura? –Pregunta no muy convencida y con su típica mueca de "Aja si, y yo soy un unicornio". —Totalmente —Respondo fingiendo felicidad. ••Al acabar el último periodo, mi grupo sale como caballos desbocados, Syo se despide de mi diciendo que le llame por cualquier cosa, a lo que respondo con un "si" un tanto cansado. Al llegar a mi casa lo primero que veo es a Verónica hacer la cena, voltea a verme en el umbral de la cocina, se acerca a mí y me da un abrazo. —Qué bueno que llegas
Han pasado tres semanas desde que tuve ese escalofriante encuentro con William, y después de eso, ya no he tenido pesadillas, lo cual me alivia bastante, porque así puedo estudiar para mis exámenes. Lo que me tiene sin cuidado, es el que Julia no haya ido al colegio en todo este tiempo. Nadie me ha podido decir a donde habrá ido, y eso es lo que me preocupa. —Lizzy, ¿estás bien? —Syo me pregunta por décima vez en el día mientras se sienta a mi lado. —Si... Algo... —conteste en un susurro —No parece —Toma mi hombro para que voltee a verla —no has dormido bien, tiene que ver con Julia, ¿cierto? —Enarca una ceja Syo no sabe al respecto de las pesadillas, solo sabe de mis últimos encuentros con Julia, y su reciente cambio, y aunque de cierta manera sigue sin convencerle aquello, acepta que de vez en cuando, me vaya por corto tiempo a hablar con ella. —Sí, es por ella —respondo suspirando con pesadez. — ¿No has podido comunicarte con ella? —Pregunta con un deje de preocupación —No,
Despierto de nuevo en la misma habitación de siempre, procuro taparme con las sábanas y cerrar mis ojos por escasos momentos, pero de la nada escucho golpes del otro lado de la puerta que me obligan a abrirlos de nuevo. Me levanto cuidadosamente, y, con sigilo, voy directo a la puerta, en silencio giro la perilla, pero los golpes cesan repentinamente, a lo que yo retrocedo hasta chocar con el ventanal de la habitación. Salgo lentamente del shock y, vuelvo a acercarme para girar el picaporte y abrir completamente la puerta. Asomo mi cabeza por el espacio entreabierto de la puerta, y no consigo ver nada por la oscuridad que predomina en el lugar, doy unos cuantos pasos, y al tratar de acostumbrar mis ojos consigo distinguir una pequeña lámpara. La tomo y compruebo si funciona, y al presionar un pequeño botón, enciende, mis ojos se cierran por la repentina luz, y, corro por el pasillo, hasta visualizar una línea de luz proveniente de la habitación que esta frente a mí, y sin hacer ruid
Me quedo sentada en la orilla de la cama, observando como Jest guarda el resto de los materiales y cierra el botiquín para luego arropar a Julia con las sábanas. —Aún sigue inconsciente, dentro de una o dos horas debería de despertar — Jest rompe el silencio recién formado, y yo me sobresalto un poco por lo inesperado de su comentario. —Pero... ¿Va a estar bien? —pregunto preocupada y con un poco de miedo. —No te preocupes, sus heridas no están tan graves como las que tuvo de recién que llego a esta casa —conto de manera muy preocupada, pero al voltearme a ver, me dedicó una pequeña sonrisa que hizo que mi corazón diera un vuelco. No dijimos nada durante unos diez minutos, mismos que para mí duraron una eternidad, hasta que escuchamos balbucear a Julia, los dos volteamos hacía la chica que yacía herida en la cama, y observamos como de poco en poco, comenzaba a reaccionar. —¿D-donde... E-estoy...? —apenas y podía hablar, la habían asfixiado tan fuerte, que apenas salía su voz, se