Dominic desea vengarse de una traición de hace años. Sofía necesita el dinero para salvar la vida de su abuela y pagar la hipoteca de su casa. Él es una bomba de seducción y ella la llama que lo consume lentamente...
Leer másSOFIA.Al contemplar a mi esposo y a mis hijos mientras juegan en el patio, llega a mi mente como una pequeña petición resultó convirtiéndose en un gran amor. Que tras toda adversidad logramos salir victoriosos de cada obstáculo que se nos atravesó en la vida. Y es que quién diría que mi jefe, el hombre serio, frío, cruel y sumamente sensual; terminaría siendo mi esposo y padre de cuatro pequeños que alegran nuestros días y noches.Nadie lo hubiera creído, ni yo misma me lo creo en algunas ocasiones.Cinco años han sido pocos en comparación a todos los que nos resta por vivir uno junto al otro. Dominic se convirtió en un hombre responsable y muy amoroso; ya no queda nada de ese hombre que conocí: aparte de su lujuria. Es algo que aún
DOMINICLos tres mejores días de mi vida, las tres mejores noches que pasé junto a mi esposa; esa conexión que tuvimos desde un principio nunca murió, solo que el estrés y todo lo que nos había sucedido nos hizo distanciar un poco. Sin embargo descubrimos cosas nuevas, y una vez más hice el amor sin necesidad de usar juegos violentos en una mujer. El corazón me dictó que debía tener ese toque de pasión sin llegar a someterla como lo hice en otras. Y es que Sofía me generó ese sentimiento de protección desde el principio. Yo quería tatuarme en ella, no lastimarla. Y lo logré, estoy perdidamente clavado en lo más profundo de su ser. Así como ella está en el mío.Prácticamente dormimos del viaje de regreso a casa. En la tarde llegamos al muelle donde Francis esperaba por nosotros para llevarnos a casa. Sofia mantuvo
Me quedé en silencio recuperando el aire. Más, ¿desea convertirme en polvo? Incluso más de lo que soy bajo su poder. Di un largo suspiro y saqué el dedo de mi interior, tomó mi mano y me estremecí nuevamente al sentir su lengua a mi alrededor, probando mis fluidos de mi dedo.— Eres tan exquisita — gimió.Subió sobre mí y me besó con hambre. La manera que su lengua juega con la mía me dejó alucinando, que no sentí un frío recorrer mi entre pierna. Gemí fuerte y el frío se intensificó en mi clítoris. No se siente del todo mal, la fricción que hace el hielo sobre mi piel me hace jadear incontrolablemente por más. Se incorporó e introdujo el hielo en mi interior.— Madre mía — eso se siente muy bien, jodidamente bien.El hielo se derritió en mi i
No quería que la luna de miel acabara tan pronto, pero esos fueron los días que decidimos los dos. Los niños mañana nos esperan en casa y nuestra pequeña burbuja acaba está noche. No voy a negar que me siento ansiosa por conocer la sorpresa que me dará Dominic. Ha estado algo activo en el día; caminando ansiosamente de un lado para el otro. He fingido no notarlo, pero es imposible no ver lo que hace. Prácticamente me obligó a tener un día entero bajo el sol, y encarecidamente me pidió que descansara durante el día. Algo planea y muero por saber que es.No sé por cuanto tiempo me quedé dormida en la tarde, solo me di cuenta al despertar que el sol ya estaba escondiéndose. Me levanté algo sudorosa y decidí tomar una ducha fuera de la casa. El frescor que siento es único y la vista es maravillosa. Es el paraíso perfecto para escapar de
Después de tanto tiempo de no poder dormir bien, en la noche caí rendida en esa suave cama. Desperté sola en la habitación y me quedé largos minutos envuelta en aquellas sabanas. Es un placer descansar el cuerpo de todo el trajín que he llevado por meses.— Buenos días, dormilona — apareció vestido casualmente en una bermuda blanca y una camiseta negra ajustándose a sus músculos —. ¿Cómo te sientes, mi vida?.Qué sexy cuando se para de aquella manera tan relajada con las manos en los bolsillos y una sonrisa casi mortal en los labios.— Buenos días, amor. Me siento muy bien — sonreí y se tiró encima mío —. Pesas mucho, Dominic.— Nunca te quejas cuando estoy encima tuyo, mi amor. ¿Ppr qué ahora sí? — me besó sin darme aviso y gemí en
Soltó mi cuerpo y quitó las esposas de mis manos. Las piernas me tiemblan y esa parte arde demasiado. Es obvio que por mi propia cuenta no podré moverme.— Te ayudaré a bañar, mi amor — susurró, solo asentí con la cabeza y como pude me incorporé lentamente.Carajo, no creo volver a dejar que me lo haga por ahí. El dolor es insoportable y al dar el paso me duele muchísimo.— Perdóname, princesa — acarició mi mejilla, y sonreí.— En ningún momento me negué, amor. También lo quería — sonrió y enrosqué mis brazos en su cuello.— Vamos, mi amor. Debes comer algo — me levantó con sumo cuidado y me llevó hacia el baño, está vez tomamos la ducha en el cubo de cristal.Me bañó con mucha sutileza
Nuevamente me encuentro siendo controlada con su voz, y es donde me vuelvo a preguntar ¿Qué carajos tiene para lograr que pierda las capacidades de mi cuerpo? Se incorporó solamente para asegurar mi cuerpo al sillón. Mil veces joder, ya se me hacia raro un sillón tan grande en medio de una habitación. Son de esos que usan para los juegos sexuales, supongo yo.— Dominic — apretó la correa en mi espalda y un quejido salió de mi boca —. Lo tenías todo planeado, ¿no es así?.— Siempre, mi amor. Sabes que la guardia no se debe de bajar o terminas cayendo — tragué saliva y se bajó de mí —. Cómo te ves de linda estando así para mí, a mi completo antojo.Mordí mis labios con fuerza a la vez que intenté levantar la cabeza para mirarlo, quiero ver lo que esta haciendo. Mi lado perverso qu
SOFIAMi cuerpo parece haber quedado completamente destrozado. Mis piernas tiemblan cada que doy el paso y mi entre pierna siente ese ardor delicioso después de tan apasionada noche. No me reconocí en ese momento; el deseo, la lujuria, la pasión y el desenfreno se adueñaron de mí. Exploté en mi tierno y feroz esposo, todo eso que estaba quemándome por dentro. Lo tenía bien merecido, mi cuerpo necesitaba tremendo juguete para relajar mi mente un poco.— No puedo más, Dominic — me detuve buscando sombra bajo un árbol.No dormí muy bien que digamos y a este hombre se le dió por hacerme un tour en la "pequeña" isla que compró para nuestra luna de miel. El sol está acabando conmigo, siento la ropa pegada a mi cuerpo por el sudor. Mis labios necesitan un poco de agua, y él se ve tan normal; cómo si no le afectara en lo ab
No sé que tanto hace mi esposa allá adentro, pero ya ha pasado más de treinta minutos y aún no sale del baño; hasta la sangre se me enfrió de tanto esperar. Quito los zapatos y el pantalón, me levanto de la cama y sirvo una copa de vino. Echo un vistazo rápido a la puerta y me acerco sigilosamente a ella.— Sofi, mi amor. ¿Estás bien? — pregunto, jugando con la copa de vino en mis manos.— Sí, mi amor. Dame un momento — dice algo fatigada.— ¿Qué estás haciendo? — bebo el vino de golpe y coloco la copa volteada sobre la palma de mi mano.— No seas impaciente, Dominic. Ya salgo — resopla, y la vuelvo girar.— Bien, como sea — supongo que la luna de miel ya se acabó.Dejo la copa sobre una mesita y me acuesto en la cama, colocando los brazos bajo