Dejo las bolsas encima de la cama y empiezo a sacar todo de allí. Compré todo lo que se me cruzó en el camino; vestidos, pantalones, blusas, faldas, tenis, tacones y la ropa sensual que exigió el Sr. Blaze. No voy a negar que estoy sumamente nerviosa, nunca he hecho algo así.
¿Seré buena seduciendo a un hombre?. Muerdo mis labios y una risa sale de mi garganta.
— Soy un completo caos — murmuro y niego con la cabeza —. ¿Qué se supone que deba hacer?.
Cojo en mis manos un juego de lencería roja de encaje. Tengo 25 años y con los dos únicos novios que tuve, nunca jamás llegamos a realizar juegos previos para llegar al sexo. Es decir, como normalmente lo hace una pareja.
Lo que me asusta es el supuesto vídeo que debo filmar; no puedo hacerlo, pero no tengo de otra que pagar la deuda con el "trabajo" que me pidió mi jefe.
El celular que me dio el Sr. Blaze suena y doy un brinco; mi corazón late apresuradamente y lo saco de detrás de mi bolsillo.
Un mensaje de él.
√ Iré a las 8 P. M. Quiero ver la ropa que compré.
Ruedo los ojos y lanzo el celular lejos. Es un hombre; dominante, posesivo, atractivo y muy pero muy seductor.
¡Ay, no!.
Estoy nerviosa, no quiero que la noche llegue, y cabe destacar que llevo mucho sin tener algún tipo de contacto con un hombre; he pasado seis meses enfocada en conseguir dinero para todas las deudas que tengo... bueno, que tenía.
Suspiro y guardo toda la ropa en el armario; dejo la lencería roja y un vestido del mismo color sobre la cama.
— Veamos si le gusta — camino hacia la cocina y preparo algo ligero de comer.
¿A quien debo seducir? Me pregunto comiendo de la pasta que acabo de preparar. Todo esto es muy raro, en realidad, que en el mundo existen personas extrañas y el Sr. Blaze encabeza ese listado. Solo espero que nada vaya a salir mal...
6. P.M.
Dos horas y mi jefe hace acto de presencia. Quito toda mi ropa y entro en la ducha. Humedezco mi cuerpo y me pongo jabón; agarro una de las cuchillas de afeitar y depilo mis piernas. Que vergüenza si se llegara apreciar un solo vello, y aunque no me salen muchos; para la intimidad es preferible estar suavecita. Hago la misma acción en mi parte sagrada y una vez término lavo el resto de mi cuerpo.
— Nada como una buena ducha — digo saliendo del baño envuelta en una toalla.
— Eso mismo pienso yo — dice una voz y suelto un grito dejando caer la toalla al suelo.
— ¡Dios mío! Pero que susto me ha dado Sr. Blaze — toco mi pecho y sale de la penumbra donde se encontraba.
Sus ojos observan con detenimiento mi cuerpo y siento arder con solo su mirada.
— Llámame Dominic — susurra y me agacho a recoger la toalla, con la cara ardiendo de vergüenza.
Literalmente no debo sentir pena, a eso vino este extraño ser que irradia placer con solo verle los ojos.
— Te espero fuera — paso saliva y asiento con la cabeza.
Gira y se pierde de mi vista. Vuelvo a respirar y empiezo a secar mi cuerpo. Me pongo las bragas de encaje, el bra y las dos ligas que van alrededor de los muslos, Me coloco el vestido y peino mi cabello. Por ultimo me subo en los tacones y aplico un poco de brillo en los labios.
Me doy un último vistazo en el espejo y reúno todas las fuerzas para salir.
— Tú puedes, Sofia — suelto el aire y con el vientre contraído salgo hacia la sala.
Dominic se encuentra bebiendo un trago de licor, mientras esta sentado tranquilamente en el sillón. Al sentirme, clava sus ojos en mí, me da un largo repaso de cuerpo entero y en sus labios se forma una ligera sonrisa.
— No esta nada mal — dice y bebe de su trago. Mi corazón bombea fuerte dentro de mi pecho —. Muestrame lo que tienes.
Dejo de respirar por unos segundos; este hombre es directo, no se anda con rodeos.
— ¿Acá? — descruza las piernas y sonríe ladeado.
— Sí, quiero ver tus dotes, usa tus encantos ,— dice y deja la copa sobre la mesa de centro —. Déjame conocer el verdadero yo, que hay dentro de ti.
No sé que mierda tiene su voz, pero cada que abre la boca me pone a temblar.
Asiento y camino hacia él, trato de ser lo más coqueta que puedo; supongo que lo estoy haciendo muy mal, por qué en su rostro se dibuja una sonrisa de burla. Y mis pobres nervios incrementan.
No sé que decir, no sé que hacer, no sé si besarle o quitarme el vestido.
En definitiva, esto no es para mí.
— Sigo esperando — me afana.
— Dominic, esto es nuevo para mí. Jamás he hecho algo parecido como esto — me sincero quedando frente a él.
— ¿Eres virgen? Eso no te lo creo — se levanta y doy un paso atrás, su altura me intimida.
— No lo soy — resoplo y me toma de la barbilla con dos dedos —. Nunca he seducido a un hombre...
Sus ojos brillan con ferocidad y el olor de su perfume me envuelve.
— No te afanes, pequeña — su otra mano viaja a mi espalda y empieza a deslizar la yema de sus dedos por ella —. No lo haces mal, eres hermosa y tienes un buen cuerpo. Solo debes confiar en ti misma y sacar tus más oscuros deseos.
Deja los dedos quietos en la espalda baja y empieza a bajar la otra por mi cuello. Todo mi interior se sacude y ese ardor empieza a adueñarse de mi monte de venus.
— Siente, toca, acaricia — baja los dedos por el medio de mis pechos haciéndome estremecer —. Y no temas a lo que vaya a pasar. Juega con la curiosidad y explora tu cuerpo...
Mis piernas tiemblan, mi vientre quiere estallar y aquella parte quiere ser rascada con intensidad.
— Ve a la cama y esperame desnuda, en un momento voy — ordena y se separa.
El alma se me ha ido junto con sus dedos, mi respirar es agitado y con los estragos que ha provocado, me dirijo hacia la habitación; quito toda la ropa y tiendo mi cuerpo sobre la cama, justo como lo pidió.
Mi cuerpo tiembla por lo desconocido. Muy en el fondo siento curiosidad de todo esto que es tan nuevo para mí. No pasan más de cinco minutos cuando aparece Dominic con un bolsa de golf en sus manos.— ¿Lista? — asiento y abre la bolsa. Saca un fina tela de color rojo y se acerca a mí —. ¿Confiarás en mí?.— Sí — digo sin rechistar y coloca la venda en mis ojos.Oscuridad y solo mi respirar errático es lo que escucho.— relaja tu cuerpo — susurra con voz ronca. Siento como pasa algo sobre mi vientre; esta frío y duro —. El sentir te llevará a ese punto donde podrás dominar el acto.Baja la mano y lo sitúa en mi clítoris. Realiza círculos suaves y, seguidamente este empieza a vibrar en mi botón. Muerdo mi labio inferior y jadeo sin parar; la vibración es intensa y el fuego se concentra en mi vientre.— ¿Sabes? Estimular los puntos exactos del cuerpo de tu pareja debe ser lo primordial.Me aferro a las sábanas con fuerza. Incrementa la vibració
Estoy entrando en un estado de paranoia; no puedo creer que hayan pasado dos días, y Dominic no se haya comunicado conmigo, tampoco ha venido al apartamento. No sé que fue lo que hice mal para que haya actuado de aquella manera. Cómo es que me deja a medias, se va como si nada y de paso, no volver.Miro la bandeja de mensajes por no sé cuantas veces ya, y nada, no tengo ningún mensaje. La ansiedad ya me esta provocando dolor de cabeza.— No puedo estar más en este lugar — me pongo una chaqueta y salgo del apartamento.Agarro un taxi y este me lleva a mi casa. Estar en un lugar desconocido por muy lujoso que sea, no es lo mismo que el estar en tu propio hogar. Una vez en casa, limpio un poco el polvo; sin mi abuela y sin mi hermano, la casa se siente tan fría y vacía.Pongo algo de musica mientras término de limpiar, también aprovecho para lavar un poco de ropa, e inconsciente reviso los mensajes; y aún no hay señales de mi jefe.¿Será que se ha ol
— Buenos días, señorita Sofia — entra Francis por la puerta. Me levanto del sillón y camino hacia él —. El Sr. Blaze, le envía este paquete y también pidió que revise la computadora.— Buenos días, y gracias.Deja la caja de mediano tamaño sobre la mesa y se retira. La observo por unos segundos y saco la computadora del cajón.El celular vibra sobre la mesa y lo agarro para ver el mensaje;√ Cambio de plan, no tenemos tiempo para más lecciones. Eric estará este fin de semana en la ciudad y debes estar lista para ese día. Abre el correo que te envíe; ahí esta toda la información de él. Espero mucho de ti. Adiós.Apago la pantalla y enciendo la computadora. Veamos quien es el tal Eric; el hombre que debo llevar a la cama.— Haber — susurro, tomo asiento y abro el correo:›› Eric Cox, es un empresario de 32 años. Dueño de GlobalCox, y uno de los más importantes accionistas en IndustriasBlaze. Esta casado con la modelo Loren Cox y tienen u
DOMINICCINCO AÑOS ATRÁS...Aflojo la corbata y la quito de un tirón. Remango las mangas de mi americana y cruzo la pierna sobre la otra. La mujer frente mío no deja de llorar y cada lágrima que va cayendo de sus bellos ojos verdes; van construyendo una coraza a este destruido corazón. Rio con amargura y Loren agacha la cabeza. Sus manos tiemblan al igual que su labio pintado de rojo. Sus llantos pocos creíbles para mí, son el motivo suficiente para que el diablo se apodere de mi mente.Sonrío sin apartar la vista de la mujer que he amado desde el primer día en que la conocí. Había sido un completo estúpido ante los demás, y ella entregándole su amor, a mi buen amigo Eric. Y a mí, a mí me brindaba sus vagas madrugadas, más sus innumerables burlas.Que patético es el amor ¿Qué hice mal para que llegara a traicionarme? Loren era la luz de mis ojos, era mi polo a tierra. Era la mujer con la que había soñado un futuro, una familia y una vida juntos. Ahora, solo s
SOFIASubo en el auto con el estómago revuelto por los inmensos nervios. Es un hecho ya, y cada paso que voy dando hacia el infierno; no hay marcha atrás. No tengo de otra que pagar la deuda con mi cuerpo. Parezco estar viviendo la vida de alguien más y no la mía. En que momento me deje embaucar por Dominic, y hablando de él, llevo días sin verlo. Ya hasta me hace falta que aparezca inesperadamente en el momento que menos me lo espero. Y esa jodida voz como la extraño para qué ponga loca mis hormonas.— Ya hemos llegamos, Srta. Evans — avisa el chofer, asiento y salgo del auto con pasos pesados.Levanto la cabeza y luego de soltar un largo suspiro atravieso las puertas de la galería. Es un lugar tan elegante, tan fino. Los lujos se ven a simple vista y me siento como una pequeña ave tratando de volar enjaulada. Camino prestando interés con disimulo a cada uno de los hombres.Detengo mis pasos frente a un Cadillac del año 1912, con la original manivela tradici
Las ofertas de cada uno de los participantes retumban en mi cabeza como murmullos lejanos. Con disimulo y sin que Loren y Eric se den cuenta; saco el celular.Tengo demasiado claro lo que tengo que hacer, pero aún no me siento completamente preparada para acostarme con un tipo que, a simple vista se ve amable.√Esto no hacia parte de mis planes, Dominic. Sacame de aquí, por favor.Espero por unos segundos pero Dominic no responde, ahora me estoy empezando a preocupar. Bacilo un poco con el teléfono en mano; luego de soltar un largo suspiro, vuelvo y presto atención a cada una de las personas que se encuentran ofertando.— 10 mil millones de dólares — dice Eric y paso saliva. Que manera de desperdiciar dinero, y habiendo muchas personas necesitándolo.Varios se retiran y con el pulso a mil levanto la paleta.— 30 mil millones — digo lentamente con la sangre fluyendo en mi cuerpo a gran velocidad.Todas las miradas viajan de Eric a mí. E inmed
Paseo por la oscura y fría casa de mi jefe. Me levanté en medio de la noche, no puedo dormir y el culpable esta durmiendo bajo el mismo techo que yo. Nuevamente se aparece a torturar mis sueños y a robar la poca tranquilidad que me queda. Bajo las escaleras y me siento en un sillón de piernas cruzadas. La luna esta en su máximo esplendor y las estrellas brillan con intensidad. Cierro los ojos por unos breves momentos y pienso en mi abuela y mi hermano; necesito hablar con ellos y saber que están bien. Han de estar preocupados por qué no he aparecido en casa ni en el hospital. Literal soy presionera de Dominic Blaze.Resoplo y abro los ojos. Escaneo el lugar y una luz que traspasa una puerta a medio abrir me llama la atención. Por inercia me levanto y camino hacia ella, no debería estar husmeando, pero la curiosidad me ha invadido por completo.— Puede pasear por la casa, pero por petición del Sr. Blaze, su despacho esta completamente prohibió —Recuerdo
Sus ojos brillan y sus labios se debaten; entre sonreír o humedecerlos. Acabo de rogarle para que me tome, de manera directa y sin una pizca de nervios. Mis nervios van a explotar si él no me consume como lo deseo.Sonríe ladeado y suelto un pequeño gemido al sentir su miembro endureciéndose más bajo mi mano; por encima de la tela lo siento caliente y como estoy muriendo por tomarlo entre mis manos; tocarlo y hacer que pierda el control por mí.— ¿No me deseas, Dominic? — escalo los dedos hacia arriba. Adentro la mano por su bóxer, y siento la punta mojada, acaricio de a poco con dos dedos y gruñe —. Te gusta verme suplicar ¿No es así?.Me mira fijamente con los ojos hundidos de deseo. Sigo tocando y mojando mis dedos con sus fluidos. Muerdo mi labio y empiezo a bajar mi cuerpo de a poco, sin apartar los ojos de los suyos; quedo de rodillas ante él. Nunca había tomado la iniciativa por mi propia cuenta, y a decir verdad, me gusta y no planeo detenerme. Quiero ver c