Una buena vida llena de lujos y comodidades era lo que tenía Wagner D'Blukcle un egocéntrico millonario. Alguien que no se preocupaba por si le faltaba algo a su estrafalario estilo de vida. Una que era perfecta, podía obtener todo lo que se le antojara y hacer lo que se le vinira en gana. Total, el dinero abundaba en su cuenta bancaria y al final todo el mundo tenía un precio. Nadie le decía que no a Wagner y eso aumentaba su ego. Un buena noche calurosa al salir de la oficina por razones que el mismo desconoció decio conducir su coche, una acción que casi logra manchar su respetada reputación ya que por desgracia atropella a una joven que cruzaba la calle en una bicicleta. Nadia, quien estaba por terminar su jornada de trabajo para luego dirigirse a sus clases de la universidad nocturna fue impactada por un coche que venía a gran velocidad dejándola inconsciente en el duro pavimento. Desde esa noche la vida de Wagner y Nadia cambia definitivamente.
Leer másDos meses después…—Es que esto no cierra, joder Nadia ¿Pero que coño has comido?—¡Subelo! ¡Subelo! Le apremiaba la castaña sudando como cerdo.—¡Mierda! deja de expirar sudor. Arruinaras todo mi trabajo.—Entonces sube el maldito cierre. Brama enojada.Unos segundos después de tanto forcejeo la morena al fin logro subir el cierre que casi le cobro la vida de aquel estrambótico vestido de novia.Esa tarde la joven contraería matrimon
Al estar un poco más cerca de él gritó con todas sus fuerzas.—¡WAGNER!Su vestido ondeaba gracias a la brisa que provocaba las aspas del helicóptero. Al parecer a causa del ruido producido por el motor de ese aparato él no podía oírla.—Wagner. Volvió a gritar corriendo hacia él, pero era demasiado tarde.[...]El millonario no había tenido tan buena noche, después de llevar a Nadia a casa por la mañana optó por dejarla sola un tiempo. Entendía que necesitaba tiempo para ella… tiempo para pensar las cosas. Tiempo para
Este corrió en busca de Nadia, quien se encontraba en posición fetal tapándose los oídos.—Mi amor, ven conmigo. La toco suavemente por el hombro.—No puedo. Dijo entre lágrimas. —No puedo hacerlo, tengo miedo. De todos, de tí.Wagner sintió más dolor por aquellas palabras que por la bala que recibió.—Yo solo quiero protegerte mi lirio. ¡Creeme! Se arrodilló.—No puedo. Decia, sus ojos estaban muy rojos.—Nadia, mírame. La tomo del m
Jhos observaba a la que había sido su novia tan solo un mes antes. Y escucharla decir que amaba a otro hombre le emputaba, tan solo quería golpearla brutalmente. Apretó los puños hasta que blanquecieron. Miró la semi desnudes de su cuerpo, lo que lo excitó.Definitivamente la follaria hasta estrangularla… se acercó a ella nuevamente con intensiones poco decentes. Ella temblaba del miedo y eso le agradaba, que le tuviera pavor. Ya que lo que pensaba hacerle esa noche no sería nada bueno… no al menos para ella.[...]Wagner freno en seco el coche, se encontraba frente de una residencia ostentosa. Lo extraño de todo era que no había guardias. Éste se bajó recargando las armas. S
Nadia halaba las ataduras de sus muñecas pero solo conseguía hacerse más daño. Si antes de intentar soltarse le dolía la piel, ahora el dolor era aún mayor. No soportaba el dolor en las nalgas, la silla era demasiado dura para su enorme trasero.No supo cuanto tiempo había transcurrido desde la visita del desconocido, pero al parecer había regresado. La puerta volvía a ser abierta y el miedo en Nadia se intensificó. Sintió la presencia de esa persona detenerse muy cerca de ella. Imploraba a los dioses que no le hicieran nada malo.Unas manos frías se instalaron en su muslo desnudo. Ella dio un respingo porque no quería ser tocada. Pero su reacción provocó más a esa persona, lo motivó a que tocará su otra pierna deslizandola hasta alcanzar la tela de los chores
Algo andaba mal con su estómago. Lo sentía revolverse, realmente se sentía muy mal. Nadia despertaba de una terrible pesadilla, pero cuando intento abrir los ojos los tenía cubiertos. Cuando intento hablar sus labios estaban cellados.Entonces quiso moverse pero tampoco pudo hacerlo. ¿Que estaba pasando? De la nada recordó lo último que vivió, ese hombre en el yate. ¿Pero quien era ese tipo? ¿Porque la quería a ella? Sin querer las lágrimas corrieron por su mejillas. Se sentía temerosa de lo que pudiera pasarle.Su estómago no paraba de revolverse, sentía ganas de vomitar. Pero no podría, no cuando tenía la boca tapada. No tuvo más remedio que gritar, pero más bien sonaba como otra cosa.
—Vamos bebé, no juegues.— Déjame. Responde sacando el pene de su boca para luego volverlo a meter en su boca.Subía y bajaba, su lengua hacía círculos alrededor de su carne propinandole más placer. Lo sabía por los fuertes jadeos que Wagner soltaba.—¡Ohhh! Joder, si bebé. Que buena eres en esto. Decía con los ojos cerrados mientras se recostaba.La castaña al verlo en ese estado, supo que se correría. Rápidamente le coloco el condón mientras que ella se sentaba sobre él. Al instante sintió las manos de Wagner sobre sus nalgas. Instándola a moverse. Y así lo hizo.Cabalgaba a su hombr
Pero la castaña había respondido muy tarde, porque la respiración de Wagner se había hecho constante. Lo que significaba que se había quedado dormido antes de escuchar su respuesta.<Que lastima> penso… realmente deseo que la escuchara. Acomodo su cuerpo en el hueco que el rubio le había echo con su cuerpo, también estaba cansada y necesitaba reponer fuerzas. Ese hombre de ojos gatunos era insaciable.[...]Los rayos del sol escalaba las paredes de la habitación donde dormía una Nadia agena a lo que estaba pasando dentro de la recámara.Cuando de pronto un ruido sordo la despierta de golpe. Ésta abre los ojos como platos enfocando de donde provenía el estruendo.
El camino a casa estuvo en silencio. Wagner no dijo una sola palabra, más bien el ceño fruncido de su frente era un indicador que no deseaba argumentar palabras.Nadia no era tonta, valoraba su vida como para preguntar algo… aunque se estuviera muriendo de la intriga y curiosidad por saber quiénes eran esos hombres y porque enojaron tanto a Wagner.Fuera de eso… el momento romántico se había ido al caño, todo había sido tan lindo hace un momento. Y ahora… ahora iba acompañada de un hombre a quien seguramente le hervía la sangre.Llegaron a la mansión, Jeremy los despidió y se marchó. Nadia se sentía un poco incómoda por como actuaba Wagner, lo mejor era subir a la habitación y o