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Capitulo VI Confrontación

Bueno, por alguna razón aquellas palabras fueron como un puñal ardiente clavándose en el pecho de Wagner ¿Porque le fastidiada el hecho de que ella le odiara? 

—Fue un accidente, te pido disculpas… yo estoy corriendo con los gastos de la clínica y…

—¡Ah no! Es que sería el colmo que yo tuviera que pagar por todo. Usted… usted arruino mi trabajo, mis… mis clases...¡Dios! Todo. Lo miro de forma acusatoria.

—Te lo compensare. 

¿Pero qué carajos le pasaba? ¿Compensar? ¿A una mujer? Algo no estaba bien con el, nunca se comportaba de esa manera con una chica.

—¿Compensar? ¿Acaso cree que puede hacerlo? No quiero que compense nada… váyase de mi habitación ahora mismo señor D'Blukcle.

—Escucha, ya te expliqué fue un accidente. Repondre tu bici y tus cosas. Hablaba rápido, casi que no se le entendía.

—No, no, no… no quiero nada. Solo quiero que se march…

Pero la puerta de la habitación se abrió de pronto dejando pasar a Josh con expresión de preocupado. Ella lo miró con los ojos como plato, pero sintió alivio al verlo allí.

—¡Oh Nadia! El chico se acercó a ella para abrazarla y besarla en los labios.

Wagner observaba toda la escena y aquello le pareció insólito, era como si el no existiera en esos momentos. ¿Y quien carajos era de tipo? ¿Esposo? ¿Novio? ¿Qué coño? Sentía molestia al verlo besar a esa chica, que ya para ese entonces no era una desconocida su nombre era Nadia. Y le gustó.

—¿Estás bien? ¿Cómo te sientes? Preguntaba el chico.

—Estoy bien… ¿pero como es que supiste? 

—Estuve como loco llamándote, hasta que una mujer contesto tu móvil y me dijo lo que había pasado.

Wagner ya se imaginaba quien habría sido esa mujer, era una entrometida ya que estuvo todo el rato en la calle acusándolo ¡Qué molestia!

—¡Oh! Comprendo. Responde ella.

—Te llevaré a casa bebé.

¿Bebé? Este tipo comenzaba a molestar a Wagner… el era un hombre imperturbable pero ese tal Josh lo estaba sacando de sus casillas.

—No sé si pueda salir Josh. Responde la joven.

—¡No puede! Sentencia Wagner,  y la pareja lo mira como si se hubiera vuelto loco.

—Disculpe, ¿Quien es usted? Josh habla.

—Soy Wagner D'Blukcle.

Por un momento vio a chico palidecer y pestañear… sabía que causaba ese efecto en muchas personas cuando proporcionaba su nombre completo, pero ese crío no lo había visto nunca en su vida.

—El fue quien me atropello cariño. Comenta Nadia aún en los brazos de su novio.

—Comprendo. Quizás… el chico aparta la vista de Wagner para enfocarla en su novia —Quizas lo mejor sea esperar al doctor para que te de el alta bebé.

—¿Pero qué dices? Ella se exalta.

—Vendra por la mañana a revisarla. Les informa Wagner.

—Yo me quiero ir ahora mismo.

—No creo que sea posible bebé, porque mejor no descansas si.

—De acuerdo… pero usted. Señala a Wagner con su dedo —Quiero que se vaya, mi novio ya está aquí no es necesario que se quede.

Con qué novio, no era su esposo ni prometido… los novios eran fáciles de quitar del medio. Aunque no le agradaba el tono que usaba para referirse a él, no tenía más remedio que marcharse de allí. Pero esa no sería la última vez que ella le viera el rostro.

—¡Muy bien! Da unos pasos para alejarse y la escucha decir.

—No quiero volver a verlo nunca más.

—Seguro. Responde sin voltearse a verla.

Una vez parado en el pasillo de la zona de las habitaciones viéndose solo, se pregunto ¿Porque a su edad continuaba soltero? Miro de reojo la puerta definitivamente le gustaba Nadia, y la quería para sí mismo. Y ese mequetrefe que tenía por novio no sería un impedimento para conseguirla. Salió de la clínica pero antes dejo todo los gastos pagados, incluso pago extras para que por la mañana le llevaran un desayuno exclusivo. 

—¿Cómo es que un D'Blukcle termino por atropellarte? 

—¿Qué? No, bueno… no lo sé cariño. Yo iba por la calle un poco tarde para mis clases, tan solo vi la hora en mi reloj y después nada…  unas luces escandilantes y luego, el pavimento es todo lo que recuerdo.

—¡Genial! Bufa con ironia.

—¿Qué pasa? ¿Porque te has puesto así delante de ese tipo? Pienso denunciarlo.

—¡No! No harás tal cosa ¿Entendiste? Ordena.

—¿Pero de que coño hablas? Ese hombre casi me mata, y aún me dices que no lo denuncie.

—No sabes quién es Wagner D'Blukcle ¿Verdad?

¿Qué si sabía? como podría saberlo… era una pregunta muy estúpida por parte de Josh.

—No lo sé… pero parece que tú si lo sabes. 

—Es un empresario muy importante, además de millonario… es el dueño de aerolíneas privadas D'Blukcle. El tipo es un duro en los negocios. Demandarlo solo te causará problemas.

¡Oh vaya! Ahora comprendía porque el traje caro y ese aire de superioridad… resultó que la había atropellado un millonario. Al menos la cuenta de la clínica estaba saldada, jamás en su vida hubiera podido pagar semejante factura.

—Ok, ok… no haré nada. Esto es muy injusto Josh, no puede salir impune de esto.

—¡Déjalo! Es mejor así.

El chico acaricia su cabello lo cual la relaja un poco e intenta conciliar el sueño. Pero al cerrar los ojos solo le viene a la mente esos hermosos ojos de gato. Por la tenue luz de la habitación no pudo ver bien de qué color eran sus ojos, pero lo que si noto es que le daba un aspecto seductor a su mirada. ¡Oh no! Claro que no Nadia se dijo para sí misma… basta ya, termina de dormirte.

Por la mañana el sol entraba muy poco dentro de la habitación de Nadia, pero ella ya estaba despierta… prácticamente no había dormido absolutamente nada por lo que resto de la noche, su mente solo estaba enfrascada en como resolvería lo de su trabajo. Perder el primer día de clase no es tanto, pero el trabajo si. Miro a josh que dormía en el mismo sofá donde ese tal Wagner estuvo durmiendo horas antes…

Era un hombre misterioso, y la miraba extraño. Cómo escudriñando su alma. Realmente se sintió algo desnuda ante su potente mirada. 

—¡Cielos! ¿Qué me pasa? Suavizó sus brazos sintiendo los raspones que se había hecho en la caída de la bicicleta.

La puerta blanca se abrió derrepente, Nadia miro hacia ella dándose cuenta que era una enfermera. Josh se despertó de golpe por el sonido metálico del carrito que la mujer traía entre sus manos. 

—¡Buenos días señorita Barton! 

—Buenos días… ¿Qué es todo esto? Pregunta confundida.

—Su desayuno. Le responde la enfermera.

Ella abre los ojos como platos al ver semejante servicio de desayuno. Esa clínica o era demasiado lujosa, o el tal D'Blukcle tenía algo que ver en eso.

—Que tenga buen provecho. La enfermera se retira y ella queda viendo todo aquel manjar.

—Dudo mucho que el servicio de comida de esta clínica sea de este tipo.

—¿Tú crees?

—Bueno; beicon, tostadas, huevos, zumo de naranja, fruta y ademas… tomo una caja con bombones dentro —¿Bombones? ¿Crees que este tipo de comida las sirven aquí? Responde con sarcasmo.

Ella mira todo el pequeño bufé que tenía delante… nunca en su vida había probado un desayuno como aquel, por lo general siempre se comía una manzana o a veces nada… ¿Debía comer todo eso? 

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