Algo andaba mal con su estómago. Lo sentía revolverse, realmente se sentía muy mal. Nadia despertaba de una terrible pesadilla, pero cuando intento abrir los ojos los tenía cubiertos. Cuando intento hablar sus labios estaban cellados.
Entonces quiso moverse pero tampoco pudo hacerlo. ¿Que estaba pasando? De la nada recordó lo último que vivió, ese hombre en el yate. ¿Pero quien era ese tipo? ¿Porque la quería a ella? Sin querer las lágrimas corrieron por su mejillas. Se sentía temerosa de lo que pudiera pasarle.
Su estómago no paraba de revolverse, sentía ganas de vomitar. Pero no podría, no cuando tenía la boca tapada. No tuvo más remedio que gritar, pero más bien sonaba como otra cosa.
Nadia halaba las ataduras de sus muñecas pero solo conseguía hacerse más daño. Si antes de intentar soltarse le dolía la piel, ahora el dolor era aún mayor. No soportaba el dolor en las nalgas, la silla era demasiado dura para su enorme trasero.No supo cuanto tiempo había transcurrido desde la visita del desconocido, pero al parecer había regresado. La puerta volvía a ser abierta y el miedo en Nadia se intensificó. Sintió la presencia de esa persona detenerse muy cerca de ella. Imploraba a los dioses que no le hicieran nada malo.Unas manos frías se instalaron en su muslo desnudo. Ella dio un respingo porque no quería ser tocada. Pero su reacción provocó más a esa persona, lo motivó a que tocará su otra pierna deslizandola hasta alcanzar la tela de los chores
Jhos observaba a la que había sido su novia tan solo un mes antes. Y escucharla decir que amaba a otro hombre le emputaba, tan solo quería golpearla brutalmente. Apretó los puños hasta que blanquecieron. Miró la semi desnudes de su cuerpo, lo que lo excitó.Definitivamente la follaria hasta estrangularla… se acercó a ella nuevamente con intensiones poco decentes. Ella temblaba del miedo y eso le agradaba, que le tuviera pavor. Ya que lo que pensaba hacerle esa noche no sería nada bueno… no al menos para ella.[...]Wagner freno en seco el coche, se encontraba frente de una residencia ostentosa. Lo extraño de todo era que no había guardias. Éste se bajó recargando las armas. S
Este corrió en busca de Nadia, quien se encontraba en posición fetal tapándose los oídos.—Mi amor, ven conmigo. La toco suavemente por el hombro.—No puedo. Dijo entre lágrimas. —No puedo hacerlo, tengo miedo. De todos, de tí.Wagner sintió más dolor por aquellas palabras que por la bala que recibió.—Yo solo quiero protegerte mi lirio. ¡Creeme! Se arrodilló.—No puedo. Decia, sus ojos estaban muy rojos.—Nadia, mírame. La tomo del m
Al estar un poco más cerca de él gritó con todas sus fuerzas.—¡WAGNER!Su vestido ondeaba gracias a la brisa que provocaba las aspas del helicóptero. Al parecer a causa del ruido producido por el motor de ese aparato él no podía oírla.—Wagner. Volvió a gritar corriendo hacia él, pero era demasiado tarde.[...]El millonario no había tenido tan buena noche, después de llevar a Nadia a casa por la mañana optó por dejarla sola un tiempo. Entendía que necesitaba tiempo para ella… tiempo para pensar las cosas. Tiempo para
Dos meses después…—Es que esto no cierra, joder Nadia ¿Pero que coño has comido?—¡Subelo! ¡Subelo! Le apremiaba la castaña sudando como cerdo.—¡Mierda! deja de expirar sudor. Arruinaras todo mi trabajo.—Entonces sube el maldito cierre. Brama enojada.Unos segundos después de tanto forcejeo la morena al fin logro subir el cierre que casi le cobro la vida de aquel estrambótico vestido de novia.Esa tarde la joven contraería matrimon
Conoce a los protagonistas.Wagner D'Blukcle, es un empresario multimillonario de 38 años de edad. Catalogado como arrogante, prepotente y sobre todo egocéntrico. Su estilo de vida deriva de adquirir lo mejor. Este millonario extravagante a quien le gusta presumir todo lo que tiene en su poder, pero detrás de esa fachada de empresario respetado se esconde otra persona… su verdadera personalidad, una peligrosa y oscura.Este atractivo hombre es el propietario de Aerolíneas privadas D'Blukcle en Houston (ciudad de Texas) su acaudalada vida la vive como le va en gana; entre el trabajo, mujeres de una noche y alcohol. En su perfecta vida no había cavidad para nada más, sin complicaciones se vive
Era un lunes por la mañana, el sol había salido hace dos horas atrás iluminando la lujosa y espaciosa mansión de Wagner D'Blukcle. Las percianas de la ventanas eran eléctricas, programadas para abrise puntual al amanecer. Desde la habitación se podia observar la enorme piscina en forma rectangular. Gracias a los rayos del sol está brillaba dándole un aspecto provocativo.Wagner se levantó de la cama tomo una toalla del clóset y así mismo con la única prenda de ropa que llevaba puesta (unos boxer) encamino sus pasos hasta el exterior de la casa. Al salir de la residencia por la parte trasera, respiro profundamente llenando sus pulmones de aire fresco y limpio.—¡Qué buen día hace! Sonríe estirando su cuerpo.<
Nadia salió de aquel edificio más feliz que nunca, había obtenido el empleo de mensajera. Era extraño para una chica pero desde que descubrió que la paga era buena aplicó para pedir el trabajo. El horario era excelente, no chocaria con sus clases nocturnas bueno en cuanto cancelara el semestre y pudiera retomar la rutina. Necesitaba llamar a su novio Josh para contarle la buena noticia. El no estaba muy convencido de que trabajara como mensajera pero Nadia era una persona positiva.Cualquier empleo bien pagado le caería como anillo al dedo, después de graduarse le sería más fácil encontrar un empleo como enfermera en cualquier hospital. Estaba de buen humor, nadie podría aruinar el revoltijo de emociones que sentía en su estómago. Tomo otro autobús para dirigirse hasta su trabajo actual, uno en el que pensaba renunciar ese dí