Conoce a los protagonistas.
Wagner D'Blukcle, es un empresario multimillonario de 38 años de edad. Catalogado como arrogante, prepotente y sobre todo egocéntrico. Su estilo de vida deriva de adquirir lo mejor. Este millonario extravagante a quien le gusta presumir todo lo que tiene en su poder, pero detrás de esa fachada de empresario respetado se esconde otra persona… su verdadera personalidad, una peligrosa y oscura.
Este atractivo hombre es el propietario de Aerolíneas privadas D'Blukcle en Houston (ciudad de Texas) su acaudalada vida la vive como le va en gana; entre el trabajo, mujeres de una noche y alcohol. En su perfecta vida no había cavidad para nada más, sin complicaciones se vive mejor pensaba el.
Nadia Barton, una mujer de muy bajos recursos con apenas 29 años de edad. Resignada a trabajar duro todo el día para costear sus estudios universitarios. Esta chica encantadora, llena de vida, dulce y cariñosa con todos siempre ve la vida con buenos ojos así está se presentará de la peor manera. Así era ella, le veía el lado bueno a todo.
Dada su situación económica nunca pudo estudiar en una universidad, y realizar su sueño anhelado que es ser enfermera. Así que con mucho esfuerzo consigue un empleo que le sirve para costear los gastos de la universidad.
Prólogo
Pedaleaba la bicicleta que la agencia le asignó para realizar las entregas de paquetes de mensajes. Ella era mensajera, muchos pensaran que con un trabajo como ese no ganaría suficiente, pero se equivocan… la paga era buena, y las propinas aún más. Aunque al terminar la noche quedaba exhausta por tantas vueltas que tenía que dar para entregar paquetes.
Esa noche se había tornado muy calurosa, no ayudaba mucho teniendo que estar encima de una bicicleta pedaleando a diario. Faltaba menos de una hora para entrar a clases y no estaba segura si llegaría a tiempo. Primero debía devolver la bici y luego tomar el autobús que la dejaba relativamente cerca de la universidad.
—¡Cielos! Voy muy tarde… Bramó frustrada.
Faltaba cruzar la cuadra siguiente y llegaría al fin a la agencia. Miro el pequeño reloj que adornaba su muñeca y justo en ese momento una potente luz LED de un coche la escandilo. Lo último que pudo ver fue el negro pavimento desvaneciéndose rápidamente.
Wagner conducía su coche a gran velocidad, al salir de su oficina pasaría buscando a una hermosa morena con la pensaba ocuparse toda la noche… era viernes, había tenido un día pesado en la oficina y necesitaba desestresarse. Condujo por las calles de Houston como un loco, total la policía no lo multaba. Los tenía a todos metidos en el bolsillo. Aceleró el motor, le urgía ver a esa morena de interminables piernas. De solo imaginarla se ponía duro como una roca.
Al doblar la esquina de la nada un ciclista se cruzó en su camino, el iba tan rápido que no le dio la oportunidad de frenar el coche a tiempo. Lo que pudo oír fue el impacto de un cuerpo y el chirrido de algo metálico meterse debajo de su automóvil. Lo único que pudo pensar en ese momento era una retahíla de juramentos hacia ese ciclista.
—¡Carajos! Golpeó el volante de su coche para bajarse inmediatamente.
Las personas comenzaban aglomerarse alrededor de su Audi S8 color negro. En cuanto se acerco hasta donde se encontraba el ciclista tirado se impactó en el momento, había jurado que el ciclistra a quien sin querer atropello era un hombre… en vez de eso una chica se encontraba boca abajo con el cabello suelto desparramado a su alrededor. No se le podía ver la cara, lo único notorio en ella era ese enorme trasero que parecía muy apretado en esos vaqueros azules que llevaba puestos.
Dejando eso a un lado, divisó la sangre que corría por el pavimento. Este salía de su cabeza, le preocupo el hecho de que estuviera muerta. Más juramentos mentalmente se decía una y otra vez… saco el móvil de su saco Armani para llamar a emergencia. No pensaba tocarla, no quería agraviar la situación de la joven.
—Esto solo me pasa a mi.
Era un lunes por la mañana, el sol había salido hace dos horas atrás iluminando la lujosa y espaciosa mansión de Wagner D'Blukcle. Las percianas de la ventanas eran eléctricas, programadas para abrise puntual al amanecer. Desde la habitación se podia observar la enorme piscina en forma rectangular. Gracias a los rayos del sol está brillaba dándole un aspecto provocativo.Wagner se levantó de la cama tomo una toalla del clóset y así mismo con la única prenda de ropa que llevaba puesta (unos boxer) encamino sus pasos hasta el exterior de la casa. Al salir de la residencia por la parte trasera, respiro profundamente llenando sus pulmones de aire fresco y limpio.—¡Qué buen día hace! Sonríe estirando su cuerpo.<
Nadia salió de aquel edificio más feliz que nunca, había obtenido el empleo de mensajera. Era extraño para una chica pero desde que descubrió que la paga era buena aplicó para pedir el trabajo. El horario era excelente, no chocaria con sus clases nocturnas bueno en cuanto cancelara el semestre y pudiera retomar la rutina. Necesitaba llamar a su novio Josh para contarle la buena noticia. El no estaba muy convencido de que trabajara como mensajera pero Nadia era una persona positiva.Cualquier empleo bien pagado le caería como anillo al dedo, después de graduarse le sería más fácil encontrar un empleo como enfermera en cualquier hospital. Estaba de buen humor, nadie podría aruinar el revoltijo de emociones que sentía en su estómago. Tomo otro autobús para dirigirse hasta su trabajo actual, uno en el que pensaba renunciar ese dí
Por la noche de ese lunes Wagner regresa a su mansión. El día había sido agotador, primero con la salida del avión cargado con las armas que fueron vendidas, y luego tuvo que lidiar con un problema de un vuelo que se retrasó. Por esa razón necesita comprar más aviones, ese tipo de inconvenientes no eran bien visto en su compañía.El Mercedes desaparece de su campo de visión mientras que él entra en su lujosa casa, como siempre ordenada de pies a cabeza todo estaba en su lugar. Todos los días la señora del servicio llegaba justo después de que el se marchara a trabajar, está se encargaba de asearla antes de que el llegase por la noche. No le agradaba ver a nadie en su residencia para cuando el llegase, le molestaba.Subió
El viernes había llegado muy rápido, Wagner se encontraba metido en su ordenador revisando algunas propuestas que recibió para hacer lo que mejor sabía hacer... negocios, siempre las recibía y todas buenas… así que tenía de donde escoger. A pesar de recibir constantemente grandes cantidades de dinero a diario, continuaba cabreado por la decisión que habían tomado Kevin y Michael. Le negaron el permiso para su proyecto y eso no era lo que esperaba de ellos.Dejo de maniobrar el ordenador recostándose en su sillón. Sonrió de oreja a oreja, pensando que justo en esos momentos esos dos ancianos se encontraban bajo su poder en un galpón abandonado. Sus hombres los mantenían vigilados, los tendría así por un día más. Debían aprender que a Wagner D'Blukcle nadie le decía que no. Con esa lección esperaba que cambiarán de opinión.Miro la hora en su reloj Rolex de oro que complementaba su atuendo. Era tarde ya, ¿Porque carajos seguía en la oficin
Harris el amigo doctor de Wgaber salió por la puerta donde habían ingresado a la chica que atropello. La expresión de su rostro le indicaba que el accidente no había sido tan grave después de todo.—Estara bien, algunos raspones y cortes. Lo único importante fue la herida en la cabeza tuve que tomarle cuatro puntos, también le mandé hacer una radiografía para cerciorarme de que todo estaba en orden.—¿Y todo salió bien?—Si. Ella estará bien, la dejaré por esta noche aquí. Mañana podrá regresar a casa.—¿Es todo? Bueno, por alguna razón aquellas palabras fueron como un puñal ardiente clavándose en el pecho de Wagner ¿Porque le fastidiada el hecho de que ella le odiara?—Fue un accidente, te pido disculpas… yo estoy corriendo con los gastos de la clínica y…—¡Ah no! Es que sería el colmo que yo tuviera que pagar por todo. Usted… usted arruino mi trabajo, mis… mis clases...¡Dios! Todo. Lo miro de forma acusatoria.—Te lo compensare.¿Pero qué carajos le pasaba? ¿Compensar? ¿A una mujer? Algo no estaba bien con el, nunca se comportaba de esa manera con una chica.<Capitulo VI Confrontación
El agua de la ducha era helada, los músculos de Wagner se tensaron en cuanto la lluvia cayó sobre su cuerpo. Con la cabeza inclinada hacia un lado le permitía que todo el poder del agua cayera sobre sus tensos hombros. El agua fría siempre relajaba su cuerpo, y más cuando no había podido dormir en la maldita noche. Su cerebro no paraba de pensar e imaginar a esa mujer desnuda en su cama ¿Qué obsesión tenía con ella joder?Era una chica como cualquier otra, no poseía nada especial que la hiciera diferente entonces, ¿Porque mierda no dejaba de pensarla? Se volvería loco como siguiera así. Después de lavar su cuerpo, salió en busca de un traje. Entro en el alargado armario donde los guardaba, ese día era sábado así que no trabajaba. La dicha de ser un jefe era que podía faltar el día que le viniera en gana. A menos que se
—Josh… ¿Acaso estás celoso del señor Wagner?—¡Para nada! Le resta importancia —A mí que más da con ese tipo. Frunce el ceño —Solo que no lo quiero cerca de ti.—¡Oh vamos! Eres muy tonto cariño… no lo volveremos a ve…—¡Buenos días! Vocifera Wagner entrando por la puerta de la habitación esa mañana.La pareja se quedó perpleja al observar a la persona que era tema de conversación en ese instante interrumpiendolos así como si nada. Nadia pestañeo repetidas veces para confirmar que de verdad estaba viendo a ese hombre allí de pie y a la vez, se preguntaba ¿Qu