“Él necesitaba una esposa y un hijo, ella necesitaba su dinero... Ambos hicieron lo que pensaron era lo mejor y sellaron el contrato con una noche de pasión, hasta que eso no bastó”. Cuando Oliver Spyrou descubrió que su fallecido padre tuvo escondida a su segunda familia, jamás imaginó que para no perderlo todo, debía casarse... y tener un hijo. ¿Lo más extraño? Que la candidata perfecta para ser su esposa era la nueva secretaria. Ahora lo difícil sería fingir que eran un matrimonio de verdad y no quemarse con el fuego de su deseo.
Leer másMiré el tatuaje detenidamente, y una sonrisa floja adornó mis labios. Era la primera vez que la veía; la acaricie con las yemas de mis dedos, bordeando el perímetro del dibujo en la piel de Oliver. Eran dos personas: Un hombre adulto con alas en la espalda, de la mano de un niño. El tatuaje era simple, las figuras contorneadas y rellenas con tinta negra. —¿Eres tú? —susurré, sintiendo una tristeza invadir mi pecho. No hablábamos mucho sobre esto, pero yo sabía cuánto él quería devolver el tiempo y conversar con su padre sobre todo lo que había pasado... Sabía que quería decirle que le perdonaba. Él asintió de espaldas a mí, podía sentir la tensión en su espalda, después de un año por fin me mostraba su más grande secreto. —Me lo hice a los dieciocho, cuando sufría por la presión que mi padre ponía en mí. Y al morir, hice que le agreguen unas alas. Suspiré. Acerqué mis labios a su espalda baja, y le dejé un beso fugaz. —Es una buena manera de guardar tributo. Estará contigo siempre
—Ya pudimos averiguar quién pagó la fianza, señor. Alexei dejó de dar vueltas alrededor del cuarto, porque estaba tan malditamente nervioso que no podía hacer más que eso. Primero, porque el día anterior su madre tardo media hora en rendirse e irse de su casa. Le había sido difícil no abrirle la puerta, pero debía de ser fuerte. Su madre únicamente lo quería por el dinero que pudiera obtener, no por nada más. Y no permitiría que le siguiera haciendo daño a él ni a Oliver. Ya era hora de que ella lo supiese, lo mucho que le había afectado crecer así. Siempre tomaba decisiones por él: qué debía estudiar, dónde debía estudiar, los amigos que tendría o no... Su padre fue muy bueno con él. Aunque no vivía con ellos, cada vez que iba le hacía sentir querido, no como una "tarjeta de buena suerte", sino como eso, su hijo. Le enseñó a leer, a jugar básquet, le enseñó a quitarse la barba, le enseñó muchas cosas. Y cada vez que se iba, le decía lo orgulloso que estaba de ser su padre. Él le er
Aquel día todo estaba saliendo bien. Primero, se despertó y vió a su dulce esposa durmiendo a su lado después de una noche especialmente agitada. Habían celebrado el día del amor haciendo el amor, viendo películas cursis y comiendo lo que Amira les había preparado con dedicación. Luego, el presidente de una empresa de autos llamada "Helvra" había aceptado firmar la colaboración con Spyrou Corp. Harían un comercial que les beneficiaria a los dos, sobre las ventajas de asegurar tu auto Helvra con Spyrou Corp. Así que estaba sonriendo, recordando la noche anterior con Elissa, cuando escucho que la puerta se abría de par en par:—Ella salió —Fue todo lo que dijo.Oliver dejo de hacer lo que estaba haciendo en ese momento, y levantó la mirada de los papeles que debía firmar para la colaboración importante. Akram entró sin tocar, y estaba respirando agitadamente, como si hubiera corrido kilómetros.—¿Qué sucede? ¿Quién salió? —preguntó, confundido.Las cosas habían estado tranquilas los últ
Oliver Spyrou estaba ahí mismo, en la fondita de Lichita, con su traje de diseñador perfectamente cuidado. Se había cortado la barba incipiente, pero tenía uno de sus piercings en el labio. Tan exquisitamente delicioso... Su cabello color arena lo tenía bien peinado, esos ojitos preciosos del gris de una tormenta la miraban con intensidad. Solo a ella la miraba. Había extrañado esa mirada con una desesperación increíble...El aire se le quedó contenido en sus pulmones, no podía formular una palabra. Unas lágrimas traicioneras comenzaron a llenar sus ojos, pero se negó a dejarle ver cuánto lo extrañaba, cuánto le afectaba. Elissa tenía que ser firme y decidida, no iba a permitir que siguiera haciéndole más daño, de eso se aseguraría.—Soy su esposo. Oliver, el estúpido que fue tan idiota como para dejar ir a la mujer más importante de mi vida. Mi dulce, dulce Elissa... Te extrañe —respondió él sin dejar de mirarla fijamente.El pequeño corazón de Elissa dió saltitos de emoción. Ahí est
Úrsula y Elissa se dieron un abrazo cariñoso de despedida después de pasar toda la tarde juntas, charlando. Era como la típica mamá a la que podías contarle todo sin dudar, ella realmente hubiera querido sentirse completamente esposa de Oliver, porque Úrsula sería una segunda madre para ella en todo sentido. Aun así, no pudo decirle por qué no estaba en Grecia, tuvo que inventarse una excusa sobre su madre, diciendo que quería cuidarla ahora que su padre volvía al trabajo, su hermana Aylin volvía a casa con su esposo e hija, y Sandie estaba luchando por sacar adelante a su hijo con su nuevo empleo.Úrsula le contó los detalles de su matrimonio.—Sí, fue un matrimonio complicado y muy duro. Fue concertado también... Si te digo que me arrepiento, estaría mintiendo. Ese matrimonio también me hizo feliz, pues me dio a mis tres grandes razones de vivir —dijo—. Pero tú y Oliver tienen algo diferente, puedo notar cómo se miran, ustedes dos tienen algo diferente. Hay un amor profundo, aunque
Reconstruir algo era complicado, sobre todo, cuando eso que debías reparar, era tu destrozado corazón. Sumado a que no le había dicho nada ni a su familia o amigos, más que a Erica... Estaba sola para recoger los pedazos.Elissa esperó pacientemente, pero el acuerdo de divorcio no llego pasado el mes. Ya era octubre, y no tenía noticias de los abogados de Oliver. De hecho, no tenía noticias en lo absoluto de Oliver. Le dio un tiempo de gracia para ver si se arrepentía, pero eso no sucedió. Pero se mantuvo al tanto del Instagram de Akram, y vio que él estaba trabajando mucho. En las historias, se veía por algunos segundos Oliver, se veía cansado.Así que Elissa no le culpó del todo, de hecho, cierta parte de ella se preocupaba por él. ¿Dormía, comía bien? ¿Se estaba presionando demasiado? El amor que sentía por él no se podía borrar ni firmando un papel de divorcio, menos a un millón de millas náuticas. Él se había instalado para siempre en su triste corazón.Revolvió la comida que ten
Salió de su casa, acompañando a su hermano Alexei a la salida del lugar. Después de un par de horas hablando, llegaron finalmente a un acuerdo. Nunca se hubiera imaginado que él precisamente le contactaría primero, y agradeció enormemente su ayuda.—Me voy, Oliver. Gracias por haberme escuchado, espero poder vernos en el futuro y charlar un poco, ¿qué te parece? —preguntó Alexei, con una media sonrisa indecisa.Oliver negó con la cabeza, y sonrió.—Puedes llamarme hermano, porque eso somos. De ahora en adelante, así es como te reconoceré. Los errores de nuestros padres no tienen por qué afectarnos en lo más mínimo —afirmó.Alexei le devolvió la sonrisa, y se dieron un abrazo fraternal.Entonces se despidieron y su hermano se fue finalmente. Oliver sopesó la reciente información adquirida, y aunque aún dudaba de lo que debería hacer, sabía que primero tendría que terminar el asunto antes de intentar volver a ver a su esposa, a su Elissa. Se tomaría su tiempo para arreglarlo todo, y cua
La cara que ella puso, le dolió más que nada en el mundo. Ni siquiera la traición de su padre le quemaba el alma, como ver su lindo rostro desolado, sorprendido.—Pero, el niño...Oliver la tomó por los hombros.—Igual no podrás embarazarte, ¿no? Solamente estamos alargando esto, Elissa. Mereces algo más que esto, algo más de lo que yo te ofrezco.Ella negó con la cabeza frenéticamente. Se veía visiblemente reacia a su imposición.—No, no me interesa. Oliver, acabamos de casarnos hace casi un mes, ¡un mes! El contrato dice que debo darte un hijo, y que estaríamos juntos algunos años más —señaló—. Acabas de conocer a mi familia, acabamos de tener nuestra Luna de Miel. ¿Por qué ahora? ¿Qué cambio?Él endureció la mandíbula.—No puedo darte el amor que buscas. Jamás podré dártelo, no podré formar aquella amorosa y linda familia que tanto querías de niña. La familia que tienes, ese tipo de relación no podremos tenerla —la miró con tristeza—, no es lo que yo conocí, así que no puedo hacerl
Elissa sabía que estaba en casa, cuando los brazos de su familia la rodearon fuerte y amorosamente. Tuvo que contenerse para no soltar una sola lágrima; no pensaba arruinar tan emotivo encuentro, no justo ahora. Al llegar a Londres, ni quiera las mejores vistas le hicieron voltear una segunda vez a mirar, de hecho, casi no recordaba nada, porque se la pasó con la mente en blanco, únicamente quería llegar hasta su madre y abrazarla, ver que estaba bien.—No saben cuánto me alegro de que estén aquí, y que mamá ya se vea tan sana —anunció Elissa, saliendo del abrazo grupal para mirarlos a todos. Oliver se había quedado un tanto relegado fuera del cuarto, dándoles privacidad.—Yo más, mi amor. ¿Por qué no entró tu amigo? —preguntó su padre, Rogelio.Samantha y Elissa se miraron rápidamente, ambas con una pregunta implícita en los ojos: “¿Cómo le decimos?", lo claro es que quien tenía que darles la noticia era ella misma, así que suspiró y miró con firmeza a sus padres.—Escuchen, hay algo