¿Si pudieras describir a tu jefe como lo harías? Una emocionada Emilia Vladi responde ante las preguntas de la reportera. —Es gentil, amable, respetuoso, es la que uno aspira a ser de grande, que tus empleados te miren y te vean como un ejemplo. La reportera inclina la cabeza, pero las palabras de la joven son sinceras, ella siente todo lo que acaba de decir, siente que su jefe es un persona intachable. La reportera termina de hacer las preguntas y se apaga el micrófono, Emilia se levanta y la reportera suelta un comentario. —Que se puede esperar de las secretarias, usualmente son las amantes - ríe en voz baja y luego alza la mirada para ver el ceño fruncido de la joven. Ella camina rápido y choca con fuerza con alguien y mira hacia arriba. Se miran por unos segundos y ella avanza. “Ya nos habíamos visto antes" - siempre se lo repite. Emilia Vladi y Edu Costa viene de dos mundos totalmente diferentes. Mientras ella siempre dice pobre el jefe, por qué siempre lo escucha pelear por teléfono con su hijo, ella se pregunta quién es él... ¿ Qué pasará el día en que ellos se encuentren?
Leer másEmilia tiene la mirada fría, fija en su teléfono. Esta pensativa... Tomo su brazo y ella tira de él. Sale del edificio y voltea.—No somos amigos Edu.—Valla ahora me llamas Edu.—Ya estamos fuera de la oficina — dice ella —Te puedo llamar así, pero si no es de tu agrado...—No, Dime Edu se siente incómodo el señor Costa.Mira el edificio y no puedo evitar reírme con fuerza. Ella avanza hacia mí y estamos a centímetros del otros, me mira a los ojos y quiero retroceder pero avanzó y ella no retrocede.—Lo hiciste bien hoy —dice intentando evitar sonreír. La miró a los ojos y ella no quita la mirada. Su voz me tensa de inmediato el cuerpo, esa frase. Sacudo un poco la cabeza.No sé si esta es su manera de coquetear o quiere demostrarme que ella tiene el control. Retrocedo y quito la mirada.—Emilia — le extiendo la mano.—Dime...—Gracias por lo de hoy —digo. Ella aún no toma mi mano, la observa.—No me he olvidado tu acto infantil, ni tus humillaciones y se que aún dudas de mí y tu pad
Observó la mano de Emilia, antes de que extienda la mano para darme ese sobre con su renuncia, le quitó el sobre y lo rompo en dos. Ella me mira sorprendida. —Sientate por favor —le ruego ella asiente con la cabeza y se sienta frente a mí. —Si salgo de esta junta victorioso sé que en menos de un día me echaran a patadas —lo digo con sinceridad y el enorme peso de la vergüenza de tener una carrera pero no ejercerla —.Lo cual causará serios problemas tanto para mi padre como pars mi, las futuras decisiones que tome... Ella está observándome detenidamente, me está estudiando, mis gestos mis acciones, todos, ya antes la he visto hacerlo. —Eduardo.... —Edward Costa —la corrijo. —Señor Costas tenemos una hora antes de la junta de los accionistas le explicare temas básicos y respuestas concretas a las que usted se puedo optar por decir. Ella toma su tablet y comienza a buscar en una carpeta de documentos. Todo el peso que llevaba encima desaparece cuando ella hace ese gesto, cuando el
Ella me mira a los ojos y veo inseguridad en su mirada. Asiente con la cabeza y me extiende la mano.—Yo misma renunciaré —dice. Intento tomar su mano, pero no puedo.De cierta manera estoy alegre por alejarla de mi padre y por otro lado, ella sabe todo sobre este trabajo. No pensé que ella cedería tan fácil.—Bien ahora abre la puerta —exigo. Ella se pone de pie y avanza hacia la puerta.—Edu deberías de pedir un taxi a tu casa —su voz suena apagada. Es en estos momentos que me gustaría tener el super poder de leer las mentes así podría saber si mentalmente me está matando o pensando otras cosas.—Si, por favor pideme un taxi —le digo. Ella abre la puerta y ambos bajamos a esperar mi taxi luego de que ella lo pidiera.Para mí seguridad yo digite la dirección.—Emilia —llamo si atención mientras estamos sentados en la vereda. Ella me mira y quiero agradecerle por lo del pan y todo lo que ha hecho por mí hasta ahora y pedirle perdón por ser un desgraciado con ella.Veo ilusión en sus o
Abro la puerta para ve a Mario sin polo apunto de golpear a Edu.—No —le digo tomando del brazo a mi enamorado.—¿Qué mierda está pasando aquí Emilia? —pregunta molesto.Yo miro a mi alrededor y mi cama está algo desordenada y no recuerdo haberla dejado así en la mañana. Edu se ve pálido y algo cansado.—Mario es una larga historia.—Tengo todo el tiempo del mundo mi amor, vos cuéntame qué hace aquí el hijo de nuestro jefe.Lo tomo del brazo apartándolo de Edu. Lo llevo hacía la puerta, me acerco a Edu y toco su frente.—Te traeré agua caliente de abajo, ven echate en mi cama por mientras —le ordeno con voz baja y calmada.Él no protesta y rápidamente se va hacia mí cama y se echa, se cubre con mi colcha pequeña y nos da le espalda.—Ja —suelta Mario.—¿Qué pasa? —le pregunto molesta.—Traes a casa a un imbécil y le ofreces tu cama, eso pasa.Agarró de la mano a mi enamorado y lo miro a los ojos, veo algo en él que jamás he visto y es inseguridad, celos, hasta podría ver su desconfian
La miró y es cabello algo alborotado, me mira y me entrega su pan, veo una mirada diferente a nuestro primer encuentro.Al parecer no es como yo me la imaginaba, la palabra cazafortunas siempre suena en mi cabeza con cada nueva secretaria que contrata mi papá.Abro la bolsita y luego me quito el papel. —¿Mayonesa le pregunto? Ella se lo piensa y asiente con la cabeza.—Bien, ese si me gusta.Le doy la primera mordida y comienzo a masticar, está delicioso. Ella me observa con algo de ternura pero de inmediato se da cuenta que le causó eso y sacude su cabeza.Masticó y trago.—¿De que deseas hablar? —le pregunto.—Termina tu pan y hablamos.Asiento con la cabeza. Veo a mi alrededor y es la primera vez que como en un baño, pero ella no tiene cara de asco ni de incomodidad.Termino de comer el pan con pollo, pero cuando me voy a levantar me regresan los mareos.—Emilia —susurro su nombre, ella me ayuda a sostenerme.—Oye oye, no Edu por favor no te desmayes —dice tomando mi rostro.—No
Cuando salgo, veo rostro de miedo y algunos quieren preguntar y acercarse a mi, pero se detienen.Me acerco a la ingeniera y tocó su hombro. Ella voltea y con su cabello me da un golpe en la cara.Priscila, es la ingeniera que mejor hacer su trabajo, una persona de admirar pero realmente como ser humano apesta.—¿Qué querés? — me pregunta con desdén. Su asistente se cruza de brazos con la cara de que todo le apesta y me mira de pies a cabeza.—Habla rápido, debo hacer muchas cosas hoy.—Los planos será enviados a Gmail del jefe, el los firmara y luego...—Si cállate, ya comprendí no es la primera vez que hago esto...Quiero golpearla, es una mal educada, realmente hay días donde ya me quiero rendir, tirar la toalla y decir ya no más humillaciones por estos estirado, pero recuerdo que no llego ni a ser clase media, así que deo trabajar y esforzarme por este trabajo que me costó tanto conseguir.Lo mismo les informo a los demás ingenieros.Termino cansada sin almorzar, pero lista para
Ingreso a casa y comienzo mi búsqueda en todo mis cuadernos de apuntes, teléfonos, contactos. Pero después de horas no encuentro nada sobre Edu.Evidentemente no son cercanos. Miro el reloj y es hora de ir a la oficina, pero en que momento buscaré a ese engreído.Estoy sentada frente a mi escritorio, mi teléfono vibra y veo una foto en el periódico.Edward Costa deslumbra en la pasarela... - dice el encabezado de la revista de modas.Esta foto es reciente.Busco el desfile y después toda la información.¿Esta en Italia?Estoy sorprendida y al mismo tiempo preocupada. Lo encontré pero no está aquí.Tengo hasta mañana. Aplastó seguir a todas sus redes sociales y en su instagram inmediatamente acepta mi solicitud.Busco en las fotos que lo han etiquetado y veo varios conciertos.Veo la última foto en la que se etiquetó, anuncia que habrá un concierto caritativo en la plaza mayor a las ocho de la noche.Estoy en el bus y busco información sobre el evento y uno de lo auspiciadores es el gr
Veo a mi hermana reírse por teléfono y mirar la televisión. Subo las escaleras y ella se gira para verme.—¿Y como te fue en la cena? - me pregunta.—¿Ahora eres curiosa? - le pregunto.—Claro hermana, me importa toda su vida... - sonríe y luego mira sus uñas —Dire me importa toda tu vida, después de todo somos hermanas.—No te confundas, tú y yo no somos hermanas - le digo con seriedad.—¿Cuánto crees que te dure Mario? - me pregunta.Subo las escaleras y cierra la puerta, me pongo a meditar sobre mi cama, me cubro la cara con la almohada y gritó como loca.Luego de gritar y soltar todo mi malestar decido tomar mi teléfono y buscar al tipo que me humilló. La sangre me hierve cada cabeza que pienso en él. Quiero saber todo sobre él.Edu Costa pongo en Google y inmediatamente salta un montón de artículos del músico, modelo, fotógrafo y pintor.Me quedo maravillada por sus fotografías en blanco y negro, además de su pintura de una niña con una flor y llorando.Igual puede tener mucho ta
Tocan la puerta de la oficina y uno de los guardias borra su sonrisa para poner una más seria. Cuando abre la puerta veo a un chico con un polo blanco unos jeans oscuros, alto y delgado, de cabello oscuro, ondeado. Su manera tan segura de pararse se ve que tiene un carácter imponente.—Mario - lo saluda mi padre.—Jefe - dice él, avanza hacia nosotros y se detiene a mirar minuciosamente a Emilia.¿Por qué la mira así?.—¿Amor fuiste a la guerra o algo así?Estoy sorprendido, él toma el rostro de su novia y le da un beso en la frente.—Tuve que correr a tu casa, pero aquí tienes.—Emilis hoy puedes irte, mañana tomate el día y nos vemos el lunes como siempre - dice mi papá.Emilia me da una última mirada y luego mira a mi papá.—Esta bien, muchas gracias.—Vas a renunciar -amenazó cuando la veo salir por esa puerta.Mi padre me está mirando con cara de pocos amigos y yo solo le muestro una sonrisa.—¿Y bien, que me dirás ahora? - pregunto.—Primero que te alejes de mi secretaría, como