Ella, humana. El, odia a los humanos. Ella, una chica común y corriente. El, el el rey Alpha de los hombres lobos. Baltazar y Micaela chocan entres sus mundos, volviendo patas arriba uno del otro.
Leer másBaltazar Licaon ¡¡BALTAZAR!!Su grito desgarrador hace que me levanté de la cama de un salto. —¿Micaela? — Camino por la habitación, entro al baño, su ropa no está a la vista, salgo a la estancia y no hay rastro de ella, entro de nuevo a la habitación por mi celular. Ya son más de las nueve de la mañana, joder, ya deberíamos ir camino a Venezuela.Hay una pequeña nota en la mesa. "Tuve que ir al Bar a ayudar a Máximo, iré por las cosas al departamento y volveré para irnos" Sonrío, volveremos a Warairalunar, Pero de pronto mi pecho pega un salto, escuché que gritaba mi nombre, decido llamarla. Su teléfono suena un par de veces y salta al buzón de voz, lo intento de nuevo y hace lo mismo, llamo a David y tampoco contesta, por último intento con Robert y este también me envía al buzón de mensajes, mi corazón se desboca un poco. Me visto y llamo a los chicos que quedan a cargo de mi seguridad, solo quedan un par de ellos, ya que mi Beta los llamo para reforzar la seguridad de Micae
Micaela Stevens Cuando veo el nombre en la pantalla de mi teléfono, decido no contestar. Baltazar está dormido a mi lado, nos dimos un buen baño luego de varios round, cambien las vendas de sus manos mientras ya estaba adormecido, su heridas se veían mucho mejor de lo que imaginé, si tuviera su lobo ya no existieran, pero definitivamente sanaban más rápido que cualquier humano. No le dije nada ya que se veía lo agotado que estaba y sabía que yo era en parte culpable de ese cansancio. Yo por el contrario, me sentía extasiada, deseaba demasiado a este hombre y no me estoy haciendo ilusiones, tengo claro todo lo que sucedió, lo que me hizo, Pero ya no quiero pensar más en eso, quiero dejarme llevar y tomar la decisiones que yo quiero, de igual manera soy yo quien vive las consecuencias. Y de alguna manera tengo la seguridad de que no será igual. "Alba"Me levanto con cuidado de no despertar a mi hombre, me embobo un poco al ver la leves mordidas en su labio y las marcas de mis uñas e
Baltazar Licaon Mi cabeza va explotar, Pero no sé que es peor, la vergüenza que siento de mi al saber que Micaela me viera en ese estado o que no se que esperar de lo nuestro. Se que se encuentra afuera, mi manos duelen, Pero más mi corazón.Me levanto aún algo mareado por el alcohol en mi torrente sanguíneo, paso de largo el espejo y me dirijo al baño, no quiero ver mi reflejo, es el reflejo del fracaso y no puedo con eso.El doctor me atendió con miedo, pero hizo muy bien su trabajo. Mi manos están totalmente vendadas, escuchar a Micaela decirle a mi Beta que no estoy en condiciones de lucha, que si hay algún ataque en su contra no podré salvarla me está pudriendo por dentro, quiero despedazar todo, porque por más que duela, tiene razón. Quiero creer que Casandra también perdió su lobo, Pero... ¿Y si no es así? Debo pensar en algo...Camino de un lugar a otro, el hecho de saber que se ha aliado con las brujas es un avance. Ya sabemos dónde buscar. No sé que tiempo ha pasado cua
Narrador Omnisciente. Baltazar yace en el suelo tirado con los niveles de alcohol en la sangre al límite, tiene dos días sin saber de Micaela, lo último que supo de ella fue que se fue con un hombre, un maldito chupasangre que humilló a sus lobos. Pero lo que le duele, lo que ha herido su orgullo es que ha Sido decisión de ella, David se lo dijo, no quiso hablar con el por días, aunque la cita estuvo bien, pensó que se había acercado un poco, al siguiente día todo se fue a la mierda de lleno. Estaba preocupado por ella, quiso acercarse, Pero temía perder lo que creyó haber logrado, pero no había logrado nada, el no se merecía tenerla. Se levanta con dificultad y vuelve a caer, al hacerlo de nuevo queda frente a un gran espejo en la habitación, sigue en el Hotel Bellagio, no queda nada del gran Alfa Supremo, es un despojo de un ser mítico que ya no existe más en el. Lo ha perdido todo, no le queda nada.Las lágrimas comienzan a caer por su rostro, odia su reflejo, odia el ser miser
Micaela Stevens No he dormido en días, las pesadillas me persiguen, duermo un par de segundos y la veo a ella, torturandome, burlándose, jactandose de mi estado, no puedo hacer nada, la escena que creí olvidar, sigue reproduciéndose una y otra vez en mi cabeza, siento cada golpe, y mi piel se resiente como si fuera real, tengo moretones como si estuviera viviendo la tortura. Esa risa diabólica, esa maldita risa que no dejo de escuchar, disfruta verme sufrir, las ojeras me llegan más abajo de las mejillas, no me concentro en clases, no descanso en casa, por suerte no he ido más al bar de Maximo, no podría rendir en ningún horario. Acabo de salir de la universidad y no tengo ni puta idea de que fue lo que ví o hice, a Baltazar no lo he visto, sus llamadas constantes me irritan más, la cita fue perfecta, pero desde ese día comenzó mi martirio. Se que no es normal, Pero no sé cómo identificar lo que sucede, la respuesta mas lógica es que estoy enloqueciendo. Un pitazo me devuelve a l
Micaela Stevens Siento la primera bofetada en el rostro, esa maldita perdedora, su rostro de satisfacción hace que no baje la cara por mucho que me duela el golpe. Una secuencia de golpes vienen luego de eso, unos tras otros, los recuerdos se mezclan, esos hombres tocándome, haciéndome daño, y mi voz desgarrándose mientras grito por el hombre que debería salvarme, grito por él, porque no tengo a nadie más, porque estoy en esta tierra sola, porque me quedé sola desde que mi madre murió... —¡Micaela! ¡Micaela! — escucho su voz, y lo veo allí, con los ojos abiertos de par en par, su rostro se convierte en la ira más profunda, de esa que hace que pierdas el control, y es lo que sucede. Su lobo sale a la superficie, con mis ojos veo su reacción y lloro de alivio, porque si llego, porque mi infierno acabo, porque aunque la sangre de mis agresores ahora bañan mi cuerpo, me gusta ver cómo los despedaza. Intento vestirme, pero mi ropa ha quedado destruida... Mi mente me juega una mala pas
Micaela Stevens Mi vestido me recuerda mucho a mi estancia en Warairalunar, la parte bonita, Los momentos de baile, de disfrute, es azul grisáceo con flores azules y moradas, de escote pronunciado en la espalda, corte princesa y llega hasta mis tobillos. Hace un tiempo lo ví a través de una vidriera en una boutique cuando visite Irlanda, y fue amor a primera vista. No estoy segura de que sea la ocasión para usarlo, puesto que pienso que debería estrenarlo en algo importante, Pero y si ese gran momento no es pronto y le pierdo el gusto. Tal vez estoy un poco decepcionada ya que Baltazar no ha aparecido, no se porque mi cabeza rebelde no deja de pensarlo, puede ser que esté muy ocupado, e incluso me he preocupado de que le haya ocurrido algo. Aceptó muy bien cuando le dije en el hotel que se alejara, porque eso se supone que es lo que debo querer ¿O no?"Estoy hecha un lío" No me animo hacerme un gran maquillaje, algo natural, llevo una sandalias estilo romano plateadas, son cómodas
🐺Baltazar Licaon🐺Mi teléfono se agrieta en mis manos cuando escucho la información por parte del jefe de seguridad de Micaela, cortándose la comunicación en el momento en que queda partido en dos pedazos. Tomo respiraciones profundas, camino de un lado a otro "solo la llevo a su casa, no paso nada más" me repito una y otra vez, necesito controlarme o haré un maldita locura, no puedo secuestrarla de nuevo y llevármela a Warairalunar, la mínima esperanza que me queda, desaparecería ipso facto, me diaria de nuevo y caeríamos de nuevo en el ciclo tóxico en el yo soy una mierda y pierdo todo por no tratarla como se debe. Es que me provoca ir hasta su casa y darle un par de nalgadas, Pero no puedo, es mi mate, Pero no mi esposa, perdí todo derecho sobre ella. Necesito desaforar la impotencia de alguna forma, salgo del hotel y voy al gimnasio, a esta hora está disponible, Pero totalmente solo, algo a mi favor, veo el saco de box solo y camino hacia el. —¡¡¡aaahh!!! — lo golpeo con tan
Casandra Su cara de pavor al verme, me hace sonreír, ve hacia todos lados con desespero, buscando algún testigo de mi presencia, pero no los hay, me asegure de que no hubiera nadie al entrar. —¿Qué haces aquí? ¿Quieres que me maten? — su voz tiembla, me hace girar los ojos. —No eres importante, a nadie le interesas, no hay seguridad a kilómetros de ti — No se a que tanto le temes —¡Eso no me importa! Baltazar mato a todos los que te ayudaron a engañar a Micaela, No los desterró, simplemente los mato! Aprieto la mandíbula, les dije que se escondieran bien, mientras conseguía nuevos aliados, su inutilidad los llevo a la muerte y a sus familiares... —la interrumpo.—A ti no te hará nada, eres parte de la familia, relájate! —¿Que me relaje? ¿Que me relaje? — camina de un lado a otro — Tu obsesión por el ha arruinado la vida de inocentes, todo el que tuviera parentesco alguno con los traidores que mató, aún si haber hecho nada fueron desterrados como traicioneros de la manada, niños