Historia de Dalia y Dania, hermanas gemelas que son separadas al nacer, pero aun así su destino es volver a encontrarse para descubrir la verdad sobre su pasado. Pero las cosas se complican cuando se enamoran del mismo hombre, cuantos secretos hay alrededor de ellas, cuanto daño les pueden causar...
Leer másSalvador llegó a la dirección que le dio Azucena, en la entrada le comentaron que Lluvia estaba en el barrio pobre y él se dirigió hasta ese lugar, Bajo del auto cerca de las canchas que se estaban en construcción, todo eso se realizaba con las donaciones. Lluvia estaba parada en los costados de la cancha, miraba a sus jugadores todos eran niños y niñas de entre 8 y 15 años, seguían las órdenes de su entrenadora. Salvador sonreía observando Lluvia que entrenaba y jugaba con los niños, enseñándoles pases y movimientos. Ella absorta en sus niños no se dio cuenta de la presencia de Salvador, al terminar todo se despidieron de ella con sonrisas abrazos y besos, ella sonreía feliz y se despedía dándoles ánimos para seguir practicando. “Dame solo hoy para pensarlo, recuerda que siempre hemos hecho las cosas a nuestra manera, que la escuela tenga socios puede dificultar la verdadera razón del porque cree esta institución”. Ronald la observó sonriendo, acomodó algunos cabellos detrás de su oreja y le acarició la mejilla. “Se hará lo que tu digas, te apoyare en la decisión que tomes”. Acarició sus hombros de arriba hacia abajo delicadamente. Salvador se detuvo en seco, al ver a Ronald tan íntimo con Lluvia, le hervía la sangre, Azucena notó su semblante y miró hacia donde Salvador miraba. Observó a Lluvia y Ronald solo había hablado un poco con ellos en los pasillos o se saludaban cortésmente. Salvador caminó hacia ellos muy molesto, retiró a Lluvia de los brazos de Ronald. Todos quedaron en shock, LlCAPITULO 136 SALVADOR SACARTE DE MI CABEZA
Los días pasaron, el canal empezó a dar frutos con los nuevos programas de variedades, el deportivo de las 3 de la tarde donde conducía Lluvia era el de mayor audiencia, su forma de conducir, su conocimiento en el ámbito deportivo y su belleza eran las claves para este programa, sin dejar de lado al guapo Ronald que también hacía muy bien su trabajo. El trabajo de Lluvia era ajetreado, por las mañanas junta con los conductores y productores del programa por la tarde el programa en vivo Era dueña de una escuela de fútbol llamada *Águilas* donde entrenaban niños de familias adineradas. Ronald ayudaba en la administración y también daba clases, una parte de lo que se obtenía se usaba para los uniformes y necesidades de sus niños y niñas en los barrios pobres. Ella siempre al terminar su trabajo alrededor de la
Lluvia los observó alejarse, la gran espalda de Salvador no pasaba desapercibida por ella, él era muy guapo y se convirtió en su héroe. Solo sonrió girando para caminar a la parada de bus. Días después. Lluvia se cambiaba en el vestidor mientras escuchaba a las porristas hablar de Salvador. “¿Cómo te fue, con Chavita, en tu cita?”. Todas estaban intrigadas con una rubia llamada Elena. Elena miró a ambos lados esperando estar solo ellas. “Genial, es tan lindo y es muy bueno en la cama”. Todas hicieron una bulla. “¿Cuándo saldrán de nuevo?”. Ella suspiro. “Dijo que me llamaría”. Una de ellas la miro. “Dicen que él no vuelve a salir dos veces con una chica”. <
Salvador suspiró. “Mi padre se enteró de que mi hermana me dejaba manejar algunos tratos con socios, no tendré más ingresos”. “Manuel Covarrubias se jubilará, tendré el puesto de recursos humanos vacante”. Salvador lo pensó por unos segundos. “¿Tendré que entrevistar a las modelos y conductoras?”. Elías negó con la cabeza. “Solo piensas en eso, te recuerdo que está estrictamente prohibido las relaciones dentro de la empresa”. “Lo sé”. Pensaba -Claro que nunca ligare dentro de la empresa…- “Aceptó, ¿Cuándo empiezo?”. Un año después... Salvador se encontraba en una fiesta de un colega cuando sonó su teléfono, era una llamad
A media noche, el ruido del centro de una ciudad en México era ensordecedor, las personas bailaban al ritmo de la música adentro y afuera de los bares de la calle más popular por los jóvenes. Dentro de uno de los bares más prestigiosos, un hombre con traje disfrutaba de la vista desde el segundo piso que era la zona VIP del lugar, Salvador junto con otros hombres bebían y charlaban sobre negocios y mujeres, en la pista de baile las mujeres disfrutaban la música, Salvador conversaba con un amigo mientras observaba, buscando a la afortunada de esta noche. “Salvador, ¿Aún no la encuentras?”. Sus amigos sabían sus costumbres al venir al bar. Él observaba a una rubia que bailaba sensualmente junto con otras mujeres, Ella giró para verlo y le sonrió, él hizo lo mismo levantando su trago saludándola.
Él se quitó el saco y la corbata contestando. “Tengo mis fuentes”. Carolina cruzó los brazos. “Fue María”. Él sonrió y asintió. “Tenemos que hablar”. Ella hizo una mueca. “¿Pensé que querías que te dejara en paz?, eso es lo que hice, por más de dos días no te he molestado”. Daniel la observaba era tan linda. “Dame una oportunidad de hablar contigo y explicarte”. Sentándose en el sillón le dijo. “Te escucho”. Daniel se acercó a ella. “Lo siento … de verdad siento lo que te dije, sé que no tengo excusa y sé que hice mal”. Él se acercó a ella abrazándola fuerte y besando su cara. “No debí alejarte, esto de Dania me tiene los
Regresó a la ciudad y dio un paseo por las calles que eran tan familiares para ella, el hombre la seguía y tomaba fotos, llegó a su hotel y pidió la cena, a su celular nunca llegó un mensaje de Daniel, ella no esperaba que esto terminara así. Días antes… “Bueno te dejo, Dani me espera”. Sonrió y se acercó al asistente. John miró a Adelaida. “El señor la está esperando Entró en la oficina y cerró la puerta. “Daniel, qué gusto verte de nuevo”. Se acercó rápidamente para abrazarlo, pero él se negó, no estaba para nada de humor. “Adelaida, lo siento, pero no podré tenerlos como socios, he llenado la cartera de clientes”. Ella molest
Pasó el fin de semana muy rápido, ya era lunes, todos tenían mucho trabajo en la empresa, Dalia y Carolina tenían demasiados pendientes y Dalia no estaba concentrada. Tocaron a la puerta y Daniel entró a la oficina. “¿Nada de Dania?”. Preguntó. Dalia tristemente negó. “No, ella no contesta el teléfono sólo suena”. “Creo que es hora de que llames a Elías…” Le dijo Daniel. “Es que. No sé si en realidad está con él”. Daniel frunció el ceño. “¿Cómo?”. Dalia respiró profundo para contarle todo a Daniel quien ya estaba furioso por lo que escuchaba. “Llama a Elías y yo llamaré a Robert”. S