En los siguientes días cuando Amelia terminaba su trabajo y compromisos, Joel siempre la esperaba puntual para llevarla a conocer más del lugar, poco a poco ella se sentía más cómoda con él, empezó a gustarle la forma en que le hablaba, como la cuidaba y protegía durante los viajes, en ocasiones hasta la mimaba con la comida. Nunca dejaba de tomarle fotos.
Hubo unas en especial donde aparecían los dos muy juntos, con una mano la abrazaba por la cintura y con la otra acomodaba la cámara para tomar la fotografía, detrás de ellos estaba a lo lejos los rayos del sol escondiéndose entre las pequeñas montañas y árboles.
En un instante Joel se aventuró y le dio un beso en la mejilla, ella sintio los labios cálidos y giró para verlo, fue cuando él aprovechó… bajó la cámara y la beso en los labios.
“Sabía que tus labios eran dulces”. Le dijo en un murmullo cerca de su rostro.
“¿De verdad?”. Ella contestó.
“Desde el momento que te vi, cuando chocamos en el aeropuerto deseaba probarlos y comprobar”
Ella agacho la cabeza tímidamente, pero él levantó su cara para volver a besarla.
Dos días después ella debía regresar a USA, su trabajo en África había terminado.
Pero Joel todavía tenía que quedarse a terminar las fotos de su exposición.
“Te llamaré en las noches. Cuando termine mi trabajo aquí, iré a buscarte”.
Ella triste negó. “Joel, este viaje ha sido muy hermoso, disfruté mucho tu compañía, pero creo que deberíamos dejarlo aquí, yo no soy la mujer que tú necesitas, eres un viajero, te gusta la libertad, yo no puedo seguirte, siempre tendré responsabilidades con mi familia y la empresa”.
“¿Qué quieres decir?”. Joel la miró confundido. “Quieres terminar, cuando apenas empezamos, podemos arreglarlo juntos, dame la oportunidad de estar contigo”.
“Joel, ¿Dejarás de viajar y ser fotógrafo?, Yo no quiero que dejes lo que te gusta hacer solo por mí ¿Entiendes?, si decidimos estar en una relación, habrá muchos momentos en los que estaremos separados. Hace muchos años dejé de buscar el amor. No quiero sufrir”.
Se escuchó la llamada para su vuelo. “Tengo que irme”. Amelia lo dejó y camino para abordar el avión. Joel se quedó viendo su espalda, como la primera vez que la conoció, pero esta vez con un toque de tristeza en su corazón.
Al salir del aeropuerto Joel hizo una llamada.
“Vaya hermanito pensé que me habías olvidado, tienes más de dos semanas que no te comunicas, solo me entero de que estás vivo por tus publicaciones”. Le reprochó Candice Jenkins.
“Vamos sabes que estoy trabajando, ¿Cómo van los preparativos para esta exposición?, ¿Ya tienes el lugar?”.
“No, mi asistente me traerá el informe con los lugares disponibles”.
“Quiero que investigues a la *Joyería y accesorios M&A* quiero toda la información que tengas de los dueños en especial de Amelia Montenegro, arregla que la exposición sea en la ciudad donde está ubicada”.
“¿Una nueva conquista?”. Le preguntó Candice alzando una ceja.
“No. El amor de mi vida”. Dijo Joel mientras sonreía de oreja a oreja mirando como los aviones despegaban.
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Transcurrieron tres semanas muy rápido, Joel había llegado a la ciudad donde vivía Amelia, había terminado los últimos preparativos de la exposición en el recinto junto a su hermana que siempre lo apoyaba en sus proyectos.
Ella tenía fuertes conexiones ya que le había entregado toda la información de Amelia, se enteró sobre la relación que tuvo antes y que su hija estaba perdida. Esto hizo que él se interesara más por ella.
Se entregaron algunas invitaciones especiales a funcionarios y empresarios reconocidos, era la primera vez que se daba a conocer su trabajo y obra en esta ciudad, En la tarjeta venía el nombre de la exposición *África con Amor* se usaba el nombre artístico de Joel *Joy X* este nunca se lo mencionó a Amelia.
En la empresa M&A…
“Señorita Amelia, llegó esta invitación sobre una exposición para mañana, los altos funcionarios y empresarios de la industria local estarán ahí, sería importante que asistiera para dar a conocer algunos detalles de los nuevos productos”.
Amelia revisaba documentos, nunca observó la invitación que su asistente tenía en la mano solo contestó. “Esta bien, iremos juntas, solo mándame los detalles de la hora para que pases junto al chofer a recogerme”.
“Si, le diré que tenga listo el auto mañana”. La asistente hizo anotaciones en su libreta.
Antes de salir su asistente le informó lo último en la agenda para ese día.“Tiene una reunión hoy por la noche”.
“Entiendo, puedes retirarte y prepárate para salir”. Amelia marcó el número de su casa “Papá no llegaré hoy a casa me quedaré en el departamento, tengo una reunión y el restaurante no queda cerca de casa, “¿Dania esta dormida?”.
“Clara la ayuda en su baño, Cuídate hija, cuando llegues al departamento me mandas un mensaje para estar tranquilo”.
“Si, mañana hay una explosión a la que tengo que asistir, llegaré un poco tarde a casa, descansa papá, dale un beso a Dania de mi parte por favor”.
“Adiós hija”. El señor Carlos colgó el teléfono.
“¡Abuelo! ¿Era mamá? ¿A qué hora regresará?”. Ya es tarde”. Comentó Dania mientras trepaba el sillón en la sala para mirar el reloj.
“Mi niña mamá no llegará todavía tiene algunos pendientes, la veremos mañana por la noche”.
Una de las sirvientas de la casa entró a la sala dirigiéndose a Él. “Sr. Carlos llegó esta invitación por la tarde, es para una exposición de fotografía, al parecer el creador es muy famoso y se ve muy importante”.
“Abuelo, ¿Puedes llevarme?, hace mucho que no salimos…” Dania miraba a su abuelo con expectativa.
“Creo que tu mamá estará también asistiendo, nos encontraremos con ella y cenaremos en algún lugar, ¿Te gusta la idea?”.
“¡Si!, ¡Si!, ¡Si!, ¡Si!, ¡Si!, Abuelo”. Dania empezó a brincar muy alegre alrededor del Sr. Carlos.
“Mi niña va a descansar, mañana hay escuela y por la tarde sorprenderemos a mamá”.
“Buenas noches abuelo”.
“Buenas noches mi niña”. Dania beso y abrazo a su abuelo para irse a su habitación.
Al día siguiente por la noche Amelia llegó junto con su asistente al recinto, llevaba un vestido corto azul rey con tacones altos rojos, sus accesorios eran un juego de una pulsera, aretes y collar con pedrería roja, se veía muy elegante. Caminó sin notar los carteles de la entrada, estaba en una llamada telefónica importante, cuando al final colgó, ya estaba adentro de la sala de exposiciones, observó las fotografías que estaban en la exposición, las fotos en las paredes de ambos lados ilustraban los animales, las personas y paisajes de África, todo alrededor eran parte de lo que ella vivió con Joel en aquel viaje, no podía creerlo, camino lentamente observando una a una las fotos, al final la pared del fondo estaba cubierta de fotos de ella, algunas de ella y Joel abrazados, en el centro había una más grande que las demás, era donde le daba un beso en la mejilla y en el fondo los rayos del sol esc
“Sí tía, estoy muy feliz, Elías y yo hemos estado saliendo juntos, me ha llevado a muchos lugares hermosos”. Dalia se veía radiante, le gustaba mucho la forma en que mejoraba su relación con Elías. El hacía lo posible por estar con ella, la llamaba mientras trabajaba para pedirle que estuviera lista para salir juntos. A veces se quedaban viendo películas en casa disfrutando de la noche. Sonó el teléfono de Dalia. El identificador de llamadas decía -ELÍAS-. “¡Hola!” “Dalia, hoy llegaré tarde, no me esperes despierta, me reuniré con Salvador”. Ella contestó sonriendo. “Está bien, gracias por avisarme, nos vemos”. “¿Era él?”. preguntó su tía Magdalena, m
“Si. Estaba embarazada, era su hijo, pero aborte hace unas semanas, para no perderlo arregle con una conocida que me daría una de sus bebés, ella tendrá gemelas, ella no puede mantenerlas a ambas, pero hace unos días me llamó y dijo que ya no me daría a la bebe, ahora no sé cómo decírselo a Lázaro, si solo pudiera convencer a mi conocida de que me de a la bebe, se que ella no podrá mantenerlas a ambas sola. Le di una suma muy grande de dinero por el bebe y aun así no quiere entregármelo”. “Sabes que después de abortar a mi hijo, el doctor dijo que yo no podría tener más niños. Esa bebe es mi única esperanza de ser madre y retener a Lázaro”. Le decía Teresa sollozando en todo incontrolablemente. Magdalena tomó sus manos tranquilizandola. “Teresa esto… Esto es difícil, deberías ir a verla para convencerla de que cumpla el trato, si ella ya ace
“Yo ni siquiera puedo ir a la piscina…” Dalia sonrió diciéndole. Elías asintió. “Entiendo, ahora que sabes mis miedos, por favor no me lleves a un elevador”. “Ok y tú no me lleves a una piscina, por favor”. Sonrieron torpemente y fueron al restaurante cerca de la playa. Al terminar de comer, pidieron diferentes postres, eran dos piezas de pastel, una era pan de chocolate con cubierta cremosa de chocolate líquido y fresas como decoración, el otro era pan de vainilla, con cubierta de crema que llevaba trozos de piña. “¿Cuál prefieres?”. Le preguntó Elías. “Soy alergia a la piña”. Ella le confesó. Elias asintió. “Ok, toma el de chocolate con fresas”.
Cuando regresaron Salvador estaba comiendo junto con sus compañeros, vieron que Elías llegó con Valery y todos empezaron hacerles buya. “Iré con las chicas, nos vemos más tarde”. Le dijo Valery. El asintió y se sentó cerca de Salvador. “Entonces… ¿Valery?”. Preguntó Salvador. “Si, es mi novia”. Le confesó Elías. “¿Estás… seguro?”. “No entiendo por qué te cae mal, pero es mi decisión, ella me gusta”. Elias le advirtió. “No es que no me caiga bien, mamá comentó que hubo un problema grande con ella y su familia, al parecer tuvo una relación con un maestro que era casado y la expulsaron de la escuela en donde vivía antes, al p
Salvador lo llevó a un hotel, lo recostó en la cama mientras él durmió en el sillón. Pasaron varias semanas… Elías hojeaba información detallada de Valery, todo lo que hizo desde que llegó el maestro a la ciudad, llegó información de cuándo y en cuánto vendió los muebles de la casa y se enteró que el maestro recibió una herencia. Elías estaba sumamente molesto y desilusionado mientras observaba la foto de Valery pensó -¿Me dejaste por dinero?-. Entre la información que tenía encontró el número nuevo que usaba Valery. “Hola”. “…..”. “¿Hola?” “…..”. “¿Elías?”.
“Me gustaría conocer a tu madre, podríamos tomar una taza de café, son bienvenidos a nuestra casa”. La señora queria seguir conociendo a la chica. “Se lo diré a mi madre, Sra. Alma”. Después de terminar el evento, en el transcurso del viaje la señora Alma hablaba con su esposo de lo linda que era Dalia y que al parecer llamó la atención de su hijo. Ya estaba maquinando el plan para que se conocieran mejor y se casaran. Le gustaba para nuera. Al llegar a la Casa de los Valle, Elías, también llegó por su cuenta, cuando empezó a subir las escaleras su madre lo llamó. “Elías ¿Qué te pareció la señorita Dalia?”. Elías se detuvo girándose para mirar a su madre por un momento y contestó. “Es linda”. Meses después Dalia y Elías celebraban en la casa de los Valle la ceremonia de compromiso, con pocos invitados y familiares. Se entregaron las acciones a Elías como dictaba el testamento del abuelo y durante los siguientes meses, se dedicó completamente a levantar la empresa, renovando con ideas frescas e innovadoras, dejando de lado a Dalia se volvió dócil y sumisa ante Elías, trataba de complacerlo como ama de casa, pero esa no era la chica que le interesaba a Elías, quería a la chica vivaz que creo maravillas en el evento, así que desde el principio dormían en habitaciones separadas, Elías lo impuso porque en ocasiones llegaba muy tarde o no volvía hasta altas horas de la noche con copas de más, muchas de las veces confundiendo a Dalia con otra persona, siempre nombrando el nombre de esa mujer… “Valery, ¿Porque me dejaste?”. CAPITULO 16 ESTOY AQUI PARA TI