“Yo ni siquiera puedo ir a la piscina…” Dalia sonrió diciéndole.
Elías asintió. “Entiendo, ahora que sabes mis miedos, por favor no me lleves a un elevador”.
“Ok y tú no me lleves a una piscina, por favor”. Sonrieron torpemente y fueron al restaurante cerca de la playa.
Al terminar de comer, pidieron diferentes postres, eran dos piezas de pastel, una era pan de chocolate con cubierta cremosa de chocolate líquido y fresas como decoración, el otro era pan de vainilla, con cubierta de crema que llevaba trozos de piña.
“¿Cuál prefieres?”. Le preguntó Elías.
“Soy alergia a la piña”. Ella le confesó.
Elias asintió. “Ok, toma el de chocolate con fresas”.
“Gracias”. Dalia comió su pastel con una gran sonrisa.
Charlaron por un rato más, la relación estaba mejor, era la etapa de noviazgo, solo se tomaban de la mano, había algunos abrazos y besos en la mejilla. Aunque Elías quería más que eso, procuraba no forzar la relación, sabía que Dalia confiaría más con el tiempo.
Al llegar a la Farola, Dalia subió a ducharse, Elías hizo lo mismo en su habitación, cuando Dalia secaba su cabello, Elías tocó a su puerta. Dalia la abrió lentamente.
“Me divertí hoy”. Dijo Elías.
“Yo también”. Apreció el rostro de Elías y abrió más la puerta para dejarlo entrar.
El caminó al centro de la habitación, guiándose para verla, Elías explicó. “Mañana tendré que hacer un viaje, regreso en una semana, si necesitas algo no dudes en llamar”.
Dalia asintió con la cabeza sin preguntar más, entendía que este era parte del trabajo de Elías.
Elías se acercó a ella despacio, hasta quedar a centímetros, escuchaba su respiración, el olor de Dalia a vainilla le atraía mucho, tomó su cara con ambas manos y la besó.
Fue un largo beso lento, delicado, sensible, dulce…
Al principio Dalia estaba pasmada, pero segundos después, siguió el ritmo debilitándose con la forma en que Elías la besaba, ocasionando un beso más profundo.
Elías la recostó en la cama, la respiración de ambos se hacía cada vez más pesada, el ambiente se volvió taciturno y fogoso, beso sus labios, su cuello, su clavícula, tratando de desabrochar su pijama.
Dalia se opuso y trató de alejarlo. Elías que seguía encima de ella, vio su miedo.
“Yo… nunca…” Ella pronunció en voz baja, mientras se coloreaba su cara de rojo.
Elias contempló su rostro, estaba tan cerca, sentía su corazón latir rápidamente. Unos segundos después se bajó de encima de ella, sentándose por un momento en la orilla de la cama mientras ella realizó lo mismo al lado de él.
Tocó su cabeza acariciando su cabello y dijo: “Vayamos despacio”.
Ella asintió calmando el calor que sentía.
Elías caminó hacia la puerta y se despidió. “Buenas noches”.
“Buenas noches”. Dijo Dalia mientras Elías cerraba la puerta de la habitación, ella se perdió en sus pensamientos de lo que había pasado era nuevo para ella, se recostó y miró fijamente hacia la ventana donde la luz de la luna entraba de entre las cortinas que se movían con el viento.
Elías ya fuera de la habitación se recargo en la puerta, con los ojos cerrados también pensativo por un largo tiempo, necesitaba calmarse. Después camino hacia el estudio.
Con una luz tenue del estudio y sentado en el escritorio, Elías contemplaba una foto vieja y maltratada, en ella aparecía una mujer joven con una brillante sonrisa, junto a la foto una carta maltratada y varios documentos que decían *ACUERDO DE DIVORCIO*.
<<Flashback de Elías>>
“Descansaremos aquí para después comer, deben tener cuidado no se separen, la montaña es peligrosa y por la noche hace extremo frío, acérquense tomaré lista…” Decía una maestra a un grupo de jóvenes que acompañaba.
“¡Elías!”. Exclamó una chica de estatura mediana, ojos cafés, pelo castaño largo y tez clara, vestía ropa deportiva con una playera larga de dibujos animados, una mochila roja cargada en sus hombros.
“Hola Valery”. Elías que era un chico alto de tez aperlada, alto y de ojos cafés llevaba un pantalón deportivo negro junto con una sudadera azul cielo y gorra negra, la miraba con una gran sonrisa. “Qué bueno que pudiste venir”.
“Mi padre no quería, siente que todavía me falta conocer la ciudad o los alrededores y podría perderme, pero mamá lo convenció”.
“Si necesitas conocer algún lugar solo dime, te llevaré”. A Elías le gustaba desde el primer día que la encontró en el corredor de la escuela, se veía indefensa y perdida tratando de ubicar los lugares.
“¡Elías!, ¡amigo!, Te he estado buscando”. Llegó Salvador muy alegre mirando de reojo a Valery.
Valery inmediatamente se sintió incómoda cerca de Salvador, sabía que ella no era de su agrado, no entendía el porqué, pero desde hace un mes que llegó a la clase Salvador siempre la atacaba con comentarios sarcásticos menospreciándola.
“¡Hola, Salvador!”. le dijo Valery bajando la voz.
Salvador solo asintió y se volteó para hablar con Elías, “Los muchachos quieren jugar futbol, te estamos esperando”.
“Ve a jugar, me quedaré un rato aquí con Valery”.
Salvador caminó dándole la espalda a Elías y haciéndole una mueca a Valery. Ella solo pudo sentirse más incómoda con la situación.
Cerca de la montaña se encontraban un área donde había grandes árboles muy frondosos que formaban un pequeño bosque, Valery y Elías caminaban platicando a ese lugar.
“Gracias Elías, me he sentido muy bien estos días contigo”. Comentó Valery recargándose en uno de los árboles para disfrutar de la sombra.
Elías se acercó a la misma sombra sonriéndole.
“Recuerdo el primer día de escuela, me mostraste donde estaba la cafetería y el gimnasio, sino fuera por ti estaría perdida por mucho tiempo, eres la primera persona que se hizo mi amigo”. Le dijo ella tímidamente enroscando un mechón de su cabello entre sus dedos.
“Valery, yo no quiero ser solo tu amigo…”. Le declaró mientras se acercaba a ella lentamente.
Ella se sorprendió, sonrió acercándose también.
Elías la beso debajo del árbol, charlaron un rato tomados de la mano mientras daba la hora del almuerzo.
Cuando regresaron Salvador estaba comiendo junto con sus compañeros, vieron que Elías llegó con Valery y todos empezaron hacerles buya. “Iré con las chicas, nos vemos más tarde”. Le dijo Valery. El asintió y se sentó cerca de Salvador. “Entonces… ¿Valery?”. Preguntó Salvador. “Si, es mi novia”. Le confesó Elías. “¿Estás… seguro?”. “No entiendo por qué te cae mal, pero es mi decisión, ella me gusta”. Elias le advirtió. “No es que no me caiga bien, mamá comentó que hubo un problema grande con ella y su familia, al parecer tuvo una relación con un maestro que era casado y la expulsaron de la escuela en donde vivía antes, al p
Salvador lo llevó a un hotel, lo recostó en la cama mientras él durmió en el sillón. Pasaron varias semanas… Elías hojeaba información detallada de Valery, todo lo que hizo desde que llegó el maestro a la ciudad, llegó información de cuándo y en cuánto vendió los muebles de la casa y se enteró que el maestro recibió una herencia. Elías estaba sumamente molesto y desilusionado mientras observaba la foto de Valery pensó -¿Me dejaste por dinero?-. Entre la información que tenía encontró el número nuevo que usaba Valery. “Hola”. “…..”. “¿Hola?” “…..”. “¿Elías?”.
“Me gustaría conocer a tu madre, podríamos tomar una taza de café, son bienvenidos a nuestra casa”. La señora queria seguir conociendo a la chica. “Se lo diré a mi madre, Sra. Alma”. Después de terminar el evento, en el transcurso del viaje la señora Alma hablaba con su esposo de lo linda que era Dalia y que al parecer llamó la atención de su hijo. Ya estaba maquinando el plan para que se conocieran mejor y se casaran. Le gustaba para nuera. Al llegar a la Casa de los Valle, Elías, también llegó por su cuenta, cuando empezó a subir las escaleras su madre lo llamó. “Elías ¿Qué te pareció la señorita Dalia?”. Elías se detuvo girándose para mirar a su madre por un momento y contestó. “Es linda”. Meses después Dalia y Elías celebraban en la casa de los Valle la ceremonia de compromiso, con pocos invitados y familiares. Se entregaron las acciones a Elías como dictaba el testamento del abuelo y durante los siguientes meses, se dedicó completamente a levantar la empresa, renovando con ideas frescas e innovadoras, dejando de lado a Dalia se volvió dócil y sumisa ante Elías, trataba de complacerlo como ama de casa, pero esa no era la chica que le interesaba a Elías, quería a la chica vivaz que creo maravillas en el evento, así que desde el principio dormían en habitaciones separadas, Elías lo impuso porque en ocasiones llegaba muy tarde o no volvía hasta altas horas de la noche con copas de más, muchas de las veces confundiendo a Dalia con otra persona, siempre nombrando el nombre de esa mujer… “Valery, ¿Porque me dejaste?”. CAPITULO 16 ESTOY AQUI PARA TI
Dania habló de todo, sobre su hermana gemela, de su padre biológico y el sufrimiento de su madre. Mientras ella le contaba, Jonny vio en sus ojos azules determinación, sabía que ya tenía el plan en su mente. Él sólo esperaba que ella pudiera desahogarse lo suficiente, era su amiga de de toda la vida, nadie la conocía mejor que él y ahora que serían esposos estaría como su apoyo en las decisiones que ella tome. "¿Y entonces cuál es el plan?”. Jonny le regaló una sonrisa encantadora mientras preguntaba. Ella sonrió mirando a sus ojos, le reconfortaba hablar de todo el tema, sabía muy claro que Jonny estaría a su lado en cualquier decisión. “Contrataré a un investigador para encontrar a mi hermana y a mi padre. La persona que estaba al servicio de mi a
“Hola a todos y buenas noches, gracias por acompañarnos a mi esposa y a mi hoy” Decía Jonny sentándose en una silla alta en el escenario. “Dania, nos conocemos casi desde bebés, creo que en algún momento compartimos pañales y biberones…”. Decía Jonny mientras afinaba una guitarra y una persona se acomodaban en la batería. “Es bueno que nunca compartimos ropa… no me hubieran quedado tus vestidos”. Todos rieron. “Aunque a partir de hoy somos esposos, tú sabes que siempre seremos amigos…” Dania asintió con lágrimas en los ojos. “Esto es para ti…” Mientras se escuchaban los acordes de la guitarra eléctr
Ya que el abuelo todavía estaba recuperándose, Dania y Jonny decidieron vivir en la mansión, ellos se mudaron a la habitación más grande del lugar, donde incluida una pequeña sala con un sofá cama donde Jonny dormía por las noches, un escritorio amplio, baño completo, balcón y un armario práctico para ambos. Antes, se iban de fiesta cuando eran jóvenes, Jonny se quedaba con Dania, nunca hubo contacto íntimo entre ellos, al pasar tantos años seguían siendo los mejores amigos, no fue difícil para ellos compartir la habitación. Daniel se instaló en la mansión cuando terminó sus estudios, empezaría a trabajar en la compañía como presidente, mientras Dania feliz se quedó como jefa del departamento de diseño, Joel alargó su estadía para ayudar a Dania al enterarse de sus planes de encontrar a su padre y hermana, tenía suficiente material para quedarse a realizar va
“¿Podría tener una hija tan parecida a mí con otra mujer? No, no esto… Magdalena… Robles”. “¡Dios mío! ¡Ella robó a mi hermana! ¡Esta es mi hermana! todo concuerda…” Tomó su teléfono e hizo una llamada al investigador. “Quiero toda la información con detalle de la hija de Larod, Dalia Rodarte lo más pronto posible entiende”. Al otro lado del teléfono. “Sí señorita Montenegro, no he terminado de indagar, mis investigadores han encontrado baches en el camino en aquella ciudad, como si no quisieran que encontremos información, hemos sido lo más cautelosos posible, teniendo la información completa le llamare”. “Estaré esperando su llamada”. ……………………………………………………………………….