“Hola a todos y buenas noches, gracias por acompañarnos a mi esposa y a mi hoy”
Decía Jonny sentándose en una silla alta en el escenario.
“Dania, nos conocemos casi desde bebés, creo que en algún momento compartimos pañales y biberones…”. Decía Jonny mientras afinaba una guitarra y una persona se acomodaban en la batería.
“Es bueno que nunca compartimos ropa… no me hubieran quedado tus vestidos”.
Todos rieron.
“Aunque a partir de hoy somos esposos, tú sabes que siempre seremos amigos…” Dania asintió con lágrimas en los ojos.
“Esto es para ti…”
Mientras se escuchaban los acordes de la guitarra eléctr
Ya que el abuelo todavía estaba recuperándose, Dania y Jonny decidieron vivir en la mansión, ellos se mudaron a la habitación más grande del lugar, donde incluida una pequeña sala con un sofá cama donde Jonny dormía por las noches, un escritorio amplio, baño completo, balcón y un armario práctico para ambos. Antes, se iban de fiesta cuando eran jóvenes, Jonny se quedaba con Dania, nunca hubo contacto íntimo entre ellos, al pasar tantos años seguían siendo los mejores amigos, no fue difícil para ellos compartir la habitación. Daniel se instaló en la mansión cuando terminó sus estudios, empezaría a trabajar en la compañía como presidente, mientras Dania feliz se quedó como jefa del departamento de diseño, Joel alargó su estadía para ayudar a Dania al enterarse de sus planes de encontrar a su padre y hermana, tenía suficiente material para quedarse a realizar va
“¿Podría tener una hija tan parecida a mí con otra mujer? No, no esto… Magdalena… Robles”. “¡Dios mío! ¡Ella robó a mi hermana! ¡Esta es mi hermana! todo concuerda…” Tomó su teléfono e hizo una llamada al investigador. “Quiero toda la información con detalle de la hija de Larod, Dalia Rodarte lo más pronto posible entiende”. Al otro lado del teléfono. “Sí señorita Montenegro, no he terminado de indagar, mis investigadores han encontrado baches en el camino en aquella ciudad, como si no quisieran que encontremos información, hemos sido lo más cautelosos posible, teniendo la información completa le llamare”. “Estaré esperando su llamada”. ……………………………………………………………………….
Despues de que Dalia escuchó a Elías sobre su invitado ella feliz aceptó. “Claro que no, haré que limpien la habitación de invitados, nunca hemos tenido uno…” Elias cambió la conversación. “Habrá una nueva serie romántica, faltan las canciones de entrada y salida, ¿Te gustaría hacerlo?”. Sorprendida Dalia preguntó. “¿Trabajar contigo en la empresa?”. “Si, este proyecto es de los más importantes en este momento, me encantaría escuchar algo creado por ti”. “Ok!”. “Mañana traeré el guión a casa para que lo estudies y tengas una idea de lo que trata la serie, seria genial si tú pudieras interpretarlo… me gustaría escucharte cantar...”. “Yo…cantar…”. “Y entonces ¿Qué hace aquí?”. Le pregunta Salvador molesto. “Encontré a Ronald en mi viaje le planteé la idea de conducir el programa deportivo y estuvo de acuerdo, él me presentó a Lluvia me habló sobre sus antecedentes y que se establecería aquí en la ciudad y la invité a conducir el programa con Ronald”. “¿Lluvia?”. Susurro Salvador pensativo. “Si, ¿No la recuerdas?”. “Recordarla, ¿Por qué tendría que recordarla?”. “Ella es Lluvia Gómez, estuvo en la misma preparatoria que nosotros, es la chica que nos pateó el trasero una vez cuando jugábamos en las canchas, ¿No recuerdas?”. Cuando Elías y Salvador hablaban, lluvia y Ronald se acercaron a saludar, Lluvia llevaba un vestiCAPITULO 22 ELLA VOLVIÓ
Ella escuchó a Elías desde su cama recostada, asustada, no quería hablar con él, no estaba lista para lo que dijera. Elías suspiro y dio un golpe con su cabeza a la puerta diciendo.“Descansa mañana hablaremos”. Al día siguiente Dalia despertó más tarde que de costumbre, con dolor de cabeza, no pudo dormir bien por la noche pensando en lo que sucedió y lo que Elías le diría. Eran más de las 10 am. Elías ya debería estar en el trabajo, suspiro de alivio se lavó y salió a desayunar, cuando entró al comedor Elías estaba sentado en la mesa, trabajando en su computadora, la notó y le pidió que se acercara a desayunar. Dalia no tenía hambre en absoluto, solo jugó con la comida, no tenía ánimos de nada. Elías percibió su estado y cerró su computadora. “Dalia, ¿Podemos
En el camino hablaron un poco de las exposiciones de Joel y algunos detalles de lo que realizaría en la empresa. Cuando llegaron al portón de la Farola, Joel observó los alrededores, era un lugar grande lleno de árboles altos y frondosos, flores por doquier, la Farola era una mansión moderna y exquisita, cuando se acercaron a la puerta de la casa. Dalia salió a recibirlos con una gran sonrisa, llevaba un vestido rosa floreado con faldón circular y sin mangas, su cabello estaba recogido en una coleta con un moño rosa y zapatillas de piso, se veía hermosa, Joel la contemplaba a lo lejos con desesperación y asombro mientras el auto se acercaba a la entrada. -Dalia, ella es…- pensó Joel con un nudo en la garganta. Bajaron del auto, Elías hablaba con los sirvientes para recoger las maletas, mientras Joel bajó del auto
“Si, pero… no le gustan las fotos…” Dijo Dalia con un vago tono de tristeza en su voz. “¿Tienes hermanos?”. “¡No!, solo soy yo, ¿Usted tiene hijos?”. “Si, una hija de tu edad y un hijo”. “¿Tiene fotos de ellos?, Me gustaría conocerlos, ¿Cómo se llaman?”. “Mi hija tiene un nombre parecido al tuyo, se llama Dania y mi hijo se llama Daniel”. “Dania… que conciencia y dice que tiene mi edad”. Dalia pensó por un momento. “Si, mi celular esta sin carga lo deje en mi habitación un día de estos te mostraré algunas fotos”. “Está bien”. Estos días, que Elías se quedaba en la empresa a terminar el trabajo, Valery aprovechaba para quedarse cerca, pero en todas las ocasiones él la rechazó, no obstante, podría utilizar esto contra Dalia. “Sabes porque él no va a casa … Nos vamos juntos al salir de trabajar… Disfrutamos de una linda cena y después… Bueno ya sabes que pasa después…” Dalia escuchaba cada palabra, ella solo negaba con la cabeza, no sabía cómo defenderse de las duras palabras de Valery, sentía un gran nudo en la garganta y estaba a punto de llorar. Por la acera Dania y Joel caminaban a la entrada de la cafetería que estaba enfrente de la empresa, Joel llamó a Dalia momentos antes y la citó para que las hermanas se conocieran, pero antes de entrar notaron a Dalia y Valery desde lejos. “Papa JCAPITULO 26 PUEDES CONFIAR EN MI