Braulio y Dania salieron de la habitación, en ese momento ella tomó del brazo a Braulio y lo arrastró hacia las escaleras.
El no tuvo tiempo de reaccionar ni de negarse, conocía bien a Dania desde pequeña. Era una mujer muy trabajadora, decidida, testaruda e inteligente con carácter muy fuerte.
"Ahora Braulio explícame lo que acabo de escuchar".
El, un poco asombrado tartamudeo al hablar. "De... que habla señorita".
Dania psuo sus braosen jarras a su cintura escuadriñando su mirada."No te hagas el tonto, escuché toda la conversación, hablan de buscar a mi supuesta hermana y una enfermera, me lo explicas ya mismo o le iré a preguntar al abuelo".
"Señorita su abuelo está delicado de salud". Braulio se asustó ante la amenaza de Dania.
"Entonces es mejor que me lo expliques y no quiero que me escondas nada".
<<Flashback>>
Hace varios años en un hospital de ese mismo país una mujer muy bella de ojos azules llamada Amelia trataba de aguantar las contracciones que eran cada vez más continuas, respiraba y aspiraba como le decían, mientras una enfermera la asistía y preparaba para el parto, ella hablaba con sus hijas frotándose el vientre.
"Dania, Dalia mis hermosas princesas salgan pronto, mama las espera, seré fuerte para ustedes dos".
Amelia se había enamorado de un músico que empezaba su carrera, todavía no era muy conocido en el medio del espectáculo, cuando el padre de Amelia se enteró, la obligó a terminar la relación, pero lo que no sabía es que ella estaba embarazada de gemelas.
Ella luchó contra su corazón para escoger entre Lázaro o sus bebés, dado que su padre la amenazó con destruir la carrera que apenas empezaba el cantante.
Amelia estaba en un momento crítico padecía depresión, agotada por el parto quedó inconsciente durante 2 días, en el transcurso de ese tiempo una enfermera robó a una de las bebés. Cuando ella despertó tuvo una crisis nerviosa, culpaba a su padre de todo lo que le había pasado y quería morir.
"Hija por favor tranquilízate la encontraremos, estamos investigando cómo es que la robaron".
"¡Todo es tu culpa papá! me alejaste de Lázaro y ahora mi hija fue robada, qué harás con mi otra bebé la matarás".
Su padre con semblante triste negaba. "No hija, estoy muy arrepentido de todo lo que ha pasado, si pudiera regresar el tiempo atrás no haría las mismas cosas, perdóname".
El padre de Amelia trataba de convencerla que se calmara, frustrado no sabía cómo ayudar a su hija, todo lo que había pasado era su culpa.
Pasaron 3 meses Amelia estaba decidida a buscar a Lázaro, hablarle sobre las niñas y pedirle que buscaran a la bebé perdida juntos.
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En el aeropuerto de USA estaban ella y su padre.
"Hija por favor cuídate, todavía estás recuperándote nosotros protegeremos bien a Dania, busca a Lázaro, explícale la situación si es posible quiero hablar con él después de que ustedes ya estén juntos".
Ella sonrió tranquilizando a su padre."Tranquilo papá sé que hacer, cuida a Dania por favor, hablaré con él y estaremos de regreso en unos días para encontrar a nuestra hija".
Llegando a la ciudad en México, Amelia busco un hotel para descansar por unas horas, tenía la nueva dirección de Lázaro, pronto iría a buscarlo, él verlo de nuevo la emocionaba, ella tendría que explicarle todas las cosas que habían pasado.
Después de descansar lo suficiente, Amelia salió del hotel para buscar un lugar donde comer, caminaba por la acera de un gran parque, había mucha gente paseando desde ancianos, niños, parejas que disfrutaban de un buen sol de la tarde. Mientras ella caminaba notó una pareja, se veían felices...
Los miro detenidamente, el hombre volteo un poco y Amelia observó su rostro de perfil, asombrada ella los miraba en silencio, era Lázaro, tenía en sus brazos una hermosa bebe, junto a él su asistente Teresa Robles lo abrazaba y lo besaba en las mejillas mientras posaban para la cámara de fotos.
No podía creerlo, Lázaro al fin tenía la familia que deseaba, al ser huérfano le contaba las historias que pasaba en el orfanato y el dolor de no tener el amor de padres, añoraba una familia siempre lo repetía.
Cuando ella decidió terminar la relacion, Lazaro estaba desconsolado, le pedía que no lo dejara, que ella era la mujer que amaba y quería casarse con ella, pero ahora solo había pasado un año, ya estaba de pareja con su asistente y con un bebe, -¿Cómo pudo pasar esto? ¿Cuándo pasó?- Pensaba ella tristemente.
Teresa la observó desde lejos, hizo un comentario a Lázaro y se acercó poco a poco a Amelia.
"¿Qué haces aquí?".
Amelia observó a la mujer. "Estoy buscando a Lázaro".
"No le has hecho suficiente daño". Teresa le dijo molesta reclamando.
Amelia respiró hondo. “¿De quién es él bebe?".
"Es mi hija y de Lázaro". Teresa orgullosa le explicaba.
"No te creo". Amelia negaba y sus lágrimas amenazaban en caer.
"Créeme Lázaro y yo tuvimos una aventura cuando estuvimos en la gira, después me enteré que estaba embarazada, me dijo que al bebe no le faltaría nada, pero que él no te dejaría, yo acepte estar en contacto solo por mi embarazo y esperar a que naciera, pero después él apareció totalmente destruido por ti, decidimos volver a México, hacer una vida juntos, nos casamos hace meses y estamos felices, ¿No lo ves?".
"Casados..." Amelia susurro con dolor.
Teresa le advirtió tajantemente. "Si, no permitiré que interfieras".
Las lágrimas de Amelia corrían por sus mejillas, observó de nuevo a Lázaro feliz con la bebe en brazos, mientras la fotógrafa acomodaba la ropa del bebe para la siguiente foto.
Amelia bajó su rostro tristemente, empezó a caminar para salir del parque, ahora estaba sola.
Teresa la observó alejarse con una gran sonrisa triunfal.
Regresó al hotel y se recostó en la cama llorando, después de pensar en toda la situación, tomó una decisión, tenía que regresar a USA para buscar a su hija.
El amor que tenía por Lázaro está en el pasado y debían enterrarlo en el fondo de su corazón para siempre.
<<Fin del Flashback>>
Oficina principal de VIKCompany… Se escuchó que tocaron la puerta. Elías contesta. "Pase". "¡Presidente!, el señor Salvador está aquí". Comunica el asistente "¡Elías!, amigo siempre trabajando". Salvador entró a la oficina abrazado de dos hermosas modelos. "Ya son más las 5:00 pm es hora de salir del trabajo y relajarse, que tal si pasamos por el bar y disfrutamos de la noche con estas bellezas". Elías observó a Salvador detenidamente luego su mirada se dirigió a las chicas. "Señoritas pueden esperar afuera". Les pidió mientras empezó a masajear su cien, esperando a que las jóvenes salgan. "Salvador, no t
Elías olvidó por unos segundos ver el cielo, concentrándose en cómo se reflejaban las luces en la cara sonriente de Dalia, -Es Hermosa- Pensó. Compartieron juntos algunos bocadillos mientras charlaban, pero en realidad no había muchas cosas que tuvieran en común, al final decidieron regresar a la Farola a descansar. Ya era tarde por la noche cuando llegaron a su casa, antes de abrir la puerta Dalia lo estiró del saco, al ver la acción Elías se quedó quieto y la observó detenidamente. "Gracias Elías, Fue... fue una linda noche". Ella susurró muy bajo apenada. Él tomó la mano que lo sujetaba acariciándola, se acercó y besó su mejilla por instinto, sabiendo que con Dalia tenía que ir despacio no quería asustarla. No muy lejos de allí había un hombre alto de tez clara, ojos cafés claros y pelo castaño tomaba fotos de la celebración. Joel Jenkins era un famoso fotógrafo que viajaba a diferentes lugares para llevarle al mundo maravillosas fotos de personajes, paisajes, animales y lugares que recorría, realizaba exposiciones en las que la mitad de las ganancias se donaba a los lugares de donde pertenecía las fotografías. Seguía tomando fotos, al acercarse más al centro del festejo, observaba los alrededores por el visor de su cámara, se dio cuenta de la mujer, ella vestía un traje tradicional blanco con bordados azules, llevaba una corona de flores de la región y adornos como collares largos que caían en su cuello. La observaba detenidamente mientras se acercaba a escondidas a ella.<CAPITULO 7 GUIA DE TURISTAS
En los siguientes días cuando Amelia terminaba su trabajo y compromisos, Joel siempre la esperaba puntual para llevarla a conocer más del lugar, poco a poco ella se sentía más cómoda con él, empezó a gustarle la forma en que le hablaba, como la cuidaba y protegía durante los viajes, en ocasiones hasta la mimaba con la comida. Nunca dejaba de tomarle fotos. Hubo unas en especial donde aparecían los dos muy juntos, con una mano la abrazaba por la cintura y con la otra acomodaba la cámara para tomar la fotografía, detrás de ellos estaba a lo lejos los rayos del sol escondiéndose entre las pequeñas montañas y árboles. En un instante Joel se aventuró y le dio un beso en la mejilla, ella sintio los labios cálidos y giró para verlo, fue cuando él aprovechó… bajó la cámara y la beso en los labios. “Sabía que
Al día siguiente por la noche Amelia llegó junto con su asistente al recinto, llevaba un vestido corto azul rey con tacones altos rojos, sus accesorios eran un juego de una pulsera, aretes y collar con pedrería roja, se veía muy elegante. Caminó sin notar los carteles de la entrada, estaba en una llamada telefónica importante, cuando al final colgó, ya estaba adentro de la sala de exposiciones, observó las fotografías que estaban en la exposición, las fotos en las paredes de ambos lados ilustraban los animales, las personas y paisajes de África, todo alrededor eran parte de lo que ella vivió con Joel en aquel viaje, no podía creerlo, camino lentamente observando una a una las fotos, al final la pared del fondo estaba cubierta de fotos de ella, algunas de ella y Joel abrazados, en el centro había una más grande que las demás, era donde le daba un beso en la mejilla y en el fondo los rayos del sol esc
“Sí tía, estoy muy feliz, Elías y yo hemos estado saliendo juntos, me ha llevado a muchos lugares hermosos”. Dalia se veía radiante, le gustaba mucho la forma en que mejoraba su relación con Elías. El hacía lo posible por estar con ella, la llamaba mientras trabajaba para pedirle que estuviera lista para salir juntos. A veces se quedaban viendo películas en casa disfrutando de la noche. Sonó el teléfono de Dalia. El identificador de llamadas decía -ELÍAS-. “¡Hola!” “Dalia, hoy llegaré tarde, no me esperes despierta, me reuniré con Salvador”. Ella contestó sonriendo. “Está bien, gracias por avisarme, nos vemos”. “¿Era él?”. preguntó su tía Magdalena, m
“Si. Estaba embarazada, era su hijo, pero aborte hace unas semanas, para no perderlo arregle con una conocida que me daría una de sus bebés, ella tendrá gemelas, ella no puede mantenerlas a ambas, pero hace unos días me llamó y dijo que ya no me daría a la bebe, ahora no sé cómo decírselo a Lázaro, si solo pudiera convencer a mi conocida de que me de a la bebe, se que ella no podrá mantenerlas a ambas sola. Le di una suma muy grande de dinero por el bebe y aun así no quiere entregármelo”. “Sabes que después de abortar a mi hijo, el doctor dijo que yo no podría tener más niños. Esa bebe es mi única esperanza de ser madre y retener a Lázaro”. Le decía Teresa sollozando en todo incontrolablemente. Magdalena tomó sus manos tranquilizandola. “Teresa esto… Esto es difícil, deberías ir a verla para convencerla de que cumpla el trato, si ella ya ace
“Yo ni siquiera puedo ir a la piscina…” Dalia sonrió diciéndole. Elías asintió. “Entiendo, ahora que sabes mis miedos, por favor no me lleves a un elevador”. “Ok y tú no me lleves a una piscina, por favor”. Sonrieron torpemente y fueron al restaurante cerca de la playa. Al terminar de comer, pidieron diferentes postres, eran dos piezas de pastel, una era pan de chocolate con cubierta cremosa de chocolate líquido y fresas como decoración, el otro era pan de vainilla, con cubierta de crema que llevaba trozos de piña. “¿Cuál prefieres?”. Le preguntó Elías. “Soy alergia a la piña”. Ella le confesó. Elias asintió. “Ok, toma el de chocolate con fresas”.